¿eres mi hermano?

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esa mañana, Helen despertó temprano. Tenía clases y no debía llegar tarde.

preparó su mochila y se dispuso a salir de casa, cuando se dio cuenta de que había olvidado su bastón.

eso no podía pasarle.

rápidamente, buscó por todos lados sin éxito. Eso significaba una sola cosa.

debía ir a la escuela completamente sin ayuda.

insegura, salió de su casa para dirigirse hacia la escuela, cuando una persona la tomó por sorpresa.

—¡hermanita! -dice una voz a sus espaldas.

—¿quién eres? -preguntó Helen bastante confundida.

—veo que Amenadiel no te ha dicho. Soy lucifer, tu otro hermano -respondió con una sonrisa.

Aquella respuesta deja a Helen sin palabras. No es posible.

—¿tú? ¿aquí? Pero como... —eso te lo explicaremos más tarde. Por ahora, debes ir a la universidad y te acompañaré hasta allá.

Helen movió negativamente la cabeza.

—¿por qué? -preguntó

—solo aléjate de mí -respondió ella con repulsión caminando hacia adelante.

—no, no lo haré. Te voy a llevar a la universidad quieras o no -dijo lucifer tomándola de la mano.

Helen estaba terriblemente asustada. Es mitad ángel y puede defenderse pero no de su propio hermano.

Intentaba negarse que su hermano era el rey del infierno pero su presencia lo hacía cada vez más difícil.

No iba a entrar en su vida así de 'fácil. Por lo menos, hasta que Amenadiel le diera una buena explicación.

Caminaron el silencio y cuando llegaron a la universidad, Helen se soltó bruscamente de él y corrió lo más rápido que le dieron los pies. Era casi ciega pero le daba igual mientras se alejara de él.

Lucifer suspiró fuerte y se alejó. Sabía que le sería muy difícil que Helen lo aceptara, pero no iba a rendirse.

—¿lucifer? ¿él es tu hermano? -preguntó Caleb a la chica después de que Helen le relatara lo sucedido.

—si, técnicamente él si es mi hermano -respondió con amargura.

—¿estás bien? -preguntó Caleb al ver el gesto de su amiga.

—no ¡claro que no!¡tengo miedo!

—tranquila Helen. El no te hará nada. Si te trajo a la universidad es por algo ¿no crees?

—si, pero aún así, no confío en él. Creo que necesito tiempo -respondió Helen

—lo se, te comprendo. Deberías hablar con Amenadiel sobre esto. Tal vez te pueda dar una explicación

Ella asintió y abrazó a su amigo.

Caleb tomó aire disimuladamente. Se había dado cuenta de lo mucho que su amiga le gustaba.

Pero era demasiado tarde.

Cuando las clases terminaron, Helen se teletransportó a Baker Street.

—hola, mini Keller -dijo Sherlock con una sonrisa

—hola cariño -respondió ella abrazándolo.

—¡Helen! -dijo lucifer saliendo disparado de dentro de la casa —¿cómo está mi hermana favorita?

Helen se estremeció y miró a su hermano desafiante.

—por favor, no... —Tranquila, linda -le interrumpió llevándola dentro.

—no voy a hacerte ningún daño. Amenadiel me dijo que había una chica mitad ángel en la tierra y que casualmente, era mi hermana. El hecho de que sea el rey del infierno no quiere decir que balla a matarte o algo

La visión de Helen se iluminó.

Miró a su hermano. Tes blanca, apuesto y de ojos marrones claros.

Suspiró e intentó calmarse. No parecía ser un mal tipo

Pero aún así, no las tenía todas consigo.

—necesito pensarlo. Tal vez seas mi hermano pero aún no me agradas -dijo Helen bajando la mirada.

Lucifer tomó aire y no dijo nada.

Sherlock apareció y Helen lo miró detenidamente.

—Sherlock, párate en un pie -dijo ella firmemente.

—¿qué?

—párate en un pie -repitió ella.

Holmes obedeció y Helen respiró aliviada.

Miró al inglés y notó que tenía sus ojos rojos. Si no estaba alcoholizado, entonces solo había una respuesta.

—Sherlock, áblame -dijo Helen apunto de perder la calma

—que quieres que te diga -respondió el inglés arrastrando las palabras.

—¿cocaína o mariguana?

—¡no me molestes! -espetó Holmes

—Sherlock, soy tu ángel de la guarda y si te digo algo es porque se que está mal. Se que te estás drogando y no puedo permitirlo -respondió Helen furiosa.

Holmes se levantó y tomó a la joven por el cuello. Apretó con fuerza y Helen comenzó a ponerse morada.

—la estás matando ¡maldito idiota! -dijo lucifer halando a el detective por la camisa.

—Helen, te diré lo que le dije a mi hermano. ¡No me molestes cuando estoy drogado! -dijo Sherlock soltando bruscamente a Helen.

Lucifer tomó a Holmes y lo lanzó con fuerza hacia la pared.

—si te vuelves a meter con mi hermana, te juro que te mato ¡ivbécil!

Helen tomó aire rápidamente y lucifer la recostó en y le dio respiración de boca a boca.

—gra...gracias -dijo Helen con mucho esfuerzo.

—para eso son los hermanos -respondió el dándole un beso en la mejilla.

Cuando se recuperó, Helen se fue a Chicago sin decir una sola palabra y se encontró con Amenadiel.

—ay, hermanita, tranquila. Estoy segura de que Sherlock no lo hiso apropósito -dijo éltratando de calmar a su hermana, que lloraba desconsoladamente.

—ay dios, esto me está superando. No entiendo como pudo ser capaz de hacer algo así -respondió ella entre sollozos

—tranquila. Todo se arreglará con el paso del tiempo. Lo extraño de esto es que el doctor Watson asegura que Holmes no consumió drogas -dijo lucifer que había investigado después de un rato.

—entonces, alguien tubo que ponérsela apropósito -respondió Helen secándose las lágrimas.

—si, exacto mi pequeña detective -respondió Lucifer sonriendo.

—retiro lo dicho de hace un rato. Creo que si me agradas -dijo Helen devolviéndole la sonrisa.

—eso me alegra. El está aquí por ciertas razones que te explicaré después. Hora hay que concentrarnos en averiguar quien le administró la droga a tu novio -dijo Amenadiel dubitativo.

—tengo a alguien en mente pero tendríamos que investigar -dijo Helen apoyando su cabeza en el hombro de Lucifer.

—hazlo. Solo que tenemos que saber si Holmes recuerda algo -dijo Amenadiel

—si, de eso me encargo yo. Si dejo a Lucifer con eso de seguro lo mata -rio ella.

—si, claro que lo hago -respondió.

Ambos se quedaron con la chica hasta que su madre regresó y Helen se pasó el resto del día pensando.

En la noche, Helen fue a ver a Sherlock a Baker Street y lo encontró llorando desconsoladamente.

—mini...mini Keller -susurró

—aquí estoy

—enserio lo lamento mucho. Jamás debí haberte hecho eso y me siento como un...

Sus palabras se vieron interrumpidas cuando Helen le giró la cara de una bofetada.

—se que alguien te dio esa droga y no descansaré hasta encontrarlo. Aún así, no debiste haberme tratado de esa forma -dijo ella tratando de contenerse.

—lo sé y no tienes idea de lo mal que me siento. Sabes que te amo y lúcido nunca haría algo así. Yo sería incapaz de lastimarte -respondió Sherlock con lágrimas en los ojos.

—mmm, está bien. Por esta vez, te perdono porque mi amor es más fuerte que cualquier cosa -dijo Helen después de pensarlo un poco.

Sherlock estaba muy sorprendido. Jamás creyó que su chica fuera capaz de hacer eso y mucho menos de ponerse tan furiosa.

La tomó en brazos y se dieron un apasionado beso.

—siento interrumpir su reconciliación, pero tengo noticias -dijo Lucifer entrando en la sala con una enorme sonrisa.

No imaginaría lo que pasaría...

¡hola!. Después de casi dos semanas, por fin estoy de regreso.

¿de quién creen que sospecha Helen?

Si quieren saber la respuesta, nos veremos en el siguiente capítulo.

Les leo en comentarios.

Les mando un abrazo enorme y cuídenseme muchísimo

Los quiero.

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