Epílogo🐞

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Y hasta aquí llego lectores con este fanfic. Espero que les haya gustado y les agradezco por sus comentarios y apoyo en el transcurso de la historia.
___________________________________

Emma tenía los brazos estirados mientras su padre corría con ella sentada en sus hombros. La pequeña azabache reía, diciéndole a su papá donde ir. Cuando divisó un lugar en específico, sus ojos se iluminaron.

- Papi, vamos allá- apuntó a la panadería.

- ¿Le ha dado hambre a la princesa?-

- Mucha- cruzaron la calle con cuidado, y Adrien la bajó de sus hombros antes de entrar.

- ¡Abu!- gritó Emma mientras corría hacia la asiática. Sabine abrió los brazos y se agachó para abrazarla.

- ¡Ha llegado la niña más hermosa del planeta!- exclamó sonriendo. - ¿Cómo así por aquí?- le preguntó, dándole un beso en la mejilla.

- Es que como venden los dulces más ricos, tuve que volver para probarlos y saber si siguen así- tanto Adrien como Sabine se echaron a reír.

- Entonces elige lo que quieras, cariño-

- Talvez demore un rato- habló Adrien.

- No importa, con tal de que sea lo que le guste. ¿Y cómo vas Adrien? ¿Todo bien en el trabajo?-

- Todo perfecto. ¿Y tú Sabine?-

- Sería mejor si cierta personita viniera a ayudar- mencionó refiriéndose a Tom. El castaño salió enseguida.

- Estaba preparando unas galletas-

- No me mientas, bien se que tú y...-

- ¡Este!- apuntó Emma interrumpiendo a Sabine.

- Los macarons. Que sean dos cajas por favor- dijo sacando su billetera.

- Claro- padre e hija se sentaron en una mesita dentro del local.

- ¿Podemos ir arriba? ¿A la casa se abu?- le preguntó Emma lo suficientemente alto para que los Dupain Cheng la escucharan y asintieran. Adrien les sonrió en agradecimiento.

- Iremos como agentes secretos, para que no se den cuenta-

Emma y Adrien entraron por la puerta del condominio. Subieron hasta llegar al departamento, y, con la copia de la llave que Tom le había dado, entraron. Subieron a la antigua habitación de Marinette y luego a la terraza. Emma se asomó por el barandal, dejando la caja en la mesita que estaba a lado de una silla.

- Mi mami siempre veía la ciudad por aquí, ¿verdad?-

- Siempre-

- La extraño- entonó triste.

- Yo también- dijo mirando a la catedral de Notre Dame que quedaba a lo lejos.

- ¿Cuándo podré verla? Ha pasado mucho tiempo- Adrien sonrió apenado. Su celular sonó, evitando que le respondiera.

- Hola Alya- respondió al llamado. - Ah sí, estoy con Emma, decidí tomarme un día libre. Nathalie se quedó a cargo, no sé que haré cuando se jubile-

- Bueno Agreste... necesito que vengas de inmediato. Nino y yo debemos decirte algo que seguro te animará- habló antes de colgar.

- Princesita, ¿qué te parece visitar a tus tíos favoritos?-

- ¡Vamos!- exclamó alegre la pequeña azabache. Cerraron con llave y fueron hacia el hogar de la castaña.

La casa de sus mejores amigos quedaba un poco lejos de la suya, pero cerca de una escuela primaria. Al llegar, bajaron del auto y tocaron el timbre. La morena les abrió cpn una sonrisa.

- Cuánto tiempo sin aparecerte, Agreste. Nosotros siempre teníamos que ir donde ustedes- dijo cruzándose de brazos.

- No es culpa que se mudaran acá-

- Esa escuela será un ahorro de gasolina. Verás Adrien, la próxima semana los invitaré a almorzar y más te vale venir-

- ¡Tía! ¡Te extrañé! ¿Por qué ya no nos visitas?- preguntó Emma haciendo un puchero. Alya se agachó a su altura.

