Capítulo 1

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Salem, Massachusetts era un lugar muy particular por muchas razones, además de su historia negra con la brujería. Empezando por el hecho de que era el hogar de varios magos ocultos entre una población que amaba las brujas por que traían turismo. Uno de esos magos se llamaba Harry Potter.

Harry Potter era un mago inglés en suelo norteamericano. Contrario a sus compatriotas, Harry era un poco más "americano". Si alguien pudiera definir a Harry diría que es "diferente a todo lo que conoces". Harry era en primer lugar, un mago completamente entrenado y registrado en MACUSA, en segundo lugar, había solicitado una residencia permanente en el país pero no la nacionalidad, ya que aún amaba a su natal Inglaterra, en tercer lugar, Harry amaba mucho ciertas tradiciones de los Estados Unidos.

Aunque Harry era tan inglés como la hora el té, su alma y corazón adoraba la exageración que tenían los americanos en sus fiestas. Cierto que los ingleses podían hacer un buen alboroto, pero incluso en fiestas como Halloween y Navidad, Inglaterra era mucho más mesurada en sus arreglos. La Navidad en Inglaterra era un asunto de regalos y familia con algunas decoraciones de buen gusto aquí y allá. La Navidad en Estados Unidos era una fiesta de colores, una explosión de luces y mucha comida por todos lados, así como regalos por doquier y música sonado por todo lo alto.

Así que Harry, quién ya llevaba varios meses en suelo norteamericano, estaba por celebrar su primer Halloween en estas tierras y estaba más que emocionado.

Actualmente Harry vivía en lo que muchos llamarían un cuchitril, pero Harry llamaba "acogedor". La pequeña casa era una verdadera pocilga, cuando la compro, de dos pisos que Harry lentamente había estado remodelando en una casita acogedora y parecida a una casita "de cuento de hadas". Lo que se traducía en que su pequeña casa era más similar a las casas de la campiña inglesa o francesa que a una casa típica de la ciudad.

Finalmente, aun con su gusto por lo americano, Harry tenía una fuerte sangre inglesa en sus venas.

Era el día 1 de Octubre y Harry estaba ansioso por empezar a comprar cosas para decorar. Su trabajo en el banco de los enanos, le daba mucho tiempo libre ya que Harry era un traductor de documentos en pársel y hacía casi todo su trabajo desde casa. Gimli's era el nombre del banco y una broma recurrente al mismo tiempo, ya que los enanos adoraban reírse de cómo los imaginaban los no-mágicos.

Su trabajo le daba bastante dinero y entre sus propias ganancias, su bóveda personal en Gringotts y su estipendio mensual que le daban sus padres, Harry de hecho tenía bastante dinero. Por eso ni siquiera parpadeo cuando la cajera del Target le dijo que su cantidad de 5 carritos llenos a tope era de 10mil dólares.

Luego de pagar y cargar discretamente todas sus compras a punta de varita en su camioneta (luego de lanzar un discreto hechizo de no-me-notes a su alrededor para conservar el estatuto de secreto), Harry paso horas decorando su hogar con su varita y un día entero a la manera muggle en el exterior.

La casa de Harry ahora parecía una cruza entre una "malvada" casita de dulces y un montón de decoraciones halloweenescas que indicaban un amor desproporcionado por la fiesta. Incluso tenía una lista de cosas por hacer en Octubre. "Decorar la casa" ya estaba tachado, así que al día siguiente iría a Krispy Kreme, Dunkin' Donuts y Starbucks a comprar todo lo que tuviera Pumpkin Spice.

Al día siguiente, luego de su tercer latte de calabaza, Harry estaba seguro de que necesitaría insulina para soportar otra dona más con decoración pero aún faltaba una rebanada de pastel de calabaza para poder borrar esa tarea de su lista.

Si hubiera estado más atento a su entorno, habría notado que ya no era el único mágico entre todos los no-mágicos a su alrededor. Había otro mago cerca de él pero por causas del destino, ninguno vio al otro en ese momento.

