Final.

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La esperada mañana del medio día llegó con sorpresa para ambos, con el tiempo siendo tan mínimo que las horas fueron efímeras mientras esperaban su encuentro.

El Hell caminaba con seguridad a la casa de omega, luciendo como si la inesperada situación de anoche jamás hubiera ocurrido. Su presencia y orgullos eran intimidante dejando a su pasó un aura de asombro.

Al estar a pocos metros de su destino observo a la familia Park sentada cómodamente en las sillas del jardín delantero a excepción de Irene y SeulGi quienes debían estar en el interior para cuidar de sus hijos.

Sonrió mínimamente cuando enfoco a JiMin hablando con su padre y riendo audiblemente sin haberse percatado de su presencia. Vestía especialmente bello ese día, con una camisa blanca adornada por detalles de plata bordados en los costados y mangas, un pantalón beige ceñido siendo acompañado por un cinturón delgado de color negro en sus caderas, alcanzaba a darse cuenta que llevaba algunas joyas puestas, resaltando aún más los pendientes de flor que colgaban de sus orejas, sus manos adornadas por algunos anillos sencillos, pero luciendo maravillosamente bellos en él.

Su padre le susurró algo y entonces JiMin se giró para verlo, sonriendo en grande cuando notó que la distancia que los separaba no eran más que unos simples metros que ansiaba romper para sentirse entre los brazos del Hell.

—YoonGi —lo llamó dulcemente y se levantó para ir hacia él, dándoles una corta despedida a sus padres y ver que YoonGi hacía un gesto en su dirección como saludo.

—Te ves hermoso, cielo —le murmuró cuando pudo abrazarlo con cariño, rodeando su cintura con sus brazos mientras el peli plata se acomodaba entre su pecho.

—Mi padre me ayudó a escoger mi ropa este día.

Sonrió y beso su mejilla para tomar su mano, siendo observados –pero sin darse cuenta– por los padres del omega y esas miradas que expresaban tanto alegría como temor y preocupación al ver que ambos corazones estaban más que unidos. Se alegraban que su hijo menor al fin encontrará un amor tan genuino y sublime como lo demostraban ellos dos a pesar del peligro que soportaron para poder caminar ahora de la mano sin temor a nada.

—Mi padre quiere que estés presente en la siguiente cena familiar, dice que es importante conocer al hombre del que me enamoré —dijo abatido de pena el omega, llevando una de sus manos a su mejilla al sentirla caliente por los sentimientos que le provocó decir aquello en voz alta.

—Puedo presentarme, pero estoy seguro que ellos ya me conocen bien, JiMin —le dijo burlón y sintió un golpe suave en sus costillas, poco después teniendo a un omega aferrado en su brazo mientras caminaban con tranquilidad.

Ese sublime momento de tranquilidad y dulzura les hacía sentise protegidos en una cápsula donde nadie más podría tener acceso. Era fantástico que después de tanto dejara de pensar y sufrir por MinHo, apreciando ahora con clara satisfacción el tener a JiMin a su lado, teniendo la dicha de amarlo como un chico tan etéreo tanto en su físico como en personalidad.

—Ayer tenía un mal presentimiento cuando tenías que irte, pero ahora que te veo no puedo notar que algo haya sucedido, me alegro.

Buscó entre toda su tranquilidad un ápice de neutralidad para no demostrar su reciente amargura en el aire, se sintió tenso y aunque el omega lo notó no dijo nada y solamente clavo sus ojos firmes sobre el alfa.

—Sabía que si lo decía tu cuerpo me diría la verdad, algo ocurrió YoonGi. Puedes decirme qué fue y buscaré la manera de calmar tus temores —le pidió y lo hizo caminar bajo un árbol de cerezo para tomar su rostro entre sus manos, notando recientemente las casi invisibles ojeras en sus ojos y la aparente preocupación reflejada en sus ojos y que antes buscaba ocultar de él.

Lo vió romperse nuevamente frente a él, lo escucho hablar mientras su voz se cortaba tan desgarradoramente que le dolió y sujetó sus manos con firmeza cuando comenzaron a temblar sin cesar.

«Sé lo que quiero junto a ti, pero ahora tengo más miedo que antes, porque aunque ahora puedo ser feliz a tu lado, temo desviar nuestro futuro si es que tenemos uno.»

No entendía cómo el dolor podía ser tan expresivo cuando se trataba de YoonGi, pero le daba impotencia. Tampoco comprendía cómo después de sufrir tantos años, ahora debía responder ante las duras amenazas hechas en su contra.

Lo único que tenía en claro es que si ambos habían peleado el uno por el otro en una ardua guerra de sangre, no permitirían que unos simples sujetos que recién conocían interfirieran en su destino como si fueran dueños de ello.

YoonGi siguió al omega que corría emocionado al gran campo de flores frente a ellos, el atardecer cayendo bajo sus espaldas mientras las sinceras sonrisas se hacían presencia en sus rostros.

La manera en que JiMin sujetaba su mano con firmeza le daba seguridad para ir a su lado sin temor. Lo vió parar repentinamente para observar la forma en que el sol se ocultaba y creaba una mezcla de tonos naranjas y rosados.

Sus rostros expresando la felicidad que sentían, sus corazones latiendo en una misma sincronía y sus dragones felices de por fin poder reclamar el amor que surgió entre ellos de la manera más anormal pero sin poner peros pues de no haber sido así seguramente ellos no estarían juntos en ese momento, acompañados de ese atardecer y la brisa que acariciaba sus rostros para no inmutar su alegría.

JiMin le jaló hacía él, provocando que los dos tropezaran y sentir el césped contra sus cuerpos poco después de su caída. Sus risas resonaban en aquel gran campo como una bella melodía a la cual no podrían detener por lo sublime que resultaba ser al oírla así de cerca.

Sus ojos conectaron y sus carcajadas se silenciaron, viéndose con devoción, con tanto amor que sus corazones se sintieron inquietos para comenzar a latir con fuerza, sus rostros enrojecieron por la timidez al notar ese gran amor reflejado desde sus almas, todo en ese momento parecía estar conectado para que no se esfumará el sentimiento de calidez que los rodeaba.

—YoonGi... te amo —le susurró cerca de sus labios, manteniendo sus ojos fijos en ellos pero por dentro siendo un revoltijo de emociones.

El pecho del alfa se sintió cálido, después de tanto se sentía amado y éso le alegraba de sobre manera.

Su rostro bajo un poco para besar los del omega, disfrutando del momento de soledad que compartían, donde no podían ser interrumpidos o tener miedo a que algo ocurriera.

Los finos labios del alfa se adueñaron de los esponjosos belfos del omega platinado, las pequeñas manos del menor subieron a su cuello para mantenerlo cerca, mientras YoonGi se apoyaba en su mismo cuerpo para no aplastar a JiMin y lastimarlo. Un débil jadeo abandonó los labios del omega, enrojeciendo al darse cuenta y sentir el aliento de YoonGi sobre su cuello, estremeciendo todo su ser.

—JiMin... ¿Me dejarías amarte? —Le preguntó con los ojos cerrados, manteniéndose en su cuello por vergüenza.

La emoción que embargo al omega fue irreconocible, no entendía si era una gran euforia o confusión.

—¿Qué significa eso? —Susurró como si temiera que el viento se llevará sus palabras.

—Que te estoy pidiendo permiso para cortejarte.

Sonrió, lo hizo porque se sentía que todo problema existente se había esfumado con esas palabras, su corazón latía desbocado por su gran amor y aún así nada podía definir la intensidad de sus sentimientos. Comenzó a llorar y lo abrazó con tanta fuerza que lo hizo tener su peso contra el suyo, asintiendo rápidamente para el alfa que se mantenía expectante ante su respuesta.

—Tienes mi corazón en tus manos desde hace tanto, pero aún así apreció que hagas esto por mí.

Y cómo no hacerlo, si JiMin le había salvado de un terrible desenlace, le saco de la oscuridad donde estaba para volverse la luz de su camino y de su vida, tomó su mano para guiarlo y a pesar de todo lo que les ocurrió no lo soltó y mantuvo la promesa de quedarse a su lado.

Porque no era simplemente amor, llegaba más allá de eso y no podían describirlo, ya que solamente sus miradas podían dar a entender que entregaron su alma al otro con total confianza, después de todo, ellos estaban destinados a amarse.

NOTICIA.

Antes de todo les comento que habrá segunda temporada, no va a tener drama, solo quiero que sepan cómo va a ser su vida después de este cortejo y como irán creciendo juntos.

Sé que esto fue muy repentino e incluso para mí lo fue, solamente espero que les haya gustado y sobre todo no haberles decepcionado. 

Les agradezco muchísimo todo el apoyo que me dijeron, la paciencia y el cariño que demostraron, les tengo tanto que agradecer que ya no me sale ni siquiera escribirlo.

Perdón si les decepciona que no le diera un final oficial a esta historia, pero pronto verán lo que viene. Les estaré avisando por aquí cuando la historia se publiqué.

Y sobre todo les agradezco con el corazón las casi 200K.

Los amo bebés. 💜

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