Capítulo Once🐞

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- ¿Y cómo está mi sobrino favorito?-

- Alya, baja la voz- renegó Marinette. Estaban en la parte trasera del colegio donde nadie pasaba, pero la azabache no quería arriesgarse.

- Deberías agradecer que me preocupo tanto por él o ella como por ti. ¿Aún sangras?-

- No, pero me siguen dando dolores-

- Ve a un hospital. Creo que la hermana de mi papá trabaja allí, y-

- ¿En serio? Pero no quiero que me haga preguntas sobre el embarazo, ¿y si conoce a mis padres?-

- Tranquila, yo le avisaré que tú vas cuando me digas, y, ¿aún no le dices a tus padres? ¿O a Chat?-

- No- la castaña palmeó su frente.

- A ver amiga, yo puedo estar cuando les digas a tus padres, o yo misma lo haré, y el padre del bebé tiene derecho a saberlo-

- No se puede, él es muy impulsivo y no podría guardárselo... además, no quiero imaginar el desorden que habrá con este bebé. Mi Lucky Charm se activó solo al ver a una chica siendo perseguida por un chico. Así de la nada, como si se activara con la menor alarma de peligro-

- ¿Eso qué tiene que ver?-

- ¡Imagínate con el cataclismo de Chat!- exclamó. Tomó un respiro y prosiguió. - El punto es, que tenía planeado decírselo a Fire Fox- Alya frunció el ceño.

- ¿Por qué? ¿Planeas revelarle lo más íntimo que te ha pasado a alguien que apareció en tu vida hace un mes y ni siquiera conoces?-

- Eh, ¿quién dice qué no?-

- La máscara-

- Me acosté con Chat Noir sin saber quién es bajo la máscara-

- Llevas más de tres años con él, no lo puedes comparar-

- Se ha ganado mi confianza. Como Miss Peacock, que le conté lo que sucedía con Chat y yo antes de averiguar quien era. Y también confió en Jade, aunque no se lo diré, la única que me causa recelo es Queen Bee-

- Si, estoy contigo en eso pero, ¿qué se supone que lograrás contándole al señor zanahoria sobre tu embarazo?-

- ¿Te ha hecho algo para que lo llames así?-

- Perdí una apuesta con él, ¡pero no cambies de tema!- la apuntó con un dedo y se echó a reír, aunque su amiga no se inmutaba.

- Mira, los portadores de los prodigios son seleccionados por el guardián de los miraculous, y confío en él, por lo tanto debo confiar en mis compañeros, además, él no conoce mi identidad así que solo sabrá que Ladybug está embarazada, no Marinette- en ese momento, sonó el timbre.

- Bueno señorita Noir, vamos a clase. Recuerda que después tienes que ir con Adrien- ambas regresaron al salón a tiempo. La castaña le pasó una tarjetita al sentarse en sus puestos.

- Aquí trabaja mi tía, si necesitas que te revise, pregunta por Anne Césaire-

A la salida la peliazul se dirigió directo a la mansión.

- Entonces, Mari, ¿Estás lista?- preguntó el rubio con una sonrisa.

- La verdad, me pones nerviosa-

- Solo debes... ni siquiera se que debes hacer- ella soltó una carcajada. Nathalie apareció en ese momento, interrumpiendo la conversación.

- Hola Adrien- miró a la peliazul - ¿Señorita Dupain Cheng, si no me equivoco?-

- Si, soy yo-

- Sígame- y de inmediato se volteó hacia las escaleras para dirigirse a la oficina de su anterior jefe.

Los jóvenes le siguieron pero a Marinette le costaba un poco, en especial, con su dolor.

- Adrien me comentó que sabía sobre el diseño-

- Pues sí, me gusta diseña, aunque no creo ser tan experimentada como...-

- Yo creo que si podrás, eres muy talentosa Marinette, además puedes ver esta experiencia como una pasantía- ella sonrió y dio gracias internamente al llegar a la oficina.

Se acercó al escritorio y observó varios papeles con imágenes. Muchos trajes, y debajo, algunos documentos.

- Tendría que escoger los mejores atuendos, que sería mas cómodo para cada estación, y en cada una sería recomendable auspiciar algo nuevo. Por ahora solo concéntrese en lo que la gente desearía usar- y con eso se retiró. Marinette se quedó mirando a Adrien hasta que ambos rieron.

- ¿Quieres que te deje sola o te acompaño?-

- Prefiriría una ayuda-

- Solo se modelar- resopló - lamento no ser de mucha ayuda-

- Tranquilo-

Se pasaron gran parte de la tarde eligiendo los mejores diseños que había dejado el padre de Adrien. Marinette aportó con algunas mejoras y con sus propias creaciones.

Cuando estaban finalizando, Marinette comenzó a sentir náuseas y le pareció que su cabeza daba vueltas.

- Ya terminamos, ha sido más... complejo de lo que creí- mencionó el rubio. La peliazul apoyó su frente en su mano.

- ¿Estás bien Marinette?-

- No- contestó y corrió al pequeño bote de basura en el rincón para vomitar. Adrien se acercó rápidamente y le sobó la espalda, no estaba muy seguro de que hacer. Cuando ella terminó, Adrien le pasó unos pañuelos.

- ¿Mejor?-

- Si, perdón, estaba mareada, eso es todo-

- ¿Segura? Puedo darte unos-

- No, no es necesario-

- De acuerdo. Te acompaño a tu casa- se ofreció Adrien mientras caminaban a la entrada.

- No, Adrien no te preocupes. Debo ir donde Alya y estoy bien, en serio- cuando llegó a la puerta le sonrió - Nos vemos mañana-

- Adiós-

Marinette llamó a la castaña.

- ¿Alya?-

- Chica, ¿cómo estás?-

- Bien, voy a ir al hospital, para vernos allá-

- Claro, estaré ahí- ambas colgaron. La peliazul se metió en un callejón y se transformó. En su camino, se topó con el pelirrojo.

- Ladybug- saludó con una sonrisa.

- Hola Fire, ¿cómo así estás patrullando temprano? Ya no está Hawkmoth-

- Hay otros crímenes aparte de los akumatizados- respondió sin borrar su sonrisa. Ella soltó una risita. Luego, puso una mueca y rodeó su vientre.

- ¿Ladybug, estás b- no terminó la frase ya que la nombrada se desmayó en sus brazos.

- ¿Ladybug? ¡Ladybug! Despierta- con su flauta, hizo una ilusión en el edificio, como si tuviera un piso extra, para que nadie los vea. La acostó colocando su cabeza azabache en su regazo y tomó su mano. Pasados unos minutos, ella comenzó a parpadear.

- Ladybug, ¿qué tienes?- ella abrió los ojos, pero su dolor no cesaba. Gimió de dolor y puso su mano libre sobre su vientre.

- Fire Fox- habló con esfuerzo - Me voy a destransformar pero debes jurarme que no le dirás a nadie quien soy. Te lo suplico-

- Te juro por mi miraculous que no le diré a nadie, pero dime, ¿adónde te llevo?- ella lo ignoró y pronunció la palabras que le quitaron el traje.

- ¿Marin-?- agitó su cabeza- ¿Adónde te llevo?- ella agradeció que su compañero no la cuestionara y se preocupara por ella. Le entregó la tarjeta que le dió Alya y este la revisó. La cargó y se destransformó antes de entrar si ser visto.

- El tímido artista Nathaniel es Fire Fox- el pelirrojo rio.

- La olvidadisa Marinette es Ladybug- ella le acompañó en la risa y pidió que la soltara. En la recepción, llamaron por la tía de Alya.

Marinette estaba apoyada en Nathaniel, apenas podía caminar y le dolía el vientre. Subieron al segundo piso y entraron en la habitación designada.

- Ayúdenme, me duele el vientre- dos enfermeras la candujeron a la camilla y la hicieron sentar. Nathaniel fue a donde una enfermera lo llamó.

- ¿Me puede decir los datos de la paciente?-

- Marinette Dupain Cheng- respondió mientras Anne la revisaba.

- Alya me dijo que venías-

- Sí, soy su mejor amiga- la doctora asintió y le inyectó. Marinette se acomodó el algodón sobre el lugar donde le pusieron la inyección.

- ¿Con eso mi bebé estará bien?-

- Si- le entregó tres frascos - con estas dos te fortalecerás, y esta es para dormir. Necesitas reposo- ella asintió. Nathaniel se acercó a su amiga. La doctora le sonrió al chico.

- ¿Todo bien?-

- Claro que sí. Fue muy acertado venir cuando se presentó la hemorragia. Minutos más tarde su bebé hubiera muerto- el corazón de Nathaniel pareció olvidar como latir por un segundo.

- Iré a recoger la receta de la vacuna- dijo y salió. Marinette tenía la cara roja.

