38.

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Habían pasado casi dos semanas después de haber superado la guerra contra JaeHyun, los miembros del concejo se encargaron de ayudar a restaurar las vidas de los afectados, tuvieron que apoyar para reconstruir el hogar de YoonGi, comenzando desde cero para que diera inicio a una nueva vida.

Al igual que los cinco chicos que habían sido privados de su libertad desde tan temprana edad. Aunque lidiar con ellos era mucho peor de lo que habían imaginado.

—¡Que no me toques! —Dijo YeonJun dándole un manotazo a YeoSang para que soltará su brazo.

Seguían siendo reacios contra el contacto físico que no fuera entre ellos, muchas veces BeomGyu perdió el control de sus emociones y tenían que dejar que sus amigos lo ayudarán, los ataques de ansiedad de SooBin se volvían frecuentes, a TaeHyun no podían ni siquiera mirarlo sin que quisiera atacarlos y Kai era tan asustadizo que comenzaba a llorar si alguien desconocido se acercaba a él.

SooBin comenzó a llorar y temblar cuando MinGi quiso acercarse a hablar con él, teniendo poco después a TaeHyun discutiendo con él por «haber causado el llanto» del omega. Kai se escondió en una esquina cuando San le ofreció fruta y BeomGyu salió casi corriendo a los brazos de YoonGi cuando WooYoung quiso cambiar sus vendajes.

—¡Me rindo! —Gritó SeongHwa casi llorando cuando YeoSang le pasó a YeonJun y el alfa tiró una maceta, haciendo que toda la tierra se esparciera y su obsesión por la limpieza se desbordara.

No entendían cómo podrían tratar con esos chicos, el psicólogo aún no llegaría hasta el día siguiente y ellos tenían que hacer un avance para que pudieran confiar en ellos. Pero tal parecía que primero se armaría una nueva guerra entre ellos antes de siquiera hablar civilizadamente.

El alfa camino lentamente, mentalizando con rapidez para cuando llegara al hogar de JiMin, donde lo habían citado para cenar y el señor Park le dejo bien claro que era más una orden que una invitación.

Se sentía ansioso y un picor consumía sus manos, había mordido sus uñas reiteradas veces para aliviar su angustia, obteniendo solo sus dedos heridos.

Fue por unos breves segundos dónde se sintió observado, pero fue de una manera tan intensa y aterradora que no puedo evitar pensar en JaeHyun, se paró de golpe con el corazón latiendo tan desesperadamente que temió sufrir un ataque al corazón ahí mismo.

—¿YoonGi? ¿Qué haces aquí? —La voz curiosa de HoSeok pareció ahuyentar esa tenebrosa sensación de ser observado, se giró para verlo e intento sonreír, pero se sentía tan inestable que perdió la fuerza en sus pies y cayó arrodillado. El omega gritó su nombre antes de correr a él y tomarlo por los hombros, sintiendo los excesivos temblores de su cuerpo y la manera en que el rostro del alfa se desfiguraba en un aterrador llanto silencioso, no emitía sonido alguno y solo veía el suelo dónde sus lágrimas dejaban una marca seguida de otras.

—¿YoonGi? Por Dios, deja de asustarme así, ¡YoonGi! —Lo tomó casi con brusquedad del rostro al sentirse atemorizado de igual forma, su pecho se oprimió de manera tan dolorosa al ver que el Hell tenía la mirada perdida y solo seguía llorando sin explicación.

De todos aquellos que sufrieron en la guerra, ninguno se comparaba con los únicos seis Hell que restaban, estaban tan heridos psicológicamente que no sabían cómo ayudarlos por cuenta propia. Lo peor de todo era su inestabilidad mental, pues al mínimo ápice de amenaza se ponían alerta, aunque realmente nunca tenían la guardia baja y no era algo agradable de notar.

—HoSeok... estoy tan cansado de sentirme amenazado —le susurró sin poder verlo—, pensé que ahora estaría bien y que podría confesarle mis sentimientos a JiMin, pero sigo sintiendo que estoy en peligro junto a los otros. Estoy asustado HoSeok, demasiado. —Lloró angustiado, tomando las manos de HoSeok para distraer sus manos temblorosas, para no pensar en que nuevamente había alguien observando donde estaban arrodillados ahora mismo.

El omega castaño lo abrazó, no entendía el sentimiento de YoonGi porque él nunca tuvo que vivir con el miedo constante, no perdió a su pareja de forma desgarradora y sobre todo él nunca tuvo que vivir en esa profunda soledad que penetró hasta su corazón, donde la herida seguía tan viva y les era imposible curarla sin temer dañarlo todavía más.

—Lo siento... —le pidió el castaño—, lamento tanto no poder darte el consuelo que mereces, perdóname.

Era irónico, la mayor amenaza era JaeHyun y ahora las cuentas estaban saldadas, pero seguían sintiendo que algo acechaba peligrosamente cerca y no saber qué o quiénes eran solo aumentaba sus miedos hasta dejar una incómoda sensación recorriendo en sus cuerpos.

—¿Por qué tarda tanto HoSeok? —Preguntó su padre, demasiado ansioso y tocando constantemente su cabello en aquella rara manía—. Solo salió a recoger algunas cosas y lleva casi media hora fuera.

Su esposa lo miro de reojo, suspirando y yendo a la habitación para haber algo más o su esposo terminaría por contagiarle su histeria a ella también y nada bueno saldría de aquello.  

Definitivamente entendía los nervios de sus esposo, pero su hijo era un chico de confianza del que no podían dudar. Estaba comiendo las fresas cuando la puerta de la casa se abrió con fuerza, camino asustada al lugar y vio a HoSeok sosteniendo al Hell, apoyado en su hombro y apenas pudiendo con el peso del chico.

—¡HoSeok! —Llamó su padre asustado y le ayudo con el chico que llevaba casi en brazos.

Irene apareció en el marco de la puerta, SeulGi detrás de ella y cuidando que no fuera a caer y lastimara su cuerpo y los bebés. Mientras que JiMin apareció confundido al oír el grito de su padre, pero cuando miro a YoonGi sobre el sillón, con un estado que incluso angustiaba, no pudo evitar correr a él y ver de reojo a HoSeok sentado sobre el sofá y apoyado en el pecho de su padre.

—¿Qué ocurrió? ¿Están heridos? —Preguntó JiMin sin verlo, solamente viendo a YoonGi desmayado y sin dar ápices de despertar.

—Ellos... había alguien oculto, lo noté después de que YoonGi me señaló un callejón... n-no eran conocidos —le respondió con dificultad el omega, sus hermanos preocupados por el estado tan cansado que demostraba.

—¿Y por qué está desmayado YoonGi? —Está vez fue su padre quien preguntó, el omega apretó el brazo de su padre cuando recordó aquel escenario.

—Atacaron a YoonGi... o eso pareció, porque uno de ellos se acercó y solo lo ví murmurar algo, poco después YoonGi estaba en el suelo.

Todos los presentes se miraron entre ellos, preocupados por tener que enfrentarse a un peligro más, y lo peor de todo, es que ni siquiera conocían sus rostros o poderes para saber a qué se estaban enfrentando.

No se preocupen, que este drama va a durar poco y no es tan difícil como el de JaeHyun.

Los amo bebés. 💜

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro