Capitulo 31. El Rescate de los bebés.

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«Nada duele más que ser lastimado por la persona que creíste que nunca te haría daño..!!».

— ¿Por qué María E? ¿Por qué después de casi un mes, no has podido decírmelo? — Su voz sonó estrangulada por el dolor y el frío que se apoderó de su cuerpo. La desilusión iba acompañada de la mano con la tristeza —. ¿Por qué no me dijiste que habíamos tenido un hijo? Es porque...será posible... ¿Qué aún me odies? —cerró los ojos para poderse controlar y expulsar el aliento —. ¿Por que?

Sonó tan miserable, que la chica gimió con dolor.

— No. Yo no podía —tragó saliva para pasar el nudo que le estrangulaba, sus ojos los tenía rasados en lágrimas —. Tenía miedo Gael. Tengo miedo.

—¿Miedo de qué? - pregunta confundido, negando con su cabeza —Ahora mismo no entiendo de que tienes miedo. Lo que puedo especular es de que, tú no me creíste lo que te dije y de que sigas pensando que me burle de ti esa noche.

Estrelló su mano con frustración en la mesa. En ese instante no podía el joven ver su cara, sentía un dolor abrasador que le estaba quemando el cuerpo. Todo absolutamente todo le parecía irreal y sin sentido, también el hecho de que toda acción que él hubiera hecho en beneficio de Lagartija hubiese sido en vano, porque ella aún le odiaba.

—¿No tenía yo derecho de saber que era padre? Dime María E, ¿Hasta cuándo ibas a seguir con la farsa? ¿O ya esa parte la tenías resuelta? —caminaba de un lado a otro como un león enjaulado, pasándose las manos por sus cabellos dejándolo en punta, a ella le dolía verlo así — Di algo, por Dios dime algo de una buena vez.

Se giró a verla expectante, con el vacio en sus ojos. Se le veía destruido, como si el alma se la hubiera sacado de cuajo de su cuerpo.

Ella se sobresalto al ver eso, esperaba ver odio y rabia en su mirada y no esa tristeza que era algo tan nítido y parecía palpable.... era más como....desilusión. Si esa es la palabra correcta desilusión, lo había vuelto a herir.

— No lo sé, Gael. No es una excusa, pero el miedo me tenía atenazada —decidió responder a una de sus preguntas con absoluta verdad.

Él se sentó desanimado en una silla, estaba ido en sus cavilaciones; se frotaba los brazos como si de un frío lo estuviera atacando.
Todas sus marcas ya no importaban, había sido todo en vano. Sólo sentía que se ahogaba en ese amor que profesaba. ¿Porqué era tan difícil amar? — se preguntaba.
Se tocó su herida, la primera, la más profunda. ¿De qué había servido infligirla? ¿Y las otras dos?. Era un redomado estúpido. Soltó una carcajada que heló la sangre a la joven, estaba totalmente desprovista de humor. Sonaba irónica y de burla hacía si mismo.

—Gael —puso su mano encima de la que tenía cerca de su pierna, no había pasado por alto que frotaba la herida que tenía ahí—. Cuando nació Emmanuel — Ahora tenía la atención del hombre —. Pensaba que me habías humillado y burlado esa noche..

—No. Nunca fue así — le interrumpió Gael.

— Déjame seguir por favor — él asintió y ella continuó —, pensé que te habías burlado de mi. Me vine a Dublín para olvidarme de ti, de lo que pasó esa noche y el día posterior. Sentía que me había defraudado a mi misma y a mi hermano, no tenía sentido estar en la misma ciudad que tú. Luego cuando tenía un mes aquí, me enteré del embarazo. Me lo callé y seguí mi vida, dejándolos a ustedes dos de lado. Tanto tú, como a mi hermano. ¿Qué debía hacer, si yo estaba convencida de tu burla?

—Te lo repito María E, nunca me burle de ti. Eso jamás fue mi intención. Esa noche festejaba una decisión que yo había tomado y te concernía a ti. No era ajeno a tus afectos, porque yo sentía lo mismo — sacudió su cabeza y continuó su relato —. Te conocía María E, nunca pensé o que se yo; pero estaba tan contento que se me pasaron los tragos como te dije esa vez. La verdad es que no recuerdo mucho de esa noche, sólo la rabia e impotencia hacía mi mismo por haberte faltado.

— ¿Faltado?

