Capítulo Veintinueve

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A muchos kilómetros lejos de París, se encontraba un chico cuya apariencia estaba un poco cambiada. Su cabello rojizo estaba más corto, sus ojos turquesas no radiaban la misma dulzura, y su fuerza física había mejorado.

Arreglaba su ropa en un cajón pero se detuvó al escuchar los golpes en la puerta. Fue y la abrió. Sus ojos crecieron en tamaño momentáreamente hasta creerse por fin quien era la persona frente a el.

- Chloe...- nombró sorprendido. La joven sonrió coqueta. Su pelo rubio estaba suelto, llevaba una camisa blanca no tan transparente y unos pantalones un poco ajustados. Su cartera era lo único igual a lo que llevaba el año anterior. - Hace tiempo que no nos vemos-

- Lo sé, y esperaba que estuvieses solo. Quiero hablar contigo, ¿puedo pasar?- preguntó alzando una ceja. El pelirrojo se hizo a un lado y cerró la puerta cuando ella entró. Dejó su cartera en la cama y se estiró.

- Te ves un poco diferente- sonrió Nathaniel.

- Tú también, no eres el mismo chico tímido que se escondía tras sus dibujos- dijo caminando a la ventana. Cerró la cortina dejando un pequeño espacio por donde se filtraba la luz.

- Quisiera saber, ¿sigues enojada por lo que pasó hace...?- ella

- ¿Hace un año? Yo no estoy enojada, a fin de cuentas, tú te quedaste sin tu miraculous también- terminó la pregunta sentándose en la cama.

- ¿Cómo me encontraste?- preguntó cruzándose de brazos. Chloe sonrió.

- Ser hija del alcalde tiene muchos beneficios. Y Montrouge queda a quince minutos de París. Sigo sin entender porque te habrás mudado acá pero no me importa. Solo quiero saber una cosa- la rubia se paró.

- Marinette ya dió a luz a su hija. Probablemente ha de estar viviendo con Adrien. Ambos estan juntos. ¿Dónde te ubicas tú?- el pelirrojo se frotó la cabeza.

- Yo sigo adelante. Me mudé acá para tener otro comienzo. Puede que me valla mejor. ¿Y por qué lo preguntas?- cuestionó con recelo.

- Curiosidad- respondió encogiéndose de hombros. - Y ahora que perdimos a Adrien y Marinette, pienso que no estaría mal hacer contigo lo que deseaba desde hace un tiempo- se acercó al joven que retrocedió precavido, pero Chloe rodeó su cuello e inició con un voraz beso.

- Chloe... Chloe, para- dijo tomándola de los brazos. Ella tenía sus ojos entrecerrados.

- Ay Nathaniel- se quejó. - ¿Qué te pasa? No me digas que sigues tras Marinette. Entiéndelo, no vas a estar con ella. Solo, déjate llevar, ya que será la última vez que nos veremos. Esta será la despedida...- la rubia desabrochó los tres botones de la camisa del chico. - ... de tu antigua vida- dijo e inició con un beso profundo que los dejó sin respiración.

Nathaniel la tumbó a la cama, bajando su boca por el cuello de su ex - compañera, desabrochando los botones para más accesibilidad. Chloe hizo a un lado su bolso, pero sin perder de vista al pelirrojo.

Mientras el bajaba sus alocados besos por su pecho, ella estiró su brazo hasta coger su peineta. Nathaniel alzó la vista al sentir a la rubia moverse, y al ver lo que se colocaba de manera habilidosa en su pelo, se separó y se paró lo más rápido que pudo.

Chloe se transformó al instante. De su trompo salió una pequeña cuchilla al final, como si fuera un aguijón. Lo empezó a girar en el aire, amenzándolo a Nathaniel.

- Ahora si Nathaniel- habló sonriente. - Hora de aclarar cuentas- enredó la cuerda de su trompo alrededor del cuerpo del joven.

- ¿Qué quieres? ¿C- Cómo...-

- ¿Obtuve esto?- lo interrumpió rápidamente. - Nunca he sido una estúpida Nathaniel, celosa pero no estúpida. ¿Crees que no sospeché que tramabas algo al traicionarme?- preguntó clavándole sus ojos. - Vi como se te calló la peineta de tu bolsillo cuando te ibas para tu casa. Obviamente significaba algo, y luego vi que te guardabas el broche de mariposa. Eres pésimo para esconder las cosas. De una lo vi allí, en tu velador arrimado a la lámpara- señaló con su cabeza la cajonera pequeña a lado de la cama.

- ¿Y cuál es tu problema, eh?- escupió indiferente.

- Adrien o Marinette. ¿Con quien va tu venganza?-

- ¿Crees que en serio te voy a responder?- rió Nathaniel. Chloe, de un tirón, desamarró al chico frente a ella, y sin perder tiempo le atinó un buen golpe en la mandíbula tirándolo al piso.

Se sentó sobre él inmovilizando sus brazos. Le atinó dos golpes más y acercó el aguijón de su trompo al rostro del de cabeza rojiza.

- O me cuentas tu plan o se te acaban las ideas. Tú decide- entonó seria. Sin embargo, él no respondió.

- Quieres matar a Adrien para poder ser feliz con Marinette. O es que quieres matar a la niña. O simplemente matar a los tres, ¿cuál es la correcta?-

- Eres una idiota. Te haces la santa, pero déjame recordarte que tú fuiste la que se obsesionó con Adrien que le hiciste tanto daño a Mari que por poco su bebé termina muerta- le dijo. Los ojos de Chloe no dejaron caer ninguna lágrima.

- Me usaste, sabiendo que me enamoré de Adrien, te aprovechaste de mi para hacer el trabajo sucio-

- Ya pues, ¡Mátame! ¿No viniste para eso?-

Entonces, con todo el esfuerzo del mundo, logró estirar su pierna hasta poder patear la parte baja de la espalda de la chica que se irguió y aprovechó para liberarse.

Pronto, Queen Bee le iba a apuñalar en el estómago pero Nathaniel le cogió el brazo y empezaron a forcejear hasta que ella lo pateó mandándolo a volar hacia la puerta y le dió la estocada final clavándo su cuchilla en el tórax.

- Maldita- le susurró. Queen Bee se separó y lo vió desplomarse al suelo.

- Tienes razón- asintió llorosa. - Yo fui la que más daño le causó a Mari, preocupándola con mi locura. Jamás lo olvidaré. Pero ahora, la vida me ha regalado la última oportunidad de hacer lo correcto, y salvarlos a Adrien y su familia de un monstruo como tú- se destransformó secando su rostro.

- En serio que eres un desperdicio para el mundo Nathaniel- dijo mientras el joven mantenía sus manos presionadas a la herida que no dejaba de sangrar.

Chloe recogió sus cosas, incluyendo el broche de mariposa, y se fue del lugar.

**********

En el hospital, Sabine Cheng se encontraba cantándole en voz baja un arrullo a su nieta. Tom había salido a recoger dulces de la panadería. Marinette estaba dormida y Adrien se encontraba igual, con su cabeza a un costado de la cama y su mano junto con la de su novia.

Plagg y Tikki estaban en los hombros de la asiática, mirando con detenemiento a Emma. Posteriormente, Plagg voló a despertar a su amigo. Adrien sintió como le jalaban los pelos y se enderezó mientras se limpiaba la baba de la boca.

- ¿Qué?- preguntó adormilado.

- Hay que salir- fue su única respuesta. Con pesadez se levantó de la silla y se estiró. La peliazul lo miró con una sonrisa, con la bebé en sus brazos. Adrien moduló con su boca que volvía enseguida, y la mujer solo asintió.

Caminó al ascensor sin preocuparse por su aspecto. Había estado, con Marinette, toda la mañana y tarde cargando a su hija y haciéndole jueguitos. No se dió cuenta el momento en el que se quedó dormido. En el ascensor, Plagg salió de su escondite.

- ¿Qué pasó?-

- Vi algo-

- Gran respuesta- dijo sarcástico. Al abrirse la puerta, caminó hasta el estacionamiento del hospital. No habían muchos carros, pero una luz amarilla lo dejó con los ojos bien abiertos. Luego, vió como Chloe Bourgeois se acercaba con pasos lentos hacia él.

- Hola- lo saludó avergonzada.

- Hola- dijo estupefacto.

- ¿Qué haces aquí?-

- Vine a despedirme de ti, no creo que Marinette me quiera ver. Terminaron las clases y decidí irme a América por la universidad y para reiniciar mi vida - Adrien se cruzó de brazos.

- Eso es lo que yo quería hacer- Chloe bajó la cabeza derramando una lágrima.

- Adrien, te pido de todo corazón que me perdones. Perdóname por haber sido la peor persona del mundo y causarles un gran dolor de cabeza. Yo sé que nada podrá cambiar lo que hice pero...- pausó mirando a otra dirección - ...hoy hice algo que espero que los ayude, y que también ayude a mi conciencia- Adrien alzó una ceja.

- ¿Qué cosa?- ella no le respondió. En cambio, sacó una peineta y un broche. Le entregó ambos en la misma mano.

- ¿Cómo...?-

- Fue Nathaniel. No sé como los tuvo, pero ya me encargué de él. Dile a Fu que los guarde bien- el rubio asintió sin contarle sobre el nuevo guardián.

- Gracias Chloe- la nombrada lo abrazó con fuerza, aferrándose a su pecho, respirando el aroma del chico, ya que sería la última vez que lo vería.Él le correspondió el abrazo.

Al separarse se secó el rostro y se alejó del lugar. Plagg miró los miraculous.

