El pelicenizo se quedó estático ante las palabras de la dragona. Su padre no le mentiría pero la mirada de esa criatura frente a el, llena de rencor e incluso dolor tampoco mostraba falsedad en sus palabras.

— ¿¡A qué te refieres con que los humanos atacaron primero!? ¿Qué los dragones no se volvieron locos por su poder y tuvieron que ser cazados?

— ¡Jajajaja! Eso nunca paso humano, los dragones somos los hijos y encarnaciones de la madre naturaleza. No somos unas criaturas corrompibles a diferencia vuestra. Ustedes son los que se dejaron llevar por el miedo y mordieron de la mano que los había alimentado.

— ¡No entiendo si solo me dices eso! ¡Si me vas a decir entonces cuentamelo todo maldito lagarto! —exigió molestó por la explicación superficial de la cría.

—Como quieras, me encargaré de destrozar esas falsas verdades que tú raza implantó en la historia para escapar de la culpa —le dijo con una mirada fría en sus orbes esmeraldas.

Mucho tiempo atrás la Madre Naturaleza, esa que dotaba a todos los seres vivos de alimento y cobijo. Se vio preocupada por el futuro de ciertas criaturas: los humanos.

Seres evolucionados gracias a la sed de conocimiento, misma que se iba transformando en sed de poder y dominación al tiempo que se desprendían de todas sus características animales e instintos.

Preocupada por el futuro de estos seres y del equilibrio entre las especies, tomó la decisión de engendrar mensajeros que llevaran su voluntad a estos seres, pues ella no podía comunicarse con las criaturas a pesar de ser quién velaba por ellos.

Ese fue el origen de los dragones. Hijos legítimos de la Madre Naturaleza que habían heredado el poder sobre uno de los elementos que la conformaban.

Durante décadas el deseo de la Madre Naturaleza fue cumplido, los humanos escucharon a los dragones y aceptaron su guía y protección, manteniendo el respeto e igualdad entre las razas. Pero los humanos son criaturas egoístas, cobardes y envidiosas.

No podían soportar el echo de ser inferiores, de que alguien siempre estuviera por encima de ellos. Así que usaron su inteligencia. Y escondieron sus colmillos hasta el momento indicado.

Veneno. Esa fue el arma que usaron para empezar la carnicería.

Uno a uno fueron envenenando a los dragones, quienes confiando en el afecto y lealtad de los humanos cayeron cruelmente en su trampa. Dando su último suspiro mientras derramaban lágrimas bajo la mirada burlona de aquellos a quienes habían nombrado como sus humanos de mayor confianza.

Para cuando los dragones se dieron cuenta de lo que estaba pasando ya era tarde, la gran mayoría pereció ante el veneno. Aquellos cuyos pueblos se mantuvieron leales recibieron el ataque de una horda de humanos sedientos de sangre, pereciendo junto a su pueblo y su tierra amada.

La Madre Naturaleza no soportó semejante crueldad por parte de los humanos. Y su bondadoso corazón se vio opacado por el dolor de una madre a la que le arrebataron sus hijos.

Ella rugió con dolor e irá. Y descargó todo sobre los causantes de su sufrimiento. Por cada dragón que perecía, un desastre surgía.

Los humanos habían firmado su sentencia y el Cataclismo había empezado.

Era un castigo.

Se lo merecían.

Y aún así se les dio otra oportunidad.

Los dragones sobrevivientes, cobijados en el amor y el calor de su pueblo que los escondió tomaron una desisión.

Se fundieron una vez más con la Madre Naturaleza para aplacar su dolor y hacerle compañía por toda la eternidad.

Comprometieron sus almas a los pueblos que los habían protegido. Y con sus cuerpos restablecieron la tierra.

Algunos formaron ríos al morir, otros montañas de lava, bosques e incluso el propio viento se vio purificado.

Los humanos sellaron su perdición al cazar a los dragones.

Y aún así los dragones los salvaron.

Mientras los humanos los olvidaban y catalogaban como un virus en la historia.

—Aún sabiendo esto. ¿Sientes orgullo por tú raza? ¿O te percataste de cuan podrida está en realidad? —preguntó la dragona al niño que permanecía consternado frente a ella.

— ... Aún conservo mi orgullo —respondió para el desconcierto de la cría.

— ¿¡Como osas-!?

— ¡Porque no todos estaban podridos! —la interrumpió con determinación — ¡Tu misma lo dijiste! ¡Los dragones que se sacrificaron lo hicieron por sus pueblos que los protegieron! ¡Mi padre me dijo que el espíritu del fuego que mi gente venera es en realidad el dragón de fuego que se sacrificó por nuestra tribu y que el volcán es su cuerpo! Mi pueblo no a olvidado su gratitud a los dragones, le habrán cambiado el nombre pero aún lo recuerdan. ¡No todos los humanos estamos podridos!

¿Cómo podía ser posible?

Ella repudiaba a los humanos. Le habían arrebatado todo, ella conocía de primera mano la crueldad de esa raza.

