Capítulo Trece🐞

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Queen Bee estaba arrimada en una de las columnas de la torre, mientras que el rubio estaba apoyado en su bastón. Al sol le faltaban pocos minutos para salir y traer el día a la ciudad.

- Sabes que puedes regresar si estás cansada- 

- No es necesario, me gusta hacerte compañía- el gatuno se sentó en el borde.

- ¿Te gustan los amaneceres?- preguntó Chloe.

- Supongo- se encogió de hombros. Ella se acercó para sentarse a lado de su compañero.

- No es lo único que te gusta, ¿verdad?- Chat vio adonde iba a parar la conversación.

- ¿Por qué lo preguntas?-

- Curiosidad- el joven se paró al salir el sol.

- Bueno, ya es tiempo de que me vaya. Buenos días- se despidió y se fue en dirección a su departamento. La rubia se cruzó se brazos y se destransformó.

- Aquí tienes- le pasó amablemente a su kwami la comida que le recargaba las energías.

- Gracias. ¿A qué vino ese interrogatorio? Tú ya piensas que están juntos-

- No es lo mismo que confirmarlo Bee. Pero sí, estoy completamente segura que hay algo entre ellos dos-

- ¿Y que se supone que harías si en serio hubiera algo entre ellos?-

- Tú misma me lo dijiste, su relación no está permitida, aunque no me has dicho el por qué- 

- Solo me confundí, no pasa nada-

-Cada día yo te pido de favor que me expliques lo que ocurre-

- Chloe-

- Por favor Bee- juntó sus manos y las pegó a su pecho. Como la criatura no se inmutaba, ella se cruzó de brazos. - No importa si no me ayudas, yo voy a descubrir toda la verdad-  

- Vamos a casa- Chloe obedeció y al entrar en su cuarto y destransformarse, se sentó en su cama.

- Desde que existieron los primeros portadores, de todos los miraculous, la relación de Chat Noir y Ladybug ha sido prohibida. Ellos tienen el poder de la destrucción y de la creación, si los prodigios están juntos el poder es infinito, pero separados no. Es peligroso- Chloe analizó la información.

- ¿Y qué pasa si insisten en seguir juntos?-

- Las consecuencias pueden ser catastróficas- la joven formuló una sonrisa y se paró de un salto dando un aplauso.

- ¡Perfecto! No tengo nada de que preocuparme-

- Alto ahí niña, no puedes ir diciendo esto. Eres una portadora de un prodigio, debes pensar en hacer el bien-

- Tranquila, solo lo usaré de recordatorio a Ladybug en caso de que lo olvide- 


****
- Marinette, hija-

- Creo que aún está bajo el efecto de la pastilla- la peliazul movió los párpados al escuchar voces. Abrió con lentitud los ojos y vio a su padre con una bandeja frente a ella.

- Tu desayuno- 

- Ay papá, no tuviste que traérmelo- 

- Claro que sí, debes descansar-

- Bueno, pero déjame informarte que ya no me duele el vientre y que para la semana que viene podré volver a mi rutina, aunque aún debo tomarme esas pastillas- se quejó. Tom se sentó en la cama. Le dio un beso en la frente y pasó su vista al vientre plano de su hija.

- Hoy vendrá la tía de Alya para nos diga cuántas semanas tienes, ¿o aún no te hacen los estudios para saberlo?-

- No, ya lo hizo, supongo que hay que esperar la respuesta- 

- Ay Marinette. Parece que fue ayer cuando te cargaba de recién nacida. Y ahora tú vas a ser mamá- sus ojos oliva se cristalizaron - Tienes todo nuestro apoyo tesoro, y estoy seguro que ese bebé será tan hermoso como tu- abrazó a su hija al comenzar a llorar. Marinette le sobó la espalda.

- ¿Aunque tenga 17 estás orgulloso?-

- Estoy orgulloso de que te responsabilices- la soltó y le sonrió. - Debo bajar, tu madre necesita ayuda- 

- Te dije que nada malo pasaría con contárselos- habló Tikki.

- En el fondo todos sabemos que lo que hice no es correcto, solo que ellos se enfocan en no pensar en eso- contestó su portadora.


***
Adrien subió a su habitación y se metió en la ducha. Sus clases de piano habían terminado y estaba exhausto. Solo tendría clases por cinco meses más y sería libre.

Al salir, con una toalla alrededor de su cuello, su celular sonó.

- Hola Nino, ¿Qué cuentas?- preguntó acostándose en su cama.

- ¡Adrien! Necesito tu ayuda-

- ¿Ahora qué hiciste?-

- ¡Creo que me gusta Miss Peacock!- el modelo suspiró y chasqueó la lengua.

- Me asustaste, creí que era algo serio-

- ¿¡Cómo que creías!? ¡Esto es serio! Le iba a pedir a Alya que sea mi novia la semana próxima-

- ¿Oh?-

- ¡No te rías! ¡Es en serio!-

- ¿Cuándo pasó todo esto?-

- Creo que desde hace... ¿cuatro días?-

- ¿Y estás tan loco por ella que te olvidaste de Alya?- hubo un corto silencio.

- Es decir, ella me pareció interesante pero, tu sabes, a Alya la quiero más-

- Entonces no hay de que preocuparse Nino-

- Claro que sí, no puedo pedirle que sea mi novia cuando me estoy fijando en otra chica-

- Entonces no se lo pidas. Pasa tiempo con ambas, y si aquella atracción que sientes por Peacock no desaparece, mejor olvídate de esos planes-

- Entiendo. Gracias bro-

- De que- respondió y colgó.

- Plagg, ¿has notado que Ladybug me evita últimamente?- el kwami se echó a reír.

- Y cómo no, con tus estúpidos chistes no me extraña- Adrien lo fulminó con la mirada.

- Es en serio Plagg-

- ¿Qué acaso ese Fire Fox no se ha acercado mucho a ella?-

- Parece que sí, y sabe toda la verdad- resopló.

- Como te dije, no te preocupes de lo que yo te diga, niño, sino de ellos- Adrien lanzó la toalla.

- Debo verla- miró a Plagg. Este rodó los ojos.

- Te costará mucho Camembert-

- No hay problema- 

*****
Rose miraba ilusionada a Kim. Este se inclinó para besarla. Su relación ya llevaba un tiempo, un año y nueve meses siendo exactos. Y, desde luego, todos en su clase lo sabían.

Kim no tardó en volver el beso duro y salvaje, tal y como siempre lo hacía. Rose tuvo que acelerarse para no quedar atrás. Agradecía ya no ser de tan baja estatura. Después de todo, estaban en su último año, y nadie era tan bajo como en años anteriores.

Kim la pegó a un muro y bajó sus manos hasta por detrás de su cintura. La besaba con fuerza. Una mano se posó a lado de la rubia cabellera de la chica. Rose lo apartó para tomar aire. Se había acostumbrado a lo áspero que era su novio.

Ella le tomó de la mano y caminaron a la casa de la chica.

- ¿Y cómo vas? Te he notado tenso, como si algo te molestara- 

- Nada- contestó.

- Amor, puedes decirme-

- Rose, te dije que no me llames así, no me gusta, y en serio, no es nada- le dio un diminuto beso en los labios. Entraron en el condominio y en el ascensor subieron al departamento donde vivía la chica.

- Oye, ahora que me acuerdo, debo agradecerle a Max, ya sabes, por ayudarme en matemáticas, sino estaría castigada y en clases de refuerzo- Kim rodó los ojos.

- Recuerda que yo sugerí que él te ayude, y también estuve ahí para orientarte- Rose soltó una risita.

- Ya sé, pero yo te lo agradezco con besos- Kim la sentó en el sofá.

- Me siento halagado- 

**
Marinette estaba en su mueble rosa, sobando su vientre. Desviaba la mirada a Tikki de vez en cuando y esta le sonreía. Pero más la tenía en el techo.

- Cambiaste mi vida por completo- sonrió hablándole al bebé en su interior. - Espero ser una buena madre y no decepcionarte. Te mantendré conmigo siempre- sus ojos se cristalizaron pero los secó al ver a Plagg atravesar su ventana.

- ¿Qué haces aquí Plagg?- cuestionó Tikki.

