Lo único que diré es que no soy muy buena con este tipo de Os. ❤❤

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"Oh, vamos Jay, no seas un aguafiestas. ¡Será divertido mientras estemos juntos!"

No sé qué fue lo que me convenció ese día, si su sonrisa que hizo que mi corazón se acelerara al mil por hora como un auto de carreras o el simple roce de sus manos con las mías.

Y por primera vez en mucho tiempo sonreí de verdad, lleno de felicidad, sin sentirme solo o traicionado, con la seguridad de que tenia a alguien junto a mí dispuesto a sostenerme si caía.

O en su defecto, nunca dejarme caer como lo hacia ella.

Los recuerdos llegaron como un golpe a mi rostro en cuanto vi la foto, la primera foto que nos habíamos tomado juntos, allí enmarcada en el buró de su habitación que justo en este momento era vaciada por sus padres.

Y yo no hacia nada más que estar en un estado de shock, allí sentando en su cama que aún conservaba su olor, admirando su habitación que en un sentido era muy parecida con su personalidad.

Colorida, extrovertida y feliz.

Feliz...

Ella era feliz.

Yo la hacia feliz.

O al menos eso me hacia creer ella.

¿En realidad la hacia feliz? ¿Ella era feliz conmigo?

No.

¿Quién podría ser feliz con un monstruo como tú? ¿Quién podría aguantar tu humor de mierda, tus pesadillas por las noches, tus celos innecesarios, tu constante falta de atención, tu irresponsabilidad, tu idiotez, tu falta de cariño y cien cosas más?

Nadie.

Tal vez por eso se suicidó.

Por mi puta culpa.

Por mi idiotez.

Por mí, en general.

" Te amo Jay, más que a todo lo que poseo."

Quería llorar.

Era la primera vez que me decía "te amo", y estaba seguro de que era sincera, lo veía en su rostro, en la manera en que sus ojos se iluminaban al verme sonreír con ella.

Éramos felices juntos.

Apreté las sabanas con algo de fuerza, mis manos temblaban más que todo mi cuerpo y comenzaba a respirar entrecortado.

¿Por qué lo hiciste?

¿No te hacia feliz?

- Te dejaremos un rato solo, hijo. - La mano de su padre me dio un apretón en el hombro y noté sus ojos hinchándose. Asentí levemente, sabiendo que en cualquier momento me soltaría a llorar, pero no frente a él.

Ella era la única que me podía ver llorar.

Y ahora que no estaba, nadie más lo haría.

La puerta se cerró dejando el sonido en el aire.

Silencio.

Era lo único que necesitaba para derrumbarme una vez más.

" ¿Estas bien? "

Me dedicó una sonrisa y por primera vez, sentí que era falsa.

"¿Por qué no lo estaría? "

Y con eso dio nuestra conversación por concluida. Me asuste bastante por su distancia conmigo, entré en un estado de pánico interno y no supe qué hacer.

Y esa fue la primera señal, una que me atormentó pero ignoré completamente.

¿Por qué fui tan idiota como para dejar que la gente la lastimara?

Si tan solo hubiese hecho algo, las cosas no se hubieran ido a la mierda tan rápido.

Pero...

Ella...

¿Por qué no pensó que lo que iba a dejar atrás?

¿Qué acaso yo no era una buena razón para que se aferrara a la vida?

No tenia por qué hacerlo, no cuando iba a dejar tantos corazones rotos, no cuando por su propio bien destrozaría a tantas personas.

Ah...

Cierto, no podría a obligarla a pensar en los demás cuando nadie pensó en ella.

Si tan solo me hubiera dado una señal, un llamado de auxilio.

Si tan solo no se hubiera quedado callada...

"¡Jodete Jason! ¡Quiero estar sola!"

No supe que me partió el alma ese día.

El verla llorar o el que me gritara y me sintiera un estúpido.

Oh sí, primer error Todd. La dejaste sola cuando te necesitaba.

Todo por tu puto orgullo.

No me di cuenta cuando estaba llorando hasta que las lágrimas calientes tocaron mis manos. Mi rostro estaba completamente enrojecido, las ojeras que tenía dejaban al descubierto mis noches de desvelo y mis ojos delataban la falta de felicidad que tenia.

Ella no podía estar muerta...

Seguro era una alucinación mía.

Sí...

Cuando llegara a casa ella estaría allí recibiendome entre sus brazos.

- Sabes que no es cierto. - Me reproche a mí mismo. - ¿Por qué te quieres engañar?

Y una vez más esa punzada de dolor me invadió.

Me sentía solo.

Y era ese tipo de soledad en la cual sabes que ya no te queda nada ni nadie. Dónde sabes que las cosas eran perfectas y todo se vino a bajo en segundo, donde te das cuenta que no es el dolor de una ruptura amorosa porque te alejas de alguien a decisión y puedes verla todos los días.

Y aquí no.

Aquí te la arrebatan por siempre y pronto solo se convertía en un mal recuerdo. Las personas lo superaban, dejaban de llorarle y solo recordaban a los muertos no como personas, sino como un momento malo que tuvieron que sobrellevar. 

"¡¿Bebé?! ¡¿Mi amor?! "

La busqué por toda la casa como loco, tropecé y choqué con todo pero no me detuve.

Y luego resbalé con el agua que salia del baño.

¡Sorpresa!

La encontré sumergida, con los ojos cerrados.

Y sin vida.

Y al recordar lo último, saqué de mi chaqueta el anillo dorado que con tato amor había guardado para un buen momento.

Yo la hubiera seguida hasta el infierno.

Y ahora no podía.

Cerré mi puño dejando caer las ultimas lágrimas y salí por la ventana.

Derrotado.