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Aquel momento privado en la habitación de SeokJin no se habia repetido, ya fuera porque el castaño había llegado tarde las noches que le siguieron o porque Jungkook estaba presente. Pero ciertamente, se habían calmado las aguas.

Ahora el teléfono de Jungkook vibraba sobre su escritorio y le había parecido extraño que Taehyung lo estuviese llamando tan temprano.

—Cosita ¿Qué pasó? —atendía.

Cosita mis bolas —respondía el azabache—. Tengo que ir a la granja Min, lo cual significa que llegaré pasada las diez.

El pelinegro fruncía sus cejas.

—¿De nuevo su veterinario de cabecera está de vacaciones? —cuestionaba.

Sip —respondía sonriendo—. Necesito que seas un buen anfitrión

—¿Disculpa? —soltaba confundido.

Haz de cenar, SeokJin llegará tipo seis o siete. Haz la cena y de paso guárdame una cazuela para mí —ordenaba.

—Aish, es tu novio no el mío —se burlaba.

No es mi-...dios, deja de ser tan imbécil. Casi lo matamos, principalmente tú —exclamaba—. Por hacerte el Toreto y girar el auto para "esquivar" gente.

Jungkook puchereaba—. Oye, él había salido de la nada —decía con tono más bajo—. De acuerdo, haré estofado —afirmaba.

Ese es mi conejito —soltaba Taehyung.

—Le serviré vino hasta que deje las inhibiciones y terminaré durmiendo con él —decía en broma.

Aunque el estómago de Taehyung se había contraído al otro lado de la línea y guardaba silencio imaginando un posible escenario en el que la desfachatez de Jungkook lo llevará directo a la cama del castaño.

Por favor, bromea con lo que quieras, menos con eso.

No podía suceder, SeokJin era cálido y Jungkook era un desastre, no había forma de poder imaginar o soportar un escenario en el que él tuviera que lidiar con SeokJin en los brazos de Jungkook.

Momento, él debe tener a alguien. Y lo conoces apenas hace un par de días.

—¿Tae? ¿Estás ahí? —preguntaba Jungkook ante el silencio al otro lado de la línea.

Por favor Kook, ya va una semana con un ritmo acelerado trabajando. Solo haz la cena y manténlo fuera de su laptop —Taehyung suspiraba—. Debo irme, no lo arruines.

Jungkook asentía como si Taehyung pudiese verlo, luego de finalizar su trabajo, se dirigía directo a la tienda para comprar todo lo necesario. No estaba muy seguro sobre lo que había en la cocina, ya que era territorio desconocido más allá del desayuno, así que por si acaso, compraba todo.

Taehyung no se ofenderia si sobraban ingredientes.

Luego de un baño y ponerse ropa cómoda, comenzaba con los vegetales para lavar y cortar, estaba escuchando música, ni muy alto ni muy bajo. Muy metido en su papel de buen anfitrión y hacer la cena para él y SeokJin, pese a que Jungkook se veía muy metido en su mundo y ajeno al resto, si había notado que el castaño no quitaba mucho sus ojos del trabajo.

El tipo necesita un respiro.

Mientras escuchaba una canción que cantaba muy bajito, una presencia se ceñia sobre él a sus espaldas.

—¿Y Boxy? —la voz profunda de SeokJin lo hacía saltar como gato asustado, si tuviera pelo en todo el cuerpo, se hubiera erizado del susto.

—Mierda ¿Cuándo entraste? —cuestionaba sorprendido mirando la puerta y el sofá con su maletín, laptop y carpetas.

Una sonrisa ladina se dejaba ver en el rostro pálido y algo ojeroso de SeokJin.

—Estabas concentrado cantando muy bonito y moviendo el trasero al ritmo de la música —decía divertido.

Jungkook llevaba un pantalón chandal de color gris y una camiseta negra inmensa, no dejaba ver nada del cuerpo bien trabajado del que era dueño.

—No te oí —exclamaba volviendo a cortar la cebolla—. Te ves fatal —decía mirando de reojo al castaño.

Este fruncía sus cejas y aflojaba su corbata gris plata que llevaba en su cuello para combinar con su camisa negra y pantalones de vestir color gris.

A decir verdad, te ves increíble.

Jungkook tragaba el nudo en su garganta y se mordía la lengua para no soltar aquel pensamiento, pareciera que su personalidad extrovertida se inhibia en privado y a solas con SeokJin.

—No he dormido bien estos últimos días —decía ahora desabrochando los primeros botones de su camisa, la misma se ceñia sobre sus hombros y bíceps, no es que fuera musculoso, pero realmente se veía muy bien con esos hombros, cintura estrecha y caderas poco más anchas que las suyas y las de Taehyung.

—Bueno, es viernes...ponte cómodo y luego vuelve aquí, compartiré mi pack de seis contigo y tú arruinado rostro.

SeokJin carcajeaba y se retiraba arrastrando sus pies, Jungkook lo observaba irse obteniendo una hermosa imagen trasera del tipo.
Hombros anchos, piernas largas, brazos, porte perfecto.

Solo admiro sus proporciones, solo sus proporciones.

Luego de una media hora, Jungkook ya estaba sobre los últimos detalles de la cena y Seokjin llegaba con una camiseta blanca y unos pantalones deportivos negros, sus pies solo tenían unas medias negras y se encontraba descalzo.

Y su cabello, húmedo y hacía atrás.

—¿Cerveza? —decía el menor sacando una de la nevera, abriéndola y brindandosela al castaño.

—Gracias, Bambi —Jungkook sonreía ante el apodo.

—No tengo el talento de Tae para cocinar, pero me defiendo bastante bien —decía tomando una cerveza para él y sentándose en la isla.

—No te juzgare y lo comeré todo —decía alzando su mano en forma de promesa—. ¿Boxy tuvo una cita o algo así? —cuestionaba relajado, intentando sonar casual.

Jungkook reía—. Tae no tiene citas —decía suavemente.

—Es raro llegar y no verlo por aquí leyendo un libro —decía viendo la sala y ahora dejando caer sus ojos sobre su maletín.

—Has trabajado mucho —decía Jungkook—. ¿Alguna razón en particular?.

SeokJin negaba—. El accidente me retraso bastante, solo intento ponerme al ritmo —se encogía de hombros y bebía.

Jungkook suspiraba—. Taehyung tuvo que ir a las afueras de Seúl —decía quitando la atención de Seokjin—. Hay un tipo que tiene un terreno inmenso, algo así como una granja con animales...

—Obviamente —interrumpía divertido.

—Ja ja —decía Kook—, en fin, el tipo confía en Taehyung y creo que alguno de sus animales iba a tener a cría.

SeokJin asentía—. ¿Te pidió que cocinaras?

—Para todos, más para ti —añadía. Seokjin se sorprendía—. Ha visto que trabajas sin parar y has llegado tarde, no quería que hoy llegarás sin tener comida caliente esperando.

Los ojos de SeokJin tintineaban con un brillo ilegible para Jungkook.

—Este Boxy —suspiraba—. Siempre atento

—Sip —soltaba seco el menor—, eso y porque le debo llegar a casa y tener la cena lista como muchas veces lo hizo conmigo —se encogía de hombros y se levantaba para poner la mesa.

Luego de todo listo, minutos silenciosos de solo cubiertos y algún que otro halago del castaño para con Jungkook, este proponía ver una película juntos en sala para terminar de vaciar ese pack de seis que habían dejado con cuatro por tomar vino con el estofado.

—De acuerdo, solo porque es viernes —decía SeokJin eligiendo una película.

Jungkook se sentaba a su lado. El sofá era inmenso y podría haber elegido la otra punta o uno individual, pero sin embargo y descaradamente, se pegaba a SeokJin.

