XXVI. Noche de boda

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Canción de capítulo:
Don't Leave Me, My Love

Cuando no tengas algo claro, lanza una moneda. Porque cuando esté en el aire de darás cuenta de qué lado estás deseando que caiga —Thomas Chellby.

Escuchar a Taehyung fue algo que hizo que su corazón se estrujara, no estaba preparado mentalmente para escucharlo sollozar aun estando a una distancia considerada. Jungkook no pudo evitar entrar a la habitación, abrazarlo y permitirle llorar todo lo que necesitaba, entendía a la perfección de que aquella carta era el fin de un matrimonio.

No tuvo que saber que decía exactamente, pero sentir como los hombros de Taehyung se sacudían mientras el palmeaba su espalda, le dejaba claro que esa fue la manera de ponerle fin a su relación con el hombre que alguna vez fue su esposo.

Se quedaron todo el día tumbados en la cama, hablando de cualquier cosa, riendo de datos curiosos que leían en internet. A pesar de tener los ojos ligeramente hinchados por haber llorado, logró hacer que este sonriera y se olvidara de las cosas por las que estuvo llorando.

De todas las cosas que le sorprendieron ese día, fue de ver como Taehyung quemaba la carta que no volvió a leer y las esparció en la tierra de sus plantas.

Para Taehyung, los días junto a Jungkook se volvieron mucho más agradables, se sentía con un gran peso menos desde que Juwon le envió esa carta. Cuando salía a la calle, cuando estaba en el bar estaba mucho más relajado, sin tener que pensar que él podría aparecer en cualquier momento.

Tenía a Blue Notes tocando en su bar, quienes empezaban a ser mucho más conocidos, incluso ya tenían un pequeño grupo de fanáticas a quienes la banda aún no habían nombrado.

Esa noche la energía era increíble, estaba a casa llena por lo que tenía mucho trabajo que hacer, por primera vez desde que abrió el bar, tuvo personas haciendo una gran fila para entrar. Apenas y pudo hablar con Jungkook, solo escuchaba de vez en cuando como algunas mujeres decían: "Jungkook, así se llama el guitarrista, ¿tendrá novia?", en momentos como ese, es cuando deseaba ir al escenario, besarlo y dejarle claro a todas las mujeres que iban a verlo, que es un hombre que no está disponible.

Se cohibió muchas veces y en otras disimuló al comentar que su favorito era Jungkook.

Al final de la noche, fue cuando pudo acercarse a Jungkook y hablar con el más allá de un hola ¿Cómo estás?, hasta ese momento que lo tuvo frente a él en la barra cuando sus amigos se despedían de ellos, se dio cuenta de que el pelinegro no estaba precisamente bien.

—Ve a casa a descansar, tienes tres días así —escuchó que le dijo Jimin mientras se despedían.

Taehyung notó que los ojos de Jungkook se veían cansados y cuando tocó su mano sintió como estaba ardiendo en fiebre.

—Estas ardiendo, ¿te sientes bien? —cuestionó.

—Mielcito, quise hacerme el fuerte durante la presentación y con mis compañeros, pero la verdad siento que me voy a desmayar —susurró apoyándose de unos de los taburetes, aun con el estuche de su guitarra sobre sus hombros.

—Qué bueno que me lo dices —declaró—. Tomate este vaso de agua.

Taehyung volvió a verificar su temperatura al poner una mano en su frente antes de correr a colocar las sillas del bar sobre las mesas.

—Estas hirviendo, tenemos que llevarte al hospital —declaró buscando las llaves de su auto—. Puedes entrar tu moto en el bar por esta noche.

Jungkook no tenía ánimos de hacer muchas cosas, sentía su cuerpo tan caliente que estaba al borde de desplomarse. A duras penas dejó la moto en el bar y se sentó en el copiloto del Cadillac de Taehyung, sintiendo escalofríos por todo su cuerpo.

Taehyung se preocupó aún más cuando Jungkook empezó a temblar. Se sintió más tranquilo cuando lo entendieron en emergencias. Tuvieron que colocarle una intravenosa para que le bajara la fiebre.

Esa noche, aun cuando le bajó la fiebre, no se atrevió a dejarlo solo en su apartamento. Se quedó cuidándolo como él lo hizo cuando recibió la carta de Juwon.

No era nada grave lo que tenía, solo gripe, y una muy mala, porque Jungkook apenas y quiso comer algo, lo cual era bastante raro para él; eso y el hecho de que según las propias palabras del chico casi nunca se enfermaba y en ese momento no se veía precisamente bien.

En lugar de dormirse a su lado en su cama, se preocupó por vigilar que no volviera a tener fiebre, midió su temperatura más de tres veces en la madrugada, especialmente cuando sentía que se movía mucho en la cama.

Recurrió a dejar sobre su frente un pañuelo húmedo y lo cambió cada tanto. Aunque Jungkook no lo dijera, sabía que no podía dormir bien, estaba respirando por la boca y a veces estornudaba.

—Duérmete —dijo Jungkook con voz ronca, mientras el otro le cambiaba una vez más el paño húmedo—. Estaré bien.

