Capítulo 34 Interrogatorio.

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La pesadilla acabó o apenas comienza.
Fragmento del diario de María E.

https://youtu.be/2Rhig9TQ_1g

—Hermano.

Sonó la voz de Connell en la habitación de el hospital.

—Connell... espera que llamo a la doctora.

—¡Nooo! —suena su voz muy suave, pero de igual manera firme que logra detener a su gemelo en el acto, ante de que saliera del cuarto. —Es...Som —traga saliva y lo intenta de nuevo. —Es Sombra, debes atraparlo.

Su hermano entendió a lo que se refería, ya que Connell y Conall siempre tuvieron esa compresión entre gemelos, esa sutil comunicación de escasas palabras para reaccionar como en ese caso, de saber con exactitud el mensaje dado.

C tomó su teléfono celular y marcó a la oficina donde fue atendido por Tessa, tuvo un instante de incomodidad mientras caminaba en busca de la doctora para informarle la situación de su gemelo.

—Central de Dublín ¿En qué puedo ayudarle?

—Tessa —la joven se tensó al reconocer su voz. —Este... espera un momento, por favor.

Conall localizó a la doctora, quien se encontraba con los niños y María E supervisando la ingesta de comida por parte de los pequeños después de las pruebas realizadas.

—Fionna, mi hermano despertó .

La joven se paralizó con la noticia, hecho que fué notado por la Lagartija, pero Fionna se recompuso enseguida.

—Voy enseguida Conall —se dirigió a la enfermera que trabajaba con ella. —Sara, te encargo a los pequeños y a María E apenas tengan los resultados me avisan por favor, gracias.

La joven no tuvo ningún problema en escuchar la información a través del celular.

—Tessa.... —pero fué interrumpido por la joven.

—Me alegra saber que Connell ya despertó C, le informaré a los chicos.

—Espera un momento Tessa, -dijo antes de que la joven cerrará la comunicación. —necesito hablar con Gael.

—En este momento no se encuentra, está siguiendo una pista del caso.

—¿Y el comandante? ¿me lo puedes pasar?

—Ehh... no sé con exactitud en donde se encuentra el comandante.

El titubeo que percibió a través de la línea lo alertó, lo que hizo que su respuesta no le pareciera convincente. Pero después lo analizaría, ahora era más importante conseguir a Sombra y si le tocaba hacerlo solo, sin la ayuda de sus compañeros, ¡mejor! Entre los dos tienen una cuenta pendiente y muchas interrogantes por resolver.

—Entonces una última petición. ¿Me puedes dar el número de celular del detective Mcallister?, por favor.

La joven le dictó los dígitos que conforman el número celular del detective.

—Gracias Tessa, ahora quiero que sepas que vamos a hablar en cuanto me desocupe de todo esto.

—No tenemos nada de que hablar, como lo dijiste hasta hace un momento, esa era tu última petición.

—No Tessa, tú y yo vamos a hablar, —afirmó muy seguro —espérame en tu apartamento, yo llegaré en cuanto pueda.

—Te dije que no, además presente mi carta de dimisión, Conall y no hay vuelta de hoja. Recogeré mis cuatro trapos y buscaré en otros pastos.

¿¡Qué!? Ahora no podía lidiar con lo dicho, él necesitaba hablar con ella y ese no era el momento ni la forma, no por teléfono.

—Escuchame bien Tessa, —Su tono de voz sonó aguda signo de su frustración y rabia, él se había mantenido frío y calmado con la información de Connell pero las frases dichas por Tessa lo habían hecho rabiar y más aún que él ya había tomado una decisión. —me vas a esperar en tu apartamento y te juro por Dios que si no te encuentro, te rastrearé como a cualquier convicto hasta encontrarte y mi tono no será nada bonito si eso sucede —amenazó.

Se colgó la llamada dejando a Tessa temblando con la explosión de Conall, jamás había pensado la joven, que el tono autoritario en la voz de él la podía encender como nada y de hecho ese era el caso. No era capaz de atreverse a desafiarlo, pero dejaría las cosas como estaban ya que no estaba segura de lo que le depararía la conversación entre los dos y era mejor tener una salida.

*******

—No me deja esa estúpida doctora entrar en la habitación de Yury, necesito que mandes a uno de tus esbirros a completar la tarea, mientras yo desvío la atención de la mujer.

Scáth escucha molesto las palabras de su tío, el hermano de su padre fallecido. Hecho del cual se enteró cuando tuvo la suficiente edad para reclamar y de paso llevar a juicio a su madre, su propio juicio.

La muy ladina quiso comprarlo con un dinero obtenido de su cuerpo, el cual aceptó y se llevó después de estrangular la y ver como sus ojos iban perdiendo la vida con la plena conciencia de que su propio hijo la destruía.

—Lo haré Kiev, hay que aprovechar que aún no han hecho el interrogatorio, que todavía tenemos tiempo y no solo a Yury, también a los pequeños. No puedo dejar testigos.

—Los niños están con María E en una de la habitación del tercer piso en el área infantil. No te equivoques de nuevo Scáth, lo que ha dañado la operación ha sido tu estupidez y te lo dije en su momento.

—No lo haré.

Él sabía que todo se había torcido con el regreso de la psicóloga y de eso la culpa la tenía su querido tío. Y por otro lado su tía estaba aleccionada y no soltaría prenda alguna que los pudiera incriminar con ella.

********En la central**********

Brendan y Oscar se dirigieron a buscar al comandante en el hospital, no sin antes explicarle con lujos de detalles al más joven del equipo y a pesar de su reticencia comprendió la veracidad del asunto, con un completo desánimo y a la vez la desazón de bajar a una figura que emulaba, del pedestal.

Por ello Gael decidió adelantar los interrogatorios en la sala donde se encontraba la madre superiora, necesitaba tener un punto de referencia antes de que llegara el comandante Kiev para asistir a su propio interrogatorio.

Desde que la habían traído a la central, le trataron con deferencia por ser una mujer de edad y además servidora de la Iglesia, bajo la orden del detective se le entregaron mantas para la celda, se le proporcionó comida y agua, esto último para tomar huellas y pruebas de ADN para constatar su parentesco con sombra.

Gael entra a la sala y se sienta en la mesa mientra la mujer que lo esperaba lo mira detalladamente. Él trae consigo varios folios y un reproductor; antes de empezar con el interrogatorio pone en encendido la grabadora de audio, ya que la de vídeo está encendida detrás del espejo a su espalda.

—Hola sor Catherine. ¿Me recuerda?

—No. —responde la mujer con un sutil movimiento en su cara, gesto delator de una mentira.

—Claro que me recuerda Catherine. No me va a decir ahora que el inmejorable trato que hemos tenido hacia usted, la insta a que se le olvide de las cosas.

—Estoy estresada...

—Pero no es causa para un olvido, al menos que la razón sea que no quiere incriminarse o incriminar a alguien más. —la interrumpe Gael.

—Eso no es cierto policia. Yo no me acuerdo de usted.

—Vaya y yo que estoy tan seguro al verla de como se asustó al reconocerme cuando fuimos por usted al orfanato, llevando la orden de cateo. Y para mi sorpresa encontrarla en plena transacción.

—¿Transacción de qué? Santa Dipma es un orfanato, una institución reconocida por nuestra gran labor al dar alivio a parejas para obtener lo que más anhelan en su vida, niños para adoptar y así poder construir una familia completa.

—Cierto. Es una institución reconocida para la adopciones, manejada y financiada con los escasos recursos dados por el gobierno municipal.

—Así es, y no veo la razón de que me tenga retenida. —concluye sonriente la mujer.

—¿No la ve?. Bien, entonces hagamos un repaso. —sonríe a su vez Gael, borrando de paso la sonrisa a Catherine. —Tengo en mi poder los manifiestos del Gobierno municipal en donde se encuentran detallados las operaciones de su institución en referencia a las adopciones. —Le muestra los papeles en el folio y la mujer los toma para ver.

—¿Y?

—Ohh... pero me extraña su pregunta, Catherine. —Le muestra otro folio. —¿Los reconoce? —contesta a su propia pregunta antes que la madre superiora. —Claro que lo reconoce. Son sus propios manifiestos pero con diferencias en los saldos por diversas transacciones no reportadas y estos papeles fueron localizados en su mesa de noche dentro de su habitación; que conveniente para nosotros encontrar la llave de la mesita. —Le comenta con ironía.

—¿Cómo se atreven a hurgar entre mis cosas? ¿Con qué derecho?

—Con el que nos da, una orden de cateo. —Le contestó con mucha calma, lo que logró internamente poner en alerta a la madre superiora. —También tengo una grabación hecha en su despacho del orfanato, en donde usted me ofrece conseguir a un bebé ilegalmente por una buena cantidad de dinero. —la grabación suena hasta su conclusión.

—Eso no prueba nada, en ningún momento hicimos alguna clase de transacción.

—Es cierto, primero sucedió la muerte del bebé y de su ayudante, que por cierto es el hombre que vi hablando con usted en el despacho contiguo al suyo.

—Yo no tengo nada que ver con eso.

—Ya lo veremos, ahora mire aquí en las últimas hojas. —Así hizo la mujer —¿Ve el extracto del banco de esta cuenta que está a su nombre? —Ella asintió. —¡Perfecto! Ahora,  quiero que me explique, Cómo una mujer que vive de los recursos de la Municipalidad y sé que los fondos no son tan magnánimo, ¿tiene un saldo astronómico en su cuenta personal del banco?

—¿Qué? Ahora es un delito recibir una herencia por parte de mi hermana.

—Su hermana, claro. La misma hermana con el gran oficio de prostituta, madre de su único sobrino Scáth Craig mejor conocido en esta dependencia como Sombra, un efectivo de esta Comandancia y por cierto sobrino de Kiev Trendland. —Le mostró el último folio, donde aparecía en letras negras el título de ADN.

Por primera vez la mujer mostró signos de nerviosismo y rompió a sudar a pesar de que la habitación estaba fresca, ella sabía que el detective tenía suficiente pruebas para hundirla a ella y a su sobrino.

—Es mejor que consiga un buen abogado, Catherine Craig.

Dicho eso Gael salió de la instancia, dejando a la mujer llorando con desesperación.

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