🏐Cap. 21🏐

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El fin de semana los tomó por sorpresa ante el hecho de tener que viajar para concretar la fecha en disputa con la UCLA y así, tratar de quedar en el primer lugar de la tabla.

Por otro lado, el armador agradeció al de arriba por no tener que convivir encerrados con el punta luego de jadear como una estrella porno en ascenso y no saber que hacer en el posterior amanecer, ya que se levantó mucho más temprano que su compañero de cuarto saliendo a correr para desestresar su mente, arrastrando consigo a sus más profundos pensamientos que querían hacerlo sentir de cuarta por el sentimiento que lo invade cada vez que el suceso se le cruza como un erótico flasback.

Luego de varios metros de intensa carrera frena su entrenamiento para hidratarse teniendo la mala suerte de observar acercarse al trote -y a las risas- a su compañero de cuarto junto al mariscal de campo. Y no sabe bien que es lo que siente cuando aprieta sus dientes queriendo arrancarle la yugular al infame vecino de enfrente.

—¿Pero mira a quién tenemos aquí? —suelta el jugador de fútbol americano a medida que se dedica a estirar sus gemelos que se encuentran al borde del colapso —. ¡Maldita sea! Siento que me voy a desgarrar, el último entrenamiento estuvo mortal y encima, unos fuertes gemidos que retumbaban por los pasillos no me dejaron descansar... ¿Acaso, ustedes no lo escucharon? Porque hermano, esa chica gritaba como si la estuvieran por exorcizar.

Momento exacto en donde el rubio se atraganta con un nuevo sorbo de agua y el castaño se apura a golpear su espalda para ayudarlo como al pasar.

—¿Mejor? — Cuestiona el punta a su capitán para luego mirar al mariscal —. Yo no escuché nada. Pasa que dormí como tronco, nuestro entrenamiento también estuvo intenso ya que estábamos con los ajustes para el próximo partido a disputar... Hablando de eso, deberíamos ir yendo para llegar a tiempo, ¿no le parece? —suelta hacia el rubio tratando de contener las ganas de apretar esa trompa de pato que pone ante cualquier enfado.

—Sí, deberíamos regresar... Hay que alejarse de la chusma, no vaya a ser contagioso la maña de husmear —larga Jimin como al pasar.

—De seguro que eras tú con alguna pobre chica que -todavía- cae en tus mentiras... Recuerda Jung Kook, cuando éste traiga mujeres de la nada, te vienes para la pieza de una.

—¿Acaso eres su salvador o alguna otra mierda? Jung Kook se cuida solito, no te necesita —suelta el rubio todo ofendido ante la atenta mirada del mariscal y la sonrisa ladeada de Jung Kook.

Y el vecino, observador como pocos, suelta a medida que se aleja veloz: —¡Así que el gritón eras tú, culón! Te acompaño en sentimiento Jung Kook... —finaliza esquivando la botella de agua del rubio.

—¿Pero qué le pasa a este idiota? ¿Tú no habrás abierto la boca, no? —suelta Jimin a medida que apura el paso hacia el campus —. Recuerda que solo nos rascamos la picazón, no te hagas la novela del noviazgo.

—Lo tengo más que claro, ahora, la pregunta sería: ¿por qué explotas? Yo tengo valores y nunca andaría contando nuestra privacidad, pero si se dan cuenta, debe ser por algo, ¿no?

—¿Qué estás insinuando? —todo encolerizado, el rubio se tira sobre el pecho del castaño apuntándole con el dedo —. Para tu información, nosotr...

Quedándose mudo cuando los labios de Jung Kook se aprietan sin pena contra los suyos... Momento en donde el rubio se olvida de que están en la calle y al alcance de la vista de cualquiera, incluyendo al mariscal de campo que viene al trote suave a tan solo unos metros suyo.

—Cada vez que te pongas intenso, te callaré con un beso —susurra sobre el oído de Jimin a medida que éste permanece quieto y con los ojos cerrados, pero alejándose -inmediatamente- a medida que Jung Kook toma consciencia del entorno.

Y en cuanto el capitán regresa al planeta Tierra, no sabe cómo tragarse la vergüenza ante la risa cómplice de varios espectadores que los observan. Maldiciendo por dejarse llevar por el castaño y su manera de silenciarlo, pero cuando gira buscándolo para largarle todo lo que tiene guardado y hacerse todo el malo, solo la estela de sus largas sancadas se observan y refunfuñando, decide apurar sus pasos.

Ya arriba del Bus que los llevará hasta el próximo destino que consiste en darlo todo para ganar, la charla motivacional del entrenador se compenetra con las palabras del capitán. Queriendo él mismo, no regresar hasta el lugar que fue designado "según Tae" al azar y que, por supuesto, consiste en acompañar a cierto castaño que atento escucha cada una de sus palabras de aliento.

En un momento dado, Jung Kook se coloca los cascos cerrando sus ojos. Tal vez, de esta manera detiene el avance de ciertos pensamientos que insisten en hacerlo ir hasta donde está su preocupado capitán para envolverlo fuerte entre sus brazos.

Sabe muy bien que lo de ellos fue una cuestión de desmedida atracción aunque no llegaron más allá de mandarse mano, y aún así, no puede controlar los latidos que retumban en su pecho cuando observa cada uno de sus gestos o sus inmensas ganas de correr a abrazarlo y besarlo hasta que se olvide del condenado mundo.

Maldiciendo por dentro, por ser tan sentimental, por ser un completo tarado. Porque, una vez que la vida le da la oportunidad de tener roce con aquel que lo trae apasionado; la toma y se enamora como un caballo.

Pero más le duele, sentir que el afecto del rubio crece a medida que pasan más tiempo de calidad entre ambos, sabiendo que trae consigo algún que otro trauma difícil de superar... Porque si hay algo que su querida madre le ha recalcado, es que no debe ser el sucio secreto de nadie. Porque sus sentimientos son puros como agua de manantial y saberse cada vez más apegado a alguien que algún día puede negarlo, le duele en lo más profundo de su pecho.

Gracias por leer, votar y comentar. La vida viene siendo jodida conmigo, así que agradezco su apoyo y sobre todo, su paciencia ♥️

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