Tuve un accidente al volver del trabajo y acabé hospitalizado unos días.

Mis vacaciones se prolongaron, aunque no del modo de que deseaba. Después de todo, una costilla rota y la muñeca esguinzada no es lo más agradable que soportar. Ni hablar de la tormenta que azota mi cabeza.

A NamJoon se le notificó enseguida. Mi error fue dejarlo como contacto favorito; los paramédicos al asistirme tomaron mi teléfono y llamaron a su número esperando que la persona del otro lado pudiera venir enseguida a verme. No fue así, atendió el llamado un adormilado rapero que les informó que se hallaba fuera del país en ese momento.

Así es, mientras yo estaba tirado en el pavimento porque un auto no frenó al verme cruzar la calle, mi dongsaeng favorito descansaba como rey en un hotel de Japón donde daría una mini presentación al día siguiente.

No quiero decir que no se haya preocupado por mí, dejo de lado mi drama para decir que, de hecho, cuando estuve mejor para hablar con él tuve que pedirle que no viaje.

La culpa me iba a perseguir si por mí cancela su presencia en ese evento y le insistí en que se quede allá.

—¿Cómo puedes pedirme tal cosa? —está furioso conmigo y su rostro lo hace evidente en la videollamada—. ¡Estás hospitalizado, SeokJin, debo ir contigo!

Me gustaba que me dijera SeokJin y dejara de lado el honorífico correspondiente, aunque en otro contexto.

—Beommie se ha quedado conmigo luego de su trabajo —el celular por poco se me cae cuando protesta y al querer evitar la caída hago un movimiento malo para mi costilla—, ¡diablos, NamJoon!

—Lo siento —se disculpa y yo niego paciente— hoy es el cuarto día del evento y me retirare. Está decidido.

—¿Quieres seguir discutiendo esto?

Dejo caer mi cabeza a la almohada, me he llevado un gran golpe al impactar contra el cordón de la vereda y están esperando que la hinchazón de mi cráneo baje para volver a repetir los exámenes y descartar lesiones graves.

—Quiero cuidarte, eres importante para mí y no estar junto a ti me hace sentir ansioso. Sé que no me necesitas pero soy yo quien lo hace. Te quiero, hyung. —Sincera y le creo.

Parece un niño caprichoso y en serio no ayuda a que mi ilusión se desvanezca.

En este punto admito que lo quiero demasiado y puedo ser un maldito adulto, alguien maduro y capaz de entender sobre la vida en base a mis experiencias, pero a pesar de esto, no puedo desentenderme de Kim NamJoon. Curarme de él.

Sanarán mis heridas, me darán el alta y volveré a casa. Pero nadie va a poder recetarme algo para que ese rapero deje de importunarme con tal sinceridad.

Nota:

Consejo del día, si tiene clases aburridas no beba la noche anterior.

Jebus...

Bye :)