- De parte de Chat Noir- Marinette se enderezó - Quiere verte hoy en su departamento en la noche-

- ¿Para qué?-

- No lo sé- se encogió de hombros. Miró el vientre de la joven y luego a Tikki. Ella abrió grande los ojos.

- ¿Pasa algo?- preguntó Marinette confundida.

- No, nada- contestó de inmediato la kwami - ¿No te ibas ya Plagg?-

- ¿No me puedo quedar?- se sentó en el hombro de Marinette.

- No-

- Vamos Tikki, no tiene nada de malo- le sobó la cabeza oscura de la criatura.

- Si Tikki, ¿cuál es el problema? ¿Ahora me vas a decir que tu también estás embarazada?- se comenzó a reír a carcajadas volando lejos de Marinette.

La peliazul se quedó como piedra mientras Tikki enrojecía aún más de enojo.

- ¡ESTÁS MUERTO!- gritó y salió volando hacia el kwami que huía a toda velocidad de la carmesí. Atravesaban la pared, salían por el balcón y rodeaban a Marinette.

- ¡Creí que ella sabía que tú me contaste!- se excusó. Aterrizó en las manos de Marinette por lo que Tikki paró.

- A ver, un momento- ella agitó las manos - ¿Chat Noir lo sabe?-

- Que va. No sabe ni quién es Ladybug , peor aún que espera un hijo suyo-

- No le puedes decir Plagg-

- No le he dicho en todo este tiempo Tikki- refunfuñó a lo que escucharon el timbre.

- Debe de ser la tía de Alya-

- Me voy señoritas, nos vemos luego- se despidió el kwami y salió por la ventana. Tikki se escondió en la bolsita de Marinette y bajaron.

- Hola Anne- 

- Hola Mari, tus padres me dijeron que te diera el resultado, ellos vendrían luego, pero primero, un rápido chequeo- dijo. Cuando finalizó, agarró su maletín.

- ¿Todo va bien? ¿No hay riesgo de que pierda a mi bebé?-

- No, solo no pases alterada y sigue tomando las pastillas- respondió sonriente. Marinette suspiró de alivio. Sintió a Tikki moverse dentro de la bolsita. Anne sacó un sobre y se lo entregó.

- Está es la prueba quantitativa de tu embarazo- Marinette alzó una ceja - el resultado de cuanto tiempo llevas embarazada- la joven agarró el sobre y se sentó en el sofá. Lo abrió y frunció el ceño.

- No entiendo-

- Tienes seis semanas. Un mes y medio - ella asintió apretando los labios.

- Tanto tiempo... Anne, ¿cómo alguien puede quedar embarazada si se usa protección?-

- El preservativo tiene entre un 80 y 86 porciento de efectividad. No es del todo seguro. Pero la salud de tu bebé sí, está muy sano al igual que tú- sonrió - Nos vemos- Marinette se despidió con un gesto de la mano.

Repasó el resultado y Tikki salió de la bolsita. Marinette pasó una mano por su cabello suelto.

- Chat definitivamente no lo sabrá- 

- Tranquila Mari- el sonido de la puerta las interrumpió. Cuando la joven vio que era Nathaniel, Tikki no se escondió.

- Vimos a una doctora bajar las escaleras, ¿vino acá?-

- Sí-

- ¿Pasó algo malo?- preguntó Tryxx.

- No, solo me vino a decir cuánto tiempo llevo. Son seis semanas-

- ¿A principios del año escolar?- ella asintió. 

- Solo hace falta que se me note la panza para que se den cuenta- Nathaniel la abrazó.

- Mari, no te estreses, no es bueno para el bebé. Y ten por seguro que quien sea que te moleste se las verá conmigo- ella le sonrió-  ¿Cómo harás para que Chat Noir no sospeche que es de él?-

- No lo sé- contestó tratando de no llorar.

- Pues... se me ocurrió una idea mientras venía para acá. Pensaba que deberías hacerle creer que estás con otro- a Marinette se le iluminaron los ojos. No sería fácil, pero estaba dispuesta a todo por su bebé.

- Tienes razón Nath. Pero ese es un inmenso favor. ¿Quién se ofrecería a ayudarme?- dijo descansando su cabeza en sus manos. Nathaniel le sobó la espalda.

