CAPÍTULO 21. GABRIEL

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Una vez en la casa Gabriel le dice al grupo lo que planea hacer junto con Leo.

- Yo no quiero que te pase nada Gabriel, te necesitamos aquí. - Dice Larissa.

- Sé que me necesitan pero más me necesitan todos los que ya han sido atacados, aquí ya hemos armado grupos de defensa y tenemos todo vigilado...pero ellos no tienen a nadie que los proteja, es mi deber ir; por favor entiéndanme. - Gabriel mira a Jota buscando su aprobación.

- Te entiendo Gabriel y tienes razón debes intentar parar un poco a Náfal, pero si puedes detenerlo definitivamente sería algo que te agradeceríamos todos. - Jota sonríe.

El General Khan los mira y tomando la mano de su esposa, les pregunta.

- Esta es la hora que aun no entiendo la dinámica entre ustedes, ¿por qué Gabriel siendo un protector siempre busca tu aprobación Jota?. Además te la pasas siempre con esa gabardina puesta...ya pareces una fotografía...si quieres te presto ropa muchacho, no te lo quería decir tan directamente...pero como ahora no hay mucho tiempo para nada, pues te lo pregunto de una buena vez, es que me pica la curiosidad.

Todos se quedan mirando a Gabriel y a Jota, todos lo habían notado pero nadie se había atrevido a preguntar tan directamente.

- Vamos hijo, ¿quién eres?, te prometo que guardaremos el secreto. - Dice Valentina guiñándole un ojo.

Jota se levanta y apoya sus manos en la mesa, se queda mirando por un momento sus manos; como si pensara qué decir, de un momento al otro levanta su cara y mira fijamente al General y a su esposa, su mirada cambia. Todos han dejado de moverse.

- Yo soy el hijo de Syra. - mientras habla se quita su gabardina y la deja encima de la mesa, metiendo la mano en el forro y sacando la empuñadura de una espada, se levanta erguido y muestra como con un movimiento de su mano la empuñadura se convierte en una espada de fuego -.

Todos se levantan de un salto de la mesa, el General no puede creer lo que ve... siempre había escuchado hablar sobre Syra y su hijo, pero había pensado que eran leyendas y ahora lo tenía frente a frente. Valentina se acercó a Jota.

-¿Vienes a defendernos?, ¿tu padre vendrá?. - Le pregunta mientras coge su rostro con ambas manos, haciendo que la mire a los ojos.

- Voy a defenderlos con todas mis fuerzas, pero mi padre no vendrá...al menos no por ahora, no teman...dejen que Gabriel se vaya...yo no vuelo pero puedo hacer otras cosas. - Dice sonriéndole a Valentina.

Gaia que observa todo con interés, no entiende nada, ¿quién es Syra?, ¿por qué Jota es tan importante?. Mira a Jota extrañada.

- Bueno, sí que son un paquete de sorpresas. - Dice el General.

Larissa, Lola y Leo están de acuerdo con él; pensaron que Jota era especial...pero no tanto.

- Miren, yo soy una persona común y corriente, en este lugar no tengo más poder que Gabriel...pero puedo defenderme y protegerlos...tenemos algo que Gejena no tiene y no entiende, tenemos fe y esperanza. Sé que podremos darle una buena pelea y si todo sale bien....hasta podremos destruirlo. - Dice Jota mirándolos a todos.

- Bueno, ya que todo está claro...necesito charlar con Gaia a solas. - comenta Gabriel- . Gaia ¿vienes conmigo por favor?.

Gaia se levanta y sale con Gabriel, cuando están un poco alejados de la casa Gabriel la mira.

- Gaia, ¿recuerdas lo que hiciste por mi cuando huíamos de la ciudad?

- ¿Yo hice por ti algo, qué?

- Recuerdas que pusiste tus manos sobre mí y me regalaste la energía necesaria para enfrentar a los que nos perseguían.

- Gabriel, ese día estaba tan asustada que no sabía ni lo que hacía, yo solo quería que todo acabara y salir con vida de ahí.

- Lo sé... pero ¿no sentiste nada raro?, porque yo recuerdo que al poner tu mano sobre mí fue como si me recargará de energía, hacía tantos siglos no me sentía tan pleno y ahora que voy a ir en busca de Náfal, me vendría bien un poco de esa energía extra...por favor Gaia inténtalo. - Le dice Gabriel tomando sus manos.

Gaia mira a Gabriel y lo detalla, es alto y sus ojos son negros, tiene una tez blanca y su cabello es rubio, es fuerte...sus músculos se notan debajo de la camisa que tiene puesta. Mientras Gaia lo mira, Gabriel se quita la camisa y deja que sus alas salgan, las abre y se ve como si creciera, Gabriel es alto; debe medir casi los 2 metros de estatura, Gaia siempre se ha sentido pequeña a su lado. Es impresionante verlo así, la luz de la luna hace que su figura se vea un poco lúgubre, ella lo mira mientras él se arrodilla delante de ella.

- Gaia yo creo en ti, sé que no recuerdas como hacerlo...pero te pido por favor que lo intentes, aquí el mal es muy fuerte y no tengo el poder suficiente para enfrentarlo, es como si una gruesa cadena me cayera encima evitando que pueda moverme, en Nob he podido recuperar algo de mi fuerza vital...pero no es suficiente...por favor. - Gabriel pone las manos de Gaia sobre su cabeza y la inclina.

Gaia siente pánico, no sabe cómo hacer lo que le pide Gabriel...Jota le ha dicho de lo que es capaz pero ella...duda, siempre duda de todo lo que le dice Jota, aún no puede creer que en ella haya una fuerza especial. Gabriel siente su temor.

- Gaia, mi señora...yo confío en ti... por favor inténtalo. Si no pasa nada no importa; yo daré mi vida si es necesario para defenderlos a todos, con fuerza o sin ella.

Gaia cierra sus ojos y como esa noche, desea que Gabriel tenga la fuerza para acabar con todos los enemigos, al principio no pasa nada...pero cuando ella lo desea con más fuerza siente como un fuego que sale de su matriz sube hacia su corazón y toda esa energía va directo a sus manos, es como si todo pasara en cámara lenta, cuando abre los ojos ve algo increíble, Gabriel resplandece y cada parte de su cuerpo brilla...se da cuenta por primera vez que el cuerpo de Gabriel está lleno de marcas, parecen tatuajes hechos directamente sobre la piel...son como cortes que forman figuras.

-Gracias Gaia. -Le dice Gabriel levantándose y mirándola a los ojos, sus ojos la miran tiernamente.

- ¿De qué Gabriel?.

- Por creer en ti misma, de otra forma no habrías podido activar tu energía vital y nada habría pasado.

- ¿Mi energía vital?.

- Si Gaia, todo ser humano tiene una energía interna que puede crecer y compartir, esa energía nos permitía hace mucho tiempo estar a su lado y protegerlos, pero el hombre dejó de creer en la bondad y en el amor y ese fuego se apagó en ellos, por eso el hombre dejó de ver a los protectores, por eso nosotros no podemos acercarnos, realmente eres especial...por más golpes que te ha dado la vida, el amor y la bondad aún están en tu corazón y hay mucho más dentro de ti de lo que puedes imaginar. Por eso Jota te ama tanto.

Gaia no se atreve a decir nada, solo intenta procesar lo que pasa...después de un rato regresan a la casa.

- Bueno es hora de irnos, debemos aprovechar la noche para recorrer una gran distancia ¿Leo estás listo?. - Indica Gabriel.

- Claro que sí, ya alisté en mi mochila los explosivos que necesitamos para destruir todo sueño de Gejena de llegar aquí...al menos por tierra. Además llevo mis armas personales por si nos encontramos con algún enemigo, una bazuca y 2 metralletas. Creo que mi equipaje es pesado, ya tengo listo el auto.

- Ok, es hora de irnos.

Gabriel y Leo se despiden de todos, mientras que los demás se quedan en la casa, cuando están a punto de irse a dormir...suenan las alarmas, todos corren al cuartel general.

- Capitán dígame ¿qué pasa?. -Pregunta el General.

- Mi General, comenzaron a llegar los camiones con heridos...son demasiados; necesitamos a todos los voluntarios disponibles para atenderlos y se han visto drones enemigos sobrevolando la ciudad desde hace como 1 hora, creo que hemos destruido a la mayoría.

- Así que drones... bueno... empezó el juego. - Dice el capitán mirando a Jota.

Todos pasaron la noche ayudando a atender a los heridos, Gaia no tuvo tiempo de soñar.

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