Título: Traición.
Personaje: Dick aka el wey que tiene más nalgas que io:'v

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— ¿Crees que me digan algo? — Le susurré a Raven mientras ella meditaba. Dejó de flotar para dedicarse a observarme con una expresión neutra y juro que si no la conociera tan bien, aseguraría que no estaba interesada en mis problemas en lo más mínimo.

Ella soltó un suspiro después de un rato.

— Conociéndolos, posiblemente se pongan felices al descubrir que tienes nuevos poderes, incluso, harán una fiesta.

Negué con cabeza, tenia razón, desgraciadamente, no en lo más importante.

— Dick se va a poner furioso cuando sepa cómo los obtuve... Lo consideraría traición.

Abracé mis piernas y escondí mi rostro entre ellas, al sentir a mi mejor amiga acercarse más, un nudo golpeó mi garganta y mi respiración se aceleró. Quería llorar, quería desahogarme y dejar salir todo lo que traía dentro de una buena vez por todas soltar todo lo que tenia dentro.

Estúpida y horrible sensación.

— Sabes perfectamente que ese encuentro fue un accidente... Nadie pensaría que su cometido era que antes de morir te transfiriera todos sus poderes.

— Dick odiaba a Herriot por interferir con nuestra relación — murmuré recordando con melancolía al rubio, un villano con un carácter fuerte y la segunda sonrisa más hermosa que había visto, la primera era del acróbata — y Herriot, en un puto intento de desesperación, intentó fusionarse conmigo para quedarse en mi alma y cuerpo por siempre, ¿cómo no va a joder eso a Grayson? Herriot me habla, lo escucho e incluso cuando me salgo de control, él puede poseerme... Cuando se entere, me correrá de los Titanes.

Oí la risa amarga de Raven y con el corazón latiendome  confundido, me voltee a verla.

— Richard no es tan idiota, si sabe lo que es correcto y si sigue a su corazón, sabrá que tendrán que superar eso juntos.

— A veces las personas salen demasiado lastimadas por seguir a su corazón...

— Pero vale la pena.

Y después, salió de mi habitación posiblemente rumbo a la suya y me sumergí en un silencio espectral, ese tipo de silencios que son perfectos para tu estado de animo, que te permiten sufrir con  tranquilidad.

Cerré los ojos y suspire, ya, ya me estaba calmando.

Hola mi ángel, ¿cómo sigues?

La voz del rubio inundó mi cabeza, miré desesperada a todos lados y mi corazón comenzó a latir desenfrenado, el nudo volvió a mi garganta y mis piernas flaquearon.

— Vete — Lo corrí cuando mi mirada quedó sumida en una completa oscuridad y él apareció frente a mí.

No puedo, ¿olvidad que ahora estamos juntos por siempre? Ya quiero que la puta se entere.

Soltó una risa y tocó su mentón.

— Dick no es ninguna puta... — Conteste furiosa, desviando la mirada y conteniendo el impulso de golpearlo porque sabia que si lo intentaba, el se volvería humo y quedaría como una estúpida.

Lo dice la que lloró mil veces en mi hombro antes de que se hiciera su novia.

— El pasado es pasado, lo que importa realmente es quién es ahora y te puedo probar que no es ninguna puta. Él es la mejor persona que pude haber conocido...

Él me miró con la expresión neutra, su sonrisa se había borrado y el brillo en sus ojos había desaparecido por completo, cruzó sus brazos como siempre hacia cuando quería retar a alguien y se relamio los labios antes de avanzar lentamente hacia mí.

¿Quieres apostar?

— ¿Apostar qué? — Intenté alejarme pero literalmente estaba encerrada en una oscuridad absoluta con él y solo con él, aunque quisiera, no podría escapar.

Que Dick no es la mejor persona de todas... Yo sé lo que te digo.

Y de nuevo, estaba yo sola en la habitación.

O eso creía hasta que observé que el tema de mi anterior conversación se encontraba en el umbral de la puerta con una expresión de preocupación en el rostro. En cuanto notó que me había percatado en su presencia se encaminó rápidamente hacia mi cama.

— Ey, princesa, ¿estas bien? — Susurró acariciando mi cabello y mirándome fijamente a los ojos, yo sonreí  melancólica y desvíe la vista.

Supongo que algún día tendría que enterarse, mejor que sea ahora, tal vez duela menos.

— Soy una traidora... — empecé, aún sin el suficiente valor para encararlo.

— ¿Traidora? ¿Por qué? ¿Te quedaste con mi trozo de pizza? — Lo oí reír, en un intento de alivianar el ambiente tan denso que yo misma estaba creando.

— Herriot... — levante la vista en cuánto lo nombre, el momento perfecto para ver la vista de mi novio ensombrecerse — él... Durante una misión que hice con Raven, se apareció y peleamos, al final, antes de que por accidente lo acabáramos con él, usó sus ultimas fuerzas para fusionarse conmigo...

— ¿Qué quieres decir con eso? — Y se alejó para verme mejor, eso era una mala señal, lo había tomado completamente desprevenido.

— Herriot vive en mí, tengo sus poderes — para demostrarlo, lancé una pequeña llama azul hacia un viejo póster que había en frente de nosotros — y la peor parte es que lo puedo escuchar, él me puede controlar en algunas ocasiones. Me amarré a él... Dios Dick, ahora estoy atada a él, estoy atada y unida con tu peor enemigo.

Solté un sollozo y me cubrí el rostro. Sabia que era una razón estúpida pero esa razón estúpida por la cuál sentía que lo había traicionado eran como torturarlo por mil años de una sola estocada.

— Bueno, ahora, cada vez que tengamos sexo, él podrá sufrir con solo observar y no tocar — se rió de manera algo amarga y me dio un beso en la frente.

—¿N-No estas molesto? — Cuestioné sorprendida.

— Con él sí, contigo, nunca. Superaremos esto y verás que el idiota llorara como niña al vernos felices juntos.

Me sonrió de manera dulce y nos quedamos abrazados en mi cama, disfrutando de un silencio acogedor.