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Título: Desgarrandome la piel.
Personaje: Damian.

Wueno, perdón por este Os... Las preguntas prefiero contestarlas hasta el siguiente.

~~~•••~~~•••~~~•••

Me sentía sucia, usada, como si me hubieran tratado como un juguete, un maniquí al que podías usar para saciar tus gustos. Me sentía humillada, como un cero a la izquierda, me daba asco, el verme me daba asco, me daba asco sentir sus manos todavía sobre mi cuerpo, sentir su asquerosa respiración chocar contra mi cuello, sentir sus manos lastimando mi piel, sus susurros todavía me perseguían en las noches, todavía despertaba gritando de una manera infernal por las pesadillas que siempre eran lo mismo; él, encima de mí una y otra vez.

Yo misma me daba asco, ¿cómo podía dejar que me pasara algo así?

Y caí en cuenta que a las personas les pasa lo que se merecen y sí que debía haber hecho algo muy malo como para merecerme eso... El único problema era el que no sabía qué había hecho.

Me miré al espejo una vez más, observando los moretones, los chupetones... Todo.

Y quise vomitar.

Las lágrimas acudieron a mis ojos sin que yo me diera cuenta.

Y de nuevo, los recuerdos llegaron a mi mente, golpeándola de una manera brutal, tan brutal, que mi cuerpo cayó rápidamente en el suelo, en un pequeño ataque ansiedad dónde yo sola comencé a rasguñarme la piel, desgarrando cada centímetro en un intento desesperado de quitarmela de encima, de quitarme esos recuerdos...

*flashback*

Damian caminaba conmigo por las calles de Gotham, ambos sonriendo sonrojado mientras nuestras manos se entrelazaban de manera inconsciente.

— ¿Qué quieres hacer hoy? — Me preguntó justo después de pasar unos treinta minutos caminando sin rumbo fijo. Lo curioso, es que todas nuestras citas empezaban de la nada, empezábamos a caminar como idiotas sin rumbo fijo y terminábamos teniendo historias dignas de contar en un libro.

Le sonreí  encogiendome de hombros.

No tengo la menor idea.

Él hizo una mueca y desvío la vista hacia arriba.

— ¿Vamos al cine? — Cuestionó dándome una mirada rápida. Sin otra opción asentí y él le dio una ojeada a su reloj de mano.

Al ver la expresión en su rostro me preocupé.

— ¿Sucede algo mi amor?

La ultima función comienza en diez minutos y estamos a treinta calles...

Apreté su mano con fuerza y sonreí.

— ¿Qué estamos esperando?

Ambos comenzamos a correr como si nuestra vida dependiera de ello, Damian me dijo que conocía un atajo así que dejé que ahora él me guiara, al fin y al cabo, mi novio era quien conocía la ciudad a la perfección, no yo.

Nos desviamos hacia la derecha en un esquina y el panorama, de por ya un completo caos de inseguridad, se tornó peor y me puse rígida pero no dejé de avanzar.

Pareció notarlo.

Tranquila, no voy a dejar que nada te pase.

El hecho de que te lo digan, no quitaba la inseguridad pero algo era algo.

Para no tardar tanto y queriendo salir del lugar, ambos seguimos corriendo sin parar, mi novio con la vista al frente y un semblante impenetrable, como si nada de lo que viera allí le afectara en lo absoluto, en cambio yo... Bueno, yo podría presumir que todavía no me había desmayado.

, logro desbloqueado perras.

Durante el trayecto, ninguno dijo una sola palabra y cada que alguno de los dos se atrevía a abrir la boca, solo era para advertir sobre algo.

Faltaban dos calles para salir de ese horrendo sitio y mi cuerpo lo sabia porque a pesar del sudor que estaba empapando mi rostro y el cansancio que estaba tomando lugar, mi cuerpo lentamente se iba relajando.

Y entonces la cosa se jodió.

El primero en caer fue Damian. el golpe seco de algo duro impactando en un cráneo y solté un sollozo cuando mi novio se dio de lleno contra el pavimento, retrocedí y observe a un tipo mas o menos de nuestra edad con una sonrisa de oreja a oreja, con los ojos algo desorbitados y con un tubo de metal entre las manos.

Tania... — Susurró el azabache, en un intento fallido de levantarse puesto que el tipo le asentó otro golpe, dejándolo inconsciente.

¿Y qué hice yo? Me quede allí parada, en shock, inmóvil. Mi mente me gritaba que hiciera algo, que era el momento de demostrarme a misma que no era tan inútil y que de verdad podría proteger a mi novio como siempre había deseado pero mi cuerpo no reaccionaba.

Ey, lindura... ¿Quieres hacer esto por las buenas o las malas?

Y entonces algo se encendió dentro de , un ligero empuje de ira.

Y eso fue lo único que necesite para abalanzarme contra el tipo, para golpearlo aunque mis nudillos quedaran destrozados, patearlo aunque él me mandara de una patada todavía más lejos y luchar por nuestras vidas aunque también quedara inconsciente, sin saber en realidad si ese iba a ser nuestro fin.

Desperté en un lugar oscuro, sintiendo mi cuerpo gritar de dolor. La cabeza me palpitaba de manera contundente y cuando intente moverme, me di cuenta de que mis manos estaban atadas con unas esposas a un tubo.

La luz se encendió.

Mi mirada se detuvo un poco en mi propio cuerpo, ropa interior, completamente expuesta, con rasguños, algunos moretones y demás. Negué con la cabeza y solté un sollozo, no, esto no podía estar pasando...

— ¿Estas bien?

Levante la vista y me encontré cara a cara con Damian, quién estaba atado de pies, manos, cadera e incluso medio amordazado. Me miraba con una expresión de preocupación en el rostro y no entendía el por qué, él era el más golpeado, incluso sangraba, sin embargo, no parecía notarlo solo por centrar su atención en .

Asentí.

—¿Y ? — Pregunté completamente preocupada.

Se encogió de hombros tras un suspiro.

He estado en mejores condiciones.

Después de intercambiar un par de miradas, ambos empezamos a buscar cómo escaparnos de las ataduras y la puerta se abrió.

El mismo tipo apareció el umbral de la puerta, esta vez con un arma de fuego en las manos, y sonrió al verme.

Es una alegría que por fin despertaras.

— ¡Dejala! — Gruñó Damian a la defensiva, el tipo lo observó y fruncio  el ceño, levantó la pistola apuntando directamente a su frente y mi corazón se detuvo.

Te ves fuerte... Con algo de motivación podrías romper las cuerdas... Será mejor que te mate para que pueda disfrutarlo.

Quitó el seguro.

—¡ALTO! — Chillé y él me dirigió una mirada.

—¿Qué quieres?

Lo que sea que quieras hacernos, hazlo conmigo, no le hagas daño a él. Prometo no oponer resistencia.

Y sonrió.

novia es muy lista... — Murmuró antes de lanzar el arma a una esquina de la habitación. Damian, furioso, intentó irse hacia adelante y solo consiguió golpearse en la frente, cuando estaba enojado, no pensaba mucho las cosas.

— ¡No le hagas caso! ¡Esta loca y no sabe lo que dice!

— ¿Me esta ofreciendo cogerla y dices que esta loca? — soltó una risa y se quitó la camisaViejo, mirala, eres el que está loco.

— ¡TANIA! — Grito de manera desesperada, jalando su cuerpo hacia adelante y consiguiendo que la cuerda lo rasguñara y comenzara a sangrar.

O te calmas o los mato a los dos y me hago necrofílico por la muchacha.

Y sin más dejó que Damian se pudriera en su agonía mientras recorría mi cuerpo con sus sucias manos. Mis ojos lloraban, me sentía humillada, como si no valiera una absoluta mierda, sin embargo, no hacia nada, me quedaba allí, inerte, esperando a que me quitara mi virginidad sin dar pelea.

Todo por proteger a quien amaba.

Fin del flashback más largo que leerán en su vida:v

— Tania... — La voz suave de mi novio logró llegar a mis oídos, me agarraba por las muñecas con sumo cuidado ya que ya no soportaba que alguien me tocara.

Su rostro estaba algo ensangrentado por todos los rasguños inconscientes que le había hecho.

Y volví a sollozar.

— Ya te dije que vamos a superar esto juntos.

— ¿Crees que algo así se pueda superar?

Y siendo franco, como siempre, me negó con la cabeza.

— Pero seguiremos adelante y me asegurare  de hacerte feliz hasta el punto donde lo olvidemos todo.

Me dio un beso en la frente y se limitó a quedarse junto a mí.

Sabía que lo suyo era amor verdadero por la paciencia que llegaría a tener conmigo, por el riesgo que tendría que hacer y todo lo que iba a sacrificar solo para que yo estuviera bien.

Fin:3

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