- Asi que... eres Ladybug- mencionó. Ella le miró a los ojos.

- Nath, no puedes decirle a nadie. Ni de mi secreto ni del bebé- la doctora volvió a entrar. Le entregó la cuenta al pelirrojo que la pagó. Marinette abrió los ojos como platos.

- Son como doscientos dólares, ¿De dónde sacaste el dinero para eso? Yo tenía que pagar Nath, no deb-

- Mari, tranquila, te harás daño a ti y al bebé. Son solo unos ahorros que tenía desde pequeño. Igual, nunca los iba a usar. Y no te preocupes- la calmó. Marinette estaba intranquila pero no pudo detener a su amigo. Se despidieron y al salir pidieron un taxi.

- ¿No vas a preguntar? Has sido tan amable conmigo en estos momentos que ni sé como pagarte devuelta-

- No tienes que hacerlo. Y, si estoy curioso, pero no te obligaré a decirme nada- fueron a la casa de la peliazul y subieron a su habitación. Los kwamis salieron.

- Soy Tryxx-

- Hola- sonrió. El mismo saludo hizo Tikki y se fueron al escritorio.

- Te contaré, el padre de mi bebé es Chat Noir- Nathaniel se pasó una mano por el pelo.

- ¿Ya lo sabe?-

- No puede. Escucha...- Marinette le contó resumidamente lo prohibido de su relación por los prodigios.

- Te conozco desde la infancia Nath, y te confío todos estos secretos- él estaba estupefacto.

- Es difícil de digerir. Pero ahora entiendo. Los silencios incómodos cuando me acercaba, o las palabras de Queen Bee. Ella sospecha que hay algo entre tú y Chat Noir. Pero, ¿qué puede ocurrir con la llegada de tu bebé?- Tikki y Tryxx se acercaron.

- Portadores como Queen Bee se pondrían celosos, lo que crearía un aura negativa con sus poderes y podrían volverse como Hawkmoth. Además de que los poderes de Ladybug y Chat Noir se descontrolarían- explicó Tikki.

- Nath, en serio te debo mucho. La vida no me alcanzará para pagarte todo lo que haces por mí- la joven azabache suspiró frustrada.

- Marinette- él tomó las manos de la peliazul delicadamente - no te agobies por mí. Tienes un bebé en camino y necesitas reposo. Quiero que sepas que puedes contar conmigo para lo que necesites, y si me dejas, yo te ayudaré a pasar por todo esto- el pelirrojo la envolvió en un cálido abrazo. Marinette apoyó la cabeza en su pecho. Se sentía agradecida por tener un amigo como él, sabía que podía depositarle la confianza que quisiera y que él la apoyaría.

- Gracias-

- Deberías faltar al colegio, ¿quién más lo sabe?-

- Alya, y hoy le diré a mis padres-

- Me parece bien. Yo tengo que retirarme, pero te aconsejo que no asistas, para que reposes- el llamó a Tryxx y se transformó, despidiéndose de Marinette con una sonrisa.

****

El deportista le echó un disimulado vistazo a la cámara de seguridad. Habían varias por los pasillos y en algunos salones. Gruñó enojado. De no haber sido por Oliver nada de esos cambios se hubieran formulado. Solo había un lugar donde reunirse.

Se metió en el baño y, para su suerte, ya estaba ahí.

- Tu paga- recalcó Kim - ¿Cuánto más te debo?-

- Dos mil- el del copete suspiró.

- ¿Aún tanto?- el castaño se cruzó de brazos.

- Te ayudé Kim, a tu madre, tu hermana y a tí cuando tu padre los dejó en la calle. Si te hubiera olvidado al cambiarme de escuela seguirías por allí. Pero te ayudé-

- Lo sé "querido amigo", pero esto es muy peligroso. No solo aquí, donde podrían expulsarme, pero me pueden buscar para matarme y también a mi hermana y mamá-

- Solo existe uno del que te debas preocupar. Trabaja con otro tipo pero no te preocupes, no saben que trabajas para mí-

- ¿Quién te da estas pastillas?-

- Somos cinco, contigo seis, y esa es toda la información que debes saber. Ahora vete y sigue buscando mi dinero- el joven se fue sin rechistar. Dos mil más. De ahí, libre.

****
Marinette bajó al anochecer. Sus padres deberían estar descansando, o preparando la merienda. Tomó un respiro. Esto sería fácil, les contaría, esperaría el sermón, y luego el castigo.

- ¿Mamá?- llamó. Sabine giró la cabeza.

- Hija, ¿sucede algo?-

- Tengo que hablar contigo y papá- dijo apenada. La asiática, al notar el tono de voz de su hija, llamó a su esposo y se sentaron en la sala.

- ¿Que ocurre Marinette?- preguntó Tom. La nombrada tomó asiento en el sillón frente a ellos. Buscó una buena introducción, o las palabras más adecuadas para tantear el terreno, pero solo escondió su rostro en sus manos. Las ganas de llorar se le venían. Entonces pensó en su bebé, no debía estresarse.

- ¿Qué pasa?- preguntó la peliazul mayor preocupada. Apretó su mano con la de su marido. ¿Alguna pelea con Alya? ¿Con otro amigo? Marinette se arrimó en el respaldar del mueble.

- Debo decirles algo muy serio, que me ha pasado. Es algo que... algo que...solo, ah- suspiró - Solo les ruego que no me odien- sus ojos se aguaron - y perdónenme si los he decepcionado, no fue mi intención- no lo pudo evitar y comenzó a llorar, pero le hizo un gesto a sus padres para que se quedaran sentados.

- Jamás podríamos odiarte- habló Tom consternado.

- Estoy embarazada- confesó antes de arrepentirse y escondió su rostro en sus manos sin dejar de llorar.

Sabine y Tom estaban estupefactos. No lograban asimilar lo que había escuchado. Ni siquiera se les ocurría que fuera real. Su hija ni siquiera tuvo novio, o por lo menos no se los dijo. Intercambiaron una mirada silenciosa.

Tom pasó una mano por su pelo. Sabine se cubrió la boca. Estaban realmente sorprendidos. Su hija, Marinette Dupain Cheng, con 17 años, que estaba en su último año de secundaria, esperaba un hijo.

Ambos se levantaron y se acercaron a su única hija. Cada uno, desde un lado, la abrazó. El llanto de Marinette empezó a cesar al sentir los brazos de las personas que más amaba a su alrededor. Cuando se calmó, sus padres se pusieron frente a ella.

- Si estoy un poco enojada, pero no hay nada que me haga dejar de amarte- habló Sabine sobándole el pelo.

- Y no dudes en que te apoyaremos, porque estaremos a tu lado en todo momento. Si, es verdad, ese bebé que esperas no llegó en el mejor momento, pero no quiere decir que pasarás por todo esto tú sola- le susurró su padre. Marinette se hundió en sus brazos.

- Gracias-

- Eres muy joven, tener un hijo es una gran responsabilidad, y un gran esfuerzo. Pero es una vida inocente, y merece ser amado, como tú tesoro- Sabine le besó la frente.

- No podré ir a la universidad, ¿verdad?- Sabine le sonrió.

- Todo a su tiempo Mari- la peliazul se separó de su papá.

- Antes de todo, ¿quién es el padre?- ella respiró hondo.

- Se van a enfurecer, pero, ¿podrían darme tiempo? Prometo que se los diré, pero quiero decírselo a él para luego sentir más confianza y contárselos-

- Eso no me lo esperaba-

- Papá-

- Entiendo Mari, solo, no te tomes mucho tiempo. Preferiría digerir todo de una vez-

- Gracias papá- sonrió.

- Más vale que también se haga cargo- Marinette no quería agobiar a sus padres sobre quien era el verdadero padre, así que solo asintió.

- Le diré cuando haya una buena oportunidad. Es un buen chico papá- Tom asintió.

- No creí decirlo ahora, pero mi hija está embarazada- pronunció alegre y colocó sus manos en su vientre.

- ¿Cuánto tiempo tienes? ¿Tu bebé está bien? ¿Está sano? ¡Oh Marinette! Con lo que te has tropezado y-

- Tranquila mamá. Primero, no sé cuantas semanas llevo. Segundo, si está bien, Nathaniel me llevó a un médico que me revisó y dijo que estaba en orden, y fue tan amable que pagó todo aunque protesté y-

- ¿Quién lo sabe?- interrumpió Tom.

- Solo Alya y Nathaniel, nadie más. El doctor me mandó reposo. Pienso que talvez pueda faltar a la escuela por lo menos, ¿un par de días?-

- Mari, si te mandó reposo estarás al menos una semana aquí. Y ahora, ve a dormir, demasiado para una noche-

Marinette les dió un beso en la mejilla a cada uno y subió con Tikki. La kwami le pasó sus frascos y se tomó las pastillas para fortalecerse, y al final, la de dormir.

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