Este otro mago era bastante mayor que Harry por 2 décadas, tenía el cabello largo por debajo de los hombros y una nariz aguileña que algunos tacharían de enorme pero que solo era algo más grande que el normal y sin embargo, le quedaba bien al hombre de ojos negros y rasgos patricios.

Severus Snape se llamaba el mago y observo al chico claramente emocionado, bebiendo uno de esos infames lattes de calabaza que ofrecían por la temporada. A Severus nunca le gustaron desde que llegó a la ciudad desde su natal Inglaterra. Si no fuera porque la oferta para su tipo de trabajo era más abundante en Estados Unidos que en Gran Bretaña, él no hubiera salido de ahí.

Severus Snape era un historiador muggle y mágico. Su labor para el museo mágico de Salem era traducir múltiples textos sobre el folclore mágico que se traslapaban con el folclore no-mágico.

Contrario a Harry, la casa de Severus era una casa histórica que recordaba fuertemente a una vieja mansión victoriana y de la que uno casi esperaba ver los espectros salir. Tenía telarañas en las ventanas y no eran una decoración. Severus Snape constantemente estaba falto de tiempo libre para limpiar esas cosas.

No es que tuviera su casa hecha una pocilga. De hecho, el interior estaba muy limpio y ordenado, pero el mantenimiento del exterior de la casa nunca lo hacía y tampoco le importaba mucho hacerlo. Le gustaba el exterior desvencijado y la apariencia de tétrica casa de fantasmas. Además, con su gusto por la ropa negra y de colores oscuros, su piel pálida y cetrina, y su cabello y ojos negros, todo se combinaba para darle ese aire de escritor torturado de cuentos de horror.

Severus pensaba en la futura adquisición de un gato negro o quizás comprar aquel cuervo disecado que vio en la tienda de curiosidades hace unas semanas, mientras esperaba en la fila para pedir un buen café expreso y una empanada de calabaza, la única cosa con Pumpkin Spice que le gustaba de la temporada.

Una vez que tuvo su café se sentó a beber el cálido brebaje y observó a su alrededor. Las mismas caras de todos los días. A pesar de que Salem era un sitio turístico, siempre había las mismas caras.

Severus identificaba a la chica barista que estaba atendiendo el café desde hace varios meses, luego estaba el chico que siempre venía a comprar su mismo chocolate porque tenía turnos extras en la tienda de abarrotes. Por allá estaba la pareja de ancianos que siempre salía a tomar un té juntos. Esas eran el tipo de caras que Severus reconocía y entonces lo vio, una nueva cara.

Era un joven de cabello negro y ojos verdes intensos, bebiendo uno de esos infames lattes de calabaza y evidentemente no disfrutando del sabor, pero que apuraba el vaso en un esfuerzo de ponerlo todo adentro. Severus se río un poco por lo centrado que parecía en ese esfuerzo y casi estalló en carcajadas cuando vio que tachaba algo en una lista escrita en una libreta.

Era "uno de esos chicos". Extranjeros como él, que contrario a sí, estaban asombrados de la libertad expresiva de Estados Unidos y querían comer, beber y vivir todo lo que creían pertenecía a los Americanos. Seguro esa lista era una lista de "cosas por hacer en Salem" o "cosas por hacer en Halloween".

Por la pinta que tenía y la falta de asombro a su alrededor, no era un turista, así que debía ser un nuevo residente. Podría ser de días hasta meses por la falta de Severus de salir mucho de su entorno. Severus no se preocupó mucho por ello, simplemente recordaría esta nueva cara entre los cientos de caras familiares que Severus ya conocía.

Harry acababa de dejar una propina y se levantó cuando Severus iba pasando para tirar su vaso vacío y choco con Harry.

Mientras en múltiples novelas, este sería el momento en que ambos se verían a los ojos y simplemente sabrían que debían estar juntos, no fue así en este caso. Harry se disculpó por el golpe y Severus dijo que no había problema. Harry se sonrojo porque el hombre era muy guapo y Severus pensó que ciertamente era un jovencito muy atractivo que pronto sería abordado por alguno de los muchachos o muchachas locales, y ambos siguieron sus caminos.

