XXI. Sin mentiras ni secretos

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Todo lo que tienes en el corazón debe ser manifestado antes de que sea tarde —Alejandra Pizarnik.

La nube de pensamientos que de repente inundaron su mente fueron interrumpidos por la voz de Taehyung, quien al parecer llevaba rato llamándolo, le sonrió y tomó un trago de la bebida que le extendía sobre la barra.

Taehyung conocía esa sonrisa disimulada en Jungkook, pero él ya sabía lo que estaba pasando por su mente y saberlo lo ponía en una situación entre la espada y la pared. contarle todo, no es como si él no tuviera una idea de quién era Juwon, pero era consciente de que todo sería mejor si lo escuchaba de su boca y no solo lo dedujera como sabía que ha estado haciendo todo este tiempo.

Aun sabiendo esto, siempre que tenía la oportunidad de explicarse, no parecía ser el momento o el lugar para hacerlo. Ambos habían quedado en hablar cuando terminara su presentación y estuvieran a solas. Taehyung miró a su alrededor notando que aún tenían algunos clientes en el bar.

El silencio entre ellos gritaba lo mucho que necesitaban hablar, así que mientras veía a Jungkook tomar de su bebida lentamente, se armó de valor para responder a todas las preguntas que este tuviera en cuanto solo estuvieran ellos, pero él nunca le hacía preguntas, y eso lo presionaba aún más, porque era tan paciente con el que no lo empujaba a decir nada que no quisiera contarle.

—Como siempre digo, buena presentación la de hoy —expresó Taehyung en el momento que él resto de sus compañeros se acercaron a ellos, lo cual agradeció porque ya no soportaba el silencio que había entre él y Jungkook.

Pronto el bar estaría completamente vacío, así que solo quedarían ellos. Esperaba que Jimin, Cyrus y Hyun-jin estuvieran mucho menos energéticos sabiendo que fueron rechazados por la disquera, pero en cambio estos tenían mejor expresión que Jungkook, aunque sabía que lo del guitarrista era un asunto que solo le competían a ellos dos.

—¡Gracias Hyung! —chilló Jimin abrazando a su mejor amigo por encima de sus hombros—. Pediría algo de tomar si no tuviera que conducir, tú tampoco deberías, conduces una moto por si no lo recuerdas.

—Solo un trago no me embriagará Jim —señaló terminando de beber de un solo trago la bebida que le quedaba.

—Bueno, bueno. Nosotros tenemos que irnos —comentó Cyrus tomado a Jimin de los brazos—. Nos vemos el viernes, Taehyung-ssi.

Jungkook se despidió de ellos con una reverencia. Esa noche, a diferencia de las demás no tuvo nada de qué hablar con Taehyung, aunque no se sintió incómodo, fue extraño esperar en una esquina, sentando en uno de los taburetes de la barra a que el bar estuviera completamente vacío.

Vio al bartender atender a las últimas personas y sonrió cuando el último grupo de empleados finalmente salieron del bar, lo que hizo que Jungkook volviera a guardar su móvil, mismo con el que se entretuvo mientras esperaba a Taehyung.

—No vi tu auto estacionado afuera, ¿necesitas que te lleve? —preguntó al ponerse de pie, con Taehyung terminando de recoger sus cosas.

—Está en mantenimiento —contestó el castaño—. Puedes llevarme a casa, si no es molestia.

—Salgamos a comer algo y te llevo a casa.

—¿Otra vez a Itaewon?

—No, un poco más cerca, a la tienda de conveniencia cerca del río Han —dijo Jungkook—. Hablemos de lo que tenías que decirme esta tarde.

Taehyung solo asintió temeroso de a qué se refería exactamente cuando decía que tenían algo pendiente que hablar. En silencio tomó el casco que ya podría decir que era suyo por las ocasiones que lo había usado.

Tal y como había dicho, fueron a la misma tienda de conveniencia que ya habían visitado juntos, volvieron a quedarse en el parque frente al río Han. Ambos comieron tranquilamente sin decir mucho, nada más que agradecer por la comida y murmurar entre bocados "está delicioso", aun así, no fue incómodo el que comieran en silencio, con la mirada puesta en como las luces de los edificios se reflejaban en el río.

—¿De qué hablaremos primero? —cuestionó Taehyung tras terminar su comida.

—Dijiste que seguiríamos hablando acerca del hombre de la disquera o algo relacionado —señaló—. Sabes que no te pediré explicaciones de nada, no me las debes, tampoco preguntaré, si tú no quieres decirme debes tener tus razones.

—Solo es miedo —admitió Taehyung jugado con los dedos de su mano.

—No tienes porqué tener miedo, creo que te he demostrado lo suficiente como para saber que soy compresivo, sea lo que sea que tengas que decirme —masculló Jungkook tomando las manos de Taehyung, fue en ese momento que se dio cuenta de que realmente estaba nervioso al respecto.

—Sé que puedo preguntar, pero prefiero no hacerlo y dejarlo a voluntad propia, pero, aun así, sabes que para todo hay un límite y cuando vea posible que pasemos a ser algo más de lo que somos ahora, haré esas preguntas.

—Lo sé —masculló Taehyung apretando las manos de Jungkook que de alguna manera le daban tranquilidad—. Lo que quería decirte era que, no te preocupes por lo de la disquera, hay otras maneras de darse a conocer fuera del bar. Estuve pensando en el busking, ¿alguna vez lo han hecho?

—No, me parece que Hyun-jin lo había mencionado antes, pero nunca hablamos mucho de ello.

—Bueno, esa sería una buena opción, hay lugares donde pasa mucha gente que son perfectos para ello, muchos artistas se han a conocer de esta manera —explicó Taehyung jugando con los dedos de Jungkook mientras hablaba.

—Lo único que como somos una banda y sería un poco más complicado por los instrumentos, pero puedo pensar en algo para hacerlo —masculló Jungkook admirando como los largos dedos de Taehyung se entrelazaban con los suyos.

Tan solo con aquel simple toque podía sentir un montón de emociones en su interior, algo muy parecido a estar en lo más alto de una montaña rusa y sentir que el alma dejar su cuerpo al momento de bajar en picada, así se sentía tocar las manos de Taehyung y escucharlo hablar con su voz profunda y baja.

—Es buena idea, gracias.

—No hay de que —susurró levantando su mirada para apreciar el rostro del chico que tenía en frente—. Me llamas cuando vayan a hacerlo, seré el camarógrafo y su fan número uno.

—Así que eres nuestro fan número uno —masculló Jungkook levantando las manos de Taehyung y juntando sus palmas—. ¿Quién es tu favorito?

—El guitarrista, por supuesto —contestó con una sonrisita mientras bajaba sus dedos haciendo que sus manos se entrelazaran.

Jungkook solo sonrió y besó su frente, un acto que Taehyung no esperaba en ese momento pero que adoró por lo natural que fue, como si fuera cosa de todos los días el que le diera un beso en la frente. Estuvo a punto de hacer lo mismo cuando Jungkook se levantó de su lugar y lo condujo a la motocicleta que se encontraba estacionada detrás de ellos.

Al llegar al edifico de Taehyung, este se quedó de pie junto a la moto mientras dejaba el casco en las manos de Jungkook, vio como este se estiraba lentamente a él, pero antes de que sus labios se juntaran, lo detuvo.

—¿Quieres pasar? —preguntó Taehyung a pocos centímetros del rostro de Jungkook, quien por supuesto lo observó con sorpresa.

—¿Seguro? —cuestionó el pelinegro lanzado sus cejas.

Siempre que alguien lo invitaba a su apartamento, cuando ya era media noche y tenían algo que no era precisamente una amistad, era obvio que no lo estaba invitando a mostrarle su gato, perro o lo que fuera. Pero allí estaba, aún sobre su moto, sin saber que responder precisamente, porque pensar en la situación le atemorizaba, lo que solo le pasaba con quienes les gustaba te realmente y Taehyung le gustaba mucho.

—¿Quieres ver mis plantas? —preguntó alzando sus cejas con una sonrisa ladina con la que Jungkook confirmó que efectivamente no hablaba literalmente de ir a ver sus plantas.

—¿En serio Tae? —cuestionó riendo mientras apagaba su moto—. Puedo ir a ver tus plantas.

Sonriente y emocionado Taehyung lo guio hacia la entrada del edificio, saludó al portero que los saludó con una sonrisa. Jungkook notó desde la entrada lo diferente que era al lugar donde él vivía. El vestíbulo era sencillo, pero no dejaba de ser ostentoso, luego subieron al ascensor que los llevó al cuarto piso, salieron en un pasillo largo, llegaron al fondo de este y al girar a la derecha se encontraron con otro pequeño pasillo en el que solo había dos puertas, Taehyung se detuvo en la que quedaba casi en la misma esquina al doblar, se detuvo detrás de él hasta que escuchó el pitido de la puerta cuando este colocó los cuadro dígitos del acceso.

—Bienvenido a mi casa —susurró Taehyung mientras se quitaban los zapatos en la entrada—. Encontrarás con ropa recién doblada en la sala, no tenía planeado traer a nadie a casa.

—¿Traes a muchas personas a tu casa? —preguntó Jungkook mientras lo siguió por el pequeño vestíbulo donde dejaron sus zapatos y usaron pantuflas para caminar dentro de la casa.

—Mis únicos amigos son Hoseok y Yoongi, mi madre también viene de vez en cuando —explicó mientras encendía las luces.

Sí, era completamente diferente a su departamento, mucho más espacioso y con mejor decoración que la suya. Se detuvo en medio de la sala de estar cuando Taehyung caminó hasta el balcón, abriendo las ventanas, permitiendo que la brisa ventilara el aroma que ya era conocido para que el pero que se intensificaba ahora que estaba en su hogar, era como usar el aroma artificial de la vainilla o el melocotón y de repente entrar al lugar donde se cultiven ambas cosas. Todo el aroma a vainilla combinado con aromatizador de lavanda estaba concentrado en la casa, se sentía como estar pegado al cuerpo de Taehyung y le encantaba los olores que estaba percibiendo en ese momento.

Su decoración era muy parecida a su estilo, paredes beige, una gran televisión sobre un estante en forma de librero que estaba decorado con pequeños cactus, cómics y algunos que otros discos de vinilo. El sofá de tres plazas, blanco y en forma de L con la mesita auxiliar decorada con velas y pequeñas estatuas, la mesita reposaba sobre una alfombra de estampados florales que combinaban con los cuadros de pintura colgados en la pared detrás del sofá, pinturas de artistas que él logró conocer gracias a sus clases en la universidad, por lo que dedujo que no eran precisamente de esas que se compran en el mercado a precio económico.

Su casa estaba llena de plantas, en cada esquina tenía un jarrón o una repisa con alguna que otras plantas de diferente tipo, algunas más grandes que otras. Cuando el castaño le hizo señas para que se acercara, dejó el estuche con su guitarra junto al tocadiscos que se encontraba en la columna antes de pasar a la cocina, cuando estuvo junto a Taehyung en el balcón se dio cuenta de que no mentía cuando le decía que tenía muchas plantas, era como un pequeño invernadero en su balcón.

—Estoy plantando tomates, pero no creo que funcionen —explicó señalando la plantación de tomates que tenía un tarro cuadrado que tenía junto a uno de los sillones de madera con cojines blancos.

—Se ve bien —masculló Jungkook, con su atención en el rostro de Taehyung.

Desde su balcón se podía ver parte de la ciudad, y su motocicleta estacionada a pocos metros de la entrada, tenía una buena vista desde aquel cuarto piso. Su mirada se detuvo en la manta que había sobre uno de los sillones, misma que tenía un diseño floral muy parecido a los cojines que decoraban el mueble de la sala.

—No creí que fuera cierto lo de mostrarme tus plantas —confesó dedicándole una sonrisa al hombre que ahora se acercaba a él con la misma sonrisa que tuvo mientras lo invitaba a su casa.

—No lo era, honey —masculló al tomarlo de la cintura con fuerza.

No tan sorprendido, sus labios se unieron en un beso sonoro y húmedo en el que sus lenguas se encontraron casi al instante, por inercia Jungkook levantó sus brazos y los dejó caer sobre los hombros de Taehyung, arrastrando sus dedos desde su cuello hasta llegar a sentir su cabello. Dejó salir un jadeo del que ni siquiera tuvo tiempo de sentirse avergonzado cuando el contrario lo arrastró al interior de la casa y a su paso volvió a cerrar la puerta de cristal que daba paso al balcón.

—Extrañaba besarte de esta manera —masculló Taehyung entre besos, bajando cada vez más sus manos por la cintura de Jungkook, con las manos de este acariciando su cabello, únicamente pronunciando un "mmm" sin dejar de besarlo en absoluto.

—Entonces, bésame más —masculló Jungkook con voz ronca, tomándolo del cuello y abriendo más su boca, permitiéndole a Taehyung hacer lo que le pedía casi con desesperación.

Sus labios se movieron a un ritmo desesperado, lo que se volvió tan húmedo que solo de escuchaban sus suspiros entre beso y beso. Sintiendo las manos de Taehyung apretar sus caderas, movió sus pies con cierta torpeza hacia donde fuera que él lo estuviera guiando, enredando cada vez más sus dedos entre su suave cabello, queriendo acercar más sus cuerpos que fueron separados cuando Taehyung se dejó caer sobre el mueble.

Jungkook lo observó sin saber que hacer exactamente, solo deseaba seguir besándolo. Las manos de Taehyung seguían en sus caderas, él se encontraba de pie frente a él con sus piernas entrelazadas a pesar de que el otro estaba sentando, mirándolo con una sonrisa llena coqueteo, su cabello ligeramente desarreglado gracias a sus manos desesperada por tener más contacto con el hombre frente a él.

Con su respiración algo agitada, Jungkook vio como Taehyung hizo ademán con su cabeza como si estuviera dándole permiso para que se sentara sobre él y posterior a ello sintió las manos del castaño tirar de sus caderas hasta que estuvo a horcajadas sobre su regazo.

Taehyung dejó salir un jadeo cuando este se acomodó entre sus piernas, observado más de cerca su pecho que subía y bajaba en conjunto con sus labios humedecidos y ligeramente hinchados. Sin decir mucho, Jungkook levantó el mentón del hombre frente a él y volvió a besarlo con ansias. Su piercing rozó sobre su boca con cierta fricción que fue tan placentera como sentir las manos de Taehyung apretar sus muslos.

—¿Te gustan mucho las flores? —cuestionó Jungkook entre besos.

Aquella pregunta llegó a su mente al sentir el aroma a cítricos y perfume de hombre ahora que tenía a Taehyung tan cerca.

—Sí, mi casa parece un jardín, quizá por eso me gusta mucho tu aroma —confesó separándose un poco solo para responder.

—¿Huelo a flores? —preguntó besando la línea de la mandíbula de Taehyung, mientras este metía sus manos por debajo de su camiseta. Sus dedos acariciando la piel de la espalda baja de Jungkook.

—Si, a lirios del valle —masculló cerrando sus ojos mientras los labios de Jungkook seguían besando la línea de su mandíbula hasta llegar a su oreja, donde sintió un ligero mordisco, lo que provocó que las manos de Taehyung apretaran su cintura.

Aquel apretón ante la sorpresa de las acciones de Jungkook causó que este se sobresaltara cuando fue despojado de su camiseta en medio del beso que compartían, el pelinegro se separó al sentir al bulto de Taehyung contra su trasero.

Su respiración era agitada cuando los dedos de Taehyung se deslizaron por su pecho al descubierto, en el momento que levantó su mirada, el castaño notó aquel matiz rojizo en las mejillas de Jungkook, sus labios aún más hinchados.

El pecho de Jungkook se contrajo en el instante que los dedos de Taehyung empezaron a dibujar la línea de sus abdominales, como si se tratara de una pintura. Sus delicados dedos causaron que su piel se erizara ante el contacto, por lo que apretó los hombros de Taehyung antes de acercarse una vez más para juntar sus labios en un beso aún más impaciente.

—Lindo —masculló Jungkook sin querer apartarse u abandonar el contacto, pero su autocontrol le gritaba que si no lo hacía en ese momento, las cosas llegarían más lejos y era probable que se arrepentiría luego, cuando aún tenían ciertas cosas que aclarar.

—Mmm —musitó Taehyung pasando su mano por él pecho de Jungkook.

—Deberíamos parar —sugirió entre besos, lo que hizo que Taehyung detuviera sus caricias.

—¿Quieres parar? —cuestionó separándose poco a poco de sus labios, pero sin hacerlo por completo esperó una respuesta de Jungkook, quien solo asintió cuando sus ojos aún cerrados y sus frentes pegadas, ambos sintiendo la respiración agitada del otro.

—Paremos entonces.

Luego de otro asentimiento mientras mordía su labio inferior, Jungkook se bajó del regazo de Taehyung con la mirada hacia abajo, tomó su camiseta que reposaba junto a ellos y se la colocó sin atreverse a mirar al castaño a los ojos. A pesar de su cuerpo proporcionalmente era más grande, se sentía pequeño bajo la mirada de Taehyung, algo que no le sucedía por primera vez.

Taehyung acomodó su cabello que fue desarreglado por el chico tímido que tenía a su lado, quien cruzaba sus piernas debajo su trasero y lo miraba con ojos brillantes; solo pudo sonreírle y guiñarle un ojo que provocó en el contrario una risita acompañada de sus mejillas sonrojadas.

Jungkook escondió su cabeza entre sus brazos recostándose un poco del espaldar del sofá. Mientras que Taehyung observaba cada movimiento suyo, quizás lo hacía precisamente porque lo estaba mirando sin disimulo, aunque tampoco quería disimular que le causaba mucha ternura verlo así de avergonzado por un beso caliente.

—¿Tienes algo que hacer el domingo? —preguntó Taehyung.

—No, ¿por qué?

—Quiero invitarte a un lugar —susurró—. Hay algo que debo decirte.

—Me hago una idea de que puede ser —masculló Jungkook—. ¿En la tarde o todo el día? Voy a casa de mi hermana los domingos en la mañana.

—En la tarde, te llamaré —le hizo saber Taehyung mordiéndose el labio con nerviosismo.

—¿Tu auto o mi moto?

—Mi coche.

El silencio reinó en la sala de estar, solo se podía escuchar el sonido de los pocos autos que había en el exterior y la respiración tranquila de Jungkook.

—Yo debería irme —susurró en voz baja, aún sin levantar su rostro.

—A ver, mírame —pidió Taehyung dejando reposar su mano en las piernas tonificadas de Jungkook.

En el instante que vio su rostro, confirmó lo que ya sospechaba, estaba más dormido que despierto y solo pudo reír al respecto.

—No puedes conducir así, estás casi dormido —señaló palmeando sus piernas antes de ponerse de pie—. Te buscaré algo para que te cambies.

Ujum —susurró dejando caer su cabeza hacia atrás con sus ojos cerrados.

Para cuando volvió a la sala de estar, encontró a Jungkook dormido, lo supo por como sus labios ahora estaban entreabiertos. Lo movió un poco y tuvo que ayudarlo a llegar hasta la habitación y dejarlo sobre la cama, era bastante pesado aun cuando no llegó a apoyarse por completo de sus hombros.

A la mañana siguiente el ruido en la puerta fue lo que hizo que Taehyung se despertara asustado, después de haber dejado a Jungkook en la cama se acostó a su lado y ahora se encontraba abrazando el cuerpo del pelinegro. Antes de que su madre siguiera tocando el timbre y la puerta sin parar, se levantó de prisa aún algo adormilado, algo molesto por la manera en la que fue espantado de su sueño cuando estaba indudablemente bastante cómodo abrazando a Jungkook.

El movimiento de la cama fue lo que hizo que Jungkook se diera la vuelta, estuvo a punto de acomodarse en la cama cuando escuchó voces en el exterior, lo que puso sus sentidos en alerta ya que se supone que debería estar en su cama y la alarma a punto de despertarlo. Abandonó su ensoñación cuando abrió los ojos y se dio cuenta que no estaba en su habitación y que la alarma no sonaría, miró a su alrededor estrujándose los ojos, buscó con la mirada su móvil, hasta que lo vio en la mesita de noche a su lado, cuando vio la hora y el montón de llamadas perdidas casi se tiró de la cama.

Eran las 11 de la mañana del jueves y se supone que debió estar trabajado hace horas, no metido entre las sábanas blancas de la cama de Taehyung, fue entonces que recordó el beso de la noche anterior y como este le propuso que se quedara.

Salió prácticamente corriendo, empujó la puerta que pensó sería el baño y lavó su rostro antes de salir apresurado en busca del castaño. Su ropa estaba algo desarreglada y su cabello un completo desastre, mismo que intentó acomodar mientras salía de la habitación.

—Taehyung, tengo que irme rápido, debía estar en el tra... —sus palabras se detuvieron cuando encontró al mencionado en medio de la sala de estar con su madre, a quien inmediatamente saludó con una reverencia.

—Así que por eso no me contestabas, me habrías dicho que estabas ocupado —consideró la mujer de cabello rubia que había visto una sola vez y fue precisamente cuando lo dejó en su casa después de su primera cita, recordaba su rostro y aquella sonrisa cuadrada muy parecida a la de Taehyung.

Mom, no es nada de lo que crees...

—Tampoco tienes que explicarme —le interrumpió la mujer mientras se acercaba a Jungkook, quien tenía su mirada puesta en Taehyung.

—Hola tesoro, soy Charlotte la madre de Taehyung, un placer conocerte —masculló tendiendo su mano.

—Jungkook —susurró con timidez mientras estrechaba su mano y volvía a hacer una reverencia.

Ahora que la tenía en frente podía darse cuenta del parecido que tenían ella y Taehyung. Aunque no era mucho, había ciertas facciones y expresiones que destacaban en el rostro de ambos, como la forma de sus labios y el tono de su piel, era muy parecido.

—Lamento que nos conozcamos en circunstancias como esta, pero realmente debo irme ahora —se disculpó Jungkook buscando con la mirada el bolso de su guitarra—. Supongo que nos veremos en otra ocasión.

—Sí, me parece que mi querido hijo tenía planeado hacerlo cuando fuera algo más... formal —masculló viendo como el chico colgaba el bulto sobre sus hombros.

—Es lo mejor —susurró en respuesta, dejando caer su mano sobre la cintura de Taehyung, quien ahora se encontraba de espaldas a él—. Hyung, te escribo más tarde, llámame cuando llegues del bar.

Jungkook plantó un beso en la mejilla del contrario y se despidió con un asentimiento de la mujer que se encontraba frente a ellos.

—¡Conduce con cuidado!

—¡Lo haré!

Nunca en su vida, había visto a una mujer embarazada enojada y gritona como su hermana, y era de esperarse aquella reacción cuando tenía muchos pedidos acumulados sin ser entregados a tiempo, pero tuvo aún más miedo cuando Seokjin le reprochó al respecto, aunque trató de ser lo más amable posible, era más que evidente que estaba enojado por ello, especialmente porque conocía a su hermana y sabía que aunque su esposo le pidiera que no trabajara o se mantuviera mucho rato de pie, ella de igual forma lo haría.

Aunque estuvo en sus planes escribirle a Taehyung en el transcurso del día, el ajetreo no se lo permitió hasta que estuvo tumbado en su cama listo para dormir, fue cuando escuchó la voz lejana del castaño a través del auricular del teléfono que apenas pudo sostener con sus manos mientras se quedaba dormido.

═══🎸 ━『🍸 °*♫ Taehyung ♫*° 🍸』━🎸═══

El verano estaba por llegar a su fin y raras veces me daba cuenta porque había dejado de andar a pie, pero en esta ocasión podía sentirlo al caminar por la calle, como la brisa daba un atisbo de que se aproximaba la siguiente estación, como los árboles y el cabello de la gente se mecía al antojo de aquel viento fresco a pesar de la intensidad del sol.

Así como podía percibir esta sensación del cambio en el ambiente lo sentía dentro de mí al estar con alguien. Parecía un espejismo y a la vez tan real, todos los días que habían pasado después del viaje lleno de encuentros me hacían sentir que realmente estaba siendo amado, aunque aquel chico no lo había dicho expresamente podía experimentar la calma que da saber que alguien puede darte su afecto y que lo puedes devolver con toda sinceridad.

Después de meditarlo mucho me di cuenta que después de que Juwon me hizo sentir que no merecía ser respetado o amado, cada gesto de Jungkook hacia que se esfumara aquella idea oscura al instante, quizás por fin estuviera aprendiendo a querer a alguien día a día sin esperar que pasara algo realmente extraordinario. A veces me preocupaba que estuviéramos ansiosos por hacer muchas cosas y que avanzáramos a un ritmo tan vertiginoso que al final no pudiéramos recordar los buenos momentos en el futuro, pero sencillamente lo estábamos llevando como se debía, al menos se sentía así para mí que apenas volvía a fijarme en los ínfimos detalles del ambiente a mi alrededor.

Hoy en particular habíamos quedado de vernos en mi antiguo campus y mientras iba de camino ya podía sentir como afloraba la parte más joven de mi con todas las emociones arremolinadas. Podía verlo a él en lo alto de la elevación de la entrada que tantas veces me hizo preferir dar la vuelta por otra entrada y perderme la vista realmente bella de los árboles que a cada lado la adornaba, y al subirla con tanto entusiasmo como otros que iban caminando a la par podía sentir con lentitud aquella inmediatez de mis momentos, de esos en los que había olvidado apreciar los detalles de las estaciones pasar, como si mi cuerpo y mi interior eran el único mundo conocido, el ecosistema en el que giraba hasta perder el sentido dándome una valía extrema de inalcanzable.

Sentía un leve arrepentimiento de haber vivido así, evitando las incomodidades que hicieron crecer mi ego.

Pero en definitiva, mientras subía veía que alguien me esperaba y que estaba dispuesto a caminar a pie, el chico con el que aprendí a saborear la importancia de los silencios, de las miradas entre nosotros y hacía la belleza del mundo que nos rodeaba, que no siempre había que decir algo, que no siempre nos pasaban cosas graciosas que contar, que no siempre leíamos algo que pudiéramos compartir con el otro, que no siempre era un día de ensueño y eso estaba bien porque había felicidad, porque estábamos juntos.

Así comenzó la tarde vacía de rellenos desesperados y tan llena de la cotidianidad que me fue muy familiar en mis tiempos, en este día tan normal se dispuso todo para que decidiera contarle mi verdad a Jeon Jungkook de principio a fin.

—Hola, perdón por no poder haber venido contigo, tuve que esperar al prometido de mi hermana.

Lo primero que hizo Jungkook cuando llegué a su lado fue disculparse, tenía su guitarra colgando de su hombro, iba vestido con una camisa blanca mangas cortas y sin abotonar, con una franela de tirantes debajo, un conjunto de cadenas que llegaban hasta su pecho decoraban su cuello, al igual que la pulsera alrededor de su mano derecha. Fácilmente podía ser confundido por un estudiante de música.

—Tranquilo, no tengo mucho tiempo de que llegué —le dije sonriente quitándole de sus manos la bolsa que notablemente estaba llena de snacks.

—Las mujeres embarazadas son todo un tema —declaró.

Fue inevitable no sonreír cuando este me saludó con un beso en la mejilla cuando empezamos a caminar en dirección al parque en el que tenía planeado pasar parte de la tarde con él.

—Imagino que sí —contesté tomándolo del brazo que tenía libre—. No debe ser fácil cargar con un bebe en tu vientre, los malestares y los cambios de humor que no controlas, pero no toquemos ese tema ahora —le pedí.

—Está bien.

A veces me preguntaba qué tipo de educación tuvo Jungkook, porque parecía ser una diferente a la del resto de hombres y mujeres que he conocido a lo largo de mi vida, estaba listo para responder a un ¿por qué? Pero el simplemente accedió a dejar el tema sin rechistar.

Nos sentamos lo más alejados posibles de la multitud que jugaba o estudiaba en grupo en el centro del parque, debajo del mismo árbol en el que muchas veces llegué a perderme en medio del estrés que me causaban los exámenes o los chicos con los que solía salir a pasar el tiempo con intenciones extracurriculares.

—¿Sabes? Me da mucha curiosidad el que hayas elegido la universidad en la que estudiaste para que tuviéramos una cita —consideró Jungkook acomodando la guitarra a su lado mientras se sentaba a mi lado sobre el pasto.

—Si..., sé que es un poco raro, pero lo entenderás dentro de poco.

—¿Es así de importante lo que tienes para decirme?

—Más o menos —susurré extendiéndole una de las bolsas de dulces que el mismo había comprado—. En realidad, creo que eso marcará un antes y un después entre nosotros.

—No sé si estoy listo para eso.

—Honestamente, yo tampoco, pero estoy tomando el riesgo porque quiero que me conozcas, por completo.

—No es necesario que hablemos de nuestras antiguas parejas, creo que es más importante que sigamos teniendo citas y ver hasta dónde nos lleva todo esto.

Honey, en mi caso es diferente porque desgraciadamente sigo lidiando con ello y no quiero que haya mal entendidos entre nosotros, mucho menos dudas por parte de ninguno, ¿entiendes?

—Eres un persona muy madura y centrada, me gusta eso de ti, porque yo soy lo contrario —confesó Jungkook con su mirada en el horizonte, frunciendo levemente sus cejas por el repentino resplandor del sol.

—¿Quién te dijo esa mentira? —pregunté llevándome un puño de papas a la boca.

—¿El Jungkook de mi mente?

—¿El demonio o el ángel? —pregunté alzando mis cejas, provocando la risa del chico junto a mí.

—Creo que es una combinación de ambos —susurró—. Estoy trabajando en la melodía de una nueva canción, te la mostraré ahora.

—¿Seré el primero en escucharla? —pregunté acomodándome a su lado mucho más cerca suyo.

—Sí, ya sabes —susurró afinando la guitarra—. Es confidencial.

Asentí con una sonrisa escuchando atento a la melodía que tocaba con su guitarra acústica, era un poco más movida que la última que él le tocó en la playa, en cuanto terminó de tocar de su canción le pedí que tocara algo más. Me recosté del árbol detrás mío y pronto sentí como Jungkook se fue acercando más a mi sin dejar de tocar la guitarra, solo pude sonreír y cerrar mis ojos mientras lo escuchaba.

Su cuerpo terminó recostado del mío, con la guitarra reposando de su abdomen mientras tocaba suavemente una melodía que se mezclaba con el sonido de las aves sobre nuestras cabezas, y el bullicio lejano de las personas que jugaban en el parque. En ese momento, a mi mente llegaron las palabras de Juwon en el que le preguntaba una y otra vez si Jungkook sabía que era un hombre divorciando, y se mantuvo en mi mente haciendo ruido de una manera que ya casi no le prestaba atención al sonido de la guitarra.

—Jungkook —susurré su nombre casi sobre su oído, me senté derecho de manera que este se movió junto conmigo al estar recostado de mi pecho. Giré un poco más mi cuerpo para poder mirarlo a la cara cuando este alzó su mentón probablemente buscando poder mirarme a los ojos, pero sin alejarse del contacto que ambos mantuvimos y que ninguno de los dos queríamos abandonar.

Cuando nuestras miradas finalmente se encontraron, solo me salió sonreírle al ver lo brillantes que estaban sus ojos grandes. Dejé salir un suspiro que ni siquiera supe estuve reteniendo hasta este momento, tomé su rostro entre mis manos y besé su nariz, seguido de ello acomodé su cabello que llevaba completamente suelto con una parte peinando a un lado y el flequillo rozando sus pómulos. Noté como este cerró sus ojos y aflojó sus manos que sujetaban su guitarra.

Al final, lo tomé por los hombros y lo pegué aún más de mi cuerpo, con mis manosalrededor de su pecho, sintiendo los latidos de su corazón tal y como sabía que él podía sentir el fuerte el golpeteo del mío.

—¿Recuerdas lo que hablamos en la playa acerca de la persona con la que estuve por mucho tiempo? —le pregunté, recibiendo como respuesta únicamente un asentimiento de cabeza—. Bueno, todo ha sido más complicado porque estuvimos casados por ocho años casi nueve, esa es la razón por la que me viste decaído en algunas ocasiones, con los ojos rojos después de llorar; por eso me tomé unos días del trabajo, fue la razón de muchas cosas que viste.

—Estuvieron casados —replicó Jungkook en voz baja—. Entonces el proceso de separación del que me hablabas, ¿era el divorcio?

—Así es, nunca pensé que pasaría por algo así, pero aquí estoy. Sucedió hace poco, bueno, gané la demanda el fin de semana pasado, por eso llegué más tarde a la isla Jeju.

—O sea que no fue por mutuo acuerdo, eso quiere decir que él no estaba de acuerdo con divorciarse.

—No, lo cual fue muy egoísta, pero al final me concedieron el divorcio, no había mucho que le podía hacer, pero fue agotador el que se alargara el proceso —admití.

—Eso me pone en una posición un poco más difícil para poder conquistarte, es decir, estamos hablando de un matrimonio —masculló.

Su respuesta me sorprendió, esperaba que su reacción fuera de más sorpresa, pero este estaba sorprendentemente muy tranquilo, mientras que yo sí que estaba nervioso por lo que pudiera pensar Jungkook de mí, ahora que sabía que era un hombre divorciado.

—Lo dices como si ya lo supieras —mascullé jugando con el cuello de su camisa y apoyando mi barbilla en su cabeza—. ¿Lo sabias?

—Lo he estado pensando desde que te conocí, lo primero que vi la primera vez que me quedé en el bar después de tocar, fue tu anillo. Tuve mis dudas, pero luego el día que me dijiste, en una de nuestras citas, que estabas saliendo de una relación y más o menos también me confirmaste que por eso ya no tenías tu anillo —susurró Jungkook—. Fui uniendo las piezas hasta la noche en la que ese hombre estuvo en el bar dos veces seguidas y de alguna manera lo confirmé, sin embargo, te di el beneficio de la duda porque seguía en negación.

—Entonces sabes quién es.

—Supongo, creo que es el hombre alto que siempre está bien vestido. Tiene pómulos altos, cabello ni muy corto, ni muy largo color castaño oscuro —explicó haciendo ademan con sus manos.

—Sí, su nombre es Juwon y espero que nunca más te lo vuelvas a cruzar —confesé—. Perdón por no decirte antes, estuve esperando estar más preparado mentalmente para hablar de ello con alguien más, especialmente contigo.

—¿Puedo saber qué fue lo que pasó? Me da curiosidad que una relación de 10 años haya terminado de esa manera —cuestionó tomando mis manos, dejándolas reposar en su abdomen mientras jugaba con ellas.

—Muchas cosas que me hicieron daño poco a poco hasta que no pude seguir tratando de mantener lo que sea que tuviéramos, estoy seguro que algún punto de nuestras vidas nos quisimos, pero eso no era amor, sino costumbre —expliqué—. Decir esto en voz alta me avergüenza como no tienes idea, pero... me fue infiel con una mujer que está esperando un hijo suyo.

—¿En serio? —cuestionó alejándose de mi cuerpo, apoyando sus manos del pasto para poder mirarlo a la cara con sus cejas juntas—. ¿Cómo fue capaz de hacerte eso y no querer darte el divorcio?, discúlpame hyung, pero... ¿con que clase de persona te casaste?

—A este punto, ni yo mismo lo sé y tampoco me importó mucho en ese entonces. El no siempre fue así, hasta cierto punto era buen esposo, pero luego descubrí la relación que tenía con ella y todo eso se fue a la mierda.

—Joder... está esperando un hijo, ¿por eso no querías tocar ese tema antes?

—No exactamente —susurré bajando mi mirada, ahora que lo tenía en frente se me dificultaba mantener el contacto visual—. Es por algo que he querido desde hace mucho tiempo, pero no hablemos de ello ahora, porque es muy probable que me eche a llorar, aun no estoy listo para hablar de eso... ha sido realmente difícil y...

—Taehyung —fui interrumpido por la suavidad de su voz—. No tienes que contármelo todo ahora, entiendo si hay cosas de las que no estás listo para hablar, no te sientas presionado a contármelo, soy un hombre paciente.

—Gracias por serlo —le agradecí apretando sus manos sobre mi regazo—. Creo que es la primera vez que me estoy permitiendo ser vulnerable a los sentimientos, no había hecho esto antes porque temía dejar de ser ante ti el hombre exitoso y bien portado.

—Si supieras que aun con todas las veces que nos hemos besado y todas las citas que hemos tenido, sigo pensando que eres inalcanzable, así que no deberías preocuparte mucho por ello, aun si te tuviera seguiría creyendo que estas a otro nivel al que yo no podré llegar —admitió con la mirada baja.

—Dejarás de pensar eso con el tiempo —le aseguré.

Jungkook solo asintió y volvió a la posición de antes, esta vez metido entre mis piernas con su cabeza cayendo sobre mi hombro y su mirada en el frente. Se sentía bien poder estar con el de esta manera en un espacio que considero uno de mis lugares favoritos para estar tranquilo. A pesar de que estábamos en público, era parcialmente más privado por lo alejado que estaba de los puntos donde había mucha más gente, si, cualquiera que cruzara frente a nosotros podrían vernos, pero no importaba mucho a menos que dijeran algo al respecto.

—Supongo que tú y yo no somos los más afortunados en el amor —masculló Jungkook—. Pero creo que nuestra suerte está cambiando un poco desde que nos conocimos.

—¿Tú también estuviste casado? —pregunté temeroso de que mi suposición sea acertada, porque definitivamente no esperaba eso de Jungkook, es decir, él ha mencionado antes que sabe lo que se siente salir de una relación, era obvio que también tuvo a alguien que le marcó, como todos hemos tenido uno.

Jungkook nunca habló directamente de ello y ahora que lo mencionaba tenia curiosidad de saber si había alguien que aún seguía rondando por su mente de vez en cuando.

—No, nunca ha pasado esa idea por mi cabeza, pero mi caso es bastante... inusual.

—¿Qué tanto? —pregunté ansioso por saber más.

—Me dejaron por un "llamado divino", se fue a ser sacerdote y nunca más supe nada de él.

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