24- twenty four

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Su nombre era Félix.

Bueno es, el chico no murió. De hecho esta vivo y coleando.

Félix era hijo de padres coreanos y nacionalidad francesa. Precioso de pies a cabeza, ojos rasgados, labios carnosos y rubio, en ese entonces en el que conoció a TaeHyung. Poco más joven que el veterinario por un par de años y se encontraba en Corea por un viaje de mera aventura, algo así como un año sabático, un alma muy libre. El chico había conocido al bonito veterinario debido a que su estancia en Corea se había alargado más de lo esperado y se encontraba tan solo que, había adquirido un muy bonito caniche, ruidoso de pelo negro y gris que, se encontraba necesitando la atención de alguien con tiempo libre como el rubio, ya que había accedido a su adopción.

Ese día en la veterinaria de TaeHyung, era uno de esos en los que pocos entraban. Por lo que la calma y el silencio era algo que adoraba cuando se trataba de un jueves con poca energía. Habían algunos turnos por realizar, pero no eran muchos. Había tenido la visita de una abuela y su niña, la que lloraba creyendo que su gato moriría por una indigestión. Luego dos señoras mayores que, habían llegado con sus conejos y una emergencia porque uno de ellos se había devorado un crayon casi completo y el otro, parte del mismo.

¿Cómo mierda pasaban esas cosas?. TaeHyung no estaba seguro.

Hasta que había sido el turno del chico en cuestión. El azabache solía ver gente joven y atractiva a cargo de animales, pero ese chico lo había dejado tonto con su bonita sonrisa y sus ojos pequeños... Y un acento coreano que parecía manejar a medias. El chico quería el primer control para su cachorro por lo que TaeHyung había comenzado todos los procedimientos indicados mediantes palabras nerviosas y sonrisas tímidas, tanto suyas como del chico en cuestión.

Luego de eso, había quedado prendido del muchacho y había considerado que ese día había valido la pena. Y eso era toda la acción que bastaba para Kim TaeHyung luego de su alocada juventud en preparatoria y universidad. Luego del largo día, al salir de la veterinaria, para su grata sorpresa el chico esperaba fuera con una sonrisa tímida y unos bombones en agradecimiento por no haberse burlado de su pésimo coreano y haber atendido a su perro con tanta dedicación.

TaeHyung había sonreído como imbécil y se había quedado pasmado cuando el chico le había confesado que era "Très attractif"—muy atractivo—y que quería invitarlo a cenar algo ligero aquella media tarde. TaeHyung se veía sorprendido, el chico le había impactado y eso era un gran logro considerando que había sentido algo así como que había perdido el interés en el romance.

Parte de ese chico reacio de su adultez quiso rechazar la invitación, pero luego la cara de un Jungkook con comida en la boca y mejillas regordetas de una noche de amigos, se le venía a la cabeza con la frase:

"Te has vuelto aburrido, cosita. Debes volver a ser más espontáneo, relajado. Acepta más cuando otros te invitan un trago, no eres imbécil para luego decir que no quieres ir a la cama con ellos... Y si lo quisieras, pues genial. Doble recompensa. Tragos gratis y sexo".

Y TaeHyung había aceptado. Aparte era algo nuevo, era una cena, no alcohol y era una cena ligera, nada de restaurantes. Algo así como salida de amigos, solo que sería la primerísima y aquello junto a la sonrisa del tal Félix, era una combinación que el veterinario no quiso dejar pasar y había puesto por obra el consejo de Jeon.

Eventualmente lo que había iniciado como un juego de seducción y diversión mutua, terminó envolviendo a TaeHyung. De a poco Félix había calado en su vida y gustarle a alguien como el veterinario era un verdadero logro, el chico se había vuelto quisquilloso con el tiempo. Cansado de tanto imbécil dando vuelta, Félix parecía algo diferente y por mucho tiempo, TaeHyung se vio envuelto en un encanto que lo tenía más que extasiado, dentro y fuera de la cama. Carnal y sentimentalmente.

Félix lo había dejado estúpido y lo mantenía cálido y caliente, hasta que la noticia de que volvería a Francia había sido como un balde de agua fría que le había caído encima, muy de repente y sin previo aviso.

— ¿Te irás en menos de una semana? ¿Estás bromeando conmigo, cierto? —habia soltado TaeHyung, una octava más alta, mientras habían terminado de tener relaciones y se encontraban aún sobre la cama de TaeHyung—. Estas cosas no se dicen tan de repente, Félix.

El veterinario había apretado su mandíbula y despeinado su cabello.