- Porque tu padre es un holgazán. Él no lleva un bebé en la panza. Dile que te traiga- la peliazul asintió y miró a su padre.

- ¿Cómo vas con el embarazo?

- Solo debo mantenerme relajada. Pero este niño se mueve mucho-

- ¿Cuántos meses llevas?-

- Seis, y ya quiero que salga- bajaron al sótano, y en la pequeña sala de allí abajo se encontraba Nino.

- Al fin viejo, te extrañaba- saludó el moreno. Aún llevaba los mismos auriculares que cuando eran más jóvenes. Emma se lanzó a los brazos del moreno, quien la levantó sin esfuerzo.

- ¿Y cómo está la monita?- preguntó haciéndole cosquillas.

- Muy bien- 

- Bueno Nino, de qué querías hablar- preguntó Adrien metiendo sus manos en los bolsillos de su pantalón. El moreno bajó a la azabache y le hizo ir escaleras arriba.

- Pues, es sobre Mari. ¿La extrañas no? Han estado... separados desde hace un tiempo-

- Emma y yo la extrañamos, no sabes cuanto-

- Pues ya no sufras viejo, ven- lo condujo hacia el único cuarto del sótano, que era bastante espacioso. Al entrar, el corazón de Adrien se detuvo.

Marinette se encontraba sentada, con Tikki volando frente a ella. Los aretes brillaban de un intenso color rojo. Ambas voltearon al escuchar la puerta abrirse. La sonrisa de la peliazul no pudo ser más hermosa para Adrien. Sus aretes dejaron de brillar, y se levantó para abrazarlo.

Adrien enterró su rostro en el pelo de Marinette, sus manos la apretaban más a su cuerpo, como si soltarla la hiciera desaparecer. Marinette conservaba su sonrisa y delicadeza, aferrándose al cuello del rubio. Al separarse no dudó en besarla. Colocó sus manos alrededor de su cara para juntarla más.

- Al fin Bugaboo-

- No fue para tanto gatito-

- ¿Qué no?- rio con los ojos aguados.

Tres meses habían pasado desde que Adrien había visto a Marinette. La peliazul tenía que estar ese tiempo en su subconsciente (sí podía gracias al poder de Jade Turtle) con Tikki. Explicándolo de la manera más sencilla, conectando sus mentes. De modo que, cuando Master Fu la alejó de los miraculous, perdió aquella conexión por más extraño que sonara. Y aquel tiempo había servido para estrechar la relación, y era importante si iba a vivir un buen tiempo como Ladybug. Claro que todo con ayuda de Nino, el nuevo guardián.

- Ya no importa, ya acabó y ya estaremos juntos- pasó una mano por el rostro del modelo. - ¿Y dónde está Emma? - preguntó mirando a los lados.

- Arriba- dijo Plagg. Marinette le besó la cabeza y luego abrazó a Alya.

- Díos mío, ¡ha crecido!- dijo poniendo sus manos en el vientre de Alya.

- Que bueno que su madrina ya despertó-

Al subir, Emma jugaba con la mascota de Nino, sin darse cuenta cuando su madre llegó a la sala. El perro salió corriendo hacia donde estaba el moreno, que se hallaba a un lado de la adulta azabache. Emma alzó el rostro y puso la sonrisa más grande que sus padres habían presenciado hasta ese momento. Salió corriendo a los brazos de su madre gritando de emoción.

- Al fin te veo princesita-

- ¡Mami! ¿Por qué tardaste tanto?-

- Porque era importante. Pero ya no va a volver a pasar. ¿Ok?- la pequeña niña asintió. - ¿Y cómo has pasado? ¿Tu padre te alimentó bien? ¿No te olvidó en la escuela? ¿Nathalie no ha renunciado verdad?- Adrien rodó los ojos.

- Vas a marear a la pobre niña Marinette. Mírala, está sana. Adrien no ha sido un inútil después de todo- indicó Alya sobando el pelo de Emma. El rubio se cruzó de brazos.

- ¿Si ves como me tratan?- le dijo a Nino.

- ¡Ahora! Ya que estamos todos aquí, se quedan a almorzar. Sino les dejaré de hablar- amenazó la morena sentándose en una silla del comedor. Y después de pasar la tarde con sus amigos, ambos regresaron a la mansión transformados en sus alter egos, con la pequeña Emma dormida en los brazos de Adrien.

Entraron cuidadosos de no ser vistos por Nathalie para dejar a la azabache dormida en su cama. Luego, salieron hacia las calles parisinas, corriendo de techo en techo, y saltando de metro en metro. Marinette sintió sus fuerzas incrementar, cuanto había extrañado aquello, y Adrien aún más, hacerlo con su bichito.

- Siento la noche tranquila- mencionó Ladybug al detenerse en la terraza del hotel del alcalde.

- Entonces ven- Chat le agarró de la mano y la arrastró consigo por todo París.

- ¡E- espera! ¡Chat!-

- Solo un momento-

Con el bastón del gatuno terminaron yendo a la magnífica Torre Eiffel, cuyo brillo seguía siendo igual de radiante. Marinette se cruzó de brazos y lo miró, pegando su pie repetidamente al piso.

- Pudimos venir aquí sin ningún apuro-

- Pues no podía esperar. ¡Sígueme!- exclamó trepando la torre con gran agilidad. Al llegar a la segunda planta de la estructura francesa, Chat se pasó del lado contrario con Ladybug tras él.

- Adrien Agreste- bramó impaciente. - ¿De qué trata todo esto?- inquirió acercándose al héroe. Chat Noir la miraba sonriente. Tomó ambas manos con delicadeza y suspiró.

- Mi lady, aún recuerdo como, hace ocho años, cuando éramos unos adolescentes, te enfureciste al pensar que yo había puesto esa goma de mascar en tu asiento. También, cuando purificaste a tu primer akuma. Al derrotarlo por primera vez pensé "quien quiera sea la chica debajo de la máscara, la amo". Así como recuerdo tus hermosos ojos entrando en mi cabeza aquella tarde lluviosa. Me dí cuenta de que me había enamorado de una persona tan maravillosa que me sorprendí que fuera real-

》Y aquella noche en la que nos entregamos al uno al otro, creí que al fin estaríamos juntos sin ningún problema. No tenía idea de lo complicado que se pondría y lo mucho que trataría la vida de separarnos. Pero aquella princesita me cambió por completo, y supe que sería nuestra enredadera, como la de Tristán e Isolda, la enredadera que unió sus tumbas y a pesar de ser cortada, volvió a crecer, así como nosotros permanecimos unidos no importara cuantas veces nos alejaran. Y es por eso que después de estos años, sé que no puedo estar sin ti. Y por eso te he traído aquí, a la Torre Eiffel que vigila a cada pareja en su ciudad y es testigo de nuestro amor- la volteó suavemente hacia el Campo de Marte que quedaba al otro lado, y aquello hizo que la peliazul derramara sus lágrimas.

La hierba se encontraba debajo de unas flores que brillaban por pequeñas luces que estaban colocadas en la posición perfecta para que se leyera "Cásate conmigo". Se giró solo para ver al gatuno sostener una pequeña caja,la cusl portaba un anillo con un diamante que era del mismo color que los ojos de Marinette.

- Mi lady, ¿te casarías conmigo?- la heroína asintió rápidamente y se lanzó sobre el rubio.

- Gato tonto- murmuró antes de presionar sus labios contra los de él.

Adrien pasó sus manos por la espalda de la azabache atrayéndola hacia él. Sus manos tocaron las puntas de su cabello que ya no se encontraba en su peinado de coletas.

- Recuerdo la línea final.- dijo Ladybug 
- "Dos veces mandó el rey a cortar la enredadera, pero esta insistía en crecer"-

- Yo siempre estaré contigo mi lady. No olvides cuanto te amo-

- ¿Olvidarlo?- rio con los ojos aún mojados y sosteniendo el rostro de Chat Noir en sus dos manos. - Nunca-

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro