13. Trabajo.

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Seokjin observó a su alrededor cuando llegó esa mañana a Golden Closet. Se aseguró que todo estuviera ordenado para cuando Taehyung llegara, debía de estar todo en su lugar al igual que los empleados que lo recibirían debían de estar atentos a su llegada.

Hizo una mueca al ver como la energía abrumadora de Yoongi entraba por la puerta, observando todo a su paso, sonriendo y saludando a los empleados que comenzaban a llegar. A pesar de que su personalidad refinada molestaba a muchos, tenía ese algo que le encantaba a más de uno porque era una persona buena y llena de energía que a Seokjin realmente le molestaba.

—Buen día, mejor amigo—Dijo el pálido cuando llegó a su lado. Seokjin gruñó y dijo algo por lo bajo que no llegó a escucharse.

A Yoongi le encantaba hacer ese tipo de cosas, cada vez que descubría algo que molestaba al mayor, él siempre lo utilizaba a su favor para que el otro se molestara. No lo hacía de una mala forma, simplemente le gustaba ver el rostro arrugado de Jin en enojo y como a veces parecía rapear cuando le gritaba cosas.

—Buen día maldito enano de jardín—Yoongi frunció los labios y puso sus ojos en blanco antes de levantar sus hombros, siguiendo con su camino hasta el Golden Room.

El Golden Room era un lugar amplio con ventanales que daban una hermosa vista de la ciudad, una mesa larga de la más cara madera con asientos negros acolchonados y cómodos, las paredes eran de un negro brilloso con bordes de color dorado que se asemejaban mucho al oro porque daba la sensación de que se encontraban hechos de este mineral, una luz blanca estaba encima de la mesa y era del mismo tamaño que esta. El piso era de madera gris y blanca. Todo era ostentoso y a simple vista casi frágil, cosa que a Yoongi no le interesó porque dejó con una fuerza extrema su bolso encima de la mesa antes de observar a una de las paredes y ver la pantalla que aún se encontraba apagada.

—No necesitaremos la pantalla, Yoongi—Murmuró Seokjin, dejando una taza con café al lado del bolso del pálido—. Vendrá Jeongguk a evaluar a Taehyung y luego de eso estará adentro.

— ¿Jeongguk aparecerá?—Preguntó casi sorprendido.

Porque a pesar de que Jeongguk era el creador de esa marca y de ese lugar, él era una persona que parecía contentarse con tan solo mantenerse en las sombras. La mayoría de empleados creían que el dueño de todo eso era Seokjin, cuando en realidad él era el vicepresidente, pero quien también era un empleado como todos. No era que Jeon no quisiera hacerse cargo, porque lo hacía, pero el esfuerzo que había invertido en poder sacar una marca de ropa con buenos y únicos diseños, era algo que no podía dejar pasar porque él sabía como eran los haters o cualquier idiota que quería hundir su carrera, si se sabía la verdad detrás de todo no dudaba en los comentarios que saldrían diciendo que todo eso lo había obtenido gracias a la fama que ya tenía y no simplemente porque había puesto todo de sí.

—Al parecer—Dijo Seokjin—, dijo que Tae tenía buenos diseños y que quería conocerlo en persona. Ni siquiera preguntó su nombre o apellido, él simplemente quedó impactado con los dibujos—Encogió los hombros antes de volver su vista a su celular y contestar un mensaje hacia su hermano menor.

Estuvieron un rato dentro del Golden Room, hablando de todo un poco y concentrándose en los nuevos diseños que lanzarían para la temporada Primavera-Verano. Kim tenía algunos en mente, pero quien los había diseñado aún tenía una media hora para que llegara y Yoongi simplemente hacía lo que el mayor le decía, si tenía alguna opinión negativa o algún diseño no era de su gusto, él lo hablaría sinceramente.

Cuando la hora que habían acordado con Taehyung llegó, el muchacho salía del ascensor con paso tímido y sus ojos mirando hacia todos los lugares posibles. Más de una persona se quedó enganchada con la belleza que él poseía, no era normal ver a alguien así de hermoso a menos que fuera un modelo que trabajaba para la agencia, pero de ahí en más nada.

