la despedida

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capítulo dedicado a @LiliRower7 



les doy las gracias a todos por esperarme. He estado un poco deprimida estos meces y la prepa no me ha dejado tiempo para escribir, pero ya estoy de regreso.


La despedida.

Al día siguiente...

Chicago.

—¿y los novios? -preguntó Lucifer, mientras se servía un baso de jugo de uba.

—creo que en la habitación de Helen -respondió Amenadiel

—¡ooooo! Crees que estén...

—es probable -respondió Amenadiel pensativo.

—¿por qué se habrán tardado tanto?

—no lo se, y cinceramente eso no es algo que yo...

—tal vez sea porque ella es virgen -le interrumpió Lucifer, orgulloso de ver la mirada totalmente sorprendida de su hermano —o más bien, lo era

—¿es enserio? ¿y te lo contó a ti y no a mi? -dijo el ángel indignado

—no, de hecho, Sherlock me lo contó -respondió Lucifer tratando de contener la risa

—¿que Sherlock que? ¿cuantas cosas no se que tu si? -preguntó el ángel con los brazos fuertemente cruzados y la mirada puesta en su hermano

—nada, solo eso. De todas formas, yo tengo más experiencia en estas cosas, sin mencionar que soy su favorito, y si se lo contara a alguien sería a mi -respondió él con algo de indiferencia

—¿su favorito? ¡yo soy su favorito! -respondió Amenadiel tratando de controlarse

—¿tú? ¡ja! Por su puesto que no -dijo Lucifer lentamente

—Luci...¿sabes qué? No voy a discutir contigo por esto. Ella tiene un gran corazón, y comienzo a creer que ninguno de los dos es el favorito

–si, creo que nos engañó a los dos. Esa chica nunca dejará de ser un misterio para mí -suspiró Lucifer

—no, están muy equivocados. Les dije a cada uno lo que quería escuchar porque es la verdad. Ambos son mis favoritos, y no los cambiaría por nadie. Pero no le digan a Miguel ¿esta bien?-dijo Helen saliendo de su habitación con Sherlock junto a ella

—no, nosotros no le diremos nada -dijeron ambos.

Los tres rieron con complicidad y el teléfono de Holmes sonó de pronto

—¿si? ¿un caso? ¿qué? ¿un triple homicidio? ¡santo dios!. Llamaré a John y te veré allí -Exclamó Sherlock con una sonrisa en los labios

A continuación, colgó el teléfono y exclamó dirigiéndose a los tres hermanos

—es Lestrade. Me tengo que ir

—está bien. No hay problema, cariño. Te veré después -respondió Helen

Se acercó a el y le dio un beso en los labios

—nos veremos pronto, preciosa -respondió Sherlock devolviéndole el beso.

Amenadiel y Lucifer le dieron adiós con las manos mientras Sherlock desaparecía por el cristal de su lupa.

—bueno, creo que solo quedamos nosotros tres. ¿hay algo que quieras contarnos? -preguntó Lucifer con una leve sonrisa de suspicacia

—¿te refieres a lo que pasó a noche? Bueno...pues...yo... -titubeó Helen mientras iva a la cocina a preparar el desayuno

—vamos, no seas tímida. Puedes contarnos, linda. No te juzgaremos ¿o si? -preguntó Lucifer mirando a su hermano

—no. Puedes confiar en nosotros -respondió Amenadiel

—solo les diré que a noche, perdí mi virginidad -dijo Helen poniéndose roja

—¡lo sabía! -dijo Lucifer yendo hacia ella —¿lo disfrutaste?

—Luci, aquí en la tierra eso no se pregunta -dijo Helen con una risa —pero si, lo disfruté mucho

Lucifer se rio y sacudió a su hermana por los hombros

—estoy feliz por ti. El detective resultó ser buen partido después de todo -dijo Amenadiel

—si, lo es. Y espera a ver a donde iremos de luna de miel -dijo Helen mientras picaba tomates

—¿A dónde? -preguntó Lucifer

—¡iremos a Italia! Pero no le digan aún. Quiero que sea una sorpresa -respondió Helen muy emocionada

—¡guau! ¡es increíble! -dijo Lucifer

—si, Italia es muy lindo, hermanita -replicó Amenadiel acercándose a la cocina

—¿te pasa algo? hoy estás muy callado -preguntó helen

—la verdad es que si. Sabes, tengo que decirte algo, Helen -respondió Amenadiel poniendo una expresión más seria

—está bien, puedes decirme

Lucifer supo de inmediato que era lo que le pasaba a su hermano, así que se excusó diciendo que saldría a darles de comer a Hachico y Laila.

—lo que ocurre es que mi misión como ángel de la guarda era prepararte para el futuro que te esperaba. Debía entrenarte para ser el ángel de la guarda de Sherlock y ahora que esa misión está cumplida, debo volver con Linda y Charli. Lo que significa, que no...

Amenadiel guardó cilencio. No era lo bastante fuerte para terminar esa frase. Más bien, no quería hacerlo. Era demasiado

—¿no volverás a verme? -preguntó Helen al borde del llanto

—si, así es -dijo Amenadiel sin poder aguantar más.

Una gruesa lágrima rodó por la mejilla del ángel. Helen se había convertido en una persona muy especial para él y el hecho de no volver a verla suponía un dolor peor del que Amenadiel había imaginado

La chica miró al ángel y en seguida, rompió a llorar.

—Helen...yo...

—no, no digas nada. Solo lo harás más difícil -respondió la chica entre furiosa y triste

Lucifer entró en ese momento y se dirigió hacia su hermana. La tomó de la mano y la llevó hasta su sofá

—todo estará bien, Helen -dijo en su oído

—¿tu lo sabías? -preguntó ella tratando de recuperar la compostura

—bueno...

—¡lo sabías! ¡y no me lo dijiste!

—Helen, lo siento mucho pero no era algo que yo debía decirte

—Luci tiene razón. Yo soy tu ángel de la guarda y yo debía decírtelo. Pero no quería arruinar tu boda con esto -terció Amenadiel sentándoce también

—¿Sherlock también lo sabe? -preguntó Helensecándose la cara

—¿Qué si se qué?

Holmes había reaparecido con el doctor Watson. Al ver a su esposa, se dio cuenta de lo que había pasado

—antes de que digas algo, ya se que ocurre. Y si, si lo sabía. Pero apenas me enteré ayer, -respondió el detective con una mirada que hasta entonces, ninguno le había visto

—¡es increíble! ¡todos lo sabían menos yo!

Nadie sabía que decir. La chica no se sentía con ánimos de seguir alegando, porque la noticia de que su hermano se iría para siempre no la dejaba pensar.

Se levantó de el sofá y terminó de preparar el desayuno lo más rápido que pudo

Todos pusieron la mesa y comieron en cilencio. El doctor Watson, que hasta ahora no se había enterado de el asunto, miró a Holmes de forma interrogativa.

—te explicaré después -le susurró.

cuando Helen terminó de desayunar, dejó su plato en la cocina y se acercó a su hermano sin mirarlo

—¿cuándo te irás? -le preguntó tratando de no hacer evidente su tristesa.

—hoy, al atardecer -respondió el ángel con voz queda.

Helen suspiró y asintió lentamente con la cabeza.

—no me voy a enojar con ustedes por esto, por que se que solo quieren lo mejor para mi, pero si no les importa, me gustaría estar sola un rato -dijo Helen

Todos se retiraron uno a uno y el doctor Watson la miró con comprensión antes de desaparecer con Sherlock

Helen, derrotada, se recostó en su sofá y encendió el televisor. No podía creer que la única persona además de su madre que la había hecho sentir como ser humano antes de Sherlock se iría para siempre.

Amenadiel no solo era su hermano, también era su amigo.

Pasó una hora hasta que se levantó y apagó el televisor. Ni siquiera un maratón de criminal minds podía animarla, así que subió hasta su cuarto y tomó sus partituras.

Su vista se iluminó y bajó lo más rápido que pudo hasta la pequeña habitación en donde estaba su piano.

Abrió la puerta y buscó la llave para abrir su piano.

Cuando la encontró, la metió en la serradura y acomodó todo para comenzar a tocar. Una sensación de nostalgia se apoderó de ella.

Allí, fue donde Sherlock le deceó feliz cumpleaños por primera vez cuando eran novios. Definitivamente, ese era uno de los mejores recuerdos.

Comenzó a tocar raindrop de Frederic Chopin y trató de concentrarse. Nunca fue su especialidad usar el pedal, pero le encantaba poder jugar un poco con él en esa canción.al pens

Ar de nuevo en suhrmano, unaslágrimas resbalaron por sus mejillas y se fundieron con las teclas de su piano.Se sentía muy triste, pero siguió tocando. Después de todo, Era lo ideal para 

descargar su tristeza y tención acumulada.

—parece que alguien está muy triste el día de hoy

Helen se detuvo en seco.

—no te detengas, por favor. Esa canción es muy bonita

—¡Moriarti! -Dijo Helen emocionada.

Se paró de la cilla y le dio un abraso.

—llámame James, porque creo que el Moriarti suena demasiado anticuado para mi ¿no crees? -dijo con una sonrisa.

Le dio un beso en la mejilla y Helen le sonrió

—muy bien, James será -respondió ella volviendo a tocar el piano.

Si había algo de lo que estaba orgullosa, era de su habilidad de tocar y hablar al mismo tiempo.

—dime, ¿por qué estás tan triste? -preguntó James Moriarti

Helen le contó rápidamente lo que había pasado y Moriarti adoptó una expreción de empatía

—hay linda, te entiendo. Lena se irá a Nueva York porque le ofrecieron un trabajo en Harvard -respondió Moriarti

—guao, no tenía idea -respondió Helen

—si, es duro, pero hay algo que me consuela. Se que siempre podré hablar con ella por teléfono y además, podré visitarla los fines de semana. Sin mencionar que tengo amigos que no me dejarán solo por muy triste que esté -respondió Moriarti para tratar de consolar a Helen

—tienes razón -respondió Helen aún con los dedos en el piano

—siempre tengo razón -dijo Moriarti con una ricita —además, tu tienes a Sherlock y con él, estoy seguro de que no te aburrirás

—me consta -dijo Helen riendo por primera vez en todo el día

Helen terminó de tocar la canción y Moriarti aplaudió

—enserio eres buena

—gracias

La chica se levantó del piano y lo serró con mucho cuidado

—eres increíble, Beca -susurró Helen con una leve sonrisa

—¿enserio? ¿llamas Beca a tu piano?

—si, exacto ¿algún problema?

—no, ninguno. Solo creo que es algo infantil

—no, no lo es. Beca es mi única amiga desde que tengo memoria y decidí ponerle nombre porque es muy especial para mi ¡no te burles! -dijo Helen tratando de no reírse

—está bien, no lo haré. No tenía idea de que Beca era tan especial para ti

—si, lo es. Mi mamá me la compró cuando tenía 15. Había empesado a tocar el piano ya hacía tiempo y fue mi regalo de cumpleaños. Desde entonces, cada vez que me centíatriste, me centabay tocaba hasta que me sentía mejor

—enserio amas tocar ¿verdad? -preguntó Moriarti

—si, así es.

Ambos pasaron la tarde charlando. La verdad, es que Sherlock le había contado a Moriarti el día de la boda sobre lo de la despedida de Amenadiel, y Moriarti aceptó ayudarlo a consolarla.

Se había vuelto muy bueno en eso, así que Sherlock no dudó en que aseptaría.

Helen y Moriarti prepararon la comida y ambos se sentaron juntos a la mesa.

—y dime ¿conoces a tus demás hermanos? -preguntó Moriarti

—no, la verdad es que no me los an presentado, pero supongo que los voy a conocer cuando muera, que espero que no sea muy pronto

—si, yo también espero eso. ¿te has preguntado cuantos son?

—no, no lo había pensado. Pero creo que deben ser unos doce

—¡son muchos!

—si

Levantaron los platos y Helen miró su teléfono para comprobar la hora. Iban a dar las cuatro

En ese momento, Helen vio que la puerta de su casa se abrió y entraron Lucifer y Amenadiel

—hola Sama -dijo Helen

—Helen, lamento no haberte dicho... —no, descuida. No era tu deber decírmelo

Lucifer le sonrió y la abrazó.

—¡abraso de hermanos! -dijo él mirándo a Amenadiel

El ángel se acercó y los abrazó a los dos.

—no olvides que cuando necesites ayuda o no sepas como encontrar el camino, solo mira el cielo y yo estaré haí -aconsejó el ángel

—y no bebas tanto ¿ok?

—después de lo de ayer no volveré a tomar alcohol en la vida -respondió Helen

—y por cierto, de todas nuestras hermanas, tu eres nuestra favorita, así que tenlo en cuenta -dijo Amenadiel

Helen les sonrió.

—las reglas de la misión solo aplican para mi hermano, así que no de desharás tan fácil de mi -dijo Lucifer

—muy bien, entonces nos veremos pronto

—te queremos, Helen -dijeron ambos al unísono.

Y tras darle un beso a cada uno en la mejilla y darse el último abraso, los hermanos desaparecieron con un súbito resplandor


¡holaaaaa!

nuevamente les agradesco a todos por haber llegado hasta aquí. Esta historia fue una de las que más me marcó en la vida.

reí, lloré y me deprimí escribiendo esto y e vivido muchas experiencias nuevas. Fue todo un placer poder compartirles esta gran historia y espero que les haya gustado mucho, tanto como a mi me encantó escribirla.

los quiero muchísimo y les mando un abraso fuerte.

y no olviden, que todo se puede si te esfuerzas y luchas por lo que quieres.

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