9-nine

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Jungkook no era ajeno a lo que le estaba provocando al arquitecto, pese a que a su personalidad siempre fue extrovertida, al inicio SeokJin solo era un tipo jodidamente ardiente. Ahora y luego de la sesión de besos compartidas, definitivamente se había vuelto muchísimo más interesante. No solo por ser atractivo, sino por la combinación que hacían.

Unos besos, Jungkook no recordaba que algo tan simple fuera tan caliente. Tenía algo que hacía a SeokJin ceder ante él.

Aquello, el pelinegro lo aprovechaba, acercaba sus labios a los de Seokjin y mordía apenas, solo un poco y Seokjin estaba paralizado. Sus ojos observaban a Jungkook en todo momento del acercamiento, al igual como cuando lo había besado. Lo observaba bien de cerca, sin perderlo de vista, sin querer cerrar sus ojos.

Jungkook soltaba su labio inferior con una suave y provocativa succión.

—Por favor, kook —pedía con voz estrangulada.

La puerta de la habitación de Taehyung era abierta y, esta vez el que se alejaba rápidamente era Jungkook. El arquitecto por su lado se encontraba en babea, con sus latidos a mil por hora por ser casi—nuevamente—descubierto. Estaba petrificado en su lugar, mientras Taehyung se hacía presente con su cabello húmedo y sus anteojos puestos.

—¿Esperaron mucho? —cuestionaba, sentándose en su lugar.

Seokjin aclaraba su garganta y se recomponía, nuevamente se sentaba para acompañar a Taehyung.

—No Tae, no esperamos mucho —afirmaba Jungkook—. Mira, hasta te espere con postre ¿Verdad que me porte genial, no?.

Taehyung chasqueaba su lengua y notaba a Seokjin demasiado callado, lo observaba comer el helado en silencio y con la mirada perdida. Luego veía su mano izquierda apoyada sobre la mesa y veía las cortadas en ésta. Rápidamente tomaba la mano del castaño, sobresaltandolo un poco.

—SeokJin Hyung —exclamaba viendo su mano. El castaño estaba sorprendido—. ¿Cómo te hiciste estos cortes?.

Jungkook fruncía en el entrecejo, él no había notado lo que Taehyung si.

—Oh, no te preocupes —decía, quitando su mano—. Trabajo con papel de puntas filosas y pequeñas maquetas. La empresa está pidiendo un cambio y en eso estuve trabajando. Siempre me lleva a cortarme con las piezas o bien el mismo papel. Soy un desastre —agregaba mirando a ambos y volviendo a su helado.

—Aguarda, tenemos banditas en el botiquín de aquí abajo —exclamaba yendo a la alacena.

Jungkook suspiraba con su ceño fruncido.

—Lo siento no te ví —exclamaba avergonzado—, si me lo hubieras dicho, te las hubiera dado.

SeokJin sonreía dulcemente, Taehyung volvía a la mesa con tres de éstas para cada corte que había visto en la mano del mayor.

—Dame —pedía al castaño, mientras le quitaba la pegatina.

—No es gran cosa Boxy, puedo vivir con estos cortes —añadía SeokJin.

—Oh ¿Tu puedes? —inquiría Taehyung—. Bueno, yo no. Dame tu mano.

Lo tomaba con firmeza y comenzaba a colocar las banditas, de a una y con delicadeza bajo la dulce mirada de SeokJin, mirada que no pasaba desapercibida para Jungkook. Éste se removía con incomodidad, pero la misma no era descubierta por ninguno de los presentes. Algo dentro de Jungkook lo hacía sentir cierta envidia por la atención que Taehyung recibía naturalmente de SeokJin. No era la primera vez de todas formas.

Cuando Taehyung solía ser más "divertido" como Jungkook lo catalogaba, solía acompañarlo a bares gays, de igual forma ambos ganaban y usualmente Taehyung se llevaba todas la miradas y eso a él no le importaba. Pero ahora, justo ahora, cuando él había estado sobre el regazo de SeokJin, intercambiando ardientes besos, simplemente no tenía su atención. La tenía Taehyung, el aburrido Taehyung que no había hecho absolutamente nada para ganarse la mirada tan dulce que el castaño le estaba brindando.

SeokJin parecía simplemente deshacerse por el azabache, no lo había notado, no le había interesado con anterioridad, pero ciertamente le picaba el hecho de estar siendo completamente ignorado en ese momento.

