🏐Cap. 23🏐

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

—Nuestro punta es carne de primera, así que a otro lado con tu picoteo barato central —larga Tae ante la risa de varios y la mal humorada cara del capitán.

—Te agradezco pero paso —suelta el castaño, pero cuando observa la cara de burla que ostenta su debilidad, retruca: —Es que estoy cansado, sino, quizás te acompañaba un rato.

La arenga de gritos al son de la palabra "ganador" dejaron al punta envuelto entre burlas y agujereado, si la mirada del rubio fueran rayos láser apuntando en su dirección.

Ya bañados y arriba del bus, la mayoría discuten qué quieren cenar ya que el entrenador será el que pagará, menos uno que en silencio observa el sombrío paisaje exterior, tratando de frenar sus inexplicables ganas de pedir explicación.

—Capitán, creo que ese es mi asiento si mal no recuerdo —anuncia el castaño, llegando a su lado —. Pero si necesita meditar, mejor le presto los cascos y ahí sí, nada lo molestará.

El rubio, decidido a ignorar a su compañero de cuarto porque es más fácil enojarse que ponerle nombre a lo que le está pasando, reacciona mirándolo feo cuando Jung Kook le coloca uno de los auriculares.

—Tranquilo, solo quería que escuches un tema que de seguro ayuda a tu estado.

—¿Y cuál es mi estado?

—Estado de extremado interés por algo... O alguien, en todo caso.

De inmediato, Jung Kook se aleja cuando el rubio intenta darle un manotazo, acercándose hasta donde se encuentran sus otros compañeros de equipo y sin poder ocultar en su rostro, la alegría de verlo celoso al que su mundo domina.

Llegando al lugar al que decidieron cenar, Nam solicita que no se tarden en bajar en cuanto cruza miradas con el central... Miradas que pasaron desapercibidas por unos cuantos menos para el capitán. Pareciera que ahora que se atrevió a besar a un par, observa tensión en donde no la hay o bien es su trastocada cabeza que pareciera no querer dejarlo en paz.

—Amigo, ¿a qué se debe tanta seriedad? —pregunta Jin sobre que lo toma del hombro al bajar —¿Problemas de alcoba con el punta?

—¿Qué dices idiota? No me pasa nada, solo que Jung Kook se cree la gran cosa.

—Trátalo bien, que hoy fue quién nos salvó las papas... Aparte, ¿viste que no oculta su sexualidad? Eso, también es de admirar.

—Sí, no como otros que dicen no sentir nada por el entrenador —presiona —, esas miradas dicen: quiero sexo bien lujurioso y travieso.

—¿Estás hablando de ti y de Jung Kook? Porque ¡a otro perro con ese hueso! Ustedes se tocaron, y no solo las manos.

La pálida cara del rubio le indica al central que la broma puede que sea algo tangible y real, pero lo que verdaderamente sorprende a Jin, es la reacción de su capitán.

—Es broma Jimin. Cambia esa cara que si fuera así, no tendría nada de malo ya que el amor no tiene género y mucho menos, control. Así que relaja, hermano.

—¿Y quién habló de amor? Amor es lo que se ve en tus ojos cuando miras al entrenador.

—O sea, ¿no hablamos de amor pero si de mandarse mano? Debo felicitarlo al Jung Kook.

—Cree lo que quieras Jin, ya cansas... No tengo ganas de discutir y mucho menos contigo, a parte, sabes muy bien que soy heterosexual.

—¡Lo que usted diga, mi capitán!

Haciendo un saludo militar, Jin se aleja a las risas dejando a un pensativo rubio que en cuanto conecta mirada con aquel ropero que se cruza en cada uno de sus pensamientos, maldice por dentro. Se enoja porque quiere y no puede dejar de sentir lo que siente ya que su cerebro no procesa el concepto que significa "dejar de pensar". 

Cabeza que le juega una mala jugada en cuanto observa a su mejor amigo caer sin un drama sobre la espalda del castaño para luego abrazarlo con extremada dulzura a medida que le hace cosquillas.

Y siente que le falta el aliento en cuanto millones de malos pensamientos irrumpen su cerebro acusándolo de ser el hazme reír si el resto del mundo se enterara de su desliz. Llenándolo de vergüenza al no saber que decir si su equipo le llegara a preguntar sobre su preferencia sexual e imaginándose las caras de reproche y los dedos acusatorios en su dirección.

Su cabeza da mil vueltas y nota todo oscuro a su alrededor —. ¿Cap? — Esa voz... —¿Está bien? — El timbre de esa voz que intenta traerlo al planeta tierra tan solo con su preocupación — ¿Jimin? — Unos fuertes brazos que lo envuelven sin temor —. Háblame por favor... Aquí estoy... — Palabras que le indican que todo estará más que bien, que respire lentamente a medida que envuelven su mano con la otra y las colocan sobre los latidos del contrario corazón.

Minutos que parecen eternos sobre que el rubio se recupera y toma consciencia de la real situación. Está relajado, envuelto entre los brazos de su compañero de cuarto y enfrente de todo el plantel del equipo de voley universitario. Y cuando quiere empezar a jadear, las manos que toman su rostro lo empujan a un mar infinito de tranquilidad.

En ese instante, sus ojos conectan con los del castaño y nada en el mundo importa más que la calma que le transmite su par, ese compañero de cuarto que rebosa temple y serenidad. Volviendo sus ojos a vidriar cuando no puede frenar las inmensas ganas de llorar...

Porque en ese momento, Jung Kook no es un desviado aprovechando su mariconeada debilidad (cómo tantas veces se le cruza en su cabeza) Es un hombre con valores que lo acepta a pesar de sus traumas y temores.

Y ahí, solo ahí, se echa a llorar...



No debe ser nada fácil tener una crianza y una mente que te traiciona cada vez que quieres actuar 😔 Por suerte, nuestro rubio no está solito.

Gracias por leer, comentar y votar♥️






Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro