8. Susurros para Dormir

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Lincoln se sentía cansado. No había podido dormir desde la madrugada por el levantón que Lani le dió apunta de chingazos.

Mientras estaba sentado al principio de las escaleras de la puerta principal afuera de la casa de sus hijos, el blanquito solo miraba el paisaje en completo silencio, teniendo al viejo Kerchak acostado en el suelo recibiendo un baño del sol anaranjado de la tarde con una sonrisa de perro que todos amamos.

Desde que él llegó a esa casa de locos, no sabía en donde estaba su celular y menos su cartera. Podría pedírselos a Lulu o a Lani porque ellas fueron las que lo secuestraron en primer lugar, pero algo en su interior creía que las dos lo podían interpretar mal y pensarían que se quiere pelar una vez más.

Como en esa película de “Ryan Gosling” el albino se acostó en las escaleras mirando al cielo, cerrando lentamente los ojos. Solo quería dormir por lo menos unos minutos y cualquier lugar era cómodo para descansar.

De repente, le dieron unas palmaditas en la panza.

Lincoln se volvió a sentar y notó al instante de que Lori estaba sentada a un lado suyo con la bebé Loan entre sus brazos con una mirada seria, pero con toque de alegría.

— Hola – dijo Lori mirando y acariciando la cabecita de su bebé con ternura.

— Hola… eh, escucha no quiero ofenderte, pero no sé quién eres. Conozco tu nombre porque solo me lo dijeron y nada más eso.

— Ay, eso sí me dolió – se quedó en silencio por unos segundos. — ¿Quieres cargar a mi bebé?

Lincoln extendió los brazos y con cuidado, sujeto a Loan poniéndola encima de su antebrazo, sin embargo, esto sirvió como excusa para acercarse lo más que pudo al padre de su bendición ya que la bebita es susceptible a llorar de repente cuando no está con su madre y más cuando desconoce a su padre.

— Me enteré de algunas cosas sobre ti y el porqué tuviste a Loan – dijo Lincoln dejando que la bebé agarre su meñique.

— ¡Chismoso!

— Fue curiosidad, me dijeron que Loan es mi hija, pero no sabía cómo y donde salió.

— Pudiste habérmelo preguntado.

— ¿Me hubieras dicho toda la verdad?

— Si… bueno, a medias… no.

— Mmm… – expresó el hombre porque no tenía nada más que decir. — Oye, no es que sea entrometido, pero ¿Cómo te llevas con Leni?

— De veras eres chismoso – dijo un poquito molesta.

— Solo te estoy preguntando… ¿Y que tiene que lo sea? Soy el maldito pilar del chisme… además, tengo que ser un preguntón, es la única forma que tengo para entender lo que me está pasando.

— Tienes razón… no se lo vayas a decir a nadie y menos a Leni – aclaró la rubia antes de continuar. — Hay días que siento envidia de ella.

— Esperaba de todo menos eso… conozco a Leni desde esta mañana y después del chingazo que me dió, puedo decir que no es muy brillante, pero… ¿Qué tiene ella que tú no tengas?

— Es que ella es feliz con muy poco, siempre está cuidando de Leina y también de Loan aunque yo no sé lo haya pedido… y tiene boobies más grandes que las mías.

— Uy, eso si lo noté – dijo sin pensar lo suficiente. — Cuando me abrazó, pensé que me iba a asfixiar con sus magumbos y también me la pensé tres veces cuando me pidió tener intimidad, si bueno ya mejor me callo.

Lori observó a Lincoln algo molesta por su comentario tan pendejo durante unos segundos.

— Quiero que me digas algo – habló Lincoln observando el atardecer y después, miro a Lori. — No estoy diciendo que me digas eso, solo quiero saber una cosa… ese secreto que conoces de Lisa, ¿Tiene que ver conmigo?

Con duda en su rostro, Lori observó un poco a su alrededor totalmente debido a que los chismes en esa casa fluyen como el agua en el ojo de un huracán. Ella asintió levemente con su cabeza.

— Oh – continúo algo desanimado.

Repentinamente, la bebé vió al Kerchak  y comenzó a estirar sus bracitos intentando alcanzar al perro quien aún continúa echado en el suelo a toda madre disfrutando de la vida y recibiendo la luz solar.

Y solo por hacer algo, Lincoln acarició el pié de Loan.

— Jijiji – río la bebé como en el COD Zombies cuando te salía el oso en la caja, pero sin eco y sin sonar perturbador. Más adorable.

Mientras su bebé reía, la misma Lori le dió un beso en su cabecita, ésto provocó que la niña empiece a dar pequeños saltitos en el brazo de su papá. Loan adora con toda su alma recibir muestras de afecto por sus hermanos y especialmente por su mamá, la hace sentir muy feliz, sin embargo, con un poco más de tiempo y quizás algo de esfuerzo, la bebé comenzaría a querer a su papá.