—Lo sé, cariño —susurraba con dulzura el rubio—. Estaba muy perdido cuando te conocí y extrañamente encontré mi lugar contigo

— ¿Y ahora simplemente me tiras sin anestesia que volverás a tu país, donde por cierto no tienes ni un trabajo estable, una relación a medias con tus padres que no aceptaron tus elecciones de vida y tus amigos quienes decidieron abandonarte porque no ibas a seguir la carrera junto con ellos?. Ni siquiera tienes un perro como lo tienes aquí —soltaba el azabache sin respirar.

Félix fruncía el ceño—. Oye, es mi país. Mi familia está ahí —susurraba el chico con mirada dura que, suavizaba minutos después—. Sé que es difícil de entender

—Te pasaste hablando mierda de tu país, tu familia y tus amigos, dijiste que yo era tu hogar y ahora ¿qué? —soltaba angustiado—. ¿Pretendes que te entienda?. Más encima lo dices días antes de irte, eres un- ...

TaeHyung se ponía de pie, sentía su rostro enrojecer de la furia y apretaba sus dientes de la rabia, mientras caminaba como gato encerrado. Félix lo alcanzaba y tomaba su rostro.

—Ven conmigo —susurraba con esa mirada que siempre lograba que TaeHyung dijera que si a todo.

—No —afirmaba, borrando la sonrisa ansiosa de Félix—. Mi familia está aquí, mi trabajo. Este es mi apartamento. No voy a moverme.

Sabía que dirías eso —murmuraba Félix y lo soltaba y sin decir nada más.

Luego comenzaba a vestirse y recoger algunas cosas que yacían en la habitación de TaeHyung. Su imagen era estoica y fría que, hacían al azabache preguntarse: ¿qué había sido del dulce chico que había conocido y con el que había pasado tanto tiempo?.

—Woah...¿Que esperabas que dijera? —soltaba TaeHyung—. ¡¿Te vas en un par de días y pretendes que lo tome con una maldita sonrisa?!

Félix se ponía de pie en dirección a la puerta, pero se giraba y añadía:

—Esperaba que me amaras lo suficiente para arriesgarte —y salía sin esperar nada más.

TaeHyung apretaba sus dientes y lo seguía por el pasillo.

— ¡Dijiste que aquí te quedarías y que yo era tu hogar para que de la nada decidieras volver y luego pretendas que yo ponga mi mundo de cabeza por tu maldita decisión de improvisto! —gritaba hastiado.

Los gritos habían hecho que Jungkook, con una resaca de los mil demonios, saliera de su habitación confundido por los gritos de su amigo.

— ¡Es mi país! Es ahí donde tengo mi vida ¿qué esperabas?...

— ¿Cuál vida? —soltaba TaeHyung—. No has hablado con nadie desde que estás aquí, nadie te llama ni se preocupa por tí. Tienes un trabajo estable, un lugar donde estar. Un novio y un maldito perro ¿Y dices que tu vida está en Francia? —exclamaba ardido—. Saliste sin nada, sin un maldito rumbo

— ¡Ven conmigo! —gritaba Félix—. Ah, lo siento, tu vida está aquí. Tú si tienes una

— ¡Por supuesto!. Maldita sea —replicaba—. No intentes dejarme como el insensible cobarde a mi y no pretendas que lo tome bien si lo manejas de esta forma

—Bueno, lo siento TaeHyung. No soy perfecto como tú —añadía el rubio, abriendo la puerta y viendo cómo TaeHyung lo veía furioso y herido y Jungkook solo lo veía furioso ya que luego de un par de gritos, sus neuronas había reaccionado y estaba entendiendo lo que sucedía—. Me voy en dos días, si cambias de opinión un conocido de la aerolínea puede reservarme un lugar más.

TaeHyung apretaba sus dientes—. No lo haré, no voy a cambiar de opinión —susurraba, Félix no decía nada más y salía por la puerta pero una última frase de TaeHyung lo obligaba a detenerse un momento—. Si tú cambias de opinión... —susurraba—. No vuelvas aquí.

Y luego de eso, TaeHyung se había vuelto a cerrar sentimentalmente y en poco y nada de ocasiones quizás algún flirteo, tragos o encuentros esporádicos que con el tiempo fueron siendo menos recurrentes. Hasta que nos encontramos en la actualidad, donde por poco y se creía muerto por no sentir nada hasta que había abierto su puerta un día con Kim Seokjin parado al otro lado de la misma, dejándolo una vez más en babea por lo precioso que era.

Y por mucho que lo había atrapado, TaeHyung no quería eso, no quería pasar por lo mismo. Las relaciones eventualmente terminan, pero enamorarte de un tipo que solo estaba de paso, vamos, no podía cometer el mismo error dos veces. Y no le había gustado escuchar a Jungkook tan predispuesto a golpearlo para que tomara una chance con el arquitecto. Él no la quería. No quería eso. No de nuevo.

Su tiempo con SeokJin ya había culminado y debía de agradecer lo bien que lo había hecho sentir. Las sensaciones de hormigueo en todo su cuerpo, el calor en el mismo por un simple beso o cuando habían compartido un momento tan íntimo y caliente en la ducha... Lo más cercano al sexo en mucho tiempo. Quizás no lo tomaría como suficiente, pero luego de rememorar lo mierda que se sintió en su momento por una situación, no solo similar, sino exactamente igual... No podían culparlo por tener una coraza en su pecho.

Era tarde y no había querido madrugar ese día, el apartamento estaba solo para él. Jungkook llegaría en poco y quién sabe quizás, SeokJin también. Ninguno le había mandado nada. Sin mensajes, ni texto y agradecía que pudiera respirar y pensar con claridad mientras se hallaba preparando ramen para uno solo.

Su pecho no podía dejar de sentir una sensación horrible, pero Jungkook no tenía derecho a dejarle el camino libre cuando él no deseaba eso. Muy en el fondo le aterrorizaba saber que SeokJin había pisado mucho más fuerte que Félix. Eso solo significaba que si se metía más en ello, dolería el doble y TaeHyung no quería eso.

Se encontraba degustando su ramen mientras leía un libro cuando su teléfono sonaba por primera vez, lo miraba con su ceño fruncido y estaba a punto de cortar el llamado, pero prefirió no rechazarlo esta vez.

—Hola —respondía amable.

Tae... ¿Como estás?

—Bogum... yo muy bien —balbuceaba—. ¿Tú estás bien? ¿Pasó algo con el niño bigotes?

La risa de Bogum llegaba desde el otro lado de la linea.

Ah, no. Sé que es extraño, pero juro que esta vez no te contacto por mi gato, no voy a utilizarlo más como una táctica de conquista porque no sirve...

Y TaeHyung se congelaba. Su corazón se aceleraba y sentía la necesidad de cortar el llamado, pero seguía aún en linea.

—Seokjin está muy bien —replicaba.

Eso me tranquiliza, pero tampoco llamo por él

— ¿Ah, no? —susurraba sin fuerza.

Iré directo al grano —exclamaba el doctor Park—. Me gustó beber un café contigo y hablar de nada, pero me gustaría saber más de ti y poder invitarte cordialmente a beber algo.

El silencio llegaba a ser casi ruidoso para el doctor que, esperaba con sus ansias a flor de piel, una respuesta positiva.

— ¿Beber? —replicaba desorientado.

Otra risa resonaba.

Lo siento, no quiero que creas que pretendo emborracharte —exclamaba—, mi primo tiene una banda y cantarán en un bar no muy lejos del hospital. Nos está pidiendo que recaudemos público, es hoy y no sé, pensé en ti —mencionaba sincero, luego de un silencio Bogum exclamaba—, pero puedes decir que no.

Y TaeHyung estaba a punto de rechazar, cuando su teléfono vibraba en su oreja. Mirando rápidamente la barra de notificaciones, un mensaje de SeokJin aparecía.

"En una hora llego, llevo pizza y un pack de cervezas, tengo que hablar con ambos. Ya le avisé a Bambi"

Jin Hyung 18:30 pm

TaeHyung llevaba el teléfono a su oreja—. ¿A que hora te veo?

TaeHyung no podía ver la sonrisa de oreja a oreja del doctor, pero así estaba. Feliz de haber obtenido un "si' o más bien un "¿A que hora te veo?", pero positiva respuesta en sí.

En una hora ¿te parece bien?. Podemos comer algo por ahí y luego dirigirnos al bar —mencionaba.

TaeHyung había guardado su comida en la heladera para comenzar a prepararse.

—Seguro, seguro —afirmaba, corriendo a su habitación por ropa limpia—. Pásame la dirección y te encuentro en menos de una hora.

Genial, entonces.... Gracias —añadía nervioso.

—A tí —replicaba el azabache—. Necesito despejarme y llegaste justo a tiempo.

De más esta decir que Bogum estaba emocionado y TaeHyung cagado de miedo, pero era lo que era. Necesitaba dejar de enrredarse con Kim Seokjin, necesitaba mirar más cerca, algo más confiable y no algo tan descabellado otra vez.

Cuando se encontraba listo para salir, mejor dicho—huir—tomaba su billetera, chaqueta, llaves del auto y se ponía su perfume. Ese perfume que siempre se recordaba que tenía que cambiar, pero no... Ahí estaba oliendo como lo hacía Park Jimin. Suspiraba camino a la puerta y la abría, para encontrarse de lleno con SeokJin y Jungkook. Ambos hombres lo miraban demasiado arreglado aquella tarde noche.

Jungkook fruncía su ceño y lo miraba rápidamente de arriba abajo, él traía las cervezas, mientras que SeokJin tenía dos cajas de pizzas y lo miraba como si aprobará totalmente lo arrebatadoramente sensual que lucía en sus jeans negros denim, sus zapatos en punta y su camisa verde musgo, metida en la cinturilla del pantalón que lucía un buen cinto de cuero. Su cabello estaba hacía atrás con un poco de fijador para dejar su frente a la vista y... «Precioso».

—Oh, lo siento. Pasen —mencionaba, viendo cómo estos dos llegaban juntos.

Se había preguntado por un segundo que tan juntos habían estado, pero la pregunta había sido contestada de inmediato.

—Encontré a Jin Hyung en la puerta con la cena completa —mencionaba Jungkook, arrojando su bolso al sofa—. ¿A dónde vas?

SeokJin entraba en silencio, mirando a TaeHyung de arriba a abajo algo confundido y embelesado al mismo tiempo. TaeHyung en cambio, no quería verlo. No ahora.

—Tengo que salir —replicaba el azabache, poniéndose su chaqueta.

—Necesitaba hablar con ambos ¿no viste el mensaje? —preguntaba SeokJin con una voz apagada.

—Lo vi, pero ya tenía planes. Lo siento, disfruten la cena sin mi —Saludaba y salía del apartamento, pero la voz de Jungkook lo detenía.

— ¿A dónde se supone que vas?. También te dije que quería hablar contigo —refutaba con ceño fruncido.

TaeHyung apretaba sus dientes y se giraba una última vez, juntando toda su fuerza de voluntad para su siguiente anuncio.

—Tengo una cita con Bogum, no sé a que hora vendré, así que hablaremos luego. Adiós —setenciaba y veía apenas un segundo como la expresión de SeokJin cambiaba de un confundida a una muy similar a sentirse jodidamente herido.

La puerta se cerraba y TaeHyung se iba con una opresión en su pecho mientras que Jungkook no entendía que mierda estaba haciendo y Seokjin sentía que... No podía perder a alguien que nunca fue suyo. Por lo que la sensación de mierda en la boca de su estómago era insulsa, pero ahí estaba y no esperaba aquello. No lo esperaba en absoluto.

Ninguno lo hacía. Ni siquiera el mismo TaeHyung quien había tomado la decisión de forma precipitada.

Bueno, esta historia es...
Y l@s tiene a ustedes tan...

Quiero compartir unas palabras, esta historia (como todos mis fics) tiene un comienzo, desarrollo y deselance. Acá nada sale a los chancletazo y sobre la marcha.

Sus personajes también son pensados con anterioridad y decido a quien podría quedarle mejor, a quien imagino para dicho papel, así que esto no se trata de ser Taejinnie o Jinkooka, esta es una historia más ya confeccionada, no saquen conclusiones que no tienen nada que ver con cuál sea o no mi ship.

Pienso todo cuidadosamente antes de lanzarme por ello y no se nubla mi vista por cuál ship prefiera. Todo tiene un rumbo y con la intención de que cada personaje PISE FUERTE.

Pueden dejar de leer cuando deseen si algo no les gusta. No está bueno sentirse "mal" por un historia de ficción con personajes ficticios, pero no especulen basándose en ideas suyas, porque repito cada historia en mi cabeza está completa y no se trata de que ship predomine. Cada quien percibe la historia como lo desee y a cada personaje, eso me encanta!.

Hay gente que está divida entre taejin y Jinkook, por igual y es genial!

La historia es Taejinkook, en mi caso ya están definidas todas y cada una de mis historias y saben muy bien que más de una vez les he dado finales que no les han gustado o bien dejado impactadas, es mi esencia me gusta sorprender, si puedo y lo logro.

Respeto sus comentarios, respeten la idea y desarrollo del (intento) de escritor que me considero jajaj. No especulen que por escribir más de un ship es cómo va a terminar. Son dos personajes con una conexión diferente entre sí y ya ADVERTÍ que no se encariñen con ninguno, fue mi sabio consejo. Pero obvio pueden tener su team y eso es genial, me gusta y siempre respeto aún si se enojan con algún personaje, me parece genial manifestar esas sensaciones (「'・ω・)「

Gracias por su amable atención y apoyo ฅ^•ﻌ•^ฅ

Con amor Niñita Nany 💜

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