- Se los daremos otro día, ¿verdad?-

- Si, ahorita voy a volver a dormir- respondió Adrien.

**********

Kim entró a la casa con una funda de comida. La dejó en la cocina y subió para discutir el plan con Nathaniel. Tocó la puerta y entró. Al verlo desangrándose en el piso, sacó del último cajón el collar de zorro y se lo puso. Vió a Tryxx y corrió por una toalla.

- ¿¡Qué hago!?- le preguntó. La kwami, algo confundida, dejó la habitación un rato y regresó con una aguja e hilo.

- Es lo único que se me ocurre, se que te asusta pero está a punto de morir- dijo Tryxx.

Kim, terminó cosiendo la herida y dejó a Nathaniel en la cama, que estaba inconsciente. Le dejó la comida preparada en la cocina y una nota diciendo que no quería seguir formando parte del plan. Después de todo, tenía miedo de que lo mismo le suceda a él.

Pasaron horas hasta que el pelirrojo despertó. Leyó la nota y suspiró con pesadez. El plan sufriría unos cambios, pero el objetivo era el mismo. Se quitó el collar para que el kwami de Fu no sintiera la oscuridad que se formaba en él.

********

Adrien llevó a Marinette a la mansión días después de permanecer en el hospital. Ella llevaba a la pequeña Emma en brazos, mientras Adrien bajaba todo lo demás. Al entrar, recibió la bienvenida sorpresa de sus padres y sus amigos.

Se pasaron hablando el resto del día, y le hacían caritas a la bebé que tanta ternura les provocaba. Adrien les contó que a partir de la siguiente semana iniciaría las clases en la Universidad de París con Alya. Nino aún no había enviado una solicitud a alguna facultad.

Y resultó que, la noche antes de iniciar su jornada de universitario, fue donde Nino a entregarle los miraculous. Le contó lo mismo que le había dicho Chloe.

- Que raro que Fu no se halla dado cuenta-

- Ya estaba en sus últimos días- dijo Wayzz. Nino puso la clave de la caja donde permanecían los prodigios. Los colocó junto con el collar de zorro.

- Nino...- dijo Wayzz abriendo los ojos como platos. Agarró el collar de zorro y segundos después este se desvaneció. Ambos jóvenes dejaron la boca abierta.

- ¿¡Qué pasó!?- gritaron ambos.

- Parece que Nathaniel nunca lo entregó. En serio que se ha salido de control, nunca antes nos habían engañado así-

- ¿Y qué hacemos?-

- Mañana intentaré conectarme con Tryxx- dijo. Adrien regresó a su casa, dejando el asunto como algo que se resolvería pronto. Se acostó junto a la peliazul que dormía profundamente.

Al amanecer, Adrien le pidió a su chef que le hiciese el desayuno y al terminarlo, él se lo subió. Su novia se encontraba en reposo de cuarenta días, y lo único que Marinette podía hacer era quedarse en la cama.

Fue a la universidad. Las horas se le hicieron eternas, ya que sentía la mirada de las chicas allí, y hasta la de algunos chicos. A la salida, se regresó a su casa para recoger a Emma. Adrien consiguió un permiso especial para lograr ver a su padre acompañado de su hija.

Al entrar a la habitación, Gabriel ya lo estaba esperando. A partir de su medio año encarcelado ya le habían quitado las esposas debido a su pacífico comportamiento con los otros reclusos y con los oficiales.

Adrien no pudo evitar sonreír al ver los ojos de su padre brillar de alegría y menos cuando se le dibujó la sonrisa cuando cargó a su nieta en sus brazos. Estaba atónito.

- Ella es Emma- Gabriel le hacía caras a la bebé, que solo parpadeaba en respuesta. Luego frotó con cuidado su nariz con la de ella.

- Es hermosísima Adrien. Es toda una Agreste. Las facciones son idénticas a las de tu madre, y tiene tus ojos- la describió con emoción. - Que bueno que al menos tiene a sus otros abuelos fuera de aquí- Adrien cambió la cara. - ¿Y cómo está Marinette? ¿Cuántos tiene la bebé?-

- Mari está descansando. Y Emma cumplirá un mes en diez días-

- Es muy bella, que afortunada es de tener una madre como ella y un padre ejemplar como tú- el rubió se frotó la cabeza. Gabriel se la entregó con cuidado.

- No te preocupes pa, yo la voy a traer para que también la veas crecer-

- Adrien, estaré encerrado el resto de mi vida. Ella sentirá vergüenza al verme, ¿qué piensa Marinette de eso?-

- A Marinette le importa mucho que la veas, y Emma no sentirá nada. Va a necesitar al abuelo Agreste que le dé la razón sobre mi, que me moleste para que la haga reír. No te preocupes, yo te lo prometo que la traeré- dijo al momento que Roger le abría la puerta dando por terminada la visita.


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