•••

En la cochera, Lizy se encuentra delante de una mesa de trabajo con su iguana mascota sobre sus hombros; tomó una zanahoria, tomate, espinaca y algunas semillas, con paciencia cortó los vegetales y los puso en un tazón de madera junto con las semillas, además de un poco de calcio terminado el alimento de su animal favorito.

— Todo listo – dijo Lizy limpiando el cuchillo con un trapo húmedo. — Sobres, chingatelo.

Abruptamente, la monstruosidad que Lizy tiene por mascota, saltó a la mesa acercándose al tazón empezando a comer.

— Lizy, ¿Podemos hablar? – se escuchó una voz detrás de la muchacha.

La muchacha miró atrás y vió a Lana parada en el marco de la puerta, su madre se veía un tanto preocupada a la vez que sonreía.

— Claro mamá, pasa.

Lana se acercó confiadamente a su hija, sin embargo, miró a su primogénita de arriba abajo y se percató de un par de detalles que no recordaba de ella.

— Wow… eres más alta de lo que recuerdo, diría que tienes la misma altura que tú padre y… – Lana notó los fuertes y naturalmente proporcionados brazos de Lizy. — Más fuerte de lo que me imaginaba.

— ¡Oh, gracias! – dijo Lizy con una sonrisa haciendo una pose clásica mostrando sus músculos. — Me gusta comer carne y hacer ejercicio de vez en cuando con Lani, pero no todo el tiempo, ella levanta 1,000 kilos en press de banca solo para calentar, a duras penas yo puedo levantar 80 sin hacer trampa, eso me agüita un poquito.

— No sabía que hacías ejercicio.

— Bueno, sí pasaras más tiempo en la casa, te darías cuenta de muchas otras cosas.

Esas palabras le dolieron a Lana en el fondo de su corazón.

Había descuidado demasiado a su hija por bastante tiempo y solo estaba preparada en tener una discusión o algún reclamo de Lizy por su trabajo de veterinaria del zoológico del estado de Michigan, pero Lana tiene la suerte de que su hija no sea una rencorosa como ella misma con Lincoln.

— ¡Vaya! – dijo Lana acercándose a la mesa y ver más de cerca a la mascota de Lizy. — Me sorprende que DT haya vivido tantos años, lo alimentas muy bien, su piel esta increíble.

— Gracias, pero ese es DT segundo, el primero ya se murió – aclaró Lizy.

— ¿En serio? Juraría que lo había visto allá arriba en un mueble.

— Luego te explico lo que pasó… ¿Qué es lo que querías hablar?

— Oh, si es cierto – dijo Lana viéndose un tanto nerviosa. — Hice una reservación en tú restaurante favorito, ese lugar que me dijiste donde tienen las mejores costillas de BBQ que tanto te gustan. Iremos solo tu, yo y tú papá… ¿Qué te parece?

— Te encuentras bien, mamá… invitarme a comer no es propio de ti – dijo Lizy un poco sacada de onda. — ¿Estás enferma? ¿Tienes la viruela del macaco?

— ¡No! No es eso – exclamó sintiéndose aún más nerviosa. — Sé que no he sido la madre que necesitas y… perdón, no soy buena expresando mis emociones… quiero disculparme por todos estos años en los que me la pasaba trabajando lejos de casa y de ti… yo sé que este almuerzo no recuperará el tiempo perdido, pero puede ser un nuevo comienzo entre tu y yo, ¿Qué opinas?

— Mamá – dijo Lizy poniendo sus manos en los hombros de Lana. — No tengo nada que disculpar… Sé que te dolió el que papá nos haya dejado y no sabías como afrontarlo más que trabajando. No lo voy a negar, estaba enojada contigo estos últimos años y que te disculpes hasta que volvió mi papá, te hace ser una sínica… Y es verdad, pero no me hace feliz seguir enojada contigo.

Lana se dejó llevar por sus sentimientos; comenzó a soltar lágrimas cabizbaja cubriéndose su rostro con sus manos. Lizy le dio un cálido y amoroso abrazo a su madre con una sencilla sonrisa en su cara.

La vida siempre será curiosa. No todos los hijos le guardan rencor a sus padres por el como los criaron de una mala manera y aunque están en su completo derecho de estar enojados con ellos, nadie piensa de la misma manera.

No estoy intentando justificar en ningún momento el comportamiento y la forma de ser de los padres, muchos no merecen ni la capacidad de engendrar hijos, no obstante, olvidamos que ellos también son personas y por ende, cometen muchísimos errores, pero solo el 0.1% logra tener el valor para pedir una genuina disculpa a sus hijos por su horrible forma de ser durante años.

•••

— Revisé el armario, debajo de la cama e incluso en los cajones – dijo Luan con un par de almohadas debajo de su brazo llevando puesta una pijama. — No habrá nadie que te moleste aquí dentro durante toda la noche, Lincoln.

Nos encontramos en la habitación de Luan y es un lugar bastante ordinario para una mujer como ella, pero se entiende porque su trabajo es muy cabrón y no tiene el suficiente tiempo para decorarlo a su gusto.

Lincoln estaba a un lado de Luan, viéndose muy cansado con unas gigantescas ganas de dormir.

— Gracias… pero, ¿Por qué me dices eso? – habló Lincoln después de bostezar.

— Hay cuatro… bueno, cinco mujeres bien cachondas que están esperando a que te quedes solo en una habitación para que nos hagas un ajuste de matriz y para llevar también – aclaró la castaña. — Quiero que duermas toda la noche, sí tocan la puerta no le habras a nadie e incluyéndome, yo dormiré con Liby así que no tienes que preocuparte por eso.

— Oh, entonces, ¿Tu también quieres tener relaciones conmigo?

— ¡Por supuesto que sí! Soy una mujer y tengo necesidades. Mucho estrés, pero también tengo autocontrol… hasta cierto punto eh.

— Okey…

— Ya me iré a dormir – Luan se acercó un poco más a Lincoln de forma coqueta con una sonrisa en sus labios. — Buenas noches, Linky… pero recuerda, si te sientes estresado y tienes ganas de dar un revolcón, yo seré prioridad, ¿Entendido? – esto último lo dijo firmemente en un tono de amenaza. — Yo te he estado cuidando, medicando e incluso te estoy prestando mi cuarto para que duermas tranquilamente. Espero que me tengas consideración por lo menos.

— Si… está bien, ¿Ya puedo ir a dormir?

— Descansa – le dió al hombre un besito en la mejilla. — Cierra la puerta con seguro.

Luan salió de su habitación y acto seguido, Lincoln se encerró poniendo el seguro quedado completamente solo en el cuarto.

Se dió la vuelta y miró la cama matrimonial con muchísimo alivio y una satisfacción recorriendo su ser. No pudo evitar soltar una lágrima, lo único que quería éste pobre cabrón era dormir en una pinche cama por lo menos ocho horas consecutivas.

Rápidamente, se sentó en la cama y se quitó las botas y los calcetines ya que nadie en este puto mundo duerme con las calcetas puestas a menos que haga un chingo frío. Seguido, se quitó el pantalón y su camisa quedando en boxers porque no estaba en su casa y menos tenía ropa para dormir. Como cuando “Homero Simpson” decía que es un pastelito horneado de canela, Lincoln se arropó con las cobijas en la posición más cómoda posible con una sonrisa en su rostro. Por último, el gasparín se quedó dormido en cuestión de segundos porque la neta si tenía un putero de sueño.

En otra parte de la casa, Luan salió de la habitación de Lupa, Lacy y Liby donde ella había dejado su almohada en la cama de su hija.

Mientras caminaba por el pasillo, Luan notó las cabezas de Lola, Lana y Leni asomándose desde las escaleras mirando el cuarto donde Lincoln dormía, osea el suyo.

— Hijas de… mi mamá – rápidamente, Luan se acercó a sus hermanas detrás de ella sin que se dieran cuenta. — ¡¿Qué están haciendo?!

— ¡Nada! – gritaron Lola y Lana al unísono y cuadrándose ante Luan, sin embargo, la pobrecita de Leni continua asomándose sin enterarse de nada.

Sin dejar de ver a Luan, Lana sujetó a Leni de su vestido e inmediatamente, la puso a un lado suyo y supiera lo que está pasando.

— Se lo que están tramando y no traten de engañarme – exclamó Luan firme señalando a las lujuriosas de sus hermanas. — ¡Déjenlo dormir! Necesita descansar, no es el momento para que les eche polen a sus flores o que practiquen lucha libre sin ropa.

— No te preocupes por eso – dijo Leni con una tranquila sonrisa. — Las flores siempre están en el patio y son las abejitas quienes llenan las plantas de polen, por eso se ven muy bonitas en primavera y en esa película donde aparece “Jaime Camil”.

Lola, Lana y Luan se quedaron en silencio mirando fijamente a Leni.

— Leni – habló Lana poniendo su mano en el hombro de su inocente y un poquito imbecil de su hermana menor. — Luego te explico lo que son las metáforas… otra vez.

— No me importa, Luan – exclamó Lola cruzando los brazos. — Lincoln es un adulto perfectamente cuerdo… bueno, más o menos; él es libre de hacer un desastre en mi y yo no pienso detenerlo. Es más, lo voy a provocar de la forma más descarada y sínica posible. No eres su maldita doctora para decirle que puede y no puede hacer.

— Para tu información, si lo soy y soporta, mamacita – exclamó la castaña imitando la actitud de Lola a la perfección. — Como su doctora, le receté como mínimo 8 horas de sueño al día libres de mete y saca. No tienes derecho de afectar su medicación; no es momento para que él meta su relleno en tú empanada… ¡Así o más fresa, mi ciela!

— ¿De dónde sacas tantas frases con doble sentido? – preguntó Lana a Luan.

— Algunas veces, el hospital es demasiado deprimente y los chistes de muertos no son bien vistos ahí, pero cuando llegan las pacientes en labor de parto, se me ocurren tantas ideas, jajaja… ah, las enfermeras me odian.

Inesperadamente, la puerta principal de la casa se abrió desde afuera y llamó la atención de esas 4 mujeres desde el final de las escaleras.

Cuando observaron a esa mujer, Lola, Lana y Luan se pusieron muy pálidas, excepto Leni porque está bien estúpida y me caga al chile.

Ella es la hermana mayor de Luan y menor de Lincoln, pero sí ya sabes quien es, no lo digas antes de tiempo, cabrón.

Me arruinas el pinche momento como en el capítulo pasado, intento sazonar esta pinche historia con drama y que escribas lo que ya sabes, haces que te odie más que la imbecil de Leni y eso ya es mucho, wey.

Regresando con explicaciones, esta nueva mujer es castaña como Luan, pero su cabello es un poco más oscuro. Tiene lindas pecas en su rostro que resaltan sus ojos marrones. Se nota a kilómetros que ella hace mucho ejercicio porque su cuerpo es atlético, pero es la más bajita de sus hermanas debido a que no alcanza 1.70 de altura. Ella usa un top deportivo blanco y encima una sudadera deportiva de color rojo con detalles en blanco, se nota su vientre bien formado y un poco tonificado, también tenía puesto unos pantalones deportivos rojos y unos tenis blancos muy bonitos con calentadores del mismo color.

— ¿Qué están haciendo ustedes aquí? – dijo esa mujer deportista refiriéndose a Lola, Lana y Luan desde abajo de las escaleras dejando su maleta en el suelo. — Pensé que no las vería en… nosé, ¿Navidad? Y eso que estamos en septiembre.

— ¡Mamá! – gritó Lacy corriendo hacia esa mujer.

Recibió a su hija con los brazos abiertos dándole un fuerte abrazo con muchísimo amor y cariño.

— ¿Cómo estas mi número 2? – preguntó la mujer soltando a su niña.

— ¡Mamá! ¡Tengo algo muy importante que contarte, te hará Boom! – dijo Lacy alzando la voz y llena de energía.

— ¡Si! – exclamó sabiendo como lidiar con las emociones repentinas de Lacy con paciencia. — Te escucho fuerte y claro.

— ¡Lo que pasa es que...

— ¡Habrá pizza para cenar! – dijo Luan apareciendo detrás de su hermana mayor junto con Lana con una sonrisa nerviosa. — Es que Lacy nos escuchó lo que teníamos planeado e iba a ser una sorpresa, pero tú sabes como son las chicas, Lynn… jejeje…

— Eso no es cierto – dijo Lacy sin saber que onda con sus pinches tías. — Lo que quería decir es que…

— Compramos chocolate – decía Lana en voz baja para que las chamacas no escucharán semejante mentira. — Mmm… Chocolate.

— Pediremos tu pizza favorita – dijo Lana con una sonrisa mientras le hacia señas a Lacy para que se fuera, pero no le hacía caso o más bien no le entendió; dió medía vuelta y se fue a la cocina con Lynn acompañada con Lana para continuar haciéndole la barba.

— ¿Será una con piña y anchoas? – dijo Lynn un poquito emocionada.

— Nmms, mejor vomito de perro panteonero… ¡Ay! Perdón, pensaba en otra cosa – continúo Luan algo asqueada, pero luego luego se arrepintió. — Si, pediremos eso para ti y nosotras pizza que comen los humanos.

Cuando Lana, Luan y Lynn entraron en la cocina, Lacy que quedó con Lola y Leni.

— No le dirás a Lynn que tú padre está aquí, ¿Entendiste, niñita? – dijo Lola en un tono amenazante y la señala con el dedo.

— Tu ni vives aquí, tía Lola – exclamó Lacy con valentía. — No puedes decirme que puedo y no hacer, para eso está mí mamá.

— Para tú información, sí vivo aquí y soporta mi ciela… – dijo con actitud, pero cayó en cuenta que Luan la imitó a la perfección allá arriba hace unos minutos. — Que tenga yo un departamento de lujo en New York y muchas propiedades en otras ciudades y países importantes en la industria de la moda e incluyendo en un paraíso fiscal, no significa que dejé de vivir aquí.

— Mejor díselo a alguien que le importe – dijo la niña desafiando a la autoridad.

— Esta niña… ¡Leni! – dijo Lola incorporándose sin mirar a su hermana menor. — Dile algo.

— ¿Por qué yo? – preguntó Leni con una linda e inocente sonrisa.

— Tu la cuidas la gran parte del tiempo, por lo menos debes tener un poquito de autoridad sobre ella.

— Bueno – dijo antes de inclinarse un poco delante de Lacy. — Cariño, ¿En serio tienes que decirle a tu mami sobre tú papi?

— No haré nada malo, peligroso o ilegal, lo juro por mi dedo meñique – aclaró Lacy cruzando los brazos levantando su dedo de la mano derecha.

— Oh, esta bien… Haz lo que quieras.

— ¡Leni! – reclamó Lola.

— Ella dijo que no haría nada malo y lo juró con el meñique – dijo Leni con una inconciente sonrisa sin tener idea sobre las consecuencias que traería si Lynn se entera de que Lincoln está getón en la pinche casa.

— Me lleva… – expresó Lola.

Sin perder el tiempo, Lola fue a un mueble de madera que había a un lado de las escaleras, abrió un pequeño cajón y sacó de su interior una preciosa y costosa cartera de diseñador; tomó un billete de 50 dólares y se los dió discretamente a Lacy.

— ¡¿Cómo te atreves a pensar que puedes comprar mi silencio con dinero cochino?! – dijo la niña guardado el dinero en su overol completamente indignada. — Mañana diré todo lo que sé – acto seguido, recibió otro billete. — Mejor al otro día – le dieron otro. — La siguiente semana, pero van a ver, eh.

Aún manteniendo su indignación, Lacy regresó con Lupa y Liby al sofá donde veían “Las chicas superpoderosas” pero su primera versión porque esa es la mejor que hay alv y quién diga lo contrario, dígame donde para partirnos la madre.

— Entonces, si Lacy no dirá nada sobre Lincoln, ¿Lo puedo decir yo? – dijo Leni mirando a Lola con una tranquila sonrisa.

Lola miró a su hermana menor directo a los ojos por unos segundos intentando entender cómo, cuando, dónde y el por qué comparte sangre con ella.

•••

Lincoln continúa durmiendo plácidamente y disfrutando cada segundo con sus ronquidos suaves pero notables.

Según como marcaba el reloj que había encima de la mesa de noche que tiene a un lado, es la 1:00 de la madrugada y no había ningún ruido en toda la casa, todos dormían en sus respectivas habitaciones y solo se podía escuchar el sonido del aire acondicionado que aclimata toda la casa.

Repentinamente, Lincoln abrió los ojos.

Se sacó de onda, hace unas horas estaba bien pinche cansado y que de repente se despierte así nomás porque sí, es una jalada monumental y personalmente me enoja que me pase porque, ¿Qué puedes hacer después? ¿Mirar al techo? ¿Leer algo? ¿Hablar con los demonios que viven en tu cuarto?; no puedes hacer nada y jalarte la masacuata o picarte el uyuyui no funciona porque tarde o temprano vas a terminar arrancandote esa madre o quizás, puedas romper el récord de 83 jaladas de ganso o los 134 orgasmos en el caso de las mujeres, pero no te lo recomiendo, hay gente que ha muerto solo intentándolo.

"Dato curioso, el tipo que rompió el récord de las jaladas jamás podría satisfacer a la mujer que rompió el récord de orgasmos."

Como iba diciendo.

Lincoln comenzó a mirar a su alrededor con la esperanza de quedarse dormido.

Miró hacía una esquina de la habitación del lado izquierdo de la cama y cerca de ahí entra la luz de la luna, provocando que esa esquina esté completamente sumergida en la oscuridad.

El hombre cerró los ojos y comenzó a fingir que estaba dormido. Vió algo muy extraño moverse en esa oscura esquina y pura madre se iba a levantar porque, a lo mejor, podría ser un monstruo asesino del valle inquietante o quizás, un montón de ropa que no guardaron por weba, pero eso sí, no se iba acercar averiguarlo como la haría un verdadero macho.

Solo por curiosidad y para estar seguro, abrió un poquito su ojo y pues la neta si veía a alguien parado mirándolo fijamente.

Esto es extraño. Cuando el cerebro humano no recibe la suficiente información, comienza a imaginar cosas y otras muy culeras para intentar que comprendamos lo que estamos viendo, pero eso no ayuda como debería y te hace ser muy paranoico.

Lincoln intentó mantener la calma y tartar dormir, pero comenzó a escuchar pasos muy silenciosos acercándose lentamente. Hizo un esfuerzo sobrehumano en no abrir los ojos. Sabía que tenía a alguien enfrente de la cama porque podía escuchar una ligera respiración y de repente, se acordó que Liby le dijo que había un fantasma viviendo en esa pinche casa, empeorando todo alv.

Lentamente, sintió como se subió a la cama y comenzó a deslizarse hasta acercarse lo máximo posible a su rostro. Lincoln comenzó a rezar en su mente para que al menos lo agarren confesado y hacía todo lo que podía para no gritar.

Extrañamente, comenzó a tener frío porque quien sea que tuviera encima, parecía estar muerto.

Mientras tanto en el pasillo.

Reinaba el total silencio, sin embargo, una mujer tenía planeado la manera de salirse con la suya y tener el revolcón como tanto había esperado después de tantos años sin acción y cuya desesperación se refleja en su hermoso rostro.

Lola salió suavemente de su habitación y cerró la puerta detrás de ella con cuidado en no hacer ruido.

Vestía de una manera muy curiosa a la par de misteriosa; tenía puesta una bata larga de seda floral rosa que ocultaba su torso y gran parte de sus piernas ya que debajo de eso, era una sorpresa especial para Lincoln. Además, su estilo de maquillaje era distinto porque lo que más deseaba en ella son su labial negro y una sombra de ojos bastante llamativa como una mujer gótica de una manera tan increíble que no puedes apartar la mirada. Para terminar, usaba unos tacones negros de suela roja que son caros hasta la chingada, pero se ven tan geniales y bonitos que provocan envidia de la mala.

Oh, si – dijo Lola en voz baja mirando una llave que tenía en su mano. — Tener una copia de todas las llaves de esta casa, fue una buena idea después de todo… que lista que sos Lola.

Ella comenzó a dirigirse al cuarto donde el albino dormía, pero tenía muchísimo cuidado en no hacer ruido al caminar; los tacones están diseñados para llamar la atención por lo que las pisadas suenan un chingo en la cerámica o en la madera. Le faltaba un par de metros para llegar y una malvada sonrisa se refleja en su rostro ya que no podía dejar de pensar en lo que haría y lo que no haría con el papá de su bendición que se le hacía agua la boca.

Oye, ¿Qué estás tramando, Lola? – se escuchó una voz detrás de la ex modelo.

La güera madura miró rápidamente hacia atrás y vió a su hermana gemela con las manos en la cintura un poquito molesta.

Voy al baño – respondió Lola pensando en su siguiente estrategia para salirse con la suya. — ¿Y tu? ¿Qué haces despierta tan tarde?

Tenía hambre. Cené unas quesadillas y un vaso de leche con chocolate. Aunque no lo parezca, eso es un manjar – dijo una alegre sonrisa. — ¿Por qué tienes ese maquillaje en la cara? No es propio de ti.

No podía dormir y quería probar algo nuevo, ¿Okey? Voy a lavarme la cara, tu puedes regresar a dormir, no tienes que esperar en todo lo que yo haga.

Pero si el baño está del otro lado del pasillo – dijo manteniendo la calma ya que sabe a kilómetros lo que trama su gemela malvada.

Tuve curiosidad de ver estos animales en los mue… un momento, ¿Por qué hay animales muertos en mi pasillo?

Son las mascotas de Lizy. Después te lo explico – acto seguido, Lana miró hacia abajo y vió los tacones perrones de su hermana. — ¿Por qué estás usando tacones tan noche?

Es que no recordaba en donde dejé mis sandalias y me puse lo primero que tenía a la mano, ¿De acuerdo?… pero ya vete, no haré nada y me voy a tomar mi tiempo.

Si, como no.

Con velocidad, Lana abrió la bata de Lola y lo que vió, la dejó muy impactada. Algo así no se ve todos los días.

¿Todavía te queda? – habló Lana sin dejar de ver a su gemela con asombro, pero Lola se veía evidentemente molesta. — Me sorprende que esa lencería negra te quede como anillo al dedo… Rayos, aún conservas tu figura después de todos estos años; yo sí me he descuidado un poquito, ¿Para que engañarte?… Creí que odiabas el estilo gótico y recibir los cumplidos de Lucy por vestirte como lo haría ella.

¡No me lo puse para que me lo vieras tu, idiota! – exclamó Lola volviendo a cerrar su bata. — Vete voy a estar ocupada, necesito concentración.

Sí vas a meterte al cuarto donde duerme Lincoln y hacer lo que creo que estoy pensando, yo voy contigo. Sé que no tengo lencería y menos una tan fina con la tuya, pero puedo improvisar.

No quiero – dijo a secas y sin perder el tiempo.

¿Eh? ¿Por qué no? – dijo un poquito desmotivada.

