Capítulo 2

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Todos los jugadores del Real Madrid estaban ligeramente molestos, pero la emoción era más grande, hasta Vinicius estaba emocionado, tanto que fue de allá y acá comprando cosas, si le preguntan por qué compraba dulces de amontones, dirá que son para sus sobrinos.

Pero un pajarito le había dicho que a su nuevo compañero le encantaban.

—¿A qué hora va a llegar?

—¿Voy yo por él?

—¿Dónde va a quedarse?

—Yo vivo solo, puede quedarse conmigo.

Sip, quien los viera no les creería que estuvieran tan emocionados, Gavi era uno de los mejores centrocampistas de la actualidad, nadie podía negarlo, y más de uno deseo alguna veces tenerlo de compañero y no de rival.

Y vaya que el deseo se cumplió para muchos, en especial para Rodrygo y Vinicius, esos dos lo negarian hasta la muerte, pero muchas veces sintieron celos de su compañero de selección, Raphinha, éste tenía el privilegio de ser compañero y amigo de Gavi.

Cosa que ambos brasileños esperan lograr, Vinicius... a Vinicius realmente le cae bien Gavi, demasiado, lo admira, pero como eran de eternos clubes rivales, no podía ir por ahí demostrando su admiración.

Como merengue tenia una reputación que mantener, cosa que Bellingham le valía tres pepinos y admitía abiertamente su admiración por Messi, pero eso es otra cosa.

—Guarden silencio, Camavinga, el muchacho llega en dos horas.—Eduardo sonrió emocionado.

—Rodrygo.—El mencionado lo observó expectante, Ancelotti suspiro, su jugador usaba esos ojos de cirvo en la lluvia.—Puedes ir por él, pero no lo agobies con preguntas.

Ni bien termino de decir eso, Rodrygo salió como alma que lleva el diablo.

—¡Pero el muchacho llega en dos horas!

—¡No importa, adiós!

Ancelotti solo rió, una risa cargada de humor, con los brazos en la cintura, sus muchachos lo veían un poquito asombrados, no era común eso en su DT.

—Vinicius, el muchacho es millonario, puede comprarse una casa, pero lo más probable es que solo busque un departamento, viene solo.

Era cierto, tanto los "amigos" y familiares del sevillano no estaban de acuerdo con la decisión que tomó, bueno eso no importa, Gavi sería un merengue y tendría amigos suficientes.

—Jude, si el muchacho no quiere quedarse en un hotel mientras busca una residencia, puedes decirle y tal vez quiera quedarse contigo.

Gavi estaba nervioso para que mentir, no sabía con qué podría encontrarse en Madrid, sabía que para muchos ahora era un traidor, el nuevo Luis Figo, pero él no lo hacía por dinero, lo sabía por su salud emocional y mental.

Nunca dejara de ser del Barça, una vez culé siempre culé, pero ahora necesitaba esto, necesitaba volver a ser el mismo Gavi, necesitaba recuperar sus energías.

Duele dejar todo y más sabiendo que algunos de sus amigos ahora lo odien, tal vez exagere un poco, pero muchos lo miraron con esa mirada de decepción y enojo.

Robert junto a Marc y Frenkie fueron los únicos que tuvieron la madurez necesaria para saber aceptar esta decisión.

Lo apoyaron sin hacer preguntas, en el caso de Robert ni siquiera hubo necesidad de preguntar, el polaco sabía de su situación, era como una figura paterna para él, así que supo sobre sus sentimientos mucho antes que el mismo.

—No importa lo que te digan, no bajes la cabeza Gavi, no lo hiciste antes, no lo harás ahora.

—Tengo miedo Robert.

—Lo sé, es normal, pero todo estará bien niño, pronto volverás a casa, y sí, tal vez cueste un poco volver a ganar a las personas, pero eres Gavi; el chico que pone hasta la cabeza por su club.

Robert lo abrazo cuando vio las primeras lágrimas salir sin su consentimiento.

—Voy a extrañarte.

—Yo también enano... Me encargare de Pedro.

Suspira con resignación, ya esta en suelo madrileño.

—Que sea lo que tenga que ser.—Susurro para él mismo, tanto era su nerviosismo que no se había percatado del brasileño que le hacía señas y daba unos cuantos saltos.

—¡Gavi!—Por poco y no le da un infarto.

—¿Rodrygo?—¿Qué se supone que estaba haciendo ahí?

—Você finalmente chegou, estou te esperando, serei eu quem te levará até os meninos para que você não se perca na estrada e dê vontade de voltar para Barcelona.—No entendió casi nada, lo observó confundido y un poco divertido, Rodrygo parecía un niño.

—Desculpe, desculpe, esqueci que você não fala português...—Gavi rió, esta vez si logro entender lo que dijo y le causó más gracia que volvió a decirlo en su idioma.

—Estou parecendo estúpido...—Susurro avergonzando.

—Tranquilo, entendí un poco ¿Llevas esperando mucho tiempo?

—No, no, no... Solo fueron dos horas.—Dijo sonriente.

—¡¿Dos horas?! ¿Pero qué hacías aquí? ¿No te dijeron a que hora iba a llegar? Lo siento tanto.

—No te preocupes, Ancelotti me lo dijo, pero quise venir antes, vamos te ayudo con las maletas, los chicos nos están esperando.

Gavi solo asintió desconcertado, tal vez no seria tan mala su estadía en Madrid.

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