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Estaban en un bar celebrando el nuevo empleo de JungKook. Taehyung saltaba en una pierna, feliz y orgulloso de su mejor amigo, el ahora oficialmente Publicista, finalmente tendría dinero para aportar y ya no sería el único pagando la renta.

Todo aquel arduo trabajo en la universidad, finalmente le daba sus frutos al pelinegro.

—Bésame —decía el chico de adorable dientes.

—¿Estás enfermo? —soltaba Taehyung—. No te pases de listo conmigo

—Sabes que me gustan hombres y mujeres, las personas en si —decía arrastrando las palabras—. ¿Hace cuanto no follas, mi amigo? puedo sacrificarme —decía divertido a sabiendas lo mucho que eso cabreaba a Taehyung.

—No voy a besarte y definitivamente, no follaré contigo —decía el azabache.

JungKook estaba tentadisimo de la risa, Taehyung realmente se incomodaba y enojaba cuando se ponía en imbécil. Aunque sabía que Jungkook lo hacía en broma. Ellos simplemente no encajaban de esa forma romántica.

—Tienes razón, ya pasamos por eso ¿Recuerdas? —decía remontadose al pasado y de cómo se habían conocido en una fiesta de la universidad y entre tantos tragos JungKook había besado a Taehyung.

Es que ambos habían tenido tan buena conexión, que creyeron que podían ser algo más y aprovecharlo, ya que en ese entonces estaban solteros.

Pero al instante en el que sus labios se sellaban con un beso, definitivamente habían descubierto que solo tenían buena química como potenciales mejores amigos, en un futuro cercano.

Y estaban en lo cierto.

—¿Dónde está Rose? —preguntaba a cambio el azabache.

La chica tenía algo con JungKook, pero sin compromisos.

—Dijo que iría directo al apartamento —respondía y luego susurraba en el oído de Taehyung—, para darme mi regalo.

Se alejaba y alzaba sus cejas con una sonrisa chistosa mientras arrugaba su nariz. Taehyung reía y despeinaba su cabello en un ademán adorable, como si en vez de tener veinticinco, tuviera doce.

—Ya, tonto — renegaba divertido—. ¿Que paso con el chico que salias? —preguntaba a cambio el pelinegro.

Taehyung era completamente gay, a diferencia de JungKook.

—Bogum no es lo que estoy buscando, ni necesitando —decía bebiendo su cerveza—. Y estoy cansado de que utilice a su gato para venir a verme al menos tres veces a la semana al consultorio. Ya le dije que su gato está perfectamente sano, pobre animalito —soltaba en puchero.

Era un veterinario devoto y dulce, pero ya estaba empezando a detestar al pequeño gato siamés que siempre lo miraba con cara de pocos amigos.

JungKook volvía a reír, podría decirse que el alcohol ya estaba haciendo estragos, aunque de por sí, él vivía riendo por todo.

—Jk, es hora de irnos —resaltaba el mayor—. Vinimos en tu auto y nunca me dejas conducirlo —recalcaba poniéndose en pie y pagando lo que habían bebido—. Así que mueve tu musculoso trasero de la banqueta y volvamos a casa.

JungKook asentía mientras se colocaba su chaqueta. Antes se compraba un agua mineral para beberla casi de un trago y sentirse más alerta. Al salir, finalmente, eran golpeados por la brisa helada de aquella noche de viernes.

Iban directo al auto del pelinegro y se subían sobando sus manos y encendiendo la calefacción, justo dentro del auto el celular del celebrado sonaba.

—Es Rose —decía encendiendo el auto y atendiendo el llamado—. Bebé... —Taehyung reía. JungKook tenía demasiados "bebés" por ahí—. Si, ya estoy camino al apartamento. No, no te preocupes, Taehyung nunca escucha cuando follamos —un golpe aterrizaba en su muslo—. El sexo heterosexual le da asco

—Eres un idiota —susurraba solo para JungKook.

Ambos eran los mejores amigos, almas gemelas, casi hermanos, pero mejor que eso. Ellos simplemente encajaban y se entendían a la perfección, también se apoyaban en todas las locuras que se les ocurriera. Con el paso del tiempo, eran dueños de una fuerte amistad, nada ni nadie podría romperla o separarlos, ellos eran invencibles.

Un par de palabras más y el pelinegro cortaba el teléfono entre risas.

—Necesitas relajarte —decía JungKook burlón.

—Estoy relajado, pero no es bueno que le digas a tu novia que me da asco el sexo heterosexual —volvía a golpearlo.

—Definitivamente necesitas una aventura para dejar de golpearme —acusaba el pelinegro—. Y Rose no es mi novia —aclaraba.

Taehyung reía irónicamente mientras ponía música para ir haciendo karaoke camino al apartamento. Podría decirse que habían tomado lo justo y necesario y se encontraban bien, a pesar de que JungKook arrastrará algunas palabras.

El trayecto iba tranquilo, con tonos desafinados y risas divertidas, un ambiente relajado que siempre se daba entre los amigos.
El tráfico de viernes por la noche estaba lleno de conductores atolondrados y pese a que ellos querían llegar rápido, no serían tan irresponsables de ir a mediana máxima velocidad.

Aunque Taehyung no veía la hora de llegar para poder dormir. Había salido de la clínica y se había encontrado con JungKook en el bar, listos para celebrar. El pelinegro por su parte, quería recibir su regalo de Rose, JungKook era relajado, JungKook vivía el momento sin presiones, ni compromisos.
Su único compromiso en su momento, eran sus estudios y ahora su trabajo soñado. No había tiempo para el amor y sus cursilerías, pero si para el sexo de a ratos y Rose lo tenía bien en claro.

El camino a su apartamento, dentro del vehículo iba semi bullicioso, riendo relajados entre ellos y apostando cuánto tardaría el pelinegro en acostarse con algún compañero o compañera de trabajo.

—¡No soy tan casanova! —renegaba divertido.

—Ahora repitelo hasta que lo creas —decía el azabache divertido.

—Pedazo de imbécil —decía JungKook entre risas que eran acompañadas por el más grande.

—¡Jk, cuid-...!.

En un abrir y cerrar de ojos, un camión se cruzaba frente a ellos a toda velocidad. Parecía haber salido de la misma nada cuando JungKook había intentando mil maniobras para esquivarlo, pero fallaba miserablemente y terminaban impactando con la parte trasera de aquel inmenso vehículo.
Junto aquel impacto en el que JungKook aún intentaba controlar el auto, terminaba dando vueltas incontrolables para dar de lleno contra otro vehículo y terminar inconcientes.

Una noche que debía de terminar en alegría, los terminaba dejando desvanecidos, golpeados y con un auto hecho mierda a causa de un conductor alcohólico que no había tenido la descendencia de no conducir en aquel estado.

Primer capítulo de Remember me, arrancamos con la introducción de estos personajes. Los capítulitos no serán muy largos, creo.
Espero y hayan disfrutado esta introducción a la historia.

Con amor Niñita Nany 💜

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