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Hacía un poco de frío, pero aun así me encantaba ir a la playa. No iba a bañarme, me podía congelar, aún estábamos en febrero. Solo me gustaba estar allí sola escuchando las olas y tirar fotografías al amanecer o al anochecer.

Tomar fotografías se había hecho parte de mi día a día.

Poco tiempo antes había abierto una página en Instagram donde subía mis fotos y las personas dejaban comentarios. Me parecía genial.

Me hacía sentir, de alguna forma, que no estaba tan sola en el mundo. Y quizás, en cualquier lugar donde  él estuviera, las estaría viendo.

Enfoqué la lente y comencé a buscar una buena toma mirando la pantalla de la cámara.

Trataba de no pensar en nada, ni en mi papá, ni en NamJoon... se habían ido los dos, pero de alguna forma sentía que estaban cerca, que pensaban en mí, y que no debía sentirme sola.

Luego de divagar un poco en mis pensamientos una vez más enfoqué la cámara y mientras buscaba una toma vi a un chico con una cara triste mirando al mar.

Acerqué la toma manejando rápidamente el zoom, si se movía perdería su expresión.

Aunque solo podía ver su perfil, su expresión lucía melancólica y esperanzada a la vez.

Tiré la foto y en ese momento miró hacia mí. Se acercaba poco a poco. Me quedé paralizada pensando que le iba a decir.

— ¿Es fotógrafa? —me preguntó con mucho acento y con mucha formalidad.

Su expresión no me decía nada. No podía descifrar si estaba molesto o no.

— Lo siento. Si desea, puedo borrarla. —Decidí que era mejor hablarle con formalidad, siguiendo su forma de hablarme.

— ¿Salí bien? —Su expresión volvió a ser un poco triste.

Le acerqué la cámara para que él mismo la juzgara. La observó y luego comenzó a mirar fotos anteriores presionando la tecla con rapidez.

— Me gusta. —Fue lo único que dijo— Creo que tenía razón, usted es fotógrafa.

Y me regaló una sonrisa tan sincera que me hizo sonreír también. Se sentía bien que alguien reconociera mi trabajo.

Casi siempre, los modelos son los más difíciles de complacer.

— Solo soy fotógrafa aficionada, subo mis fotos a Instagram ¿Puedo subir tu foto también? Creo que saliste muy bien. —Sin darme cuenta le había dejado de hablar con formalidad y no se sintió raro.

Me sentía muy a gusto conversando con él.

— Uhm… —vaciló un poco mirándome fijo evaluándome — si quieres.

Él también me habló informalmente y los dos sonreímos un poco.

Me senté en la arena y a mi lado puse mi suéter y la mochila. Él se sentó cerca de mis cosas y me devolvió la cámara.

— ¿El gato de las fotos es tuyo? —preguntó.

—No. Es de una vecina que…

De momento me alarmé. Dejé que viera las fotos, pero no pensé que quizás podría ver también las personales. Lo miré a los ojos y él parecía tranquilo. Aparenté normalidad y le respondí lo primero que me vino a la mente.

— Es un gato de calicó macho. Sólo nace uno varón de cada tres mil hembras.

Ya no recordaba por donde me había quedado. Decidí no pensar en mis fotos personales. Al parecer, no había visto nada muy “privado”. Pensando en eso comencé a reír sola.

Me miró complacido de que estuviera contenta, aunque seguro que no tenía ni idea de que me reía.

“Si él supiera...” sonreí una vez más de solo pensarlo.

Luego me quedé mirando la arena pensativa:

— Creo que en las últimas semanas no había sonreído ni una vez. —Se me escapó.

Siempre hablaba sin pensar cuando me sentía a gusto con alguien.

— ¿Por qué?

Parecía realmente interesado así que no pude dejar de decirle.

— Mi padre falleció hace unas semanas. —Giré mi cara y miré hacia el otro lado.

El chico de pelo negro a mi lado permaneció tranquilo. No se movió, no habló, no preguntó. Y quizás por eso no pude evitar comenzar a hablar.

—Tuvo un accidente. Mientras volvía a casa del trabajo un camión chocó contra su carro. No llegó vivo al hospital — hice una pausa para tomar aire y luego no supe cómo seguir hablando.

La voz no me salía…

A pesar de no estar llorando acababa de decirle algo íntimo a un extraño, no iba a ser capaz de mirarle a la cara. Me mantuve mirando a otro lado esperando que él rompiera el silencio. Yo ya no era capaz.

No dijo nada, ni sentí que se moviera. Creo que como le había contado algo tan fuerte de repente, no sabía que decirme.

Luego de unos minutos decidí mirarle y me seguía observando con una expresión extrañamente cautivadora.

Levanté la cámara y le tomé una fotografía. Luego de hacerlo pensé que se enojaría, pero no dijo nada. Ni siquiera me pidió ver la foto esta vez.

En vez de eso cambió la vista hacia el mar. El sol se estaba poniendo y adornaba las puntas de sus cabellos de un ligero dorado cobrizo.

— Me gusta el color de tu pelo, el azul es mi color favorito. —lo dijo sin ninguna expresión en su cara

Tenía el pelo negro con gruesas betas azul oscuro.

— A mí me gusta el amarillo. —respondí sin pensar.

— Creo que el pelo rubio te quedaría mejor que el azul. —Ahora me miraba intensamente.

Debo haberme sonrojado porque sonrió con timidez y avergonzado bajó la cabeza.

Mi teléfono sonó y reconocí el tono de mi madre. Al momento me paré y él me miró desconcertado.

— Debo irme, le prometí a mi madre que no demoraría y ya me está llamando. —dije mientras recogía mis cosas— ¿Nos vemos mañana aquí a la misma hora? Prometo ser un poco más divertida.

Le sonreí lo más emocionada que pude. Quería que sintiera que hablaba en serio.

— Hoy es mi último día en la ciudad. —La expresión de su cara se volvió a oscurecer— buscaré tus fotos en internet ¿Cómo te llamas?

— Oh... —mi mente quedó en blanco— No te diré mi nombre. Estoy segura que nos veremos otra vez y no importa cuando sea, ese día te reconoceré al momento. Lo prometo.

Mi madre llamaba otra vez y luego de colgar salí corriendo sin mirar atrás.

Si lo hacía, no sería capaz de alejarme de él. Me maldije todo el camino:

“¿Por qué diablos se me ocurrió decirle esa frase de drama?”

Debía haberle pedido el teléfono o el correo. Acababa de darme cuenta de que quizás no lo volvería a ver.

Pero, aun así, tenía la certeza de que nos encontraríamos otra vez.

Por varios días seguí pensando en ese chico y ya no me sentía tan sola. Luego empezaron las clases otra vez y entre la escuela y ayudar a mi madre a sobrellevar la partida de papá, comencé a olvidarlo poco a poco.

...

Ahora me encontraba en Seúl, casi dos años y medio después, viendo las fotos de aquel chico en mi ordenador y aún no me creía que era el Park JiMin que trabajaba con NamJoon.

Estaba algo diferente, pero parecía el mismo. Aun sonreía tímidamente y tenía esa expresión rara y penetrante en su mirada. Demasiado penetrante y cautivadora.

Si seguía pensando no lograría dormir. Fui al baño, me lavé y luego salí llevándole un poco de agua al gatito que aún estaba dormido en el cojín. Lo tapé con un pañuelo y le puse en un platito un poco de leche por si despertaba con hambre en un par de horas.

Le miré dormir un rato. Había tomado la decisión correcta. Este gato me haría la compañía que tanto me hacía falta. Era tan lindo verle dormir…

Canturreando bajito fui hasta la caja que mi madre me había mandado con mis cosas desde casa. No tuve que revolver mucho para encontrar mi libro favorito: “El principito”.

Me acomodé en la cama, puse música instrumental bien bajito y abrí el libro. En la primera página junto al título y el nombre del autor se encontraba escrito en letra infantil, pero con muy buena caligrafía:

“Libro de Park Jimin”

Estaba segura de dos cosas: tenía ese libro desde que tenía memoria y esa letra no era la mía. No recordaba de donde había sacado el libro, pero sí sabía que no lo abandonaría nunca.

Comencé a leer despacio, viviendo cada palabra. Como si fuera la primera vez que lo leyera a pesar que solo habían pasado unos meses desde la última leída.

“JiMin se parece al principito…”

Y me quede dormida con la luz de la mesita de noche encendida y el libro sobre mi pecho.

Me desperté al otro día con un dolor de cabeza horrible, pero debía ir a trabajar. Estaba cansada y molesta…

No había podido dormir bien porque no dejaba de pensar en él. Hasta en sueños me apareció Park JiMin. Sueños que no recordaba, pero que me hicieron despertar incómoda y angustiada. Y no sabía bien por qué…

¿Qué le diría la próxima vez que lo viera? ¿Estaría molesto conmigo por no reconocerle? ¿Le había contado algo a NamJoon?

“¿Y NamJoon…?”

🍀-----------🍀

Hola ^^

¿Alguien que crea en el amor a primera vista? Yo...🙋

Aunque la idea del fanfic no sea esa, no puedo negar que, al menos para mí, si existe. Pero me gustaría saber que piensan ustedes...

Saludos a todos y gracias por leer.

Nos leemos pronto. ByeBye.

K❤

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