Capítulo O6

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Capítulo O6: Primero la mente

TaeHyung rascó su nuca, dejando de lado la laptop con el video en curso y suspirando fuertemente. Desde la mesa de la cocina podía verse toda la casa; distinguió a Ikar caminando por ahí con algo de suavidad, y sabía que JungKook no estaba en la casa porque estaba en una cena importante con sus padres.

    Pensó un momento en él, en JungKook. Era raro. JungKook siempre estaba dando vueltas por la casa o quedándose encerrado en un lugar, cantaba a la hora de bañarse y le tomaba fotos a todo lo que comían, inclusive le tomo fotos a Ikar cuando se subió encima de la televisión. Por alguna razón tenía un dolor en el pecho desde que él entró por la puerta del apartamento. Se puso de pie, tomando algún vaso de por ahí para sacar la sidra que descansaba en el refrigerador.

     La miró unas veces antes de destaparla y servirse bastante. Sus ojos se fueron sin mucho más a su estantería llena de álbumes, y fotos y todo. Pasó a ver la de JungKook, y se acercó un poco a ella. Sabía que era irrespetuoso aún más cuando especialmente, él mismo era sobreprotector con la suya. Pero una duda interna lo comía. Miró los bordes de todos los libros, pasando la yema de los dedos por todo. Hasta que encontró un marco.

     En esa foto, una chica sonreía feliz a la cámara abrazada a JungKook. Sintió una extraña incomodidad al ver la foto, como una emoción creciendo en el fondo de su estómago. Pensó que tal vez esa era la chica de la que JungKook le había hablado aquella vez que comieron juntos.

     Cuando TaeHyung la dejó ahí, se dio la vuelta, topándose con la mirada fija de JungKook. De pronto una vergüenza le recorrió el cuerpo, y se cohibió de pronto.

     — Y-yo...

     — No te preocupes —respondió JungKook dando unos pasos hacia él—. No me molesta que toques o mires eso.

     JungKook se detuvo justo al lado de TaeHyung, mirando la foto con una emoción que Tae tardó en descifrar. La miraba angustiado, con miedo y enojo y dolor; era un sentimiento que Tae podía adivinar fácilmente. Tenía el mismo tipo de mirada que cuando veía fotos viejas, de sus padres, o de Jaehyun. De pronto, escuchó los pies de JungKook alejarse a la cocina.

     TaeHyung no pudo evitar seguir viendo la foto, el rostro de ella y la sonrisa de JungKook. Lucían tan felices, tan bien, tan enamorados.

     — Es bonita, ¿no?

     — ¿Ella?

     — No, la foto. Aunque ella es bonita también.

    TaeHyung pasó la mano por el marco unas veces antes de mirar fijamente al pelinegro, que se servía de la sidra sin mucho que exigir o discutir. Parecía cansado, y como si no durmiera bien.

     — Es una linda foto —admite TaeHyung incómodo—. Luces feliz.

     — Hoy me encontré con ella.

     El castaño le dedicó una mirada confundida. JungKook se alzó de hombros, restándole importancia.

      — Creí que irías a ver a tus padres.

     — Sí, fui con ellos —continúa tomando de la botella como si fuera suya—. La cosa es que quieren que regrese con ella, y yo no quiero. Sus padres y mis padres son muy buenos amigos, y... ¿Sabes? La gente es muy manipuladora.

     — Yo... No entiendo lo que dices.

     — Ella salía conmigo porque sus padres querían comprar uno de los restaurantes de mis papás.

     TaeHyung miró hacia todos lados sin saber qué hacer. Dejó el vaso en la isla de la cocina, y caminó con sus pies descalzos hasta llegar al frente de JungKook. Él no estaba enojado, ni triste, estaba neutral. De hecho, apenas y se lo veía concentrado en algo. Al mismo tiempo checaba su celular. TaeHyung, por otro lado, estaba intrigado y un tanto incómodo por las palabras. No entendía cómo él hablaba de eso al aire.