— ¿Ese es Kim Taehyung?—Preguntó Yoongi con la voz llena de asombro. Jin hizo un ruido con su boca, afirmando esa pregunta—. Mierda que es precioso, lo querría más para que llevara puesto algunos de los diseños. Con esa cara y esas curvas es perfecto para el modelaje. Ay, casi siento envidia de él—Se quejó el pálido, golpeando con sus pies el suelo de madera en un intento de berrinche tierno.

—Buenos días—Dijo el muchacho en un tono bajito cuando Jin salió del Golden Room a recibirlo.

—Buenos días, cariño. Soy Seokjin, aunque seguro que te habrás dado cuenta. Por favor, ven por acá así estás más cómodo y lejos de las miradas acosadoras de todos estos. Quien está adentro es Yoongi—Hizo una seña con su mano para que le restara importancia y entraron en el lugar.

Taehyung hizo una reverencia al ver al menudito pálido dentro del lugar, saludando y tartamudeando en el intento, se sintió estúpido por el simple hecho de que tenía que estar seguro y confiado, pero los ojos gatunos del otro lo ponían nervioso. Yoongi le indicó que se sentara y este lo hizo aún con sus manos temblando y sudando.

—Soy Min Yoongi, es un gusto. Siéntete cómodo y muéstrame tus dibujos—Juntó sus manos sobre la mesa y sonrió tiernamente.

Seokjin en la puerta del Golden Room negó con su cabeza antes de llamar con la mano a Aegi, la secretaria del lugar. La muchacha se paró frente a él e inclinó su cabeza para tener una mejor vista de adentro del lugar porque una persona hermosa como lo era quien había entrado hace poco, no se veía todos los días y por lo que ella tenía entendido él no era un modelo, sino alguien que trabajaría en la empresa.

—Aegi mis ojos están aquí arriba—Murmuró el mayor soltando una risita.

—Lo siento. ¿Qué necesita?—Pero sus ojos seguían moviéndose para mirar a la figura de quien estaba hablando con Yoongi.

—Prepara un café ¿Sí? Luego tráelo.

—Enseguida se lo traigo—Murmuró antes de dar media vuelta y marcharse a realizar lo pedido.

Seokjin volvió a ingresar al lugar con la mirada clavada en Yoongi y haciendo señas para que dejara de mirar tan fijamente a Taehyung, pero claro, él no le había prestado la mínima atención porque estaba enganchado de la belleza del muchacho y era no creíble que él realmente fuera un humano.

—Aquí tiene—Murmuró Tae antes de pasarle la carpeta con los dibujos que había seleccionado. Yoongi frunció sus labios antes de tomarla delicadamente entre sus manos y abrirla para comenzar a mirar.

—Eres justo lo que estábamos buscando—Dijo en un tono bajo el pálido antes de seguir pasando las páginas de una forma sumamente cuidadosa—. Estos diseños de vestidos son hermosos, ¿no lo crees, Seokjin? Mira este—Le señaló el diseño de uno de color negro con la mitad de la parte baja, el cual era un agregado de una falda larga, con volados en negra con puntos blancos—. Estos tienen más elegancia. Y este de acá pareciera perfectamente hecho para algún festival de música o algo por el estilo.

—Me gusta ese—Jin señaló un modelo que parecía ser un vestido, pero que en realidad era enterizo y la parte baja era un pantalón de color rosa palo y un estampado de flores—, te dije que era muy bueno diseñando.

Taehyung estando a nada más que centímetros de ellos, se sonrojó. Se sentía halagado por las cosas que ellos estaban diciendo y eso hacía que tuviera un poco más de inspiración para volver a diseñar algo en cuanto tuviera un momento a solas, él constantemente se mantenía haciéndolo porque sabía que si en algún momento paraba, el maldito bloqueo lo dejaría sin dibujar durante semanas y a veces hasta meses. Por ese motivo siempre trataba de evitar todo eso.

—Los diseñadores aquí tienen su propia oficina. Este lugar se conoce como el Golden Room y es la sala de juntas, presentaciones y obviamente hablamos de las ventas, los nuevos diseños y las colecciones. Luego, más allá, se encuentra el Emeral Room, el cual es la oficina del presidente que por cierto, no soy yo. Todos creen eso, pero soy el vicepresidente de aquí...—La charla siguió un poco más antes de que Aegi interrumpiera con unos suaves golpes en la puerta del lugar, entregó la taza e hizo una reverencia antes de salir.

—Lo siento, señor Namjoon no puede pasar ahí. El señor Seokjin me dijo que solo el presidente tenía permitido entrar, nadie más.

—Oh, ¿En serio? No me interesa, Aegi. El estúpido del presidente no quiere traer su culo hasta aquí porque está demasiado cansado para hacerlo. Vine en su reemplazo, como si eso me correspondiera—Murmuró lo último antes de hacer suavemente a un lado a Aegi y sonreír con los labios pegados, mostrando los hoyuelos que a más de una persona le gustaba. Una sonrisa boba apareció en el rostro de la secretaria del lugar antes de hacerse completamente a un lado.

— ¿Qué haces tú aquí?—Preguntó Seokjin cruzándose de brazos y mirando a su hermano menor.

—Hyung, no empieces, por favor.

— ¿No vendrá?—Dijo en un tono casi decepcionado.

—Nop, tiene su culo muy cansado como para moverlo hasta aquí. soy su reempla...—Cerró abruptamente su boca antes de disimular la sorpresa que había atacado su rostro con una sonrisa, mostrando dos perfectas hileras de dientes blancos y derechos junto a unos preciosos hoyuelos que harían caer embelesados a más de uno— zo... Un gusto, soy Kim Namjoon. Representante del presidente y el hermano menor del vicepresidente.

—También es un gusto, soy Kim Taehyung. Diseñador de modas y fotógrafo.

—No te vi, disculpa mi vocabulario. El presidente tuvo algunos problemas de salud y hoy no podrá presentarse, pero dijo que la semana que viene estaría por acá, está muy ansioso por conocerte.

Namjoon sabía que cuando Jeongguk lo viera, se caería de culo. Literalmente el muchacho por quien estaba llorando y lamentándose ayer, estaba en ese lugar, en su empresa y a punto de empezar a trabajar con ellos. Realmente Nam no creía en el destino, pero estaba más que seguro que había jugado a su favor para colocarlos a los dos en un mismo lugar, en una misma ciudad y en un mismo país.

—Hola cosa bonita—Murmuró juguetón hacia Yoongi haciendo que este sonriera coqueto antes de sacarle el dedo del medio.

—Hola precoz—Sonrió el pálido logrando que Namjoon se sonrojara y mirara nervioso a Taehyung antes de desviar la mirada al menudito cuerpo de Min.

—Disculpalos, si Namjoon sigue viniendo ambos se seguirán comportando de esa manera. Supongo que son dos idiotas que aún no han madurado lo suficiente y que además no saben controlar sus estúpidas bocas.

—No hay problema, no me molestan en absoluto—Tae sonrió y encogió sus hombros antes de responder la pregunta que Yoongi le había hecho antes de que Namjoon entrara al lugar.

Seokjin sonrió y se cruzó de brazos apoyando su espalda justo al lado de la puerta, mirando a las tres personas y luego negando con su cabeza; divertido y satisfecho. Sonrió aún más, si es que podía, cuando Aegi colocó en sus manos los papeles del contrato que Taehyung iba a firmar. Revisó todo con cuidado, asegurándose que no había nada fuera de lugar y que todo estuviera ahí, desde el monto que estaría cobrando hasta cómo podía hacer para pedir sus vacaciones. Con cuidado y mirando fijo a los demás colocó los papeles sobre la mesa, y explicó qué era.

Taehyung sonrió, estaba tranquilo a pesar de que cuando subió al ascensor para llegar a ese sitio casi le agarra un ataque de ansiedad. Tenía todo bajo control, al principio había estado nervioso y temblando, pero ahora todos lo habían hecho sentir cómodo y eso lo agradeció internamente.

ଘ(੭ˊᵕˋ)੭* ੈ✩‧₊˚

Jeongguk respiró hondo, recuperando todo el aire que había perdido mientras entrenaba. Sentía sus músculos doler y quemar cada vez que se forzaba a realizar uno más. Sabía que no debía de sobreesforzarse porque, a pesar de que su anemia había mejorado un poco, aún seguía muy débil para hacer que su cuerpo trabajara demás. El médico le había recomendado que lo mejor era que simplemente se quedara en su casa descansando, pero la exigencia de hacer algo le estaba torturando la cabeza. Cuando Namjoon se enterara, este se cansaría de patear su culo.

Miró el reloj que descansaba en su muñeca y bufó. Se suponía que tenía una reunión con el nuevo diseñador, el cual venía desde Sudamérica, iba a presentarse porque tenía muchas ganas de conocerlo. Seokjin no era una persona que aceptara a todos tan fácilmente, era estricto con lo que quería y él necesitaba a alguien que diera lo mejor de sí para crear los mejores diseños, por eso cuando decía que alguien era bueno, es porque realmente lo era. Y Jeongguk estaba emocionado, pero a última hora algo se había apretujado en su pecho y había decidido que lo mejor no era presentarse, algo en su cabeza le había gritado tan fuerte que no debía de presentarse en el lugar, que él, simplemente decidió hacer caso.

Se sentó sobre un escalón respirando con fuerza, con el sudor recorriendo todo su cuerpo, con dolor en la mayoría de sus músculos y un espantoso tirón en el tendón del bíceps que lo había hecho parar todo y morderse la lengua con fuerza para no gritar. Se tomó la parte del brazo que había dolido y movió su pie en un intento de alejarse del dolor.

— ¿Qué sucede, Jeongguk?—Se alarmó su entrenador, mirándolo con los ojos abiertos sin saber muy bien qué diablos hacer. No podía distinguir qué lugar era el que le dolía porque todo su cuerpo se encontraba temblaba—. Cálmate, respira hondo y suelta el aire, cuenta hasta diez.

—Solo fue un tirón en el bíceps—Murmuró una vez se calmó. Apretando la zona afectada antes de que su entrenador negara con la cabeza y tanteara un poco, si tenía un desgarramiento en el tendón iba a ser jodido y dudaba de que pudiera recuperarse con facilidad.

—Te estás sobreesforzando, Gguk. Es mejor que terminemos por hoy. Ve a casa, dúchate y descansa. Dejaremos el entrenamiento para más adelante, cuando estés mejor. Sé que necesitas algo para distraerte, pero lo que estás haciendo ahora solo empeorará tu salud, no va a mejorar y también estás corriendo el riesgo en joderte algo más. Recuerda que de un desgarramiento de tendones nadie sale bien.

—Pero...

—Nada de peros, muchacho. Vamos, ve a casa. Estaré llamando a Namjoon para seguir chequeando tu salud ¿Sí? Descansa, nuevamente te estás viendo pálido.

—Está bien, gracias—Murmuró casi con su voz saliéndole como un niño pequeño, su entrenador aflojaría si veía que él hacía un puchero.

Sin nada más qué decir y sin lograr convencer a su entrenador, Jeongguk se despidió con un asentimiento de cabeza y tomó su bolso deportivo antes de salir del gimnasio. Se colocó su mascarilla y se movió hasta el estacionamiento, en donde había dejado su auto. Una vez en este, observó los mensajes en algún tipo de código que Namjoon estaba mandándole, pero no le prestó la suficiente atención para tratar de descifrarlos.

Últimamente se encontraba muy distraído y estresado, y para que él mismo se diera cuenta de esas cosas es porque el asunto realmente estaba volviéndose problemático. El último encuentro que habían tenido, a pesar de que las cosas habían salido más o menos bien, Jeongguk sabía que todavía había mucho que aclarar. Pero también sabía que ambos tenían miedo, porque no querían descubrir ciertas cosas que tal vez los molestaría. No habían vuelto a encontrarse y tal vez era eso el motivo que lo tenía tan molesto a Jeon, o sino no se lo explicaba.

Namjoon idiota:

Bueno lo veo

Sé por qué estás tan idiota.

Es lindo.

Se ríe de mis chistes y no le molesta cómo hablo.

:

¿De qué estás hablando?

Namjoon no entiendo nada.

Explícate.

Namjoon idiota:

Cuando lo veas, vas a caerte de culo.

Tú:

¿Por qué?

Namjoon idiota:

Solo espera.

:

¿A qué?

Namjoon idiota:

Espera.

Ah y el contrato con el nuevo diseñador ya está firmado.

Ya es oficial en Golden Gloset, mañana es su primer día.

Ve cuando puedes ir, así le das la bienvenida al trabajo.

:

Gracias, bro.

Dejó el teléfono a un lado y luego, observó la computadora frente a él. Había llegado a su cabeza un pequeño fragmento de algo, pero se le hacía difícil el tratar de ordenarlo en una oración coherente porque Jeongguk tenía que tapar todo para que su carrera no se jodiera en la industria machista y homofóbica como lo era en la que él estaba.

Jeon era gay y lo aceptaba libremente, pero su mánager no, a pesar de que Namjoon siendo CEO de la empresa le había dicho que el artista podía ser lo que quisiera porque él tendría la libertad que otros artistas, en otras empresas no tenían. Joon no quería atraparlo nunca más, quería que Gguk fuera libre como siempre había querido, pero el idiota que tenía por mánager simplemente lo había amenazado de renunciar y sacar todos sus secretos para que los demás supieran lo que KJ Entertainment y el artista Jeongguk ocultaban. No era como si Namjoon no pudiera hablar con algunos de sus amigos abogados y demandar a ese hombre por amenazas estúpidas, pero Jeon había dicho que lo mejor era que todos se quedaran callados, no quería perder nada de lo que había logrado y mucho menos la confianza que sus fans habían puesto en él.

Suspiró frustrado, antes de pasar ambas manos por su cabello, revolviendolo. Su celular sonó y observó quien llamaba para luego poner sus ojos en blanco. Se levantó de su asiento y se movió hacia el balcón, sintiendo una fresca brisa golpear contra su torso desnudo mientras se apoyaba en el barandal mirando la vista que le daba su hogar.

—Hola mamá—Murmuró.

—Hola Ggukie bebé ¿Cómo estás? ¿Cómo te sientes? ¿Has tomado tu medicación? ¿Y las vitaminas?

—Mamá, estoy bien. Me siento mejor y sí, estoy tomando el suplemento y las vitaminas. ¿Tú cómo estás?

—Estoy bien, hijo. Preparando algunas cosas. Tu hermano y su novia vienen a cenar así que estoy trabajando un poquito—La señora Jeon rió y luego soltó un suspiro—. Tu prima, Jeongyeon* llamó para decirme que está preocupada por ti. No por el tema de salud sino porque estás involucrado sentimentalmente con alguien y algo les está impidiendo que puedas estar con esa persona.

— ¿Jeongyeon dijo eso?—Jeon soltó una risa sin gracia, no molesto, sino que sorprendido que su prima que veía máximo una vez por año, supiera algo como lo que estaba sucediendo—. No pasa nada, mamá. Estoy bien y no estoy viendo a nadie en este momento. Las fechas del tour, los comebacks y todo eso no me lo permiten, no tengo tiempo. Llamaré a Gyeon después y hablaré de ese tema con ella, simplemente le habrá mentido alguna persona de esas a las que ella va.

Siguieron hablando, su madre contándole algo que Jeongguk no pudo prestarle atención. Su mente se había ido, pensando en lo que le había dicho hace segundos a su mamá. No estaba interesado en una relación, no al menos con alguna persona que lo hubiera insinuado, pero el simple pensamiento de que estar en una relación siendo él famoso era tan complicado y doloroso, lo tenían en un hilo. Porque él quería sentir el calor de un abrazo de alguna pareja, porque él quería saber lo que era que alguien te esperara con los brazos abiertos, porque él quería experimentar el amor y lo que era tener el corazón roto, pero se veía lejano y molesto, y lo único que pudo hacer fue negar con la cabeza y borrar toda imagen quea su cerebro estaba pensando. Porque a pesar de que los encuentros habían parado, se descubrió a sí mismo pensando en todo momento en él, todo parecía ir hacia él y solo él.

Cuando la llamada acabó, apoyó su frente sobre su brazo y se mordió su labio inferior con fuerza, asintiendo con la cabeza para él mismo. Lo único que podía hacer ahora era olvidarlo aunque fueran unos minutos y pensar en el hecho de darle la bienvenida al nuevo diseñador en algún día que restaba de esa semana.

Taehyung podía esperar unos segundos más y luego volver a joder con su cabeza cuanto quería porque Jeongguk se lo permitiría. El menor tenía permitido hacer con Jeon lo que quisiera, podía destrozarlo y luego volver a armarlo, a él no le importaría porque Tae era eso que estaba esperando hace tanto tiempo.

Puede ser que en el próximo capítulo haya un encuentro entre ambos planos, el de los sueños y la realidad así que por favor, esperenlo. Muchas gracias por los votos y comentarios.

*No es Jeongyeon de Twice, es simplemente un nombre usado en un personaje al azar.

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