Los museos, no estaban en la lista de los mejores lugares para Jungkook, realmente esto le parecían... Aburridos, siendo está la palabra más "educada" para definir su aversión hacia él lugar. Cabe destacar que no eran sus favoritos.

No le hallaba significado alguno al estar minutos, incluyendo largas horas, observando un cuadro que sólo llevaba garabatos y colores para distraer la vista y llamar la atención de tu subconsciente, nada más. Pasar horas recorriendo los pasillos que parecían laberintos para entonces; solo salir con la clara idea de que ha perdido su valioso tiempo —siendo su idea y opinión personal— Tiempo que pudo haber utilizado, no sé, quizás jugando videojuegos o en cosas más interesantes.

Por eso, se maldecía una y otra vez esa mañana en la que su mejor amigo le insistió en que lo acompañará a una exposición que encontró uno de sus hermanos mayores, Namjoon, el susodicho era un fanático en cuanto a museos se trataba, no entendía como alguien tan intelectual no le resultaba tan aburrido con respecto a ese lugar lleno de supuesto arte.

Por eso, sentía que la admiración por uno de los hermanos mayores de Taehyung a veces le parecía errónea y dudaba de Namjoon en ocasiones junto a su inteligencia, a veces lo preferiría con sus plantas y naturaleza que en un museo.

Total, sabía bien que no debía opinar, no era su vida, de todos modos, él hacia lo que quería, menos podía negárselo y cuestionar a alguien mayor que él y con más experiencia, pero cuando él era metido en esos planes, no podía evitar maldecir incontable de veces de la que pudo alguna vez haberlo hecho antes.

Pero le debía un favor a su amigo y como lo que empezó como su día maldito, termino siendo su día bendecido.

Condenado sea si no se arrodillaba y alababa la obra de arte que iluminaba todo el museo ese glorioso día.
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