    Lo tomó como un acto amistoso, y comenzó a sentir lástima por el pelinegro.

     — Y cuando lo logró... Ah. ¿Recuerdas que te dije que no olvidas a quien te quiere y solo los perdonas? Bueno, claramente eso fue por una razón. Ella me dijo que no me quería de la misma manera, y después solo se fue. La odie tanto en esos momentos pero la perdoné, porque la quería. Ahora ya la olvidé pero sigue doliendo.

     — Y-yo...

     No sabía qué decir o hacer. Creyó que no estaba enojado, pero tenía rabia en su ser. JungKook tenía un enorme rencor creciendo dentro de su corazón. También sabía que lo más probable es que la siguiera queriendo de la misma manera, de lo contrario resultaría demasiado estúpido tener esa foto ahí en el estante. El castaño llevó los ojos hasta su propio estante pero regresó la vista a JungKook.

     — ¿Y sabes qué es lo peor? Hoy pretendió que todo estaba bien, ella tan solo vino y me preguntó "Ah, hola, ¿qué tal has estado? Te ves bastante bien".

     — Y tú... Aún la quieres, ¿no?

     — Claro que no —respondió casi con asco, con un tono tranquilo, era demasiado cambiante—. Solo que estoy muy enojado con ella, me hizo daño.

     — ¿Y por qué tienes esa foto entonces?

    JungKook llevaba en ese momento un trago a su boca, pero se detuvo unos segundos. Miró a TaeHyung con algo de duda y terminó por beber profundamente la sidra que muy a duras penas les daría una borrachera. JungKook estaba confundido, y muy, muy, muy poco comprensivo. Se sentía usado y malquerido.

    Terminó por suspirar.

     — No lo sé. Me mudé, mamá la tenía y cuando vine aquí, estaba entre mis cosas; no podía tirarla.

      — ¿Por qué dices que no la quieres? Tú... Podrías simplemente estar rencoroso.

     — Si la quisiera aún, no te hablaría de ella porque me inventaríaa excusas en mi cabeza para defenderla de sus actos.

     TaeHyung rodó los ojos con gracia. Parecía que él hablaba sinceramente, es solo que tampoco comprendía el rencor de tener una foto de alguien que te hirió a propósito.

    No lograba entrar en su cabeza el momento en el que JungKook estuvo por una relación tan dolorosa, y repleta de manipulaciones como esa.

     — ¿Ella te hizo cosas antes?

     — Sí. Aún cuando eramos novios, y yo siempre la defendí. Pero ya no la quiero.

      — ¿Estás borracho?

      — Sí, no suelo tomar nada y está cosa al parecer es fuerte.

       — No tiene tanto alcohol...

      El pelinegro se movió de lado a lado y soltó una risa tonta. TaeHyung movió la cabeza, negando, sonriendo también. El chico era un desastre, pero estaba bastante cuerdo. TaeHyung también se sentía algo más relajado, aunque muy dudoso sobre JungKook y todo lo que cruzaba en su cabeza esos días.

    Recordó a BaekHyun, junto con Jaehyun. La similitud de sus situaciones eran demasiada, TaeHyung también tenía un dolor incómodo en su corazón. BaekHyun, era obra de él. Se acercó unos pasos más cerca a JungKook, tocando su hombro.

     — TaeHyung, me agradas. No sé qué te suceda, porque a veces luces muy extraño...

    — Lo dice el que canta en la ducha a las 5:30 a.m.

     — Pero si algún día tienes la confianza para decírmelo, te escucharé así como lo hiciste ahora conmigo.

     TaeHyung le sonrió un segundo, y después asintió. JungKook talló sus ojos con sueño y bostezó. Tomó a Ikar del sillón y junto con él, el cuadro de la estantería.

      — Como sea, iré a dormir. Y tiraré esto de una buena vez.

    JungKook era raro. Pero TaeHyung ya había convivido con alguien raro.

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