- No te preocupes por eso ahora- se levantó y fue a la encimera de la cocina. Revisó la receta que dejó Anne y se acercó a la peliazul.

- Iré a comprarte lo que dice el papel-

- No Nath, no debes gastar más de tu dinero-

- Marinette, tienes un bebé en camino, la que debe ahorrar eres tú- le tomó las manos - ¿Me permites ayudarte?- ella le sonrió.

- No me alcanzará la vida para pagarte- el pelirrojo se transformó y se acercó a la ventana.

La peliazul también, no sin antes hacerse las coletas. No habían notado que tan rápido pasó la tarde.

- También voy a salir- 

Ambos pasaron por los tejados como si fuera lo más sencillo. En un punto dado, el pelirrojo la abrazó a su amiga y se despidió, no sin antes susurrarle en el oído algo sin importancia. Ella se despidió con una risita y cuando se volteó, Chat Noir estaba de brazos cruzados.

- ¿Ya se ha ido?- Ladybug rodó los ojos. No pudo ni hablar ya que Queen Bee intervino. Le dio una sonrisa fugaz a la heroína y un guiño al gatuno.

- ¿Qué tal?-

- Bien- contestó la peliazul.

- ¿Qué les parece si nos sentamos?- la joven azabache estaba tan distraída que no se había fijado que estaba en la terraza de un restaurante y habían un par de mesas alrededor.

- Umm claro- contestó Chat Noir. Los dos jóvenes se sentaron a un lado de cada uno mientras que la rubia al frente. La moteada se quedó en silencio.

- ¿Qué les gusta hacer? A mí  salir de compras, visitar cualquier ciudad...- narró dándole una idea a la chica de que responder.

- Pues cocinar. Y...- pensó en sus palabras, nada comprometedor - crear cosas, manualidades...- añadió sonriente, si diseñar era un tipo de manualidad no estaría mintiendo, sin embargo, no podía revelar gran cosa de su vida. - Y leer-

- ¿Se puede saber qué te gusta leer mi lady?- intervino Chat mirándola coquetamente, a lo que Ladybug se sonrojó.

- P- pues, de todo. Recientemente he leído un libro sobre Tristán e Isolda-

- Yo estoy obligada a leerlo, es aburrido- mencionó Queen Bee pasando una mano por su cabello. Ladybug la miró intrigada.

- ¿En serio? ¿Aún cuando tuvieron que pasar por muchos conflictos para estar juntos?- la rubia alzó una ceja, lo que le dio a entender a la peliazul que no la comprendía.

- Isolda tenía que casarse con el Rey de Cornualles, pero se enamoró de Tristán como él de ella, por eso el- e- al sentir la mano de Chat Noir subir por su pierna, ella la agitó y trató de quitarla con discreción.

La joven estaba mirando sus uñas hasta que fijó su atención en los compañeros delante suyo. El rubio amplió su sonrisa

- Por eso, ellos- la moteada se calló de golpe y miró al rubio, que la estaba viendo con una gran sonrisa.

Ladybug tomó la mano de Chat Noir cubierta por su trajes y la entrelazó con la suya, escondidas bajo la mesa.

- Ambos vivieron momentos muy intensos, claro que fue porque estaban viviendo una relación clandestina, traicionando al rey, jugándose sus vidas, pero no les importó porque su amor era maravilloso- al terminar, dirigieron su atención a la rubia que los miraba con una expresión que no podían descifrar.

- Se nota que le tienen afán al libro- 

- Pues sí-

- Creo que mejor me retiro, no quiero que nadie se entere que no estoy en casa- se excusó.

- Yo igual- respondieron ambos, y al pararse notaron que seguían tomados de la mano. Ladybug se soltó antes de que Queen Bee los viera. Cuando ella se retiró, Chat le cogió la mano.

- Vamos- susurró y comenzaron a correr.

El viento les soplaba en la cara. El saber que no estaba permitido el choque de sentimientos entre ellos, los llenaba de temor, pero al mismo tiempo de emoción. Al divisar el departamento, desaceleraron el paso. Chat la tomó en brazos, saltó y aterrizó en el amplio balcón. Sin soltarla, deslizó la puerta de vidrio y la cerró al estar dentro. Ladybug no formuló palabra alguna por la curiosidad de que planeaba su amado.

El rubio se encaminó a su habitación y, tras posicionar suavemente a su bichito sobre la cama, el se quedó sobre ella, con ambos brazos a los costados de la azabache cabellera de la chica. Sin perder más tiempo, la besó.

Maldición, cuanto extrañaba esos labios. Solo su gatito podía brindarle los besos que le hacían desear no separarse de su cuerpo jamás, y quedar satisfecha ante sus muestras de amor.

Así, como el joven tenía la necesidad de quedarse con el sabor de los labios de la joven, suaves y perfectos. No había otra lady para él, no había otra chica para él, talvez un confuso sentimiento por Marinette, un sentimiento parecido al de Ladybug, pero él le era fiel.

Al cabo de una interminable serie de besos, lentos, salvajes, ásperos, suaves, quedaron uno a lado del otro, Ladybug pegada al pecho de Chat Noir, escuchando los latidos de su corazón y el ritmo de su respiración. Chat la rodeaba con uno de sus fuertes brazos.

- Extrañaba estar así contigo- susurró la ojiazul en la oscura habitación.

- Mi lady, te amo- dijo sin levantar la voz, plantando un beso en la frente de la joven.

- También te amo- 

- ¿Acaso Fire Fox también? Porque lo noto demasiado cariñoso contigo- la moteada rodó los ojos.

- Es mi amigo-

- Un amigo que está enamorado de ti- 

- Es mi amigo y me ha ayudado mucho con todos los problemas que he tenido- Chat bajó la mirada.

- ¿Qué ha pasado?-

- Bueno, en primer lugar, trata de mantener a Queen Bee controlada, para que no se entere de lo que no debería estar pasando- remarcó. El gatuno soltó una risa.

- Pero igual lo disfrutas-

A veces le gustaba ignorar las advertencias de Tikki, o de los otros. Ignoraba el mundo a su alrededor para permanecer tranquila con él. Y valía la pena. Era la más sensata en pensar lo grave de su situación, pero estando con su gatito tonto, no le importaba.

- Ya debo irme-l le costó mucho decirlo, pero Chat la detuvo tomándola suavemente por la muñeca.

- Por favor mi lady, quédate- se paró y la sujetó de la cintura.

- Chat, ni siquiera debería venir a verte-

- Podríamos pasar la noche, dormir juntos y levantarnos en la mañana como una pareja normal- la chica le tomó el rostro interrumpiendo el anhelo del muchacho.

- Pero no somos una pareja normal, y te pido de favor que pares de hablar. Se me hace más difícil irme-

- Eso es lo que dice tu corazón. Mañana no hay clases- 

- Dormir con una máscara es un poco incómodo-

- No dijiste eso la única vez que pasaste toda la noche aquí- la peliazul se cruzó de brazos y el rubio soltó una carcajada.

- Sabes que puedes confiar en mí. No veré tu rostro descubierto, mi lady, lo prometo- dijo con una mano en el pecho.

Ambos se destransformaron a sus espaldas. Marinette le envió un mensaje a sus padres diciendo que pasaría la noche donde Alya. Adrien no tenía que preocuparse por Nathalie.

Ambas siluetas caminaron a los distintos lados de la cama y se observaron. La oscuridad reinaba, en consecuencia lo único que distinguían era el brillo en los ojos de ambos. Varias sensaciones se podían leer en esos instantes de silencio placentero.

Se quitaron sus vestiduras hasta quedar en ropa interior, sin pudor alguno. No tenían por qué avergonzarse. Cada uno se acostó, Marinette dándole la espalda a Adrien, que pasó su brazo por el costado de la chica, su mano pegándola al vientre plano, para el alivio de la azabache. Ella tomó la mano del joven y no la soltó en toda la noche. Sus kwamis se retiraron de allí.

Estaban como ellos siempre deseaban estar, juntos y solos. Una mezcla maravillosa que generaba felicidad en ambas almas enamoradas. Les costaba tener momentos así, y, sin importar cuanto durasen, los apreciaban.

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