Severus tenía que ir pronto a buscar nuevos escritos a su oficina central y Harry pronto tendría una nueva tarea que cumplir de su lista y probablemente le llamarían del banco para traducir algún nuevo texto en unos días.

Los dos hombres se separaron en caminos diferentes al salir del café y una brisa helada corrió entre ellos.

En el árbol cercano al café, una Diosa del amor transformada en una hermosa mariposa negra, Ainé, estaba a punto de gritar por lo idiotas que estaban siendo estos dos humanos al no notar el hilo del destino que los unía irremediablemente. Tendría que pedirle ayuda a sus hermanos y no estaba feliz de hacerlo, ya que los causantes de que aquel hilo fuera tan delgado, ya habían muerto hace muchas décadas. Morrigan y Arawn ciertamente no iban a ponérselo fácil.

~~~~~~~~~~*****~~~~~~~~~~

Bellatrix había sido una mujer que hacía honor a su nombre: mujer guerrera. Cuando vivía había sido una belleza salvaje que las hordas de enemigos de su clan temían con justa razón. Había una muy buena razón por la cuál era la principal candidata a esposa del futuro jefe de su clan: Meilyr del clan MacKinnon.

Por otro lado, estaba Thomas, el segundo al mando del clan rival de los MacKinnon, los Campbell. El clan tenía un jefe viejo que se había apoyado mucho en las tácticas guerrilleras de Thomas, quién claramente había puesto sus ojos en su hija Heulyn. Heulyn era la luz de su padre Glenn, quién hubiera entregado el mundo a los pies de su hija, que le recordaba fuertemente a su madre.

Heulyn era una muchacha de cabello negro, largo y rebelde, con ojos verdes que recordaban los campos de las lowlands, justo de donde provenía la madre de Heulyn, Morgana. Morgana había fallecido al dar a luz a su hija, siendo la última de 5 hermanos. Aun así, su padre la consideraba la futura jefa del clan, ya que las ideas de su hija habían proveído suficiente paz durante varios años mientras sus hermanos habían favorecido las políticas de guerra.

El Clan Campbell y el clan MacKinnon eran rivales desde tiempos muy lejanos y aun así, no se atacaban mutuamente porque ambos clanes controlaban a otros clanes debajo del propio. Una guerra entre ambos clanes era impensable sin perdidas enormes para ambos y los clanes que cuidaban.

Sin embargo, algo cambio y los clanes entraron en una batalla encarnizada donde al final, Meilyr, el heredero del clan MacKinnon murió a manos de Heulyn, la heredera del clan Campbell. Nadie supo por qué razón cuando Meilyr exhaló su último aliento en brazos de su enemiga, esta tomo su claymore y se la clavó en el pecho, muriendo al lado de él.

Durante la batalla, Bellatrix y Thomas habían caído y sus almas fueron condenadas por Morrigan y Arawn, sin poder llegar a Tír na nÓg. Arawn había creado una isla llena de hielo y metales donde ninguno de los dos podía moverse sin cortarse. Así habían pasado los días desde su muerte hace ya tantos siglos.

Ainé había sido la más feliz sobre el castigo de los dos imbéciles que habían arruinado uno de sus mejores trabajos. Heulyn y Meilyr habían sido creados para traer la paz a sus clanes. Cierto que la muerte de ambos hizo que sus clanes firmaran la paz y llegó una época de prosperidad luego de que hubo una serie de matrimonios entre los clanes para afianzar la alianza. Pero se suponía que el primer matrimonio sería entre Meilyr y Heulyn, obligando a los clanes a firmar la paz y que ambos tendrían un crecimiento enorme gracias a los talentos de ambos combinados.

Bellatrix no aceptó que Meilyr prefiriera a Heulyn y Thomas no aceptó que Heulyn se hubiera enamorado de Meilyr. Ellos dos fueron los que lanzaron a los clanes a la guerra y diezmaron a ambos, además de privarlos del glorioso destino que les esperaba a las familias. Por esa razón Morrigan y Arawn los habían condenado a pasar la eternidad encadenados entre ellos y aislados de cualquier otra alma en aquella isla.

Ainé no sabía hasta qué punto esos dos habían dañado el hilo de oro que unía a esas dos almas y ahora, tanto Meilyr como Heulyn habían reencarnado en las figuras de Severus Snape y Harry Potter respectivamente. Ambos volvieron a nacer en un cuerpo diferente y con mucho poder en su interior. Pero por obra de la maldad perpetrada por esos dos, el hilo de oro que los unía se había dañado y por más que se vieran de frente, sus almas no reconocían el vínculo que los unía.

La Diosa del amor estaba bastante molesta, ya que las leyes de la magia antigua exigían que quienes hacían el daño, fueran los que lo repararan. Eso quería decir que tanto Bellatrix como Thomas deberían ayudar a que esos dos se enamoraran y si lograban su cometido, su condena debería ser anulada según sus leyes.

Ainé no quería nada más que ver a esos dos sufrir, pero las almas de Severus y Harry merecían algo mejor que pasar su vida anhelándose uno al otro y jamás pudiéndose hallar. Debía hablar con sus hermanos.

Morrigan y Arawn escucharon atentamente a Ainé. Estaban de acuerdo con ella en que los únicos que podían reparar el hilo de oro eran esos dos, pero eso liberaría sus almas y cuando eso pasará, podrían ir hacia las tierras verdes que había en Tír na nÓg. Ninguno de los dos lo merecía, porque incluso cuando fueron condenados, ninguno se sintió culpable por haber casi llevado a sus clanes a la extinción total, solo por no ser los elegidos de las personas que amaban.

Los tres Dioses llegaron en una barca hasta la isla más fría, desolada y que recordaba al último circulo del infierno descrito por Dante. Una tierra fría, llena de metales y piedras en ángulos agudos que cortaban la carne con solo un ligero toque. En el centro de la isla estaban un hombre y una mujer, atados con cadenas hechas con cada vida que arrebataron sus deseos egoístas. La antigua belleza de ambos era un recuerdo del pasado y ahora eran apenas poco más que esqueletos.

Arawn libero las cadenas de sus muñecas y pies y Morrigan los levito con su magia hasta la barca. Ambos estaban en las peores condiciones que se pudiera imaginar, pero los muertos no podían volver a morir sin renacer antes. Lo único que podía pasar con un muerto, es que Arawn anulara su existencia y eso era reservado solo para los peores crímenes. Incluso Bellatrix y Thomas nunca habían cometido un pecado tan grande como para haber considerado la anulación.

Los tres Dioses más sus presos, regresaron a la barca y dejaron atrás la isla que había sido la prisión de estos pecadores y fueron hasta el salón de Arawn para notificarles de su inminente misión de expiación.

~~~~~~~~~~*****~~~~~~~~~~

—Déjenme ver si entendí, nosotros, Thomas y yo, tenemos que ir al mundo de los vivos, nos darán unos cuerpos temporales con el conocimiento actual y tenemos que hacer que esos dos hombres se enamoren para que nuestras condenas se anulen, ¿Tengo todo correcto? —Pregunto Bellatrix mientras los sirvientes de Arawn los atendían para ponerlos en las mejores condiciones posibles.

—Básicamente, si—Contestó Ainé, aun molesta con tener que hacer esto. No confiaba en que Thomas o Bellatrix o ambos vieran esto como una oportunidad de tener a la persona que deseaban y terminaran de romper el hilo de oro.

Si, ambos podrían quedarse como pareja de quien querían, pero eso condenaría a ambos al sufrimiento eterno. El costo de romper el hilo de oro era altísimo para los involucrados y tanto Severus como Harry jamás podrían reencontrarse como amantes en ninguna nueva encarnación. Estarían solos y sufriendo cada vez.

Thomas estaba sopesando sus opciones. Cierto que cuando estaba vivo había amado profundamente a Heulyn pero estar atado en aquella isla le hizo valorar muchas cosas y como había actuado mal la primera vez. Bellatrix no había aprendido mucho y pensaba que no había hecho mal, solo que debió moverse primero y afianzar su compromiso con Meilyr. Aun así, aunque todavía sintiera amor o lo que sea por Meilyr, quería más que nada su libertad de seguir hacia las tierras verdes.

—Lo haremos—Dijo Thomas mientras Bellatrix lo veía con el ceño fruncido—Bellatrix, no tendremos otra oportunidad. Si logramos reparar su vínculo, podremos continuar, porque de todos nuestros pecados, por el que fuimos condenados fue por separar a esos dos. ¿Acaso tu libertad no vale hacer un esfuerzo en reparar el daño? —.

—¿Crees que no lo sé? Se que es nuestra única oportunidad, pero ¿Por qué debó ayudar a Meilyr a encontrarse con Heulyn? Él la prefirió sobre mí. ¡Yo había sido la favorita para ser su esposa! Incluso su padre me lo dijo. Sin embargo, solo la vio un día en una de las reuniones de clanes y se olvidó de mí. ¿Por qué ellos deben ser felices cuando destrozaron mis sueños? —.

Bellatrix soltó algunas lágrimas, finalmente diciendo lo que había querido decir durante siglos enteros. Thomas meneo la cabeza en reprobación. Cierto que él se había sentido mucho tiempo como Bellatrix, pero mientras estuvo encadenado, pensó mucho en lo que sentía por Heulyn. Él la amaba y la seguía amando. Había sido la única mujer que le intereso alguna vez y poco tenía que ver su condición como hija del jefe.

Ella era inteligente, fuerte y tenía un férreo sentido del deber que la hacían hermosa, aunque esa hermosura interna rivalizaba con su belleza externa. Thomas jamás conoció a alguien como ella y por eso se había acercado tanto al jefe del clan, fue por ella que se convirtió en su mano derecha, esperando el momento de declararse y pedir su mano.

Sin embargo, Ainé ya había tejido el hilo entre ellos y Meilyr y Heulyn se habían visto en una reunión entre clanes y ambos se enamoraron. Se veían a escondidas y construyeron una relación. Habían decidido hablar con sus padres y fue cuando tanto él como Bellatrix decidieron impulsar la guerra, esperando que se separaran, pero las cosas se salieron de control y la guerra se prolongó tanto que casi extinguen sus clanes. El jefe Glenn y el padre de Meilyr, Bran, ya habían muerto y sus lugares los tomaron sus hijos.

Sin Meilyr, Heulyn no quería seguir viviendo y se suicidó en el campo de batalla. Lo que quedaba de los clanes firmaron la paz y promovieron los matrimonios entre ellos y todo acabo, pero mientras sufría su condena, Thomas pensó que de todos sus pecados, el peor fue haber dañado a Heulyn.

El amor era algo más complejo y puro que su deseo de que ella le perteneciera. Ahora tenía la oportunidad de darle a Heulyn lo que ella merecía, aunque estuviera ahora en el cuerpo de un hombre.

Bellatrix odiaba la idea de que Meilyr por fin estuviera junto a Heulyn pero odiaba más estar en aquella isla. Así que al final, aceptó reparar el hilo tejido por Ainé.

Los tres Dioses suspiraron y Morrigan los llevó hasta sus cuerpos mortales: Bella y Tom Riddle, los hermanos por adopción de Thomas Riddle Sr., dueños de una tienda de parafernalia de Halloween que ponían su tienda itinerante por todo el país.

~~~~~~~~~~*****~~~~~~~~~~

Nota del autor: Y aquí les traigo el 6to especial de Halloween/Día de Muertos. Cada capítulo se publicara cada 3 días y el Epílogo se publicará en Halloween/Samhain. Disfruten este especial (^w^)

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro