XVI. En una noche como esta

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Canción del capítulo:
A night like tonight de Niall Hora

Conocerte, un placer, pero besarte...besarte fue punto y aparte, explotaron mis sentidos, se desbordó mi alma, se aclareció la vida —Anónimo

La llegada a su destino fue mucho más rápida de lo que tenían planificado, quizás por el hecho de que estaba bastante cerca del aeropuerto en coche. La reacción de la banda al ver la casa en la que se quedaría durante el fin de semana fue de completa emoción, una que no fue ocultada o siquiera disimulada.

Frente a la casa había dos altos árboles y un camino de piedras que los llevaba hacia la entrada de la casa de dos pisos, las paredes del exterior eran blancas y su arquitectura peculiarmente encantadora y elegante, pero se veía bastante acogedora. Al entrar, Jungkook se sorprendió por lo bien decorada que Namjoon tenía la casa, por cómo estaba todo organizado en la entrada, donde todos dejaron sus zapatos, supo que el resto de la casa estaría igual de ordenada.

Lo primero que vio fue la cocina, subieron los tres pequeños escalones cubiertos por un piso de baldosas negras, diferente al del vestíbulo y el resto de la sala, mismo que estaba cubierto de madera gris. Al entrar por completo a la sala que en cierta forma también era parte de la cocina al esta ser de vista abierta, fue cuando sintió aires de Namjoon en la decoración, por el sillón marrón de dos plazas y el sofá reclinable que se encontraba junto al ventanal que cubría casi toda la pared, permitiendo que la luz solar se filtrara e iluminara toda la planta baja.

Frente a los muebles, a algunos siete pasos se encontraba la televisión que estaba justo debajo de las escaleras de madera que conducían al segundo piso. El lugar no era una mansión, pero si una casa lo suficientemente grande como para que estuvieran cómodos los seis.

Le gustaba que la decoración era elegante, pero al mismo tiempo tan sutil, varonil y neutral, las piezas decorativas se veían como si hubieran sido cuidadosamente seleccionadas, todo tan armónico y minimalista, como si todo estuviera adecuado a quien era Namjoon era realmente y no lo que Jungkook había visto de el en el tiempo que tienen siendo vecinos.

Una vez terminaron de llevar todo el equipaje a la casa, discutieron la distribución de las cuatro habitaciones que habían; Hyun-jin y Cyrus eligieron la única habitación que tenía dos camas, por otro lado, Jimin estaba más callado que nunca, ya que siempre es él quien anda hablando, chillando, probablemente estaría peleándose con los demás por las habitaciones, pero en su lugar se encontraba caminando junto a Namjoon por el pasillo, con Jungkook detrás de ellos viendo como su mejor amigo parecía estar tan rígido que mantenía sus manos al frente, sujetando la mochila que aún colgaba de sus hombros.

—Hay tres habitaciones más, si quieren pueden dormir juntos en una, la mía es la que queda al fondo del pasillo —sugirió Namjoon—. A menos que tengan planes diferentes —dijo mirando a Jungkook por encima de sus hombros.

—Separados —dijeron Jimin y Jungkook al unísono, lo que hizo que ambos se miraran, para luego reírse de ello.

—¿Y Taehyung? —cuestionó Namjoon, mirando a ambos chicos.

—Pensé que eso sería obvio, que se quede con Jungkook —sugirió Jimin señalando con su dedo índice al pelinegro que lo miró con los ojos abiertos. No había pensado en eso.

—¿Por qué no compartimos habitación tú y yo? —la pregunta de Namjoon tomó por sorpresa a Jimin, quedó mirando al chico alto frente a él como si acabara de decir la cosa más atrevida frente a su mejor amigo.

No supo que responder, su mente se había quedado en blanco. Aquella pregunta, por el tono de voz y la mirada que le dedicó se sintió casi como una propuesta a ser algo más que solo compañeros de habitación, lo que hizo que Jimin se quedara paralizado frente a él.

—Pequeño, bromeo, no tienes que sonrojarte así —expresó Namjoon sonriéndole—. Pero si quieres pasarte a la mía, no te lo impediré, es bastante grande.

—Lo tendré en cuenta —susurró Jimin dedicándole una sonrisa, lo que hizo que Namjoon riera bajito al ver que este estaba dejando su timidez al seguirle el juego.

Cuando ambos giraron para hablar con Jungkook este ya no se encontraba junto a ellos, solo encontraron la puerta de la habitación a tres pasos de ellos, abierta.

Inmediatamente mencionaron el nombre de Taehyung y vio en la expresión de Namjoon esa mirada de que lo próximo que diría sería algo atrevido, salió casi corriendo de allí y lo primero que hizo fue dejar su guitarra en el suelo y la valija sobre el sofá de ventana que se encontraba frente a la cama.

Recorrió la recamara apreciando cada detalle además esta, era de techo alto, perfectamente iluminada con un ventanal que daba la vista al patio y era lo suficientemente espaciosa para dos personas, pero el hecho de pensar que compartiría un espacio tan íntimo como una habitación con él hombre que le gusta, que estarían juntos en la misma recamara y en la misma cama durante toda la noche, casi lo hace enloquecer.

No quería actuar como un adolescente inexperto delante de él, así que se mentalizó de cualquier cosa podría pasar mientras ellos estuvieran juntos en la misma cama, pero de igual modo, nada podría pasar porque ante todo respetaría su espacio y no debía hacerse ideas erróneas. Se notaba que Taehyung era un hombre maduro y responsable, no podía pensar que ellos harían otra cosa además de dormir en esa cama.

Jungkook se tumbó en la cama y calculó la distancia a la que más o menos estará si realmente dormirá con Taehyung. Notó que no era tan pequeña, pero tampoco tan grande, era evidente que habría roces durante la noche, porque no estarían tan alejados uno del otro, y la verdad no podía asegurar que tan cerca, porque todo dependería de las cosas que pasaran y no quería pensar en ello sin saber el estado sentimental de Taehyung hacía el.

Se sentía confundido, no iba a negarlo. Cuando estaban juntos se sentía bien, sentía cierta química entre ambos, era fácil mantener una conversación con él, pero también desde que supo que Taehyung estaba saliendo de una relación, no podía dejar de pensar de que lo último que él necesitaba era otra relación. Quizás solo buscaba distraerse, y no lo culparía porque él hizo lo mismo cuando Ji-seok lo abandonó, pero sería algo decepcionante si es que Taehyung pretendía usarlo para sacar la espina de lo que es un corazón roto.

Cuando volvió al pasillo ya no había nadie, como debió suponer ya todos estaban sentados en el pequeño comedor de madera de la cocina, supo que duró mucho más tiempo en la habitación cuando vio que el desayuno ya estaba servido y aparentemente Hyun-jin y Namjoon se llevaban bastante bien.

Durante el desayuno no dijo casi nada, estuvo más al pendiente del teléfono, esperando casi desesperadamente que Taehyung le dijera algo, o al menos que ya iba de camino si es que realmente iría porque no volvieron a hablar desde la noche anterior y eso lo mantenía ansioso de saber algo, pero tampoco se atrevía a escribirle para no quedar alguien que toma actitudes de pareja cuando no lo eran.

Si la casa no podía ser más genial, lo fue cuando descubrieron la alberca en el exterior, a pocos pasos de ella se encontraba un pequeño banco de picnic y una parrilla detrás, ya podía imaginar lo que cenarían esa noche. La piscina no era tan grande pero lo suficientemente amplia como para que Jimin y Cyrus jugaran como niños pequeños, dejando a Hyun-jin, quien era el menor de todos ellos, como el más maduro del grupo.

Jungkook estaba sentado en una de las sillas reclinables, tocando una suave melodía que obviamente solo podía ser escuchada por sí mismo, a cada minuto desviaba su mirada al móvil que reposaba frente a él. No hubo una sola llamada o mensaje por parte de Taehyung.

Ya eran las cuatro de la tarde, incluso habían almorzado una comida preparada por Jimin y Cyrus. Por un lado, le preocupaba el hecho que Taehyung no haya llegado todavía y le desesperaba no saber la razón con exactitud, solo tenía la sospecha de que se trataba de su ex. Sea lo que sea que estuviera resolviendo seguro se trataba de él o quizás no, no podría saberlo si él no se lo decía, pero en las últimas ocasiones que tuvo que hacer algo regresaba triste, decaído o con sus ojos llorosos.

Quería divertirse con sus amigos, quienes ya le habían invitado a unirse a su juego en la piscina, pero le costaba cuando su mente seguía creado un montón de escenarios de lo que podría estar haciendo Taehyung. Y si, seguía pensando que se trataba de su ex, quien seguro debía ser alguien importante para que él estuviera llorando por él; aunque lo entendía, no podía dejar de pensar que no tendría una oportunidad con él si no terminaba por completo lo que sea que tuviera con ese hombre.

A pesar del consejo de Namjoon, aquel pensamiento no abandonó su mente y eso solo lo hizo sentir desanimado, hasta pensó que Taehyung ya no llegaría cuando el reloj marcó las cinco de la tarde. Aún con todos los intentos de sus amigos para que se integrada en el grupo, prefirió quedarse donde estaba con su guitarra y sus pensamientos intrusivos de los que no podía deshacerse.

A pesar de que hacía un buen clima para ir a la isla Jeju, en ese momento las ganas de Taehyung de viajar eran casi nulas, de igual forma dejó el auto en casa, se cambió el traje que llevaba puesto por un par de jeans grises y una camiseta mucho más simple color negro, lo único que dejó fue su collar de perlas y sus pulseras.

Se fue hasta el aeropuerto en un taxi, aunque sus ánimos estaban por el suelo, también quería ver a Jungkook; uno, porque estaba seguro que de todas las personas es quien lo haría sentir mucho mejor; dos, porque ya le había dicho que iría y sabía que estaría esperándolo.

Pensó en enviarle un mensaje para que supiera que estaba de camino, pero tuvo que subir muy rápido al avión. Para cuando llegó a la isla Jeju dijo la dirección que mencionó el amigo de Jungkook en el bar, en vista de que ya estaba por llegar prefirió ya no escribirle, solo llegar y finalmente verlo.

Quería dejar de sentirse tan desdichado, quería dejar de pensar en Juwon y las cosas que hizo, se supone que era un hombre soltero y que tenía la suerte de haber conocido a un hombre como Jungkook, uno que le brindaba toda la tranquilidad que en el momento tanto le hacía falta.

Al llegar a la casa, quien lo recibió fue el mismo anfitrión, a quien por supuesto halagó la linda casa que tenía. Desde el exterior podía escuchar el bullicio de los demás y por el cabello húmedo de Namjoon supuso que acababan de bañarse en la playa o tenía una piscina en el patio, lo cual confirmó cuando el hombre a su lado abrió la puerta corrediza que daba al patio trasero donde efectivamente se encontraban todos.

Su mirada viajó por cada de uno de los rostros que ya eran conocidos para él, buscando encontrarse con los de Jungkook. De fondo tenían una canción bastante suave, casi como una mezcla entre el reggae y el R&B. Cyrus y Hyun-jin se encontraba sentados en la orilla de la pileta, Jimin flotando en el agua con su mirada fija en el cielo.

Cuando vio el cuerpo, ese cabello negro como la noche y largo, sintió un gran peso ser derrumbado de sus hombros, él no había notado su presencia, su mirada estaba perdida en el horizonte mientras tocaba la guitarra. Antes de que pudiera saludarlo, Namjoon volvió a aparecer detrás de él diciéndole que lo llevaría a su habitación para que dejara sus cosas.

En lugar de seguir los pasos del chico alto, volteó su mirada una vez más a Jungkook, y una sonrisa se deslizó por sus labios cuando este finalmente supo que ya estaba allí, hasta podía decir que vio cierta sorpresa en sus ojos.

Antes de volver al interior de la casa, el pelinegro le devolvió una sonrisa de lado que dejó pensando a Taehyung, aunque lo único que quería en ese momento era sentarse a su lado y solo escucharlo tocar la guitarra, se dijo a si mismo que ya tendría tiempo para saludarlo como debía, para pasar todo el tiempo que fuera necesario con él, después de todo estaba allí por ello, para pasarla bien.

—Pensamos que ya no vendrías —expresó Namjoon mientras subían las escaleras juntos—. Jungkook estaba a punto de volver a la ciudad a buscarte o quedarse contigo, quien sabe.

—Tuve que hacer unas cuantas cosas antes de venir —respondió Taehyung bajando la pequeña maleta que llevó—. Además, vi a Jungkook bastante tranquilo.

—Exacto, se supone que debería estar divirtiéndose, pero no ha hecho más que mirar el teléfono cada segundo y tocar la guitarra, empiezo a creer que tiene alguna obsesión —comentó Namjoon mientras lo dirigía por un pasillo largo.

—¿Con la guitarra? Si, le gusta mucho. Le tiene mucha pasión —expresó el castaño sin querer discutir con el anfitrión que no le gustaba la manera en la que llamaba el pasatiempo de Jungkook como una obsesión.

En cuanto llegan a la que será su recamara, vio que ya había una mochila negra en el sillón de ventana, lo que por supuesto le confundió porque pensaba que estaría solo en la recamara.

—¿Quién más estará aquí? —preguntó al dejar su bolso de mano sobre la cama, cubierta por un edredón gris, cuando se dio la vuelta observó que Namjoon estaba a punto de dejarlo solo.

—¿Tu quien crees? —cuestionó devuelta, con una sonrisa llena de picardía que le dejó todo bastante claro.

La mochila en el sillón era de Jungkook, de eso no tenía dudas y de pensar que estarían juntos toda la noche, que dormirían juntos en la misma cama, sentía toda clase de cosas que no podría explicar. Sabía que ese viaje era una oportunidad para estar por más tiempo con Jungkook, para saber más de él, para escucharlo hablar y que tocara la guitarra solo para ellos dos, pero nunca en estuvo en sus posibilidades el que durmieran juntos.

Ahora que ya era algo que podía dar por hecho, todo lo que debía hacer era prepararse mentalmente para todo lo que podría pasar durante el fin de semana, después de todo, ya era un hombre completamente libre de cualquier tipo de compromiso.

Luego de haber dejado su equipaje, cambió sus jeans por un par de bermudas azules para aprovechar el buen clima que, hacía esa tarde, casi noche. Además, el resto del grupo ya tenía su ropa de playa puesta, así que él no sería el único con jeans y sneakers. Bajó las escaleras aun con el pensamiento de él y Jungkook en la misma cama por toda una noche, quería evitar pensar en las cosas que podrían pasar, es decir, hace años que no estaba en la cama con nadie más que no fuera Juwon, divorciarse era como empezar desde cero todo, algo a lo que muchos le temían.

Empezar de cero era tanto bueno como malo, bueno porque tendrías nuevas experiencias que te harían crecer conforme pasa el tiempo, malo porque te sientes perdido y sin saber hacer. Hasta el momento lo único bueno que tenia de empezar de cero era Jungkook y no podía quejarse de ello.

Antes de poner un pie en el último peldaño de la escalera, escuchó un tarareo que provenía de la cocina, fue entonces cuando vio la espalda ancha del pelinegro que se encontraba de frente al refrigerador italiano de marca Smeg color rojo, sonrió al ver los shorts de animal print que llevaba puesto, lo que le dejaba a la vista sus piernas trabajadas y sus fuertes muslos en cuanto se dio la vuelta.

—Perdón, no quise asustarte —comentó al ver que el chico se espantó cuando se dio cuenta de que no estaba completamente solo.

—Si viniste.

—¿Por qué no vendría? —cuestionó Taehyung arrastrando la silla de metal del comedor—. Te dije que iba a venir, no pensaste que te iba a dejar plantado cuando prácticamente estoy aquí por ti.

En el instante que Jungkook escuchó las palabras de Taehyung, todos sus pensamientos negativos y algunas de todas las inseguridades que florecieron mientras el no estuvo, fueron derribadas.

—¿Y cómo te fue? —preguntó Jungkook mientras colocaba en el microondas un envase de tteokbokki con queso.

—Pude resolver —fue lo único que se atrevió a decir Taehyung, aún no estaba listo para hablar de todo lo que pasó esa mañana y parte de la tarde, no quería ni siquiera pensarlo, así que buscó la manera de guiar la conversación a otra cosa que no fuera él.

—Qué bueno —susurró Jungkook—. ¿Comiste?

—Sí, comí en el aeropuerto.

—Allí no hay nada bueno de comer, te haré uno de estos, ¿o prefieres ramyeon picante? —cuestionó mirando al castaño por encima de sus hombros.

—¿Cómo sabes que me gusta el ramyeon picante?

—Lo recuerdo de aquella vez que fuimos a la tienda de conveniencia —expresó sacando el paquete que fideos, tomando como un si su respuesta.

—Me sigue impresionando lo atento que eres con los detalles.

—Vuelvo y digo, solo lo soy con las personas que me gustan —masculló casi solo para él, pero Taehyung fue capaz de escucharlo y no pudo evitar sonreír aún más al escuchar sus palabras.

—Así que yo te gusto —dijo cruzándose de piernas.

—Puede ser —susurró mientras colocaba el agua a hervir—. Creo que con algo de carne estaría mejor, ¿está bien con algo de panceta?

Taehyung solo asintió notando lo que estaba haciendo, cambiar de tema. Sus miradas solo se encontraron por algunos minutos mientras cocinaba, estaba extrañamente más callado. Ya estaba acostumbrado a que sus conversaciones fluyeran, pero en ese momento él parecía estar pensando en otra cosa o quizás solo estaba siendo paranoico.

—¿Por qué no estás con los demás? —cuestionó Taehyung en cuanto Jungkook dejó el tazón con ramyeon delante de él y un plato con algunos trozos de carne. No tenía tanta hambre hasta que tuvo aquel platillo frente a él y solo escuchó su estómago rugir.

Todo lo que recibió como respuesta fue un encogimiento de hombros, aquello le confirmó que efectivamente estaba algo cabizbajo, especialmente porque comió su tteokbokki de pie junto a la encimera, en lugar de sentarse a su lado en el comedor. Algo estaba pasando con él y le preocupaba que fuera culpa suya, quizás debió escribirle antes y así no estaría tan silencioso, o quizás no tenía nada que ver con él.

Aun cuando halagó la comida que le preparó, todo lo que obtuvo fue un "de nada" de su parte y el silencio entre ellos volvió, es como si estuviera decepcionado de algo y tenía miedo de preguntar por qué. Evitaba hacer cualquier tipo de contacto de mirada y esta vez no eran por timidez, más bien parecía estar inmerso en sus pensamientos.

Ambos volvieron al exterior junto a los demás, en vista de que ninguno quiso decir nada, por un lado, Taehyung se sentía algo irresponsable por no decirle que estuvo haciendo exactamente, entendería que Jungkook esperara que lo hiciera después de que este le ha demostrado que puede confiar en él, que puede contarle y que él escucharía sin juzgar.

El miedo de perder lo que ellos estaban iniciando seguía allí, el mismo miedo que evitaba que dijera algo de su exesposo y lo peor de todo es que no sabía cómo deshacerse de ello, ya que mientras menos le contaba más sentía como se alejaba.

Cuando estuvieron afuera con el resto del grupo, Jungkook siguió con su guitarra en el mismo lugar que lo encontró mientras que el resto de los chicos seguían en la piscina jugando, riendo, la diversión era evidente. Namjoon no paraba de reír por las ocurrencias de los tres chicos que ahora se encontraban fuera del agua, aunque su atención estaba especialmente en Jimin y este siquiera lo intentaba disimular.

Aunque Taehyung se encontraba a su lado, escuchando levemente el sonido de la guitarra acústica, sonrió cuando sus amigos finalmente se las ingeniaron para hacer que esté al menos sumergiera sus pies en el agua, mientras que Cyrus intentaba mojarlo al salpicarle agua con las manos, lo que hizo que Jungkook riera.

—Ya deja de pensar tanto —le pidió Namjoon cruzando por detrás del azabache.

—No lo hago, hyung —comentó en respuesta.

En ese momento su mirada volvió a encontrarse con la de Taehyung, quien se veía tan diferente con aquella camiseta negra arremangada en las orillas,
por lo que tenía una mejor apreciación de sus brazos que se veían muchos más fuertes de lo que recordaba y las venas se le marcaban de una manera que le parecía tan sexi. Taehyung esa tarde, lucía tan relajado y casual, pero al mismo tiempo tan sensual con sus pantalones cortos azules, mismos que le permitían ver su piel canela, alguna que otra cicatriz y sus piernas firmes, sus muslos mucho más delgados que los suyos, pero bonitos.

Aunque se alegraba de que Taehyung haya llegado, había algo dentro de él que seguía recordándole lo inalcanzable que era aquel hombre. Él no tenía nada que ofrecerle cuando parecía tener lo que necesitaba, es decir, es el dueño del bar para el que toca, hace poco supo que hizo la carrera de Relaciones Internacionales y aunque estaba saliendo de una relación, algo le decía que estuvo con alguien que estaba a su altura, mientras que él apenas sentía que empezaba a vivir la vida que quería.

No tenía mucho, porque después de todo, lo que tenía era más de sus padres que suyo, así que ahora no tenía nada más que un apartamento pequeño que pagaba todos los meses, sus dos guitarras y un sueño; no tenía nada establecido, así que en ese sentido no tenía nada para ofrecerle y eso lo hacía sentir decepción de sí mismo.

—¿Por qué sigues llamándome hyung? —cuestionó Namjoon dejando en manos de su mejor amigo un vaso con lo que probablemente era alcohol.

—¿Qué clase de pregunta es esa? —preguntó Hyun-jin mientras salía del agua, su cabello rojo luciendo más oscuro y mucho más largo.

—Soy menor que él por un año —expresó Namjoon encogiéndose de hombros.

—¿Qué? Pero, Seokjin dijo que tú... ¿y apenas me lo dices? —dijo Jungkook apuntándolo con su dedo índice.

—A todo esto, ¿quién es el mayor aquí? Ya sabemos que el más pequeño es Hyun-jin —preguntó Cyrus peinando su cabello hacia atrás, colocándose junto a Namjoon.

Para Jungkook, verlos juntos uno al lado del otro, Cyrus con su pecho al descubierto, Namjoon con pantalones cortos y relativamente bronceado, le daba una sensación extraña a Jungkook. No tenía a la vista a Taehyung porque se encontraba detrás de él, pero podía afirmar que el baterista y su anfitrión era la combinación de todo lo que él consideraba atractivo, sin embargo, el hombre que estaba callado detrás suyo tenía todo lo que le gustaba en un hombre.

—Taehyung es mayor que yo, así que creo que él —expresó Jungkook.

—¿De qué año eres? —preguntó Jimin con curiosidad.

—Soy del 92, tengo 30 próximamente 31 —admitió Taehyung.

Jungkook giró su cabeza con los ojos muy abiertos, mirándolo con notable sorpresa, es decir, sabía que era mayor que él, pero él nunca mencionó de qué año era, nunca pensó que sería tres años mayor y aquello lo hacía aún más inalcanzable. Eso dejaba claro porque era tan maduro y estaba tan establecido a diferencia de él, aunque la madurez no tuviera mucho que ver con la edad sino con las experiencias de vida, aun así, 30 años era suficiente experiencia como para decir que Taehyung es una persona madura.

Luego de aquella información, todos volvieron en lo que estaban, mientras que Jungkook seguía pensando en la reciente confesión del castaño, con su mirada puesta en el agua que movía con sus pies.

Los ánimos de Taehyung seguían por el suelo, como si todo lo que escuchó recientemente en el juicio siguiera repitiéndose una y otra vez en su cabeza, hasta el punto de que volvió a sentirse sofocado, aunque el ambiente en la piscina era bastante divertido de ver, tuvo que alejarse un poco de la música que se escuchaba en los altavoces del speaker, del pequeño bullicio.

Un montón de recuerdos llegaron a su mente, lo que, por supuesto le abrumó, desde donde estaba vio que la playa estaba a pocos pasos de ellos, solo debía seguir el camino fuera de la casa y bajar unos cuantos escalones para llegar.

Aunque estaba dispuesto a hacer a un lado sus sentimientos al ver lo callado que estaba Jungkook aún en medio de lo que empezaba a ser un caos, a pesar de que estaban al aire libre, realmente se sentía agitado, como si no tuviera control de sus pensamientos, mismos que llegaban como un bombardeo que se intensificaba cada vez más. Dubitativo, volvió su mirada a la playa y luego a Jungkook, quien le daba la espalda en ese momento, y finalmente se puso de pie casi con desesperación.

Necesitaba despejar su mente antes de poder hablar con él, antes de poder hacer cualquier cosa con él, tenía que buscar la manera de dejar de pensar en el pasado. De nada valía el arrepentimiento por no haber hecho algo antes, se repitió a su mismo que no había forma de que él supiera antes las cosas que estaba haciendo Juwon.

El daño ya estaba hecho y lo único que quedaba era sanar.

Jungkook estuvo a punto de ponerse de pie para evitar que sus compañeros le salpicaran más agua, fue en ese instante cuando se dio cuenta de que Taehyung no estaba donde lo vio la última vez, lo buscó con la mirada esperando encontrarlo alrededor pero no lo vio por ningún lado.

En medio de su búsqueda, vio como Jimin le hacía señas con las manos, confundido ladeó su cabeza hacia la playa y vio la silueta de Taehyung terminando de bajar las escaleras que conducían a la playa que parecía ser privada para el condominio de casas en el que se encontraban.

—Este es tu momento, ve con él —le dijo su mejor amigo casi empujándolo en la misma dirección que se dirigía Taehyung.

Rápidamente se colocó las sandalias y salió casi corriendo escaleras abajo, tratando de no perder de vista a Taehyung. No se dio cuenta cuando este se fue o la razón, pero se dijo a si mismo que no podía hacerlo a un lado de un momento a otro después de que le ha demostrado que podía contar que él, después de haberle dicho que lo entendía, que lo buscara cuando lo necesitara, aunque ahora que estaba seguro de sus sentimientos podría usar otras palabras, pero el pasado no podía ser cambiando, lo que se podía hacer era mejorar su futuro y ser honesto con él en cuanto a sus sentimientos.

—Hey —dijo Jungkook al llegar junto a Taehyung, casi quedándose sin aire por haber caminado tan rápido.

Su presencia sorprendió a Taehyung, no esperaba que este apareciera en medio de su camino por la playa. Se había quitado sus sandalias para sentir la arena hundirse entre sus dedos, algo que Jungkook imitó.

Ambos caminaron hasta llegar más cerca de la orilla y siguieron su camino hacia un destino sin rumbo, con sus pantuflas en manos, dejando sus pies marcados en la arena a cada paso que daban.

—¿Todo bien? —cuestionó Jungkook con la mirada en el piso.

—Me estaba sintiendo un poco mal y quise venir a despejar un poco la mente —susurró Taehyung seguido de un suspiro que no pasó desapercibido por Jungkook.

—¿No querías venir? No tenías que hacerlo si no te sentías con ánimos de hacerlo.

—¿Por qué sigues pensando eso? —preguntó Taehyung curioso, él ya tenía la débil sospecha de que por eso Jungkook ha estado tan silencioso.

—No lo sé, quizás cambiaste de opinión con lo de seguir viéndonos.

—No es eso...

—Lo entenderé si es así —le interrumpió Jungkook.

—Jungkook —pronunció Taehyung tomando al azabache del brazo, haciendo que ambos se detuvieran a medio caminar—. No es que no quiera seguir viéndonos, ahora lo quiero más que nunca, es solo que... es más complicado, el problema lo tengo yo. Solo necesito ordenar mi mente, ¿sí?

—Está bien, ¿quieres que me vaya y te deje a solas un momento? —cuestionó Jungkook pasando una mano por su cabello—. Dios, no debí venir a molestarte, perdón, fue impulsivo.

—No, me gusta estar contigo, quédate a mi lado — le pidió cuando Jungkook intentó deshacerse de su agarre al tomar su mano y tirar levemente de esta para que siguieran caminando uno al lado del otro.

"Y a me gustas tú", quiso decir Jungkook, pero de su boca no salió una sola palabra. No tenía la osadía de formular aquella oración, de solo pensarlo sentía que su corazón se saldría de su pecho.

—¿Por qué crees que cambié de opinión con lo de seguir viéndonos?, ¿he hecho o dicho algo que haya demostrado eso? —cuestionó Taehyung para romper con el silencio que de repente hubo entre ellos.

—Los últimos días has estado bastante afligido, recuerdo que dijiste que estabas saliendo de una relación y todo este tiempo he estado suponiendo que quizás realmente no quieres que sigamos viéndonos de esa manera o que tu percepción de mi haya cambiado —expresó Jungkook—. Supongo que él ha sido alguien muy importante en tu vida, probablemente están buscando la forma de arreglarlo, la verdad es que no tengo idea de lo que sucede, y sí, que me gustaría saberlo.

—Es mi culpa —fue lo único capaz de decir luego de escuchar cómo se sentía Jungkook.

Tal y como lo había pensado, el guitarrista estaba más decaído por todos los pensamientos que tenía respecto a lo poco que él le ha dicho sobre su situación sentimental, es cierto que ninguno le debía explicación al otro, pero había una especie de promesa intrínseca en sus palabras cuando ambos se dijeron que querían seguir viéndose, teniendo citas, así que de alguna manera si eran necesarias las explicaciones.

—¿Qué es tu culpa? —preguntó Jungkook llevando su mirada al perfil del hombre que caminaba a su lado, con la brisa moviendo su cabello castaño.

—El que tengas tantas dudas —masculló Taehyung—. Mi percepción de ti no ha cambiado, cada día me pareces alguien mucho más interesante y por supuesto que no estoy intentando arreglar nada con ese hombre, lo de él y yo es algo que ya quedó en el pasado, solo me ha costado darme cuenta de algunas cosas que han sido como un gran balde de agua fría para mí, por eso me ves así de decaído, pero ya terminó.

»No puedo negar que fue alguien importante porque estuvimos juntos por ocho años, pero los recuerdos que tengo de todo ese tiempo ahora parecen tan irreales, ahora mismo tengo dudas de todo lo que pasé con él. Es por eso que me ves así a veces. No es porque no quiera pasar tiempo contigo, es porque nunca me había sentido de esta manera y estoy tratando de afrontarlo. Sé que no se irá de la noche a la mañana, pero de todos modos me encantaría que sigamos viéndonos como lo hemos estado haciendo, ¿está bien?

La confesión de Taehyung fue mucho más de lo que esperaba en ese momento. Ocho años en una relación era casi un matrimonio, era mucho tiempo, así que en ese sentido entendía mejor los sentimientos de Taehyung, aunque aún no sabía con exactitud que pasó entre ellos, lo sabría con el tiempo, era todo lo que él necesitaba.

Podía complacerlo con su compañía, al menos sabía que Taehyung quería seguir saliendo con él. Aún tenían tantas cosas que conocer del otro que ya tenía pensado a que lugares lo podría llevar a cenar o almorzar, después de todo era un hombre soltero con él podría hacerlo sin culpa o preocupaciones.

—¿Todo bien ahora? —cuestionó Taehyung al ver como Jungkook casi sonreía, pero aún no decía nada.

—Si —masculló Jungkook finalmente sonriendo—. Por cierto, ¿treinta?, ¿por eso no me querías decir tu edad la primera vez que salimos juntos?

—Lo dices como si tuviera 50, solo hay tres años de diferencia entre nosotros —expresó Taehyung riendo.

—Tampoco me dijiste que eras el dueño del bar, creí que iba a morir de la impresión cuando lo dijiste —señaló Jungkook llevando su mano libre a su pecho, apretando sus ojos solo para hacer drama.

—Ay honey, no seas tan dramático, pensé que era algo más que evidente y que no era tan necesario que lo mencionara en alguna de nuestras salidas, además, no haría ninguna diferencia —expresó Taehyung.

El apodo que Taehyung usó para dirigirse a él, hizo que sus mejillas se sonrojaran, no podía decir que era muy bueno en el inglés, pero podía tener una conversación perfectamente con alguien más, es por lo que pudo identificar por esa fracción de segundos su acento británico y le gustó tanto que estuvo a punto de pedirle que volviera a llamarlo de esa manera.

—Pero ¿por qué trabajas en la barra? Tienes el privilegio de solo supervisar lo que hacen los demás —señaló Jungkook mientras recogía el caparazón de un caracol que se atravesó en su camino.

—El bar era de mi padre y siempre lo vi tan feliz, a pesar de que no parece ser el mejor trabajo, es algo que verdaderamente me transmite la felicidad que mi padre tuvo cuando fue el propietario. Disfruto trabajar en la barra, porque conozco a las personas y, además, no me pierdo la presentación de las bandas —admitió.

—Wow, me parece genial que hagas eso y que te llene de esa manera. Envidio eso, puedes trabajar en lo que te gusta y ser feliz con ello —susurró Jungkook arrojando al mar el caparazón de caracol que recogió antes.

Taehyung se dio cuenta de que el sol estaba a punto de ocultarse y que habían llegado bastante lejos de la casa caminando, detrás de ellos ya no había más casas de aquel condominio, solo grades rocas. Sin pedir permiso, tomó la mano de Jungkook y lo llevó hasta la orilla de la playa, donde se sentaron dejando que el agua del mar tocara sus pies cuando subían las olas.

—Esta es una buena vista, no estamos en lo alto de una montaña o en una azotea, pero es algo, ¿no? —señaló.

—Es mucho mejor —expresó Jungkook con una sonrisa.

La luz del sol les quedaba de frente, iluminando sus rostros. Taehyung tomó el atrevimiento de mirarlo y vio como este mantenía su mirada en el horizonte con sus labios entreabiertos como si estuviese impresionado por la puesta del sol. Su cabello largo era movido por la brisa, todo lo que se podía escuchar era el sonido de las olas y las gaviotas que se alzaban en el cielo.

Estaba impresionado por las facciones tan bonitas de Jungkook, aunque la línea de su mandíbula era bastante masculina, la forma en la que sus finos labios estaban entreabiertos, sus ojos grandes, su nariz y sus cejas largas naturalmente delineadas, es lo hacía sus facciones más delicadas y bonitas. Había cierta inocencia en su expresión, aunque solo podía apreciar su perfil, no podía alegar ignorancia de lo precioso que se veía con aquel tono anaranjado iluminando su rostro, haciéndolo lucir mucho más angelical.

—Eres hermoso, ¿te lo habían dicho antes? —preguntó sin apartar su mirada del chico a su lado.

Esperaba que Jungkook lo mirara a los ojos, pero Taehyung observó cómo su sonrisa fue agrandándose hasta mostrar todos sus dientes y posterior a ello, escondió su rostro entre sus manos, aunque quiso ocultar sus mejillas coloradas, no fue de mucha ayuda el que sus orejas estuvieran igual de rojas y que estuviera a la vista de Taehyung debido a la brisa que seguía moviendo sin control su cabello.

—Estoy acostumbrado a la palabra "sensual sexi y atractivo" —admitió, su sonrisa volviéndose un poco más melancólica—. La última persona que me dijo que era hermoso, hace mucho tiempo que no está en mi vida.

—Y... ¿hay una persona? —cuestionó Taehyung, aunque Jungkook ya le había dicho que más de una vez que quería seguir saliendo con él, quería escuchar de su boca que era un hombre soltero, que realmente no había nadie por ahí.

—No la hay, eso solo si dejamos fuera a la persona que me gusta —dijo acomodando parte de su cabello detrás su oreja.

—Para todos puedes ser sexi, atractivo, sensual y todo lo demás —comentó Taehyung, haciendo que las mejillas de Jungkook se calentaran aún más—. Para mí eres hermoso, así como las piedras preciosas que solo se exhiben en museos, así de particularmente hermoso.

No esperaba de Taehyung ese halago tan elaborado, podía contar con una mano las veces que le han dicho esa clase de cosas solo para adular su belleza, han usado otras palabras para hablar específicamente de su preciosidad, pero nunca había sido comparada con piedras preciosas como lo ha hecho Taehyung.

Tuvo miedo de voltear su mirada al hombre que no ha dejado de mirarlo desde que se sentaron en la arena con los pies en la orilla del mar. Sus cuerpos estaban cerca, así que cuando volteó a verlo con sus mejillas bañadas en un color rojizo que delataba su timidez, descubrió la sinceridad en su mirada.

—Tú también eres hermoso, hyung —articuló Jungkook casi en un susurro inaudible, lo suficientemente alto como para que Taehyung notara lo dulce que se escuchó su voz.

—Si hablamos de belleza, tú te llevas el premio mayor, de eso no hay duda —confesó Jungkook, está vez en un tono de voz un poco más alto, pero sin dejar de ser suave.

Volvió su mirada al frente al mismo tiempo que volvía a acomodar su cabello detrás de su oreja, en ese momento Taehyung se dio cuenta de su nerviosismo y solo pudo sonreír. En ningún momento apartó su mirada del rostro de Jungkook, no quería hacerlo, sentía que si lo hacía no podría guardar en su memoria ese momento en el que sus ojos grandes brillaban mucho más.

Su belleza al momento que su rostro era iluminado por el sol, sus ojos grandes y brillantes, aquel hoyuelo en su mejilla cuando medio sonreía con timidez. Para el, en ese instante, Jungkook era más hermoso que el crepúsculo en el horizonte que el chico tanto apreciaba.

—Taehyung, deja de mirarme así —pidió Jungkook en medio de una risita, ladeando su cabeza al lado contrario del que se encontraba el castaño.

Sonriente y sin decir una palabra, limpió su mano de su pantalón corto y la llevó hasta el mentón de Jungkook, haciendo que este girara su cabeza en su dirección, la manera en la que sus mejillas estaban tan rojas le causaba ternura, muy diferente al hombre que tuvo de frente en aquel apartamento, tomándolo de la cintura y casi besándolo. Pero cuando sus miradas se encontraron, descubrió que su deseo en ese instante era el mismo.

Ambos se relamieron los labios haciendo aún más evidente lo que estaría pasando en los próximos segundos.

La mirada de Jungkook viajó a los labios de Taehyung, ha deseado besarlo desde la primera vez que salieron juntos, desde que supo que sería correspondido no había dejado de imaginar lo que se sentiría probar aquellos labios en forma de corazón.

Taehyung recordaba perfectamente sus palabras cuando estuvieron a punto de besarse aquella noche, pero aquel hombre osado y coqueto parecía haber desaparecido dejando en su lugar al verdadero Jungkook con el que ha estado compartiendo por meses, el mismo que le gustaba tanto y que anhelaba poder besar o sentía que perdería oxigeno si no lo hacía.

Acercó su rostro lentamente, hasta que sus narices lograron rozarse, su mano reposaba sobre la mejilla de Jungkook con su cabello movido por la brisa rozándole en sus dedos. Cerró sus ojos mientras giraba tan solo un poco su cabeza, percibiendo su aroma a lirios del valle, rosas y jazmín, combinado con el olor de la arena y el mar.

Acarició su mejilla aun sin llegar a tocar sus labios, pero tan cerca que podía sentir la respiración acelerada de Jungkook, escuchó atentamente el sonido que tenía a su alrededor, las olas del mar y las aves de cielo. Grabó en su mente cada detalle, porque lo único que se llevaría su alma serían los recuerdos y quería recordar su primer beso como algo hermoso, quería recordarlo siempre con cada detalle.

—Tae, be...

Las palabras que estuvieron a punto de ser pronunciadas por Jungkook fueron ahogadas por los labios de Taehyung, quien atrapó sus labios en un beso sutil y delicado, tal como imaginó que sería un beso de su parte. El pulgar de Taehyung acarició su mejilla con suavidad, de la misma manera que lo besaba.

Sus labios parecían estar diseñados para encontrarse, encajaban tan bien que no pudo evitar sonreír en medio del beso. El corazón de Jungkook golpeaba contra su pecho con ferocidad, sintió su pulso acelerarse cuando pudo saborear los labios de Taehyung, quien por simple curiosidad pasó su lengua por el piercing del pelinegro, sintiendo aún más el frio del metal en contraste con el calor de su boca.

Jungkook movió la mano de Taehyung de su mejilla y lo tomó por el cuello para profundizar el beso, enterrando sus dedos en su cabello esponjoso, algo que siempre quiso hacer.

Tomaron bocanadas de aire en medio del beso ante la necesidad de no querer apartar sus labios del otro, el anhelo de sentirse, el deseo reprimido por meses de querer hacerlo no les permitió que se apartaran hasta que les faltó el aire, con su pecho subiendo y bajando.

—Me gustas —susurró Jungkook pegando su frente a la de Taehyung, ambos aun con los ojos cerrados, sintiendo el cosquilleo en sus labios—. Dios, me encantas, bésame más.

Sin dudar, Taehyung volvió a unir sus labios, esta vez en un beso más desesperado que el anterior, pero sin dejar de ser cuidadoso. No pensó que el arete en el labio de Jungkook se sentiría tan bien cuando lo besara, era una sensación extraña pero satisfactoria, sus finos labios se movían con algo de torpeza a veces, pero luego con una exquisita destreza que le enloquecía.

Si tuviera que ser un prisionero, lo sería de su boca, porque no querría nunca salir de sus labios, se entregaría a él por completo. No querría nunca apartarse de lo que aceleraba su pulso y le quitaba la respiración; no querría separarse de aquel aroma floral, de esa caricia en sus mejillas mientras su boca se movía al compás de la suya, creando un ritmo que solo era de ellos en medio de la melodía de sus corazones latientes a causa de las emociones florecientes

Lo esperado que fue este beso😭😭😭

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