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La risa de Hope llenaba el silencio que reinaba en la enorme mansión, siendo acompañada por las exclamaciones de Camille cada vez que el pincel con pintura la tocaba. Habíamos intentado pintar algo para matar el aburrimiento, pero todo acabó en una guerra de pintura que terminó encantando a la pequeña de las tres. 

—¡No es justo!—exclamé cuando Hope tomó uno de los botecitos de pintura y lo lanzó en mi dirección—¡Contigo solo usa el pincel!

—Es porque soy su favorita, ¿Verdad?

La rubia centró su atención en limpiar las mejillas de la bebé, totalmente olvidándose de mí y las cinco pinturas que me rodeaban, momento que aproveché para voltear un botecito de pintura verde sobre su cabeza.

—Ah, la venganza es dulce.

La desgracia de Camille pareció entretener a Hope ya que la risa de la niña volvió a resonar en la habitación, con aquel sonido hermoso de fondo me puse de pie y huí del lugar mientras Camille intentaba seguirme el paso con Hope. Pronto los pasillos se llenaron del sonido de nuestras pisadas, los gritos de Camille y la risa de Hope, también había algo de pintura en nuestro camino pero eso solo era un pequeño detalle sin importancia.

Cuando por fin llegamos al patio de la mansión comenzamos a correr en círculos por el lugar, incluso Hope había pedido ser puesta en el suelo para poder correr tras nosotras, en algún momento de nuestra pequeña carrera dejamos de prestarle atención a lo que nos rodeaba y olvidamos por completo que Elijah llegaría antes del almuerzo para librarnos de nuestro trabajo.

—Veo que se divierten.

La repentina llegada del original nos hizo sobresaltar, incluso Hope dio un pequeño salto en su lugar al escuchar a su tío, aunque eso fue opacado por su sonrisa al darse cuenta de quién se trataba.

—Es mucho trabajo entretener a una niña por más de cinco minutos—comentó Camille dejando que Hope se tambaleara hasta su tío.

—Por suerte a la pequeña Hayley le gusta ver personas sufrir ataques de pintura—arrugue la nariz en señal de desagrado—, Klaus debería pagarnos.

El pelinegro tomó a su sobrina en brazos sin miedo a manchar su traje con pintura y nos miró con algo que casi, casi, parecía diversión.

—Le dejaré saber a mi hermano sobre sus esfuerzos por entretener a mi sobrina—casi parecía que el vampiro se estaba burlando de ellas—. Supongo que querrán darse un baño antes de ser liberadas de su trabajo.

—Me muero por un baño, creo que tengo pintura donde no debería haber pintura—tomé a Camille por el brazo y la arrastré de regreso a la habitación de la que nos habíamos adueñado por la tarde del día anterior.

Después de tomar un largo baño regresé al patio de la casa en busca de Elijah y Hope dispuesta a preguntar por Klaus y Marcel, no había hablado con ellos desde que nos avisaron que llegarian más tarde de lo planeado. Seguí las voces que parecían murmurar hasta que llegué a la cocina donde tuve que parpadear más veces de las necesarias para asegurarme que no estaba alucinando.

—Oh, Scarlett, hola querida.

—Rebekah—me aclaré la garganta—, hola.

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