—Si. Nunca, ni en mis más remotos sueños hubiera creído que estaríamos juntos, no lo creí de ti. Por eso reaccione mal y eché a mi vergüenza de mi casa sin ni siquiera ver su cara. En mi pensamiento estaba que te había traicionado a pocas horas de declararme y pedirte que vivieras junto a mi. No te iba a pedir que fuéramos novio, te iba a pedir que fueras mi esposa. Que había renunciado al trabajo y a esa herencia por quedarme contigo. Te había elegido a ti.

— Pero me trataste peor después cuando me fuiste a ver.

—Lo sé. Pero era que sentía asco hacía mi mismo y no podía darte cara, me sentía sucio María E y tuve que llevarte a tu casa. Me malinterpretaste.

—¿¡Qué querías!? Me haces el amor y después me botas. Y al día siguiente todavía no te atreves a darme cara, como bien los has dicho ahora mismo. No sé la reacción de otra persona, pero yo comprendí que no te interesaba yo y mucho menos mi bebé —soltó su malestar.

— ¿Y en este mes? —pregunta bajito —. ¿No te he demostrado que puedes confiar en mi? Espera, no respondas. La verdad está escrita en ese archivo que me ocultaste, la verdad de que tú no confías en mi — se frota los ojos para despejarse y vuelve a mirar a la psicóloga fijamente —. Te fuí a buscar después y me enteré de que te habías marchado. El mundo se me desmoronó en ese instante, Maríe. Cuando me había conciliado conmigo mismo y jurado con sangre no volverte a engañar, me encuentro con que te fuiste—las últimas palabras sonaron a acusación.

— ¿De qué hablas? Me fuí porque me habías humillado.

— No. ¡maldita sea! — exclama frustrado —. Creí que te había engañado y por ello me juré castigarme si volvía a faltarte, de hecho esa misma noche fué la primera vez.

La comprensión le llegó de lleno a la psicóloga, al fin tuvo respuesta de cómo se había hecho sus heridas y lo miró horrorizada.
Giraba su cabeza en sinónimos de negación. ¿Cómo era posible?. Él se había auto infligido las heridas.

— Eso no puede ser Gael, yo no puedo ser merecedora de tanta veneración de tu parte.

—Te amo demasiado, Lagartija — respondió vehementemente y al comprender que la mirada de María E era de horror, se retrajo con pena.

El sonido del teléfono los instó a moverse del silencio incómodo que produjo su confesión.

—Mcallister al habla — escuchó lo que su interlocutor exponía, asintió y contestó —. Voy ahora mismo.

Finalizada la llamada, revisó sus armas y se acomodó la chaqueta para salir.

Al dirigirse a la puerta se detuvo unos instantes, su voz sonó firme pero hueca, desprovista de emoción, sus hombros caídos reflejaban derrota.

— Te juré que encontraría a los bebes y eso haré. Después de eso la decisión será tuya, no te negaré que quiero ver al bebé y ser parte de su vida, saberlo con bien. Pero, al final eres su madre y sabrás bien lo que haces.

Salió sin girar atrás, no tenía sentido mirar y anhelar una causa perdida.

***

Orfanato de Santa Dipma.

La superiora fue tomada desprevenida en plena transacción delictiva, se le mostró la orden de aprehensión y de cateo para todo el lugar. Fueron arrestados el personal y las monjitas llevadas a interrogatorio en la central.

La búsqueda minuciosa por parte de Brendan y Gael, les dió frutos. Encontraron las mazmorras. Ambos bajaron y guiándose por el sonido del llanto de un niño, llegaron a las celdas donde una mujer y dos niños yacían.

Inmediatamente reconocieron a Yury a pesar de todos los golpes que presentaba, ella los veía muy callada con un solo ojo abierto porque el otro estaba totalmente cerrado
Por la hinchazón.

Inmediatamente calmo al niño molesto.

—¿Son ellos? — pregunta esperanzado Gael.

— Eran tres, pero el tercero murió. Lo siento.

Brendan le responde tomando la con delicadeza de sus brazos.

— Lo sabemos.

— Fué mi hermano quien le hizo daño.

Gael se acercó a los niños, pensaba que uno de ellos era su hijo.

El más alto de los dos le Llamó la atención, cabello de color rubio oscuro y ojos azules idénticos a los suyos. No tenía duda de que él era su hijo.

Giró a preguntarle a la mujer por sus nombres.

— El castaño se llama Angelo y el rubio Emmanuel.

¡Bingo!

Al fin se acababa el sufrimiento de María E.

Nota:
Ya falta dos capítulos, quiero que me perdonen la tardanza. Estoy editando mis dos primeros libros para un posible lanzamiento en digital. Les ruego ser disculpado. Gracias.

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