Aclaraba su garganta y exclamaba—. Tae, el estofado va a enfriarse. Yo creo que Hyung puede colocarse las banditas solo.

SeokJin lo miraba finalmente, con ojos de confusión ya que, la voz de Jungkook había sonado más grave de lo usual.

—Vamos Tae, así compartes el helado con nosotros —agregaba ahora sonriente.

—¿Compraste helado? —preguntaba, Jungkook asentía sonriendo, porque finalmente ya no se encontraba cerca de SeokJin—. Bien ¿Que está pasando? —cuestionaba Taehyung con seriedad.

SeokJin se ahogaba con su helado, pero era ignorado.

—¿De que hablas? —preguntaba Jungkook relajado.

—Hiciste la cena, pero...añadiste helado ¿Que vas a hacer o que vas a pedirme? —preguntaba el azabache. Seokjin se relajaba—. Ya lo sé.

Jungkook hacía una mueca—. ¿Qué?

—Haras una maldita orgía en mi apartamento y por eso hiciste la cena y añadiste el postre —señalaba a Jungkook con la cuchara.

SeokJin quería reír de la escena ocurriendo frente a él. Jungkook chistaba con una sonrisa.

—Nuestro apartamento —corregía Jungkook.

—Si, claro —exclamaba Taehyung.

—Como sea, Rose vendrá a pasar todo el día de mañana —miraba a Taehyung y ahora a SeokJin, quien bajaba la mirada—. Solo eso.

Taehyung refunfuñaba, de todas formas no le negaría a Jungkook tal cosa, él podía encerrarse en su habitación o bien pasar tiempo con SeokJin, ahora que un tercero estaba con ellos.

—Pero si me dejas hacer la orgía, definitivamente están invitados ambos a participar —Jungkook sonreía de forma juguetona.

Taehyung se enrojecia de solo pensar en esa forma de SeokJin, por dios, sus ojos se cruzaban solo unos segundos con los de éste, pero bajaba la mirada de inmediato.

—Ay, Tae. Te pusiste colorado, ni que fueras virgen —bufaba Jungkook.

—Yo no estoy colorado —se defendía con un puchero. SeokJin sonreía—. No estoy colorado —se llenaba la boca de estofado.

Seokjin lo miraba y añadía—. Estás un poco sonrojado —decía con suavidad.

—Yo no-....

El teléfono de Jungkook sonaba, rompiendo la conversación que se había formado.

—¿Quién es? —preguntaba Taehyung. Jungkook observaba su teléfono y sonreía. SeokJin alzaba sus cejas al notar que Taehyung bufaba por tal expresión—. Agh, parece que se adelantó

—¿Quién o qué? —preguntaba SeokJin con curiosidad.

Jungkook sonreía y guardaba su helado en el freezer momentáneamente—. Ahora vuelvo.

Tomaba las llaves y salia, Seokjin tenía el ceño fruncido y volvía su vista a Taehyung, alzando sus cejas.

—Rose, ebria —respondía éste, comiendo más rápido el estofado.

—Hey, vas a ahogarte —añadía SeokJin.

—No quiero seguir despierto mientras ellos estén juntos. Ya sabes cómo se ponen —exclamaba.

—No olvides que quiero hablar contigo —repetía el mayor.

Taehyung abría sus ojos y asentía.

—¿Rose siempre viene cuando está ebria? ¿Sin previo aviso? —preguntaba SeokJin curioso.

Taehyung asentía de mala gana—. A Jungkook no le molesta que aparezca necesitada de sexo.

SeokJin asentía, recordando las palabras del pelinegro "Yo hago con Rose lo que me venga en gana, pero tú podrías hacer lo que se te venga en ganas conmigo". SeokJin hacía sonar su cuello, reviviendo el calor del momento.

—¿Estás bien? —preguntaba Taehyung curioso.

—Deberías decirle que te molesta. Que vayan a un motel —añadía SeokJin, sorprendiendo al azabache.

Taehyung sonreía dulcemente, levantando sus lentes del puente de su nariz—. También es su casa. Está bien por mí

—Pero te incómoda —insistía.

Vaya a saber cuántas noches Jungkook había sido más que descarado y Taehyung completamente solo.

—Si —afirmaba, encogiéndose de hombros—, pero estar solo es mi decisión. Él no tiene porque cambiar su ritmo solo porque su amigo y compañero de cuarto se volvió un fenómeno.

