Desde que nació, Lyra fue bendecida por un talento músical sublime, podía aprender a tocar cualquier instrumento en poco tiempo convirtiéndose en una maestra más rápido que cualquier experto.

Al principio, Luna no pudo sentirse más orgullosa por su hija porque creía que sería una rockera que marcaría historia, pero había un detalle. Lyra jamás quiso ser lo que su madre quería.

Cuando conoció el significado de la orquesta sinfónica, quedó enamorada a primera vista de un solo instrumento, el violín.

A su madre nunca le agradó que su hija prefiriera estar en una orquesta que en una banda de rock. Luna hizo muchísimos intentos para persuadir en su hija para que hiciera lo que ella quería, pero más ninguna le funcionó.

Una de ellas, Luna le dijo que le compraría un violín si aprendía a tocar la guitarra acústica, creyó que con eso cambiaría de opinión, pero le salió el tiro por la culata. Lyra no solo aprendió a tocar la guitarra en menos de una semana, tambien podía tocar el instrumento casi al nivel de un maestro.

Lyra siempre tuvo una relación casi imperceptible con su madre, pero ella nunca quiso que fuera así, solo quería sentir que si madre la apoya en sus sueños.

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Dentro de una semana, Lyra tendría su primer recital como solista en teatro de Royal Woods.

No podía dejar de expresar una sonrisa por el enorme esfuerzo que tuvo que hacer para presentarse en el teatro y más para ser el evento principal.

Lyra era una chica ocupada, aparte de ser una estudiante de preparatoria también era la maestra de música de la escuela donde iban sus primas y su hermano y en los fines de semana, iba al teatro a ensayar y organizar su evento para que no tuviera márgen de errores.

Después de terminar su trabajo, salió junto con sus primas y hermano al auto de su madre, donde su tía Leni había venido por ellos porque Luna le pidió el favor.

Cuando se enteró que su tío viviría con ellas, pudo lograr conseguir dos boletos más para que también fuera a verla al teatro dentro de una semana con su prima Laika.

Quería que todo el mundo fuera, pero a quien necesita que esté ahí era su madre.

Hace muchísimo tiempo que Lyra dejó de darle gusto a su madre y decidió seguir lo que ella quería, siendo muy contadas ocasiones que tenía una conversación con ella.

Al llegar a su hogar, entró en su habitación encontrando a su madre afinando una guitarra acústica.

— Oye mamá, me gustaría hablar contigo — dijo Lyra dejando su estuche del violín en su cama.

— Ahora no Lyra, voy ayudar a tu hermano a practicar.

— Pero es importante, quiero que vayas conmigo al teatro esta semana — dijo la adolescente con una sony

— ¿Se presentará una banda?

— No.

— Entonces olvídalo.

En un intento de contener su furia, Lyra salió de su habitación y fue a la cocina buscando algo que la hiciera sentir mejor como un pedazo de chocolate.

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Lori y Lincoln llegaron a su hogar después de un largo día de trabajo, mientras que Lori subía a darse una ducha, Lincoln fue a la cocina para ver qué había de comer.

Antes de abrir el refrigerador, el albino de dió cuenta que Lyra tenia la cabeza contra la mesa muy desanimada con una envoltura de chocolate a un lado.

— Lyra ¿Te pasa algo? — preguntó Lincoln sentándose a un lado de la castaña.

— ¡No! — vociferó seguido de incorporarse rápidamente y se limpio la boca embarrada de chocolate. — Solo necesito descansar la vista por unos minutos.

En la semana que lleva viviendo en la casa, pudo notar que Lyra era una pésima mentirosa y que podías descubrirla si ella sonreía de esa manera tan especial.

— Si necesitas hablar con alguien aquí estoy — dijo Lincoln ofreciendo su apoyo.

— ¿En serio?

— Claro, no te juzgaré.

— Está bien, quise invitar a mi mamá a una orquesta en el teatro, pero me dijo que no.

— ¿Qué raro? Creí que Luna le gustaba toda la música.

— Si, pero no lo que me gusta... Solo quería que todos fueran ese día porque... Sería mi primer recital como solista.

— ¿Enserio? Eso es increíble.

— Gracias, pero mi mamá no lo ve así. Quería que todo fuera un sorpresa, pero necesito que ella esté ahí para no sentirme insegura.

Lincoln notó lo triste de sus palabras, él no podía obligar a Luna a ir ni mucho menos mentirle que habría otra cosa, pero podía intentar que le diera una oportunidad a su "sobrina".

— Lyra, si quieres puedo hablar con tu madre y que te dé una oportunidad.

— En serio harías eso ¿Por mí?

— ¿Por qué no lo haría? Si es algo que te hace feliz.

Lyra no pudo enviar sonreír y sentirse cálida por dentro, no podía entender que con unas simples palabras podía reflejar tanto cariño. La chica movió un poco su silla hacia él y le dió un fuerte abrazo, siendo ese agradable apoyo que tanto necesita.

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Era de noche y antes de ir a dormir Luna tenía la costumbre para darse una ducha.

Cuando estaba apunto de cerrar la puerta, Lincoln detuvo la puerta con su pie y se metió al baño exaltando un poco a la rockera. El hombre cerró la puerta con seguro sin dejar de ver a su hermana mostrando una mirada seria carente de emoción y Luna sintió un poco de cosquillas en su estómago.

— Me gustaría hablar contigo Luna — dijo mientras se sentaba en el suelo contra la puerta para que ella no pudiese salir.

— ¿De qué? — dijo con sus manos en la cintura mirándolo desde arriba.

— De Lyra...

La rockera desvío la mirada porque sabía perfectamente a qué se refería con ella, pero prefirió mantenerse la desentendida.

— ¿Por qué? No tengo ningún problema con ella.

— Luna, no soy quien para decirte cómo criar a tus hijos, pero Lyra me contó que no se siente apoyada por ti.

— Lincoln, no puedes entender el talento que Lyra desperdicia, ella tiene un futuro increíble en el rock que podría cambiar el género por completo.

— Si, pero no me importa, no estamos aquí hablando de la música sinó Lyra — Lincoln habló un poco molesto.

— ¿Y que quieres que te diga? Que me parece correcto que se desarrollé algo sin futuro, aparte no le encuentro sentido a las malditas orquestas.

— ¿Alguna vez la acompañaste a una? Además, no entiendo desprecio sobre las orquestas.

— Porque la primera vez que fuí a una, le fuí infiel a mi novia contigo.

Hubo un fuerte silencio acompañado por el frío sonido de la noche. Pasaron casi un minuto apara que alguno de los dos dijera una palabra.

— Creí que habíamos dejado eso atrás y eso no justifica nada.

— Losé, solo es una mala experiencia — Luna se acercó un poco a su hermano y se sentó a su lado.

— Intenta ser un poco más apegada a tu hija Luna, no digo que te guste lo mismo que ella, pero no la dejes sentir que nunca es suficiente, como nos pasó a los dos.

— ¿Y que puedo hacer? — la mujer recargó la cabeza en el hombro de Lincoln.

— Fácil, solo ve al teatro con ella.

Luna miró su hermano hasta que este se diera cuenta que lo hacía, ambos se miraron el uno al otro y de repente se dieron un pequeño beso. Los siguientes besos que se dieron fueron cada vez más lentos y apasionados, la rockera se subió arriba del Lincoln y tomó sus pesadas manos, una la colocó en su pecho debajo de su camisón y lo otra se la metió boca mientras le chupaba los dedos sin dejar de mirarlo a los ojos.

— No Luna — hizo que se detuviera. — Ya no podemos hacerlo.

La mujer miró al suelo pensando en lo que hicieron hace años y también en las bendiciones que le hizo dar sentido a su vida. Ella le sonrió con sólo una cosa en mente.

— Lincoln, tengo que contarte algo...

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— ¡Voy a poner Paul Oakenfold! — dijo un pintor enla obra de teatro antes del evento final.

— ¡No vas a poner Skrillex culero! — dijo otro que tenía a su lado.

— ¡Paul Oakenfold está chido wey!

— ¡Nel yo no pinto sin my first of the year equinox!

— ¡Ya voy a poner Paul Oakenfold de todos modos el patrón nos va a pagar!

— ¡No tu ni yo afojack o disbastis!

— ¡Mira te pongo el que está de moda, el morenito!

— ¡Afojack culero!

— Uta madre — el pintor pone la canción que su compañero quería.

— Chingon chingon...

Cuando puso la canción, ambos sujetos volvieron a pintar el lienzo para una galería de arte.

— ¡Voy a poner Paul Oakenfold!

— ¡Ah! ¡No vas a poner Skrillex culero!

— ¡Ya lo puse we!

— ¡Nel yo no pinto sin my first of the year equinox!

Cuando terminó la obra, Luna no entendía porque los pintores hablaban bien barrio si se supone que era una obra de teatro del renacimiento italiano que duraba 30 minutos.

Cansada, cruzó las piernas y apoyó su cabeza sin dejar de ver el telón del escenario, miró a su lado y notó que su hija se había desaparecido. Volteó hacía el otro lado y su hijo Lemy dormía con la boca abierta mientras que Lacy, Lynn III, Lupa le lanzan palomitas que metieron a escondidas en la boca siendo una competencia personal desde los asientos de atrás.

De pronto, Lincoln llegó y sentó en el asiento donde había estado Lyra.

— Lincoln, ¿Dónde está Lyra? — preguntó acercándose a la oreja de su hermano menor acomodando discretamente su vestido.

— Está ocupada, pronto aparecerá — dijo con una mirada segura.

— Voy a buscarla — cuando Luna se levantó de su asiento, pero Lincoln la tomó del hombro y la volvió a sentar.

— Tranquila y solo espera — Lincoln tomó la mano de su hermana lo más discreto posible mientras que ella se sonroja un poco.

De la nada se oscurece y se abre el telón.

Lyra estaba sentada en medio del escenario con su violín en sus manos, esperaba a que la pinché anciana que iba a tocar maldito el piano tomara asiento, pero era muy lenta y tardó su tiempo la ruca.

Cuando la abuelita logró tomar asiento, también se tomó su pinché tiempo en buscar la página en su libro de canciones y por último se acomodó en su asiento mientras coloca sus dedos en las teclas de su piano.

Lyra dió un profundo respiró y comenzó a tocar su violín la canción "Meditación De Thais de Jules Massenet" (Si no saben a cual es, es el vídeo de arriba)

Toda la familia a excepción de Lincoln, miraron con asomó a Lyra. Nadie e incluyendo a Luna no podía creer que su hija tuviera una presentación en un evento principal de la nada.

Liby, quién estaba sentada a un lado de Lemy, le dió un codazo a su primo despertando con el hocico lleno de palomitas y lo primero que vió fue a su hermana mayor.

Y Lizy era quién graba el momento con una videocámara que le pidió "prestado" a Liby sin que ella se diera cuenta durante un año.

Luna no quería que nadie se diera cuenta que se sentía orgullosa de su hija mayor...