—Intenta dormir, puedes tomarte una pastilla, ya han pasado las horas necesarias —susurró Taehyung obteniendo como respuesta un asentimiento.

Taehyung agradecía que era una noche de sábado y que no tendría mucho que hacer al siguiente día, porque apenas y pudo despertarse con lo poco que durmió esa noche, pero lo hizo porque seguía estando pendiente del estado de Jungkook.

Estaba bastante congestionado, se notaba en su voz, en sus ojos, en su poca energía y la fiebre que volvía de vez en cuando.

—Voy a hacerte una sopa de pollo, ¿quieres? —cuestionó Taehyung al salir de la ducha con la ropa del chico puesta.

—Mis amígdalas están hinchadas por eso no tengo mucho apetito —susurró sacudiéndose la nariz.

—Pero si no comes, no te mejoras —declaró Taehyung—. Solo un poquito, ¿sí?

Logró hacer que Jungkook comiera algo, aunque no fue mucho, pero fue un gran avance. Terminó sentando detrás de él en el sofá, con el metido entre sus piernas, con su camiseta holgada de cuadros azules y una taza de té en sus manos.

A pesar de que el único con fiebre allí era Jungkook, Taehyung se preocupó por cubrirlo con el edredón blando de cama. Por lo que ambos estaban cubiertos por la tela.

—¿Desde cuando estás así? —preguntó mientras peinaba el cabello de Jungkook en una coleta para evitar que se le pegara a la frente y le molestara.

—Desde el jueves empecé a tener los síntomas, pero empeoró ayer —masculló—. Le dije a mi hermana que no podré ir a su casa hoy porque no quiero que se enferme por mi culpa, tampoco quiero que te contagies de esto.

—Honey —susurró Taehyung tomándolo del mentón para hacer que girara su rostro hacia él—. No me importa, voy a cuidarte hasta que sanes por completo.

—Pero... tienes que trabajar —susurró Jungkook con la mirada puesta en los labios de Taehyung que estaban tan cerca.

—Soy el dueño, ¿recuerdas? —dijo acariciando su mejilla antes de depositar un beso sobre sus labios entreabiertos.

Cuando estuvo a punto de responder, el timbre resonó en el apartamento, lo que hizo que Taehyung fuera a ver de quien se trataba para evitar que Jungkook hiciera mucho esfuerzo, tampoco es como si este tuviese la intención de pararse a abrir la puerta.

Al ver la persona que estaba de pie en la puerta, lo primero que pensó es que se trataba de alguna cámara oculta. Trató de mantenerse lo más neutral posible, pero estaba seguro de que su expresión era de completa sorpresa.

Jungkook le gritó desde la sala de estar, que no estaba tan lejos de la entrada, para saber quién era. Al mismo tiempo que la mujer frente a él le preguntaba dónde estaba su hijo.

Su hijo.

Por un momento pensó que ella se había equivocado de apartamento, pero no fue así.

—Jeon Jungkook —volvió a decir esperando que el hombre frente a él dijera algo o al menos la dejara pasar.

—Sí, perdón —susurró Taehyung al dejarla pasar.

La mujer miró a su alrededor una vez estuvo dentro del apartamento, Jungkook la vio desde el sofá con una mirada llena de confusión. Según tenía entendido, su madre nunca supo dónde se mudaría y por la expresión que tenía en su rostro era más que evidente que no le gustaba, como era de esperarse.

—Mamá —masculló, su voz saliendo ronca—. ¿Qué haces aquí?

—Eun-joo me dijo que no fuiste hoy porque estás enfermo —declaró dejando su bolso sobre la pequeña encimera de la cocina, estaba seguro que estaba lleno de comida.

—Por lo que veo, alguien más te estaba cuidando —susurró girándose lentamente para poner su atención en el hombre que se mantuvo detrás, sin saber que decir exactamente.

—Oh, no me presenté —dijo el castaño—. Soy Kim Taehyung, un placer conocerla.

—Igualmente, Taehyung —respondió con otra reverencia.

—Debiste llamarme, tienes que alimentarte bien y sé que no lo haces cuando te enfermas —susurró sacando un montón de envases de comida del bolso que cargaba con ella.

Su madre no tenía ni dos minutos dentro de su casa y Jungkook y sentía que su cabeza le explotaría. No estaba dispuesto a discutir con ella y mucho menos en frente de Taehyung, quien volvió a sentarse a su lado en el sofá.

—¿Ella es tu madre? —le preguntó a Jungkook en un susurro cuando esta servía la comida que le llevó a su hijo.

—Sí, imaginé que la reconocerías en cuanto la vieras —masculló Jungkook destapándose de las sábanas.

—Ahora todo tiene mucho más sentido —susurró Taehyung—. Por eso te me hacías conocido.

—Sí, pero ella es mucho más conocida que yo por mucho.

—Esto se siente muy surreal —dijo sorprendido—. A mi madre le encanta, hasta creo que es su fan.

—Bueno, puedes pedirle un autógrafo a ella le gusta que la adulen —consideró Jungkook en voz baja para que su madre no lo escuchara.

—No haré eso, ella está aquí porque está preocupada por ti.

—Está aquí porque quiere controlar todo.

Taehyung miró con sorpresa al chico a su lado tras escuchar aquellas palabras. No se veía precisamente feliz de que su madre estuviera allí y por como la mujer miraba a su alrededor, presentía que era la primera vez que entraba al apartamento de su hijo.

Recodaba que su relación con sus padres no era tan buena, el mismo se lo había contado cuando se conocieron, pero no pensaba que fuera tan mala.

—También sé que te enfermas cuando estás sobrepensando las cosas, ¿es por lo que pasó el domingo pasado? —preguntó mientras dejaba un plato lleno de comida en la mesita de muebles frente a ellos—. ¿Quieres un poco? —cuestionó esta vez dirigiéndose a Taehyung, quien sólo negó con la cabeza.

—Mamá sabes perfectamente que no deberías volver a tocar ese tema y mucho menos con él hombre que sabes que me gusta estando aquí —expresó tajante, tomando los palillos y llevando un bocado de la comida a su boca.

No tenía hambre, pero en ese momento prefería evitar alguna otra discusión con su madre.

—No sé qué tipo de relación tienen ustedes, pero si Ji-seok sigue contactándome para saber de ti, le daré tu número para que puedan hablar finalmente.

—Él y yo no tenemos nada que hablar.

—Si lo tienen, y lo sabes.

—Dios, ¿viniste a hablarme de Ji-seok o a ver si yo estaba bien? —preguntó levantando su mirada.

Taehyung se puso de pie al ver como empezaba a hablar de cosas que el sentía no debía escuchar, pero la mano de Jungkook lo detuvo e hizo que se mantuviera sentado junto a él en el sillón.

Jungkook estaba sentando ahora en el piso, con su madre frente a él.

—Bien, ya no hablaré de ello —masculló, dejando su mano sobre la frente de su hijo—. Bebe mucha agua y tomate las pastillas que te traje, dejaré un té que te dará ánimos.

La mujer se puso de pie y caminó hasta Jungkook, besando su cabeza y saludando con una reverencia a Taehyung, que seguía en silencio en el sofá.

—Gracias por la comida —musitó con la mirada en el piso—. Recuérdale a papá que sigo siendo su hijo, aunque no vivamos bajo el mismo techo.

—Jungkook, sabes que él te ama a su manera, no seas así —declaró mientras tomaba el bolso que ahora se encontraba vacío—. Le diré que te llame, está muy ocupado grabando fuera del país.

—Eso no es algo nuevo —susurró más para sí mismo con la mirada puesta en la comida que casi terminaba.

—Llámame si necesitas algo, te amo —fue lo último que dijo antes de desaparecer por la puerta.

El silencio reinó en la sala de estar cuando la madre de Jungkook se fue. Taehyung solo vio como el chico junto a él suspiraba y se quedaba con la mirada puesta en la comida, notablemente sin intenciones de seguir comiéndola.

No supo que decir, Taehyung estaba estupefacto con todo lo que pasó en cuestión de minutos. Jungkook estaba sumergido en sus pensamientos.

Todo aquello le hizo pensar, en como él ha estado muy pensativo, poco hablador y ahora enfermo, según lo que había dicho su madre podría enfermarse si tenía muchas cosas en la cabeza y ahora que lo pensaba mejor, esas cosas podrían ser sobre el hombre que su madre mencionó.

—Jungkook —susurró, no sabía ni siquiera que debía decirle, por dónde debería empezar.

—Sí, la relación con mi madre es así de horrenda —susurró volviéndose a sentar en el sillón a su lado—. Perdón que hayas tenido que presenciar eso, pero no quería que te fueras de mi lado o me iba a echar a llorar, como siempre.

—Puedes contarme que es eso que hizo que te enfermeras —susurró colocándole el gorro blanco que reposaba junto a él, ahora cubriendo su cabeza.

—Quisiera decir que no fue por eso, pero si, por alguna razón parece que mis plaquetas bajan con mi ánimo —expresó—. Bueno, tú ya escuchaste a mi madre así que no creo que tenga mucho que decir ahora, el domingo pasado tuvimos una discusión por lo mismo. Un problema que tiene nombre y apellido: Park Ji-seok.

—Parece que tu madre prefiere a tu ex —consideró Taehyung—. Creo que hasta me miró mal.

Estaba celoso, no lo iba a negar. Lo peor de todo es que fue más que evidente, pero Jungkook no pareció darse cuenta de ello.

—Sí, bueno, Ji-seok es todo menos un idiota, aunque lo haya sido cuando se fue —susurró Jungkook sin mirarlo a la cara—. Por eso me ha costado tanto odiarlo, me lo dije tantas veces para convencerme de ello, no lo hago y eso es lo peor.

—¿Crees que puedas sentir algo por él si lo vuelves a ver?

Taehyung lo miró expectante, esperando una repuesta de su parte, pero la pregunta se quedó en el aire por más tiempo del que le gustaría.

