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Un hombre vestido perfectamente de traje negro, con un peinado formal y lentes negros tocó la puerta de aquel salón interrumpiendo la clase.

—Disculpe la molestia profesor, pero es necesario que le permita a la señorita Kim venir conmigo por favor—El hombre habló serio

El profesor no se negó en absoluto, y con la mano hizo una señal a la castaña para que fuera sin problema. Nadie en el aula se sorprendió pues era completamente normal que fueran a buscar a Jennie Kim entre clases para reuniones empresariales, de moda o simplemente comidas de negocios con sus padres.

—¿Qué sucede Namjoon?—La de ojos felinos preguntó mientras caminaban hasta el auto

—Su padre solicitó su presencia en la constructora, es una reunión importante

A Jennie le pareció raro pues por lo regular las reuniones a las qué asistía eran de moda en la casa Chanel qué obviamente pertenecía a su madre, pero jamás en la constructora pues su padre nunca la involucraba en sus negocios.

No tardaron mucho en llegar al lugar citado donde todo el personal recibió a Jennie con una cordial reverencia. Pero eso no le sorprendió, lo que le sorprendió fue ver autos de la constructora rival en el estacionamiento del edificio.

¿A que demonios estás jugando Roger?—Jennie pensó

Tomaron el ascensor hasta la sala de juntas donde Namjoon dio unos leves toques y después abrió la puerta. Ahí se encontraba Roger Kim y el rival de la familia, Marco Manoban. La castaña sentía que su presencia tenía mucho que ver ya que ambos la miraban con una sonrisa cómplice.

—¡Hija mía! siempre es una alegría verte, me vas a disculpar por sacarte así nada más de la universidad pero es importante que estés aquí y antes de comenzar supongo que ya conoces al señor Marco Manoban

El mencionado se puso de pie y estrecho manos con la castaña.

—Claro que lo conozco, es tu principal rival padre

—Para nuestra suerte ya no lo será

—Ve al grano de una vez, Roger—A Jennie Kim no le gustaba que anduvieran con rodeos, a ella le gustaban las cosas claras y directas

—Eres mi hija y debo suponer qué ya te enteraste sobre el escándalo qué me persigue—La castaña asintió con ojos de obviedad—Tú Jennie, eres la única que puede salvar mi reputación

La de ojos felinos ya se lo imaginaba, la usaría como siempre para tapar todas las estupideces de su padre.

—Espera, quieres que salve tu reputación pero lo que no comprendo es que hace el señor Manoban aquí

—Mira Jennie, lo que tu harás será fin...

Fue interrumpido por el sonido de la puerta qué se abrió repentinamente dejando ver a una pelinegra algo agitada con restos de lo que parecía ser frituras de queso alrededor de su boca.

Los tres se sorprendieron, pero sobretodo Jennie a quién no le estaba gustando nada la idea que se estaba formando en su cabeza ahora mismo.

—¡Lisa hija! llegas en el momento exacto —Marco sonrió al ver a su adorada niña

—Perdón papá, había mucho tráfico además tenía hambre y estás frituras de queso se interpusieron en mi camino—Mostró la bolsa de frituras

—No te preocupes hija, llegas justo a tiempo

—Una disculpa por la tardanza Roger

El padre de Jennie se puso de pie y saludó con una sonrisa resplandeciente a Lalisa quién estrecho su mano y le devolvió la sonrisa.

—Hasta que por fin tengo la oportunidad de conocer a la gran Jennie Kim—Lisa agregó y extendió la mano a la castaña pero está solo la observó de arriba a abajo ignorando el saludo

—Jennie, se amable—Recalcó Roger y la chica solo torció los ojos

—Me alegra saber que mi nombre también te atormenta—La castaña aceptó el saludo por obligación

—Más qué eso, siempre esperé el momento de poder tener una charla contigo

Lisa sonrió de lado mientras que Jennie se soltó del agarre de manos y con discreción limpió su mano. Esperaba que se notará qué esa chica pelinegra con restos de frituras de queso no era de su agrado y que desde que supo de ella le cayó como una patada en el trasero.

—Para ser la primera vez que hablan no está mal, pero ustedes dos deberían comenzar a llevarse mejor—Mencionó Marco

—Roger, sea lo que sea que tienes entre manos dejame decirte que...

—Jennie escucha, si tu no aceptas esto no sólo mi reputación se irá al diablo sino la de tu madre, la de tu hermana y la tuya también, además no es algo tan difícil lo que les voy a pedir a las dos

—¿Qué es?—Las dos chicas respondieron al unísono

—Para desviar a los medios de mi, ustedes deberán fingir una relación

—¿QUÉ?

Jennie se quedó analizando lo que su padre acababa de decir mientras que Lisa sólo soltó una risita.

—¿Qué demonios es lo que te causa gracia?—La castaña soltó y la pelinegra no pudo evitar seguir riendo—Sí crees que voy a aceptar tener una relación contigo estás muy equivocada

—Pero no hay necesidad de exaltarse, sólo será mientras se olvidan del escándalo de tu padre—Lisa se alzó de hombros

—¡Pero es mi puta vida!

—Jennie...

—Jennie nada Roger, estoy cansada de tapar todas tus estupideces, soy tu hija no tu jodida cortina de humo

La castaña no esperó más respuestas, sólo salió hecha una furia mientras que los tres ahí dentro se miraron en silencio.

—¿Ella es así siempre?—Preguntó Lisa sonriente

—Sí, heredó el carácter fuerte de su abuela, pero no te preocupes, cuando se le pase el enojo aceptará

—¿Y si no?—Preguntó Marco—Tenemos un contrato Roger

—Lo sé, y yo más que nadie conozco a mi hija, no permitirá qué su vida se vaya al demonio por culpa de su orgullo

—Como se estableció en el contrato mañana mismo Lisa estará yendo a la misma universidad qué Jennie

—Me parece perfecto, Lisa es muy paciente, algo que Jennie no tiene y pueden complementarse perfectamente—Roger mencionó—¿Tienes algo que decir Lisa? Puedes rechazarlo si tu quieres

—No se preocupe, acepto el trato, no tengo ningún problema en llevarlo acabo

Lisa le sonrió a ambos, ella estaba dispuesta a ayudar a cualquiera y más si se trataba del padre de esa chica de ojos felinos qué desde hace rato se la pasaba dando vueltas por su cabeza.

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