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En cuanto Jeon Jungkook se enteró qué Lalisa Manoban se encontraba en la misma Universidad qué el, no dudó en buscar como loco a su amiga por toda el plantel.

Rosé le había dicho por llamada qué Lisa también estaba en Arquitectura y que Seulgi había vuelto hace unos días, el grupo de cuatro estaría reunido de nuevo y esta vez más unido qué nunca.

El muchacho había llegado temprano a la universidad tratando de encontrar a sus amigas, hasta que a lo lejos pudo observar a una castaña con apariencia de oso abrazar animadamente a dos rubias altas. Sin dudarlo comenzó a correr hasta ellas.

—¡ABRAZO GRUPAL!—El pelinegro gritó antes de unirse al abrazo

—¡Jungkook no!—Seulgi no quería ser aplastada por tres gigantes pero sus súplicas fueron ignoradas

—Me alegra tanto verte de nuevo Lisa, gracias a tu agenda ocupada después de la secundaria ya no volvimos a vernos—Jungkook se quejó

—Perdón, pero ya estoy aquí de nuevo

—Seul, creí que llegarías hasta el siguiente mes—Mencionó el muchacho

—Y así era, pero este viernes es mi aniversario con Joohyun y no puedo dejarla plantada, me mataría

—¿De verdad le tienes miedo a Joohyun?—Lisa y Rosé comenzaron a reír

—Claro que le tengo miedo, enojada es como el mismísimo demonio, además Jennie es peor cuando se enoja

Lo último mencionado por Seulgi hizo que la sonrisa de Lisa se borrara por completo.

—Cierto, ¿los rumores de que andas con Jennie son ciertos?—Jungkook preguntó

—Lo son, de hecho estamos haciendo todo esto para crear rumores y que el escándalo de su padre sea olvidado—La rubia se rascó la cabeza

—Ahhh ¿Eso de que tiene un prostíbulo? Creí que ya se sabía, hubo un tiempo en que esos rumores andaban circulando

—Y es por eso que Jennie andaba con Sehun—Rosé agregó

—Dicen que fue para ser una cortina de humo al igual que contigo Lisa, otros dicen que fue una relación verdadera—Terminó Seulgi

—¿Qué? ¿Quién es Sehun?

—Es un completo idiota, el hijo de los Oh, la constructora qué ahora le pertenece a tu padre era suya, supongo que lo sabías

—Lo sabía pero nunca me enteré que tenían un hijo

—Pues lo tienen, el se fue a Japón después de que fue olvidado el escándalo de que el prostíbulo ese le pertenecía a su padre y a Roger

—Al igual que su padre, siempre estuvo involucrado en movimientos ilegales así que ten cuidado Lice, porque el estaba obsesionado con Jennie y cuando se entere que tu eres su novia podría intentar algo en tu contra—Rosé advirtió

Lalisa se quedó pensativa, pero no le dio mucha importancia pues no le tenía miedo a nada ni a nadie.

—Pero en fin, planeo hacer una fiesta en grande porque al fin estamos juntos de nuevo ¿les parece?—Mencionó emocionado el chico

—Sabes que tus fiestas nunca me las pierdo—Seulgi dijo y chocó los cinco con el pelinegro

—Hace mucho que no voy a una fiesta, así que acepto—Rosé también

—¿Lisa? Jennie tampoco se pierde ninguna de mis fiestas, tal vez puedes aprovechar y hacer que su relación no sea solo una cortina de humo—Jungkook movía las cejas pícaro

—Eres un idiota, pero acepto ir

Al final los cuatro se fueron a sus respectivas clases pero Lisa no prestó mucha atención ya que lo que Rosé le había dicho la tenía pensando, y no el hecho de que Sehun le hiciera algo, sino de que haya tenido una relación con Jennie.

...

Lunes otra vez, durante las clases, Lisa se la pasó bastante aburrida incluso pensaba en dormirse sin embargo un mensaje en su celular la hizo despertar por completo.

Jennie Kim.

¿Estás en clase?
Tenemos que hablar
Por favor...
10:46 a.m

Hola, sí estoy en clase
pero ¿Donde nos vemos?
¿Sucede algo?
10:48 a.m

Te veo en el
cuarto de la limpieza
No te tardes
10:49 a.m

A Lisa le parecía bastante raro, para comenzar Jennie jamás le escribía y aún la seguía evitando, pero igual decidió ir.

Cuando estuvo afuera del cuarto de la limpieza, no sabía si tocar o no, pero justo cuando estaba dispuesta a hacerlo la puerta se abrió y la castaña la jaló hacia dentro.

—Estoy aquí ¿De que quieres hablar?

—Mira Lisa, se que después de esto probablemente me voy a odiar y tu te vas a reír de mí—Jennie se puso nerviosa ante la mirada de la rubia—Es que después de lo que sucedió en la feria y en el estacionamiento yo..Lisa es difícil

—Jennie...

—Todo el fin de semana no pude concentrarme en hacer absolutamente nada..

—Jennie, bésame y deja de hablar tanto

—Todo esto es tu culpa Manoban, y no se si te odio.. ¿Espera qué dijiste?

—¿Eso quieres no? Besarme, hazlo

La castaña sintió sus mejillas arder, detestaba sentirse así ante la presencia de la rubia, odiaba lo que Manoban empezaba a causar en ella.

—¿Lo harás?

—Y..yo

—Entonces lo hago yo

Sin esperar respuesta, Lisa tomó a la más baja de la cintura y la pegó a su cuerpo, unió sus labios y comenzó un juego lento de bocas. Después de unos minutos, el juego se volvía más desesperado donde se involucraron sus lenguas.

—¿Quién se volvió adicta a los besos de quién?—La rubia la mordió y luego la soltó riendo

Su respuesta solo fue un suave golpe de la castaña en el brazo, haciéndola reír más.

—No me gusta éste sentimiento

—¿Porqué?

Se separaron por completo y Lisa pudo ver el miedo en los ojos de la castaña.

—No lo sé, lo viví solo una vez y terminé en depresión por un año, no quiero volver a pasar por lo mismo

El corazón de Lisa dolió, se hizo pequeño al ver a la castaña de esa manera, apenas hace unos días la estaba evitando y ahora se encontraba ahí, mostrandose vulnerable.

—¿Qué pasó?

—Es una historia muy larga y no me gusta hablar de eso

—Está bien Jennie, tómate tu tiempo, yo te esperaré

Lo siguiente fue totalmente inesperado para la castaña, Lisa la envolvió en un cálido abrazo, pero no puso resistencia, al contrario, se abrazó a la más alta.

Voces y pasos se escucharon en el pasillo lo que indicaba qué era la hora del almuerzo, así que tenían que salir antes de que alguien las encontrara ahí.

La castaña fue la primera en separarse y caminar hacía la puerta, pero cuando intentó abrirla fue imposible.

—Lisa, no puedo abrir la puerta

—¿Qué?

La rubia lo intentó pero fue en vano, después entre las dos quisieron abrirla pero aun así no pudieron.

—Nos quedamos encerradas

—Espera, le llamaré a Rosé para que vengan a sacarnos

...

Un pelinegro se asomó en el salón para ver si había alguien, pero estaba completamente solo, entró cuidando qué nadie lo viera y buscó el lugar de la rubia. Cuando lo encontró, tomó su mochila y comenzó a buscar en ella hasta que encontró una cartera.

—¿Qué clase de idiota deja su cartera en la mochila?—Rió y la abrió sacando la identificación qué se encontraba ahí—Voy a arruinarte, Lalisa Manoban

Le tomó fotos a la identificación y regresó todo a su lugar para luego salir rápidamente del aula.

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