Y aún así dudaba.

Dudaba de sus propias creencias ante la mirada ardiente del niño frente a ella. Una mirada honesta.

¿Pero que le garantizaba que permaneciera así?

— Tarde o temprano los humanos se pudren. Son igual que las frutas, maduran en su esplendor hasta que llega el momento en que se pudren y caen del árbol. No existe esperanza para ellos —recitó como un recordatorio para si misma.

— ¡Entonces yo te lo probaré! ¡Te demostrare que si hay esperanza para mi raza! ¡Que podemos cambiar! ¡Lo haré por el nombre de Katsuki Bakugou! ¡Futuro rey de la tribu de Kalazia! —proclamó llevando su puño cerrado a su pecho, tal y como su padre le había mostrado cuando empezó a ser consiente de su papel como futuro monarca.

Y una vez más. Ese joven chico había logrado hacer que sus ojos recuperen ese nostálgico brillo. El brillo del anhelo y la esperanza.

Extendió sus alas en su máxima plenitud. Y de un aleteo se elevó por encima de las copas de los árboles, lejos de la mirada del chico que había cubierto su rostro para protegerse de la ráfaga que causó al aletear.

—Una oportunidad joven monarca —resonó la voz de la dragona en su mente —Te daré sólo una oportunidad de mostrarme si tus creencias son certeras. Veremos si el reino que gobernarás, es en verdad merecedor de la protección del dragón de fuego. Y de ser ese el caso, yo misma continuaré su legado y protegeré tu reino.

Una promesa.

Una apuesta.

Un humano.

Y una dragona.

¿Es esto el inicio?

¿O es el final?

Sólo el tiempo nos dará la respuesta.

Continuará...

XXX: Buenas, la autora y Mic están ocupados ahora mismo —mueve la cámara y enfoca a la autora saltando por todas partes mientras ríe y llora al mismo tiempo mientras Mic no deja de gritar — así que yo abriré la nota de hoy (눈‸눈). Este capítulo contó con 1071 palabras sin la nota, creo que es la mejor cifra hasta ahora (ー_ー゛). Esta actualización va dedicada a... —Mic y la autora lo empujan y se pegan a la cámara gritando.

MIC Y YO: ¡¡¡LLEGAMOS A LOS 101 SEGUIDORES!!! ✧◝(>▿<)◜✧ ¡¡¡AAAAAAAAAAAAAHH♡(> ਊ <)♡!!!

XXX: Yo me voy antes de quedar sordo(ー_ー╬) — se va ignorando a la autora y Mic que siguen como locos.

6 horas después.

Se ve a la autora y Mic jadeando casi sin voz, mientras XXX les alcanza una taza de miel a cada uno a ver si logran terminar la nota.

YO: ¡Puagh! En definitiva no me gusta la miel(๑•﹏•)

MIC: You have mal gusto (˘･_･˘)...

YO: Es mi gusto así que no me importa¯\_(ツ)_/¯. Entrando ahora en lo serio.

Quiero agradecerles a todos por ayudarme a cumplir una de mis metas, los primero 100 seguidores(๑♡‿♡๑). No voy a decir quién fue el número 100 aquí, ya le agradecí en persona y sabe que la valoro, pero no veo justo celebrar sólo al 100 cuando hubieron 99 antes y otro despues. Todos y cada uno de ustedes 101 seguidores son un tesoro que me a inspirado a seguir adelante. Los amo a todos, y como dije en mi tablón. Gracias a los que me acompañaron desde que solo era una lectora que se dedicaba a comentar y recomendar, a los que leyeron mis historias y decidieron seguirme para estar al tanto de ellas. A los que me votan, los que me recomiendan, los que me comentan y hasta esos lectores fantasmas que ayudan a subir las vistas. Gracias a todos. Los amo de verdad. Me hubiera gustado traerles algo más pero apenas puede escribir este capítulo, la alegría me inspiró. Los amo mucho, trataré de traerles actualizaciones más a menudo (灬º‿º灬).

MIC: Eso espero, ¡i want to ver los truenos que traerá el personaje nuevo en el próximo capítulo (●♡∀♡)!

YO: (눈‸눈) —voltea a ver a Mic y lo encuentra leyendo la cronología de Rotten con una sonrisa — Mic ◉‿◉.

MIC: ¿Yes? —pregunta sin levantar la mirada del libro.

YO: No te muevas de dónde estás (ヘ･_･)ヘ┳━┳... ¡Y MUERETE(ノಠ益ಠ)ノ彡┻━┻!

XXX: Esto se está descontrolado así que me tomare la libertad de terminar la nota mientras ellos se matan (눈‸눈) —dice mientras a lo lejos se ve a la autora persiguiendo a Mic con un martillo verde con ojos, ¿De dónde lo habrá sacado? —nos vemos en el próximo capítulo＼(ﾟｰﾟ).

¡¡¡Y YO LOS AMOOOOO😻😽💞😻😽💞😻😽💞😻😽💞😻😽💞!!!