Lana… cuando Lincoln aún vivía con nosotras y teníamos intimidad las dos juntas con él, tu lo acaparabas como sí fuera el último vaso de agua del desierto… Odiaba ver como lo hacían enfrente de mí y yo no hacía nada más que esperar mi maldito turno; tú sabías que el puede durar como mínimo una media hora hasta el amanecer del siguiente día en su mejor momento… Quiero estar sola con él, ahora largo.

Al fin que ni quería, pinche mamona. Solo espero que ella se te adelante – dijo señalando detrás de Lola.

¿Qué?

Cuando Lola miró hacía atrás, vió como la linda e inocente de Leni intentaba abrir la puerta del cuarto de Luan con un pasador para el cabello y un desarmador de paleta.

¡¿Qué estás haciendo, Leni?! – exclamó Lola en voz baja, pero un poquito alterada porque casi se le adelantaba.

Oh – expresó Leni incorporándose aún con las herramientas en sus manos. — Como quiero consentir a Linky, voy hacer esos ruidos que ustedes hacían en la noche cuando yo era una niña… le daré muchos besitos y abrazos para tener otro bebé, me llena de ilusión darle un hermanito a Leina.

Lola y Lana se quedaron completamente mudas; no por lo que dijo Leni porque la neta era una tontería, sinó lo que ella tenía puesto en esos momentos.

Leni tenía puesto únicamente un camisón largo de color verde menta y podías notar a simple vista que no tenía nada debajo de su pijama; cuida mucho su aspecto físico y se veía mejor que Lola cuando tenía su edad. Además, tiene más y mejor pechonalidad que las gemelas incluyendo su trasero y sus sensuales piernas que no dejan mucho a la imaginación, sin embargo, alguna desventaja tenía que tener. Leni no está definida, menos al nivel de Lola en su edad actual, pero eso nunca en la vida sería algo malo porque eso es una característica que adoro de una mujer, me fascina agarrar sus lonjitas y aún más con el riesgo de que me metan un chingazo en el hocico por jugarle al vergas.

No, Leni – dijo Lola sonando un poco linda, pero en realidad estaba más furiosa que antes. — Es tarde, mejor vete a dormir. Necesito estar a solas con Lincoln, no tengo tiempo para tus estupideces.

Pero si me tu dijiste que me enseñarías a hacer cositas con Lincoln – dijo Leni tiernamente, pero motivada. — Iré contigo.

Oye, si ella va, yo también voy – dijo Lana firmemente. — ¡No me voy a quedar sentada escuchando como están apareándose como conejos!

¿Acaso no me expliqué bien? – habló Lola manteniendo su personalidad, pero sonaba amenazante. — Leni, lo que te dije al medio día fue por el calor del momento y Lana, contigo no lo volveré a repetir. Larguense, mientras tengan la maldita oportunidad

Casualmente, las tres observaron como la puerta que había delante de la habitación de Luan se abrió con lentitud y de la misma oscuridad, Lori salió molesta, enojada y somnolienta debido a que las voces de sus hermanas mayores la despertaron hace un rato y no se callaban el perro hocico.

Oigan… Loan está durmiendo conmigo – habló Lori en voz baja. — Sí esa bebé se despierta y llora, que es lo más probable, solo tengo que despertar a Lynn y decirle que Lincoln está en la casa para que todo su puto teatro se vaya a la puta mierda. Ahora, regresen a dormir como lo hace gente normal… ¡YA!

Después de unos segundos de mirarse las unas a las otras, Leni y Lana comenzaron a retirarse a sus cuartos dejando a Lola sola con Lori.

La güera madura trató sobreponerse ante su hermana menor con su poderosa y dominante mirada, pero Lori se mantenía firme como un roble, siendo de los pocos humanos que no se somete ante los deseos o caprichos de Lola, ganándose su respeto y a su vez, su odio.

No te tengo miedo, Lola – dijo Lori sin dejar de verla directo a los ojos.

Je… deberías.

Cuando vió como Lola regresó a su cuarto, Lori volvió a su habitación cerrando la puerta detrás de ella. Suavemente, se acostó en su cama junto a su bebé quien parecía estar a punto de despertarse, pero cuando sintió el cálido abrazo de su madre, Loan siguió durmiendo mientras, Lori se acurruca con su criatura y volvía a dormir.

•••

En la sala principal de su laboratorio, Lulu observa por gigantesca pantalla los 10 expedientes que tiene sobre sus tías y de su propia madre mientras que sus robots de reparación aún arreglaban la parte que ella misma destruyó con el escritorio capítulos atrás. Ella se limitaba en solo pensar ya que aún no encontraba otras pruebas de las que ya tenía.

— ¿Aún nada, coliflor? – exclamó Lani caminando por el techo de la sala del laboratorio mientras comía un pedazo de carne seca con picante.

— Negativo – respondió Lulu. — Tengo 4 de los 10 testimonios que necesito para una conclusión satisfactoria. Es crucial que nuestras madres y tías confiesen sobre lo que hicieron años atrás. Analizar minuciosamente cada una de sus palabras, pero por ahora solo puedo esperar.

— ¿Cómo puedes estar segura de que no están mintiendo? – dijo colocándose encima de Lulu aún en el techo. — Miento mucho, pero algunas de ellas me superan.

— Mi progenitora puede ser 1,000 cosas y 990 de esas no son para nada favorables, pero nunca me ha mentido… o eso creeré hasta que demuestre lo contrario – dijo mirando al techo directamente a los ojos infernales de Lani. — Lola no es impulsiva al hablar. Luan no tendría motivo para mentirle a papá y menos delante de Liby. Leni simplemente la descarto solo por ser Leni, no espero nada de ella una forma sincera… hacen falta que estén Lily y Luna en la casa para estar completos, solo así generaría un efecto dominó para que ellas y las demás digan su versión de los hechos.

— Por la bruja de Luna no hay pedo – decía sacando su celular y comenzó a escribir. — ¿Quieres que sea homofóbica o misógina en este mensaje?

— Ambos… y dile la verdad desde un inicio, estoy harta de todo esto.

Lani comenzó a redactar el mensaje entre risas y mientras hacía eso, se dejó caer aterrizando sentada en el sillón donde se encontraba Lulu.

— Listo… Le dije sobre lo que opino de las machorras que vivieron en 1939 a 1945 y le dije también lo de papá sin contexto – dijo mostrándole el mensaje a su hermana menor. — Estará aquí en unas 8 horas más o menos, pero bien emputada.

— Sorprende, eres muy explícita y no tienes ningún filtro – decía mirando el mensaje.

— Ésto no es nada, la bruja de mi mamá dice cosas muchísimo más horribles ¿De quién crees que lo aprendí?, ¡Jajajajajaja! Oh, vamos ríete contigo, no me dejes sola.

— … ja ja ja ja – Lulu río de forma bastante simplona y sin emoción.

— He comido hienas que se ríen mejor que eso. Eres una científica loca, deberías reírte de una forma más malvada y desquiciada que esa mierda.

— No sé lo que se siente verdaderamente reír.

— Es muy fácil, mira – decía poniéndose cómoda en el sillón. — Solo respira profundo y ríete usando el estómago.

— Ah, está bien – inhaló aire. — ¡Jajajaja! – rió de una forma un poco más natural, pero aún seguía sin poner sentimiento y parecía extraña. — ¿Así?

— Eh… bueno. Te hace falta un poco más de práctica.

Lulu observó a Lani seriamente por unos instantes en total silencio y algo molesta.

— ¡Solo estoy jugando! – dijo entre risas, pero luego cambió de tema. — Quita esa chingadera de la televisión, estoy aburrida desde hace tres horas.

— Ah, ¿Quieres venir? – decía Lulu cambiando lo que se veía en la pantalla con una tableta electrónica que tenía aún lado de ella

— ¡Lucha libre! – exclamó Lani quitándole de las manos la tableta poniendo lo que quería ver. — ¡Vete a la verga! ¡¡Triple H fue a la casa de Randy Orton a partirle su puta madre!! Que bueno que había cámaras para grabar ese momento – decía reaccionando a lo que veía en la gigantesca pantalla, poniéndose cómoda en el sillón junto a su hermana menor.

— Eso es actuación y nada de eso es verdad hasta cierto punto.

— ¿A quién le importa? Por algo se llama entretenimiento… Es divertido ver que clase de pendejadas te van a salir. No pienses demasiado, intenta relajarte un poco de toda la basura que hay alrededor de papá.

— … Por primera vez, tienes razón en algo.

Ambas tan solo se quedaron viendo las luchas hasta el amanecer, compartiendo un lindo momento de hermanas.

Es muy curioso. Sin importar la era, raza o especie, en algún punto de la vida conocerás a ese sujeto imbecil, alocado y carente de sentido común que se volverá un pilar importante y en la mayoría de los casos, siempre será tu hermano siendo de sangre o quizás no.

Lani es la única que entiende a Lulu y viceversa y aunque lleguen a estar vivas en el milenio 40,000 y que toda la humanidad esté a lo mejor extinta, siempre tendrán el gusto de tenerse la una a la otra.

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¡Ah! ¿Qué creyeron cabrones?

¿Que el naco y estúpido del autor subiría otro capítulo al siguente año?

Osea hay parte de verdad en eso, pero estoy intentando ser como era en el primer fanfic que escribí, pero eso fueron otros tiempos.

Intentaré subir el próximo lo más pronto posible…

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