CAPÍTULO 5. HADAD

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Llevo todo el día aquí, encerrada y obligada a hacer lo que Hadad me pida, no puedo escapar... esta tarde que vine a pagar para que me quitaran la marca, el solo se río y empezó una nueva pesadilla.

Gaia recuerda con tristeza...

- ¿Así que te quieres ir princesa, pero qué te disgusto?

Tuve que controlar las ganas de vomitar, el olor que expele es igual al de las cañerías, ese olor a podrido que se te mete en la nariz y es difícil de quitar, además tiene un aspecto asqueroso, es gordo y bajito y tiene los dientes podridos, para mi fortuna no gusta de las mujeres... los niños son los que sufren el placer de su compañía - el solo pensarlo me asquea-.

- Si, - respondo- ya es tiempo que me marche, quiero irme a probar suerte en otro lado y por fin tengo lo suficiente para empezar una nueva vida.

- Una nueva vida... mmm.

Me lo dice arrastrando las palabras sin poder disimular el odio que sentía, ¿pero por qué odio?, si es la primera vez que lo veo en persona, a Isa no le gustaba el tipo y siempre nos manteníamos alejadas.

- Pude reunir el dinero para pagar porque me quites la marca, por eso estoy aquí.

- ¿Tienes mucha prisa princesa?, es una lástima que no sea posible hacerlo, guarda tu dinero porque aquí te vas a quedar hasta que envejezcas... o mueras, la verdad no me importa qué pase primero.

- Pero... ¿¡POR QUÉ!?, todo el mundo sabe que la única forma de salir de aquí es pagándote para que borres la marca, y siempre los dejas ir, ¿POR QUÉ YO NO?.

Me levanto de la silla y sin pensarlo lo miro directamente a los ojos, con mis manos en forma de puño, quiero matarlo, arrancarle el corazón pero no puedo, sus lacayos ya me tienen sujeta, no puedo moverme.

-Veras princesa..., siempre he querido que trabajes para mí, eres una joya entre la basura, muchos de mis clientes estarían encantados por tenerte, además todavía eres joven y deseable y los problemas o el hambre no han hecho mella en tu piel, pero lo que más detesto de esta situación es saber que tienes esperanza, hasta podríamos decir "fe" y detesto eso, así que no te voy a dejar ir nunca, trabajarás para mi hasta que ya no puedas más, hasta que esos bellos ojos no tengan vida como todos los que están aquí.

- ¡PUEDES MATARME AQUI MISMO, YO NUNCA TRABAJARE PARA TI!. - Le grito escupiéndole la cara.

- Vamos ¿es que mi bar no te gusta?, mira niña si no trabajas para mí no trabajas para nadie, a Isa le he permitido trabajar por su cuenta porque uno de sus clientes es un político que me sirve muy bien, y hasta ahora he respetado que estés con ella, pero ahora todo cambia y si no haces lo que te digo ¡PUEDEN PASAR COSAS MUY MALAS!.

- Siiii, ¿CÓMO QUÉ? miserable cerdo infeliz.

Al decir eso Hadad toca un timbre, se abre una puerta y cuando miro me doy cuenta que tienen a Isa, está amarrada y un chorrito de sangre cae por su ojo.

- ¡ISA!, ¡ISA!, ¡DESPIERTA!... ¿QUE LE HICISTE CERDO ASQUEROSO?

- Muchas gracias por tus palabras, el cerdo es uno de mis animales favoritos, por ahora no le he hecho nada... pero puedo hacerlo eso depende de ti. Mande a buscar a Isa apenas supe que estabas en el bar, que bueno que la quieras tanto.

- Puedes matarme triple hijue.... ¡PERO A ELLA NO LA TOCAS PEDOFILO DE PORQUERIA! - le grita Isa a Hadad-.

- Se me pusieron sentimentales las "puticas", es hora que alguien te enseñe a respetar Isa - y con un solo movimiento de la mano los esbirros de Hadad comenzaron a golpearla.

- ¡NOOOO!, PARA HARÈ LO QUE SEA, NO LE PEGUEN. - Grita Gaia.

Hadad levanto la mano e Isa cayó al piso inconsciente, con su cara reventada y llena de sangre.

- Eso me gusta, si ves cómo podemos llegar a un acuerdo razonable, por ahora despídete de Isa porque de aquí no vas a salir en mucho tiempo, esta noche comienzas como bailarina en las jaulas mientras pienso como sacar provecho de tu cuerpo y destruyo tu esperanza. Vamos llévenla a su cuarto en el sótano así sabrá que de aquí no saldrá nunca.

Me sacan a rastras mientras veo como se llevan a Isa a la salida, después de bajar por unas escaleras delgadas llegamos a un cuarto pequeño, con una cama y una pequeña ventana por donde entra algo de luz, estoy mirando la habitación cuando siento la puerta cerrarse tras de mí, ahora soy su esclava.

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