Mire a la rubia y ladee la cabeza al verla sacar un vestido de su closet, llevaba media hora buscando algo para ponerse y aun no encontraba nada, o eso ella decía.

—Solo saldrás con Klaus, no es la gran cosa—me encogí de hombros como si no fuera de gran importancia—, ya han salido otras veces.

—¿Podrías ayudarme?—se giró para mirarme—, aparte, Marcel estará aquí en cualquier momento, deberías arreglarte.

—Ya estoy lista—me levanté de la cama—, tú deberías estarlo también.

Me puse frente al espejo y me acomode el cabello, mire a Camille por el espejo y sonreí al verla ponerse un vestido azul.

—Te ves muy sexy—le guiñe un ojo haciendo que se sonrojara.

Reí al sentir el impacto de una almohada contra mi espalda, pero me quedé estática al escuchar como alguien tocaba la puerta. Mire a Camille y note que ella también estaba algo nerviosa. Se puso sus zapatos rápidamente y abandonó su habitación dejándome sola.

—¡Scar!—contuve la respiración—¡Marcel está aquí!

Sacudí la cabeza un par de veces y salí de la habitación, llegue a la sala de estar y le sonreí al Marcel en cuanto lo vi. Klaus también estaba ahí así que lo salude con un movimiento de mano.

—Te ves muy hermosa—me sonroje al escuchar a Marcel.

—Gracias—lo mire de arriba abajo—, tú no estás tan mal.

Mire a Camille y ella estaba sonriendo como una madre orgullosa, a su lado Klaus nos miraba con una sonrisa divertida, como si supiera algo que yo no. Regrese la mirada a Marcel y tomé su mano cuando me la tendió, era hora de irnos. Mi corazón comenzó a latir con rapidez y me pregunté si ellos eran capaces de escucharlo, de seguro si.

—Nos vemos después—me despedí de los otros dos.

Salimos del departamento de Camille y trate de evitar los nervios a toda costa, no quería arruinar mi primera cita con Marcel.