—¿Te molesta? —preguntaba Kook, viendo la pantalla.

—El sofá es grande —decía con tono divertido.

—Si, pero me conozco y necesitaré apoyar mi cabeza en tu hombro apenas pasen los primeros quince minutos —ahora volteaba a ver a Seokjin con sus orbes brillante y una sonrisa sutil—. Soy así, me gusta el calor humano y me conozco ¿Te molesta?.

SeokJin lo observaba, el chico era dueño de los ojos negros más bonitos jamás vistos, brillaban como si mil reflectores le estuvieran dando de frente.

—No, no me molesta el calor humano —decía sonriendo.

—Genial —jungkook levantaba el brazo de Seokjin y se acomodaba sobre su muslo recostandose  sobre el sofá, estirando por completo sus piernas largas y musculosas.

SeokJin carcajeaba—. Eres un descarado, dijiste que usarías mi hombro

—¿Te molesta? —volvía a preguntar con una sonrisa pícara.

—Viniendo de ti...no —suspiraba y bebía su cerveza, ahora poniendo su atención sobre la película.

Los minutos pasaban y a SeokJin le costaba apartar sus ojos del perfecto perfil de Jungkook. Su nariz era pronunciada y su mandíbula filosa, le daba un aire tan varonil y apuesto que, sin darse cuenta su pulgar descendía para recorrer la zona.

Jungkook no se había sobresaltado ante la caricia, era una persona demasiado acostumbrada al contacto físico.

—¿Estás teniendo mucho trabajo o estás intentando evitar algo? —preguntaba el menor volviendo su rostro a SeokJin, mirándolo desde abajo.

Este había detenido aquel particular toque y suspiraba desviando su mirada.

—Hace dos días me llegó el nuevo chip con mi número personal y una nueva memoria dónde tengo todo lo que tenía la anterior —decía tomando otro sorbo de su cerveza.

Jungkook abría sus ojos inmensamente y se enderezaba para quedar frente al rostro del castaño.

—¿Estás diciéndome que no las has puesto aún en ningún teléfono ni has visto nada? —cuestionaba sorprendido.

SeokJin volvía a encontrarse con su mirada y asentía.

—¿Cuál es el punto? —preguntaba con desgano.

—Saber si tienes más familia, que probablemente esté preocupada —decía resaltando como algo obvio.

—Bambi, han pasado dos semanas. Nadie en la empresa con la que trabajo en conjunto sabe nada —decía firme—. Nadie en la empresa en la que trabajo me ha dicho algo. Solo que se encargarían de anunciarle a mi contacto cercano. Pero yo sé... —suspiraba—, no tengo más familia, quizás esa persona de la que no puedo jodidamente acordarme, no le importe...entonces ¿Cuál es el punto?.

Jungkook elevaba sus cejas en un gesto lastimoso.

—Ay, dios. Quita esos ojos de Bambi 2.0 —decía SeokJin—. Ya recordaré, seguramente soy un cretino si nadie ha venido por mi.

Tomaba lo que restaba de su botella y suspiraba, Jungkook aún tenía esos ojitos de lástima.

—No pareces ser un cretino —decía acariciando la mejilla de SeokJin—. Debe haber alguna razón, pero si eres tan cobarde como para no poner ese chip y memoria en tu teléfono, bueno eso es otra cosa...

—Estoy seguro que soy cretino, si es así, prefiero no recordarlo —respondía—. Tengo recuerdos de lo primordial. Mis padres, mi trabajo....aunque no recuerdo algún compañero o amigo en particular. Hasta recuerdo donde vivo, pero si tengo a alguien especial, no lo sé...y Taehyung... —decía mordiéndose la lengua.

Jungkook fruncía el ceño ahora—. ¿Taehyung qué? —cuestionaba con curiosidad.

—Él...su fragancia —se corregía—. Me recuerda tanto a alguien que-...me estresa demasiado no poder identificarlo —veía directo a los ojos negros brillantes de su acompañante—. ¿Te das cuenta que soy un cretino?.

Jungkook chasqueaba su lengua.

—Ya lo harás —Jungkook llevaba su mano al abundante capa de cabello que caía en la nuca de SeokJin y apretaba suavemente para mover su cabeza con dulzura—. Alguien tan ardiente no puede ser un cretino —añadía con puchero de bebé.

SeokJin se reía ante el descaro del pelinegro.

—Te estabas tardando —decía con ojos cerrados a causa del suave masaje que el menor estaba dando con sus dedos en su cuello.

—¿Con qué? —preguntaba sin entender.

—Con el flirteo —decía abriendo los ojos y encontrándose a Jungkook sonriendo de lado.

—Yo sabía que adorabas mis piropos —decía despeinando a Seokjin e inclinándose poco más cerca.

—No seas tan engreído —soltaba el más grande.

—Mira quien habla de engreído —decía Jungkook con un tono jodidamente coqueto.

Seguía masajeando la zona y SeokJin se dejaba hacer, el tipo se veía verdaderamente exhausto. Sus ojos estaban cerrados, una mano descansaba sobre el brazo del sofá y la otra desinteresada sobre el muslo de Jungkook. El pelinegro subía su mano restante y los masajeaba a con ambas.

"Mmm" SeokJin había gemido bajito ante la atención recibida.

Jungkook lo observaba prácticamente babeando por la cercanía y la forma en la que se encontraban en el sofá. Cada masaje proporcionado hacía que SeokJin aumentará la presión sobre su pierna.

—Joder, eres bueno —decía SeokJin con ojos cerrados.

—Y no sabes cuánto... —tiraba Jungkook sin reservas.

Sus ojos no pudieron resistir las ganas de ver al pelinegro y lo encontraba mordiéndose el labio inferior y con una mirada—por primera vez—oscura, con pupilas muy dilatadas y sus finos labios entreabiertos.

SeokJin no era de piedra, Jungkook era realmente atractivo y atrevido, tenerlo tan cerca de esa forma, con sus grande manos a los lados de su cabeza para que sus dedos pudieran masajear sin descanso la zona, lo tenían a medio colapso nervioso.

Ni se te ocurra, Jin.

—¿Qué? —preguntaba el menor.

—Nada —respondía el castaño—. ¿Qué? ¿No puedo mirarte?.

Jungkook sonreía—. Si puedes

—¿Entonces no te gusta? —decía divertido, solo para buscar pelea y despejar su cabeza.

—Viniendo de tí.... —Jungkook se encogía de hombros y se inclinaba para quedar demasiado cerca—. No me gusta, me encanta —decía como si fuera algo tan normal y no una especie de bomba que tiraba por primera vez.

—Joder, eres un niño descarado —decía SeokJin divertido.

—Disculpa, viejo —decía cesando la sesión de masajes—. No soy un niño, SeokJin

—Uy, a Bambi  no le gusta que le digan bebé —refutaba inclinándose más hacía adelante.

—Cuando quieras te demuestro que no tengo un pelo de niño inocente —ronroneaba coqueto.

—¿Ah sí? —la voz de SeokJin salía más ronca de lo esperado.

—Ay, tu voz... —una inclinación más y podía casi hablar sobre los labios de SeokJin—. Alguien se está excitando —añadía con voz grave.

—Debería... —la mano de SeokJin subía sobre su muslo—, culparte por eso

—Si, por favor hazlo. Culpame —rogaba y sentía como SeokJin añadía más presión a su agarre que ahora estabas más por su cintura.

—Dios, no hables de esa forma tan dócil. Por favor —pedía tragando el nudo en su garganta.

Sus pantalones apretaban sobre su polla latente, Jungkook estaba igual.

—Ya veo cuál es tu rol favorito —decía Jungkook guiñando un ojo—. Si estás demasiado estresado, puedo ayudarte —el pelinegro se acomodaba mejor y más cerca. Su cadera presionando y casi encima del muslo de SeokJin.

—No deberías provocarme. Tienes una hermosa chica a tu lado —cuestionaba Seokjin.

—Ay, no traigas a la flaca a esta conversación —refunfuñaba, pero volvía a bajar el tono de su voz y añadía—. Dame luz verde y haré que esta noche duermas relajado.

SeokJin lo miraba fijo apenas esbozando una sonrisa.

—No estoy seguro que sea bueno darte luz verde —decía de forma ronca—. Tienes pinta de ser algo adictivo.

La mandíbula de Jungkook caía al piso—. Que poeta —decía divertido aunque con voz igual de ronca. Ahora se inclinaba para pegar sus labios al lóbulo de SeokJin. Sus manos descendían por los hombros y luego por todo el pecho del castaño quien se encontraba estático y con respiración irregular—. Déjame hacerte sentir mejor, Jin Hyung —soltaba mordiendo su lóbulo y enviando miles de descargas eléctricas sobre el cuerpo de SeokJin.

Jin Hyung...Jin Hyung ¿Quién mier-...? Oh.

Jungkook lo sacaba de sus pensamientos con besos perezosos que trazaban un camino por su mandíbula y así llegar a lentamente a sus labios.

Ahora Jungkook pasaba su lengua delineando el labio carnoso inferior y se le quedaba apoyado sobre estos con sus propios.

—Dame luz verde, Jin Hyung—rogaba—. Por favor, no quiero tomar sin que me los des....

El tono suplicante, la voz dulce, su tono fino de voz, tan dulce y preciso. SeokJin perdería los estribos en cuestión de segundos.

—Por fav-... ¡Ssss....ah! —el labio inferior de Jungkook era atrapado entre los dientes del mayor quien apretaba sus cintura con ganas y mordía con el doble.

Había dolido como la mierda, pero también lo había hecho recalentarse en segundos.

—Lo siento, tú me provocaste y no estoy pensando de forma clara

—Evitemos que pienses —decía Jungkook atacando sus labios carnosos.

SeokJin abría su boca recibiendo la lengua salvaje del pelinegro quien lo besaba con demasiada hambre y gimiendo entrecortado en el proceso. Su cuerpo, con cada beso, se iba presionando más hacía Seokjin y este lo apretaba de su cintura siguiendo el sucio ritmo del beso salvaje.

Ahora Jungkook se ponía a horcajadas de SeokJin y lo besaba de forma pasional y constante, uniendo sus labios y rozando su lenguas. Quería dejar estúpido al arquitecto, pero en su lugar él estaba quedando como imbécil por lo bien que SeokJin lo besaba y apretaba sus caderas fuertemente y con firmeza.

Pero ese no era lugar que Jungkook quería que tocase, así que tomaba sus manos y las colocaba en su culo, al instante el primitivo instinto de SeokJin lo obligaba a apretar con sus grandes manos la zona.

Jungkook se separaba y gemía descaradamente ante el acto.

—Joder... —decía mientras el castaño mordía su mandíbula.

—Eres ruidoso, Bambi —soltaba Seokjin.

Iban a ir por más besos cuando la puerta sonaba con una llave Intentando ser incrustada en la cerradura.

Taehyung, mierda.

SeokJin quitaba a Jungkook de inmediato de encima de él y se ponía en pie para limpiar sus labios, acomodar su ropa, cabello y el problema entre sus piernas.

Jodido infierno ¿En qué mierda había estado pensando para hacer eso?.

Eres un imbécil, jodido Imbécil.

Halo, halo, halo.

A poco creían que el primer beso sería Jintae?
Perdón o no perdón? En fin, les advertí no sufrir please. 🙈🥺
Sé que much@s querían Erotofonofilia, pero estaba inspirada con esta y no podía desaprovechar. 👉👈

Les amu. Con amor Niñita Nany 💜

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