SeokJin arrugaba el ceño—. ¿Por qué te llamas fenómeno?.

Taehyung chasqueaba su lengua y cerraba sus ojos—. Olvídalo, no es nad-....

La puerta se abría y Jungkook entraba con Rose, ebria y colgada de su hombro. Taehyung suspiraba y SeokJin observaba la escena sin dejar de comer su helado. La chica reía y balbuceaba cosas inteligibles mientras se acercaba a los presentes en la isla.

—¡Taehyung Oppa! —decía sonriente, con su voz de niña.

Éste le devolvía una mirada reseca y de reojo—. Rose, solo Taehyung  —le ordenaba.

Jungkook reía, posicionando su mentón descaradamente en el hombro de SeokJin, quien se había sorprendido al inicio, pero no lo había quitado de todas formas.

—Pero eres Tae Oppa para mí —insistía—. El estofado se ve delicioso

—No voy a darte —exclamaba Taehyung—. Jungkook, tu novia se escapó de tu correa.

Rose comenzaba a reír de forma graciosa y sonora. Contagiando a Jungkook y un poco a SeokJin. Quién ahora se robaba la atención de la rubia.

—Uuy, SeokJin Oppa —decía, platandole un beso en la mejilla. Del lado donde Jungkook no estaba apoyado.

—Rose —añadía, algo tensionado por tener a ambos tan pegados a él.

—¿En Australia te dicen Oppa? —preguntaba la chica. Tomando descaradamente la cuchara de SeokJin y probando el helado por su cuenta.

SeokJin la observaba sin decir nada—. No estoy familiarizado con la palabra

—Entonces te diré Seokjin papi —decía, intentando sonar seductora.

Pero había sido incómodo para SeokJin.

Jungkook se giraba y ahora lo miraba de cerca, a solo centímetros—. SeokJin papi...me gusta —añadía, cerca del mayor.

Taehyung sentía una sensación horrible en la boca del estómago y carraspeaba su garganta, llamando la atención de SeokJin.

—Solo soy Hyung para ti, Jungkook —se alejaba para que el pelinegro se removiera de su hombro—. Deberías darle a Rose café o agua.

—Ducha, quiero ducharme —pedía la rubia, tironeando de Jungkook—. Contigo y tus abdominales —exclamaba, metiendo sus manos por debajo de la sudadera que Jungkook llevaba.

—Kook, sácala de aquí. Se vuelve cada vez más irritante —pedía Taehyung.

Rose reía como si no se sintiera ofendida en absoluto, Jungkook la tomaba de la cintura y añadía—. Deberías salir con el doctorsito de SeokJin, para que sonrías más y no luzcas tan amargado, cosita.

Se alejaba con la chica colgando de su cintura y miraba por sobre su hombro a SeokJin, quien lucía muy confundido. Taehyung negaba terminando de comer, se le había ido el apetito. Se levantaba a guardar la comida que quedaba y tomaba la copa de helado que Jungkook había dejado a cambio.

SeokJin lo observaba serio—. No has comido nada —exclamaba.

—Me quitaron el apetito —respondía en puchero.

Iba por la salsa de chocolate y volvía a derramarle más encima—. ¿Quieres hablar conmigo ahora o vas a esperar a que el concierto de gemidos comience?.

SeokJin negaba, tomaba su helado y le señalaba a Taehyung que lo siguiera a su habitación. El joven veterinario había dudado sobre si seguirlo era correcto, pero SeokJin hablaba sin voltear.

—Mueve tus piernas, Boxy —pedía dulcemente.

Taehyung suspiraba y lo seguía, iba degustando su helado de forma algo acelerada por los nervios. Su estómago le pasaría factura por eso. Al entrar, SeokJin cerraba la puerta trás él, le invitaba a sentarse, mientras dejaba su helado en el escritorio. Luego tomaba de su bolso lo que sería la nueva tarjeta de memoria y el chip nuevo con su antiguo número.

Taehyung había perdido el apetito por completo esta vez, a sabiendas de que trataría la conversación. Aclaraba su garganta y dejaba el helado sobre el mismo escritorio. SeokJin le sonreía y se acercaba a él para sentarse a su lado.

—Te lo die-.... —Taehyung carraspeaba su garganta, su voz había salido estrangulada—. ¿Te los dieron hoy? —tragaba el nudo en su garganta.

No entendía porque sentía tal ansiedad, era obvio que pronto le devolverían a SeokJin su antiguo número. También era obvio que alguien vendría por él o él recordaría. De una forma u otra, la estadía de SeokJin era pasajera.

—Me los dieron hace dos días —exclamaba con suavidad.

Taehyung abría sus ojos y levantaba sus cejas—. ¿Dos días? —SeokJin asentía avergonzado.

Taehyung quería golpearse el pecho, por la forma en que su corazón se había acelerado por la posibilidad de dejar de ver al arquitecto. Una ridículez nivel dios, porque no eran nada, solo estaban cuidando por si sufría algún tipo de colapso, pero el colapso lo tendría él, si seguia desarrollando ese extraño apego al chico accidentado al que casi le arrebatan la vida.

—Tengo miedo de ponerlo y enterarme que soy un cretino —soltaba el mayor—. ¿Crees que puedo llegar a ser un cretino? —preguntaba con verdadera preocupación en sus orbes.

Taehyung reía incómodo—. ¿Que importa lo que un extraño como yo piense, Hyung? —cuestionana suavemente.

SeokJin se encogía de hombros—. Solo me importa.

Y el mundo de Taehyung quedaba de cabeza.

Se recomponía, poniendo su mano en el hombro de SeokJin. Éste levantaba su vista con congoja y Taehyung no podía evitar mover su mano hasta el rostro del arquitecto y acariciar con su pulgar la mejilla ajena.

El tacto de Taehyung ardía sobre su piel y se esparcía por todo su cuerpo, acompañado por aquellos ojos negros intensos que lo miraban casi sin parpadear.

—Oye, todos somos cretinos en algún punto de nuestras vidas —susurraba suavemente el azabache.

SeokJin se tiraba contra el tacto ajeno, calentando así a Taehyung de pies a cabeza—. ¿Que tal si soy un cretino 24/7?.

Taehyung intentaba relajarse y no alejarse de repente—. Hyung... —tomaba el valor de poner su otra mano en el cuello de SeokJin, sosteniendolo con seguridad, acortando la distancia y mirándolo fijo—. Escúchame, deja de hablar así de tí... —intentaba con todas sus fuerzas de que su agarre fuera amigable y no tan íntimo, así que sacudía a SeokJin suavemente—. Es imposible que seas un cretino, no lo eres.

SeokJin lo observaba con detenimiento, no estaba seguro, pero podía poner las manos en el fuego y asegurar que Taehyung era el dueño del rostro más bonito jamás visto. Luego se percataba de un pequeñísimo detalle que había pasado por estar sumergido en el lago negro que, los ojos de Taehyung tenían.

El menor de los dos estaba congelado bajo la vista de SeokJin, quien no dejaba de ver sus labios. Iba a soltarlo de inmediato o se arrepentiría de seguir adelante con aquella cercanía.

—¿Que tengo? —preguntaba finalmente. Aflojando su agarre del cuello de SeokJin.

—Tienes salsa en la comisura de tus labios

—Oh... —Taehyung se sobresaltaba y estaba a punto de soltarlo, pero las manos de Seokjin, se posaban sobre las de él y  lo mantenían en la misma posición.

—Puedo quitarlo por tí —susurraba el castaño—. ¿Quieres que te limpié?.

Taehyung parpadean atónito, cayendo en el encanto que los ojos rasgados de SeokJin tenían, en su tono de voz grave, pero suave y aterciopelada que, lo hacía vibrar de pies a cabeza.

—No lo sé —respondía el azabache, tragando el nudo en su garganta.

Definitivamente no estaban hablando de la salsa y a este punto Taehyung dudaba sobre si realmente se había manchado con chocolate. SeokJin no esperaba otra respuesta y no formulaba otra pregunta, solo se iba acercando, acortando los pocos centímetros entre ellos, bajo la mirada atenta de Taehyung y el flojo agarre en su cuello.

Solo unos centímetros menos o unos centímetros más.

2/2 Bueno bueno, que está pasando aquí Carlos Manuel!?!?

Cómo solo siete capítulos, este historia ya tiene 1k  de votos!!!!!!!
Que hice para merecer su amorcito y apoyo?!?!? 🙈😭🙈😭🙈

Les amu.

Con amor Niñita Nany 💜

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro