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Una vez más despertaba a media madrugada por culpa de las pesadillas.

NamJoon aparecía en mi sueño, pero no parecía reconocerme. Actuaba como un completo extraño. Una sensación rara, mezcla de angustia y desespero, me envolvía. Decidí levantarme de la cama para no pensar más en el mal sueño.

Todo el día pensando en NamJoon y aún no me había llamado. Estaba segura de que me contactaría muy pronto, pero estaba ansiosa de todas formas.

“Ya no te preocupes más, ya no estás sola, él volvió a tu vida” me traté de calmar.

Había estado reflexionando sobre todo lo pasado en éstos últimos cinco años y me había dado cuenta de lo cobarde que había sido… en aquel momento sólo pensaba en soportar todo por mí misma y ser cada día más fuerte. Creía que si le llamaba o buscaba iba a terminar volviéndome aún más dependiente de él.

¡Qué estúpida fui! La vida daba muchas vueltas y al final me lo había encontrado de casualidad por las calles de Seúl. Otra vez estará en mi vida y esta vez no volveré a cometer el error de alejarlo de mí. Estaba feliz y agradecida de que me hubiese perdonado…

Siempre que no podía dormir encendía mi ordenador. La madrugada era el mejor momento para navegar en internet. Tomé una botella de agua del refrigerador y me senté en el escritorio.

Abrí mi página de Instagram y busqué mis primeras publicaciones.

La primera foto que había posteé fue una de la antigua casa de NamJoon. Comencé mi página el día que fui a visitarlo en vano. Ahora sabía la razón por la cual no logré verle.

Revisaba los comentarios moviendo el cursor con rapidez cuando un mensaje en particular llamó mi atención.

@RapMonster “Yaaa!!! PARK JI MIN… buenas fotos de MI CASA!!!!!”

Las palabras resaltaron, pero mi dedo no fue lo suficientemente rápido para parar y tuve que volver a subir la barra para releer el comentario.

Estaba en shock. El único que se atrevería a decir mi verdadero nombre era NamJoon.

Siempre me pareció que mi nombre no me pegaba y como desde niña me decían MinAh con ese nombre decidí que todo el mundo me conociera. Para todos yo era Park MinAh. Solo NamJoon cuando se molestaba conmigo me decía mi verdadero nombre.

Para molestarme.

Además, ¡esa era su casa!

Revisé su perfil para terminar de comprobar su identidad. Había alrededor de diez publicaciones de árboles y puentes, cuadros en galerías y hasta una de él montando bicicleta. Noté que no utilizaba la red social con frecuencia.

RapMonster era su nombre de usuario y me entró mucha curiosidad.

“¿de dónde lo habrá sacado? ¿Acaso rapeaba? Me había dicho que era productor”.

Aún si rapeaba ese nombre era demasiado pretencioso para el NamJoon que yo conocía. Siempre fue el más inteligente de la escuela, pero nunca se jactó de ello.

¿Las personas cambiaban tanto?  ¿Cuánto había cambiado yo?

Entré a mi carpeta de fotos antiguas y me perdí en los recuerdos…

🍀…🍀

Desperté sentada en mi escritorio en una posición súper incómoda. Pero, para mi sorpresa, me sentía descansada.

A mi ordenador portátil se le había acabado la carga, lo había dejado encendido desde las tres de la madrugada.

Me acomodé el pelo con las manos y bostecé abiertamente antes de levantarme a tomar el móvil de la mesita de noche y revisar la hora. ¡Ocho y cuarto!

“Hoy también llegaré tarde”.

Me arreglé en pocos minutos y salí de la casa corriendo, por suerte la cafetería donde trabajaba no quedaba muy lejos. Llegué sudando un poco.

— Este agosto, el calor es infernal, ¿no? —escuché la voz de NamJoon a mi espalda.

Me volví y estaba sentado en la misma mesa de ayer. Y me sonreía.

— Señorita Park, ¿podría traerme dos cervezas? —llamó mi atención haciendo un gesto a la mesa y sonriendo más abiertamente. Muy satisfecho de verme tan sorprendida.

Había llegado tres minutos tarde y mi jefa ya me miraba con un poco de mala cara. Me cambié de ropa rápidamente para luego llevar las cervezas.

El uniforme era una simple y ancha camisa azul cielo que se metía dentro de una saya de pliegues azul oscura y con un corbatín del color de la saya. Rematando el conjunto con botines a juego. No soy muy alta y mi cara es un poco infantil así que parece que uso un uniforme escolar, pero me gusta mucho.

Salí con las cervezas en la mano y las puse sobre la mesa mirando a NamJoon. En la silla de al frente había una mochila y sobre la mesa un gorra y un móvil que no pertenecían a mi amigo. Por un segundo me pregunté con quien había venido.

—  Vi tu comentario en mi página. Muy chulo lo de exponer mi verdadero nombre en internet, por cierto.

Aún no le había perdonado el atrevimiento y debía asegurarme de que lo supiera, pero igual sonreí.

— Ya, olvídalo, que ahora te pones pesada con eso por lo menos un mes. Lo escribí sin querer. —Hizo esa sonrisa que me hacía reír y a la misma vez querer darle un puñetazo en media cara.

Siempre la mostraba cuando estaba molesta. Era una sonrisa de medio lado que hacía gala de sus hoyuelos. Una sonrisa socarrona con la intención de ablandar corazones por el desborde de carisma.

— Este es uno de mis amigos de la productora, su nombre es Park Ji Min.

Señaló a un joven que acababa de llegar a la mesa. Supuse que había ido al baño por la dirección de donde venía.

NamJoon me conocía bien. Sabía que estaba a punto de ponerme de los nervios, por eso mencionó el nombre con énfasis. Me estaba haciendo pagar como me había prometido, a base de pequeñas venganzas.

“Va a cumplir veintitrés años y aún no madura” pensé mientras suspiraba para no pegarle un grito.

No me iba a dejar provocar. Mi nombre era bastante común, conocía personalmente a media docena de personas con quienes lo compartía.

Me volví y por primera vez reparé en su acompañante. Era un chico de pelo rubio dorado, de un tono muy parecido al mío, que me sonreía tímidamente.

— Un gusto, Soy Park JiMin. —Se presentó y sonrió con timidez, pero sorprendido.

Por mi parte, tenía esa sensación de haberlo conocido antes y al mismo tiempo era como si lo viera por primera vez. O más bien, como si viera a alguien como él por primera vez.

No era un galán de doramas, pero había algo en su mirada y en su forma de sonreír tímidamente que llamó mucho mi atención. Sus ojos brillaban y parecía muy contento por algo. Como un niño en la mañana de Navidad al ver el doble de regalos bajo el árbol. Se peinó el flequillo del pelo hacia atrás con su mano izquierda. Ahora parecía nervioso.

— Hola, soy Park MinAh… —le saludé sintiéndome muy cohibida de momento.

No era una persona muy sociable pero nunca me había sentido tan introvertida, creo que era por el ambiente que me transmitía. Pero luego él sonrió ampliamente haciendo que sus ojos se cerraran en medias lunas y me sentí feliz.

“Es el tipo de persona que controla las emociones de quienes están a su alrededor”

— Señorita, ¿me puede dar una servilleta extra, por favor?. —Me exigió otro cliente y por fin reaccioné.

El lugar estaba bastante concurrido ese día y no tuve tiempo para conversar con NamJoon. Cada vez que miraba a su mesa estaba revisando los papeles en su mano y su acompañante me regalaba pequeñas sonrisas y luego volvía a hacerle caso a NamJoon. No quería que pensaran que les espiaba en su reunión por lo que no les mire más.

— MinAh, esta noche salimos a tomar algo. Espera mi llamada. —NamJoon me daba la tarjeta para que le cobraba el pedido.

— Fue un placer conocerla, señorita MinAh. —desde la puerta me llegó la dulce voz de Park JiMin.

Me pareció sentir que tenía acento, pero no pude distinguir bien de dónde.

Hice la reverencia habitual de despedida a los clientes mientras salían del local. Pasé el resto de la tarde en una burbuja de felicidad.

En la hora más tranquila del trabajo me tomé un respiro, solo dos mesas estaban ocupadas. Esperanzada abrí el Kakao Talk, pero el único mensaje importante que tenía era el de mi madre. Cuatro, para ser precisa. Suspiré y abrí la conversación.

Hola, mi hija hermosa.
2:21pm

Supongo que estás trabajando… T_T
3:09pm

Mañana voy a enviarte la caja que dejaste aquí.
3:10pm

Está un poco grande para llevártela cuando vaya.
3:11pm

“¿Mi madre vendría?” Estuve tentada a no responderle. Pero la curiosidad fue más fuerte.

                                                                                                              ¿Cuándo vienes?
                                                       3:55pm

En un par de semanas, más o menos.
3:56pm

Cuando termine el encargo y deba llevarlo a Seúl.
3:56pm

Cuando tenga la fecha te aviso.
3:57pm

Si necesitas algo más avísame para meterlo ahora en la caja.
3:58pm

                                                                                               Por ahora nada, solo eso.
                                                  3:59pm

                                                                      Ah, sí. Cuando vengas tráeme kimchi.
                                                  3:59pm

                              Extraño tu kimchi : (
                                                  4:00pm

Claro que te llevaré comida.
4:00pm

Te escribo luego, amor. Besos.
4:01pm

Apagué el móvil para terminar de atender las mesas pensando que el fin de semana debía arreglar la casa.

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