—Realmente no lo sé —respondió Jungkook finalmente llevando su mirada a Taehyung—. Eso me estuvo carcomiendo la cabeza en estos días, perdón que no te haya dicho esa noche que me preguntaste, no quiero que pienses que no te quiero o que no quiero estar contigo, es que... todo es tan confuso.

Se notaba que estaba muy confundido y una vez más se sentía culpable de no entender sus propios sentimientos.

—Jungkook, tranquilo —le pidió cuando este se dejó caer en el espaldar del sillón—. No tienes que sentirte presionado a saberlo ay mi hora, sé que es difícil, pero trata de no pensar en ello. Si él es inteligente y realmente quiere lo mejor para ti no aparecerá en tu vida de esa manera.

Solo hubo silencio por parte de Jungkook, quien realmente no tenía muchas cosas en la cabeza. Ya se sentía lo suficientemente decaído y con dolores en el cuerpo como para ocupar su mente en posibilidades. Ha pasado mucho tiempo, y aunque lo amó en desmedida, esos sentimientos eran parte del Jungkook del pasado, quien es hoy en día está descubriendo con Taehyung otros matices y colores de lo que es el amor.

Aunque, en algo su madre tenía razón. El y Ji-seok tenían mucho que hablar, muchas preguntas que debía responderle y que nunca pensó que algún día podría hacerlo hasta ahora que sabía que posiblemente estaba buscándolo.

A pesar de que no quería pensar en ello estando Taehyung a su lado, de todos modos, volvió a hacerlo. Se preguntó si todo lo que necesitaba era ponerle un fin a lo que alguna vez ellos tuvieron; se cuestionó si podría llegar a entender porque se fue de la manera en la que lo hizo, incluso pensó en si algún día podría perdonarlo o si es lo que debía hacer para deshacerse de aquellos pensamientos en los que últimamente él era el protagonista como lo fue por mucho tiempo.

—Supongo que fue un hombre muy bueno, digo, se fue a ser sacerdote, ¿no? —cuestionó Taehyung sacándolo de la burbuja de pensamientos en la que se encontraba sumergido.

—No me hagas decirte lo buena persona que fue y que probablemente es mi ex —masculló volteando su mirada a las ventanas abiertas.

—No importa que lo hagas, me hará entender cómo te sientes y solo así yo podré saber cómo ayudarte a aligerar la carga de esos sentimientos —consideró Taehyung tomando la mano de Jungkook, con su otra mano apartó el cabello de la frente del chico que ahora lo miraba con sus ojos brillantes, aun algo hinchados.

—No es para nada un canalla, es lindo, alto, tiene dinero, es extrovertido, amable, gentil, casi incapaz de odiar o hacerle daño a alguien, inteligente, por todo eso mi madre sigue mencionándolo, cree que es el único que podría ser mi pareja. Ella cree que no lo sé, pero es evidente como le molesta que yo sea homosexual cuando se trata de otros hombres, pero si se trata de Ji-seok, simplemente no le importa y quiere disfrazar todo ese control con que quiere cuidarme.

—Tenías mucho que decir, honey.

—Suelo pensar muchas cosas y no digo en voz alta ni la mitad de ellos —admitió acercándose a Taehyung para acurrucarse una vez más debajo de sus brazos—. No quiero incomodarte con las tonterías que cruzan por mi cabeza, no quiero que sientas que tienes que ayudarme, yo solo quiero de ti tu compañía y cariño, no podría pedirte más que eso, porque no soy tan valioso como quienes han sido parte de tu vida.

Le dolía escuchar como Jungkook se valoraba tan poco como alguien que no puede ser exigente. Tenía tantas cosas que decirle en ese momento que sus pensamientos fueron como un montón de nubes desordenadas. Así que solo se quedó en silencio, lo apegó más a su pecho y dejó reposar su barbilla sobre su cabeza.

—No vuelvas a decirme algo como eso, Jungkook —masculló—. Eres más que valioso, así que no dudes en hablar conmigo cualquier cosa que cruce por tu cabeza, por más tonta que creas que sea.

» Y claro que puedes pedirme más, me diste muchas cosas, así que estas en todo derecho de pedirme más que solo mi cariño y presencia; aunque hay un monto de cosas que podría darte sin que me las pidas, como alguien que te conoce un poquito más ahora, se cuáles son las que necesitas que te dé.

Taehyung movió el cuerpo del pelinegro a un lado para poder mirarlo a la cara.

—Puedo darte mi cariño —susurró dejando un beso en su frente—, o mis caricias —esta vez pasó sus dedos por el rostro de Jungkook—, mis besos —expresó dejando un casto beso sobre sus labios.

—También puedo darte mi respeto, compresión, devoción —Por cada cosa que agregaba a todo lo que podría darle, dejaba un beso en alguna parte de su rostro, sobre su ceja o nariz.

—Puedo darte mi cuerpo para compartir juntos los placeres de la lujuria, puedo ser con quien puedes reír y también llorar. Puedo darte días fuera de la ciudad, caminatas por las montañas, llevarte a mi ciudad natal, podría cantar para ti, aunque sea horrible en ello, incluso salir en tu moto, aunque este fuera de mi confort y le tenga mucho miedo.

—Hay un montón de cosas que puedes tener de mí y que no necesitas pedir, porque de todos modos lo haré, ¿sabes por qué? —cuestionó Taehyung acariciando las mejillas del chico que lo observan con sus ojos llorosos.

—¿Por qué?

—Porque te quiero —musitó sin apartar la mirada de sus ojos, como quien quiere asegurarse de que entienda lo valioso que es para él.

—Quiero tu amor.

—Puedo darte todo mi amor.

Jungkook solo sonrió y terminó con el espacio que había entre ellos, uniendo sus labios en un beso que no quiso profundizar por cómo se le dificultaba respirar y porque no quería contagiar a Taehyung, aunque probablemente ya lo hizo con es ese beso.

Los cuidados del castaño fueron efectivos. Los tés que le hizo, los pañuelos húmedos en la frente y la comida hizo que se sintiera mucho mejor al siguiente día. Pero lo mejor de todo aquello es que lo tuvo en su cama dos noches seguidas, pudo abrazar su cuerpo y sentir su calor.

El resto de los días Jungkook volvió a estar completamente sano. Taehyung no bajó la guardia y siempre que tenía la oportunidad lo llamaba o mensajeaba para saber que estaba todo bien.

Desde ese día no volvió a saber ni escuchar nada de Ji-seok, lo que extrañamente si tuvo fueron muchas llamadas de su padre durante la semana. Sabía que era influencia de su madre, porque este apenas y sabía que decirle cuando lo llamaba.

A pesar de que sabía que su hermana y Seok-Jin estaba preparando su boda, Jungkook se sorprendió cuando recibió la tarjeta de invitación para él y un acompañante, que todos sabían sería Taehyung, no esperaba que la fecha del día de la boda estuviera tan cerca.

El gran día había llegado, Jungkook sabía que su hermana y cuñado estarían nerviosos, estaban a punto de dar un gran paso, uno que ya se había tardado si se lo preguntaban.

No era el día de su boda, pero él estaba igual de nervioso, simplemente no podía quedarse tranquilo mientras esperaba que Taehyung se terminara de cambiar.

Era la primera vez que su familia conocería a Taehyung, de su familia solo se lo había presentado a su madre y no podía decir que aquello fue precisamente una presentación formal porque estaba más preocupado de que ella estuviera en su casa por primera vez desde que se mudó de casa.

¿Qué diría su padre?, sus tías y tíos que no viven en la ciudad estarían allí, incluso sus abuelos. Por un lado, le preocupaba más el que Taehyung pensara que fuera algo demasiado precipitado para el ritmo que llevaban en su relación, el que el conociera a su familia en un evento que era bastante intimo por las pocas personas que estaba invitadas.

No le preocupaba en absoluto lo que podría pensar su familia de su acompañante, porque tenía más que claro que les caería bien a todos. Es un hombre guapo, alto, con clase y elegancia, puede que su madre se haya mostrado algo frívola cuando lo vio en su casa, pero estaba casi seguro que fue porque posiblemente ella estaba pensando que lo que sea que ellos tenían, era algo pasajero.

Se recordó a si mismo pidiéndole ayuda a Taehyung para comprar un buen traje para la boda y solo porque el hombre tuvo la paciencia hasta encontrar algo que le gustara a ambos.

Vestía algo ni muy formal, ni muy informal, con una camiseta color rojo vino con cuello en forma de V, una chaqueta negra con un estampado de flores que combinaban con el color rojo vino de la camiseta. Se fue por lo seguro con un par de pantalones negros y zapatos formales con un poco de plataforma en el taco. Aprovechó que parte de su pecho se veía, así que alrededor de su cuello tenía dos cadenas de plata, uno más pequeño que el otro.

Estaba acostumbrado a ver a Taehyung en traje, pero ese día sentía que no podría despegar su mirada de él mientras su cuerpo estuviera bien ceñido dentro de aquel conjunto de camisa blanca con corbata negra metida entre el chaleco que cubría su torso. Por encima de sus hombros una americana color negro, en combinación con sus pantalones de vestir del mismo color. Ni hablar de cómo llevaba su cabello divido justo encima de la esquina de su ceja, todo peinado hacia atrás con fijador, dejando su frente al descubierto.

Taehyung parecía estar tranquilo y sereno, pero en realidad estaba tan nervioso de conocer a la familia de Jungkook, que apenas pudo conducir a gran velocidad incluso en calles donde se supone que debía ir rápido. Tenía a Jungkook a su lado escaneándolo de arriba abajo, halagándose entre ellos hasta que llegaron a la ubicación indicada en la invitación.

A diferencia de las bodas comunes, esta sería llevada a cabo en un espacio abierto, aunque igualmente se trataba de un lugar que se alquilaba para esos fines, solo que era mucho más íntimo y no llegaría otra pareja detrás de ellos como suele pasar. Nada de salones en hoteles, aunque cumpliendo con todas las tradiciones, algo que el no tuvo por obvias razones que no se detendría a pensar en un momento como ese.

Toda la ceremonia seria llevada a cabo en un salón que quedaba en Yongsan-gu; Jungkook sintió la mirada de las personas que caminaban por el parqueo para poder entrar, sabía que llamarían la atención estando en un Cadillac, vestido como sacados de alguna película de James Bond y con la capota del auto escondida. Saludó algunos rostros conocidos y solo deseó poder entrar de una vez por todas donde se encontraba su hermana terminándose de arreglar.

Se sorprendió cuando Taehyung preguntó porque debían registrarse en la entrada si ya fueron invitados, Jungkook casi se echó a reír por la pregunta de su acompañante y no fue hasta que vio en su rostro completa seriedad que supo que realmente no tenía idea.

—Te casaste y no sabes que el regalo a la pareja es dinero en un sobre blanco a cambio de que te den un tiquete para la comida —explicó Jungkook mientras escribía en el sobre el blanco su nombre—. Si no pagas, no comes ni tomas.

—No fue boda de esta magnitud y definitivamente no seguimos la tradición coreana —explicó Taehyung—. Dos hombres casándose no pueden ser muy exigentes.

Taehyung no tuvo que decir más nada para dejar aquello claro.

El que se paseara con Taehyung por la inmensidad de la casa que solo era parte del recibimiento de los invitados, llamaba bastante la atención porque conocía a la mayoría de personas y muchas veces tuvo que detenerse a saludar para no quedar con el hijo maleducado de los famosos actores Su-jung y Son-jin.

Subieron las escaleras hasta que finalmente encontraron la habitación que era un completo desastre de mujeres moviéndose de un lado a otro, con largos vestidos, a medio peinar o maquillar.

—¡Llegaron! —la voz chillona de Eun-joo lo sacó de su transe—. Pensé que nunca llegarías, te necesito con Jin, está perdiendo el control y yo casi estoy lista.

Jungkook estaba paralizado frente a su hermana, que vestía un vestido blanco con un cuello en forma de V, un escote pronunciado, pero sin llegar a ser muy revelador. La parte superior era de encaje, tenía mangas transparentes, el resto del vestido caía en vuelo destacando su barriga crecida por el embarazo; estaba muy hermosa. Su maquillaje resaltaba cada una de sus facciones, provocando que se viera casi como un ángel.

—Hermosa —susurró Taehyung a su lado, casi arrebatándole la frase de la boca a Jungkook y recordándole que seguía a su lado.

—Y tú debes ser Taehyung, el chico de mi hermanito —dijo con su atención puesta en el hombre junto a el—. Yo soy Eun-joo, la mujer que se casa hoy.

—Es un placer conocerte por fin —saludó Taehyung tomando el dorso de su mano para besarla y luego hacer una pequeña reverencia—. Felicitaciones por tu compromiso y tu bebé.

Mientras Taehyung y Eun-joo saludaban, la mirada de Jungkook estaba puesta en su madre, quien se acercaba a ellos sonriente. Tan elegante como era de costumbre, con sus labios pintados de un rojo intenso.

Se saludaron con un abrazo iniciado por la mujer, pero a todos les sorprendió que ella haya saludado a Taehyung de la misma manera, por un momento el pelinegro pensó que solo era parte de su desesperación de tener todo controlado, pero en cambio vio que le sonrió al castaño y halagó su vestimenta.

—Ya casi va a iniciar, vayan a ver a Jin y ubiquen sus asientos que están al frente —señaló Eun-joo emocionada, tan intrépida como siempre es.

—Estoy sorprendido con lo mucho que se parecen todos y con lo cariñoso que son —declaró Taehyung cuando salieron de la habitación y caminaron por el pasillo donde se encontraron con Seokjin saliendo junto a Namjoon.

—¿Tu padre también es así? —preguntó Taehyung sonriéndole al rostro conocido que se encontraba hombro a hombro del novio.

—Para nada —fue lo único que llegó a responder antes de llegar a saludar a Seokjin y su mejor amigo, Namjoon.

Al salir por las puertas traseras de la casa, llegaron al patio que estaba hermosamente decorado con telas blancas que colgaban junto con ramilletes verdes que lucían casi como un muérdago si no fueran mucho más largas. Había un camino de flores rosa pastel hacia el centro, sillas blancas esparcidas de manera estratégica, algunos espacios a cada lado del centro con jarrones transparentes decorados con las mismas flores rosa.

Jungkook saludó a sus compañeros de banda cuando pasó por su lado, se sentaron en primera fila, donde les había indicado Eun-joo, a su lado quedaron dos asientos vacíos que Jungkook identificó como el lugar de sus padres. Sus abuelos estaban detrás suyo, aprovechando el momento para halagar a quien era su acompañante, hace mucho tiempo que no los veía y siempre lo hacía en momentos familiares como ese.

Al iniciar la ceremonia las primeras en entrar fueron las madres vestidas con el traje tradicional, hanbok. Luego vieron a Seokjin caminar con una sonrisa que a leguas se notaba lo nervioso que estaba. Todos se pusieron de pie cuando Eun-joo llegó de la mano con su padre.

Todo el proceso del casamiento hizo que Jungkook se sintiera mucho más sensible que de costumbre, especialmente cuando Seok-jin fue a hacer una reverencia de rodillas a ambos padres con Eun-joo a su lado. Por alguna razón, era algo con bastante significante para ellos, mucho más que compartirse anillos.

Aquel momento fue bastante corto. Luego del beso entre los novios, quienes dieron unas palabras, todos pasaron a la celebración que se llevaría a cabo del otro lado del gran patio, donde se encontraba un amplio salón techado con mesas etiquetadas por familias y amigos.

Taehyung y Jungkook compartieron mesa con Hyun-jin, Cyrus, Jimin y Namjoon, algo que el pelinegro sabía que fue intencional por su hermana, porque sabría que no estaría del todo cómodo estando en la misma mesa con sus demás familiares, teniendo que responder un montón de preguntas, de las que no se salvaría.

—¿Están listos? —preguntó Jungkook a sus compañeros de banda.

Después de la comida, Jungkook tenía preparada una sorpresa que no solo seria para los recién casados, sino para toda su familia.

—¿Listos? —cuestionó Taehyung algo confundido, dejando frente a Jungkook una copa de vino, pero este se puso de pie con cierta discreción dedicándole una mirada al hombre a su lado.

—Es sorpresa —masculló Jungkook depositando un rápido beso sobre sus labios antes de salir casi en cuclillas juntos a sus compañeros.

El ruido de la música era lo suficientemente alto como para que nadie se diera cuenta de estaban preparando una batería y una guitarra en el pequeño escenario que había en el frente. Tenían una especie de telón frente a ellos que les impedía al resto de los invitados de darse cuenta de lo que estaba sucediendo.

Jungkook empezó a sentirse nervioso cuando Jimin habló por el micrófono, aun no podían ver la reacción de la audiencia, pero él ya estaba preparado con su guitarra al hombro. Se había despojado de la americana y se quedó únicamente con la camiseta de mangas cortas, dejando a la vista casi todos sus tatuajes, algo que sabía que algunos familiares no les agradaría mucho ver por lo tradicionales que eran.

Tenía un micrófono frente a él, porque se supone que cantaría un verso y seria la voz de fondo entre Jimin y Hyun-jin. Eso lo ponía aún más nervioso.

El telón se movió a un lado cuando inició con los primeros acordes que marcaban el inicio de la canción antes de que Jimin cantara el primer verso. En el instante que se escuchó el eco de la voz de su compañero a través del micrófono, fue cuando levantó su mirada y se encontró con su hermana emocionada y su esposo a su lado igual de sonriente. Por otro lado, sus padres lo observaban con notable sorpresa de que él estuviera tocando la guitarra y moviéndose al ritmo de la música.

El segundo verso de la canción llegó cuando la música volvió a bajar y volver con el sonido de la batería, su guitarra y su voz. Tuvo que acercarse al micrófono para cantar su parte que para su suerte no era muy complicado. Mantuvo su mirada en las cuerdas de su guitarra durante las primeras líneas, pero levantó la vista con la única intención de encontrarse con aquellos ojos almendrados que tranquilizarían su corazón alocado.

Le gustó ver como todos bailaron en el centro de la pista, incluso llegó a ver a su padre mover la cabeza al ritmo de la música, sus abuelos bailaban en el centro junto a Seok-jin y Eun-joo, lo que causó que Jungkook sonriera orgulloso.

Tuvo un solo junto con la batería que Cyrus tocaba como si no hubiera un mañana, moviendo su cabeza al compás de la música, desarreglando su cabello en el proceso. Jungkook mordió su labio inferior mientras tocaba su guitarra, sabiendo que tenía algo que demostrar: que estaba hecho para la música, que su pasión estaba en lo que hacía en el escenario con las mejores personas que pudo haber conocido para compartirlo.

Hyun-jin y Jimin cantaron la última estrofa, en ese momento Jungkook se alejó del micrófono y se acercó a la batería, sintiendo como las vibraciones de la música recorrían todo su cuerpo como si de adrenalina se tratara.

Tocó con emoción, sonriéndole de oreja a oreja a Cyrus, para luego volver su mirada a la guitarra que tocaba en su tono más agudo, inclinándose levemente, moviendo su cabeza y alzando sus hombros en cada acorde que salía como la pasión desbordante que le caracterizaba.

No estaba pendiente de las reacciones, solo estaba concentrado en dar todo de sí mismo, en demostrar porque amaba la música.

En ese momento no importaba mucho lo que pensaran sus padres o cualquiera de sus familiares, estaba haciendo algo que amaba para alguien que amaba. Solo eran el, su guitarra y su pasión incuestionable.

Eun-joo y Seok-jin se detuvieron de bailar al escuchar el solo de la guitarra de Jungkook junto con la batería. Todos en aquel salón estaban impresionados por la manera en la que este tocaba y disfrutaba de ello como si ninguno de ellos estuviera allí.

Se notaba en las expresiones de su rostro, en el movimiento de su cuerpo la pasión. Eun-joo admiró con los cristalizados ver el ímpetu con el que tocaba su hermano, una música que era creada por sus manos y que combinaba tan bien junto con la batería. Se sintió tan feliz de verlo tocar de esa manera frente a toda su familia y la de Seok-jin, nunca lo había visto tocar de esa manera con la banda.

Era como ver a una persona completamente diferente a como era su hermano, se notaba que simplemente estaba en su zona de confort, donde podía ser el mismo, donde podía ser el chico que ama la música y que está dispuesto a arriesgarlo todo para vivir de ella.

Jungkook dejó ir su guitarra con algo de brusquedad cuando terminó la canción y sonrió de oreja a oreja con la respiración agitada al escuchar los gritos y aplausos de los invitados de su hermana. Hicieron una reverencia todos juntos y en cuanto bajaron del escenario Jungkook sintió los brazos de su hermana embarazada abrazarlos a todos juntos.

—Tuviste música en vivo en tu boda, no te puedes quejar hermanita —susurró Jungkook cuando seguía rodeado de sus pequeños brazos.

Se sorprendió cuando sus tíos los felicitaron y se rio cuando sus abuelos intentaron bailar al ritmo de la música que tocaron hace poco. Cuando llegó junto a sus padres, se detuvo frente a ellos esperando que dijeran algo, al menos un halago.

Era la primera que lo veían tocar, tocar verdaderamente con la banda, no esas melodías acústicas que estaban acostumbrados a escuchar desde su recamara. Es por ello que más o menos entendía que no supieran que decir al respecto.

—No sabía que podías tocar música de esa manera —fue lo primero que dijo su padre, su madre parecía estar en alguna especia de ensimismamiento—. Felicitaciones, espero que puedas tener éxito en la música algún día.

—Gracias, lo tendré —dijo Jungkook—. Serás la primera persona en saberlo cuando eso pase.

Aun cuando estaban notablemente sorprendidos, sus padres seguían sin tener fe en que podría llegar a ser alguien en la vida o a vivir de la música sin morirse de hambre en el camino, pero al menos ya no podían dudar de que su hijo no tenía talento para la música, porque ya estaba demostrado que sí.

Su madre apenas y pudo felicitarlo, diciéndole que tocaba muy bien la guitarra. Sin agregar muchas cosas.

En ese momento buscó con la mirada a Taehyung, quien estaba entretenido con sus compañeros de banda a pocas mesas de donde él se encontraba con sus padres. Cuando el castaño lo miró, le hizo señas para que se acercara a él.

Se sentía con la valentía suficiente como para presentárselo a su padre.

—Hay alguien a quien quiero presentarte —expresó Jungkook cuando todo se calmó y ya la atención de las personas no estaba sobre ellos, sino que cada quien bailaba en la pista las canciones que fueron reproducidas por el Dj.

El hombre llegó a su lado sonriente, lo primero que hizo fue rodear al pelinegro con su brazo al tomarlo por la cintura y halagar su presentación. Antes de que pudiera decir algo más, Jungkook los presentó haciendo que el agarre del hombre se apartara para poder saludar a sus padres con una reverencia.

—¿Son pareja? —fue lo primero que preguntó su padre escaneando con la mirada al hombre que se mantuvo junto a su hijo.

—Nos estamos conociendo todavía.

—Es el dueño del bar. —Jungkook escuchó a su madre decirle a su padre, quien esbozó una sonrisita.

—Lo soy —expresó Taehyung sonriente a pesar de que aquel comentario no fue para el—. Era de mi padre cuando nos mudamos al país.

—¿Viviste fuera de aquí? —preguntó Su-jung con notable sorpresa.

No creía que soportaría a su madre sacándole información a su acompañante. Pero hizo su mejor esfuerzo de no discutir en un día como ese.

Por otro lado, Taehyung estaba dispuesto a responder cada una de ellas y hacerle entender que era un buen hombre para su hijo, que era mejor que su ex y sabía que cosas decir exactamente para que ella se sorprendiera.

—Soy británico en realidad —declaró Taehyung—. Tengo la nacionalidad coreana por mi padre.

—Oh —expresaron ambos con sorpresa—. Por eso hablas así de lento, ¿prefieres hablar en inglés?

Jungkook quiso salir de ese momento antes de que las cosas se volvieran incomodas con tantas preguntas.

—A veces, sí, pero eso es porque el coreano es mucho más complicado —expresó Taehyung—. Pero ya me he acostumbrado a ello desde que vivo aquí.

—¿Qué tiempo tienes viviendo aquí? —esta vez preguntó su padre.

—20 años.

—¿20 años? Entonces qué edad tienes.

Definitivamente aquello era un interrogatorio.

—Tengo la edad suficiente para estar con su hijo, señor Jeon.

Jungkook se sorprendió al escuchar aquella respuesta y no pudo decir más nada cuando Eun-joo llegó a su lado, tomándolos del brazo y arrastrándolo a la pista en la que bailaban todos.

Ambos rieron y se encogieron de hombros dedicándose una sonrisa llena de complicidad, acercándose un poco más para bailar juntos al ritmo de la música bastante energética. Sus amigos se unieron a ellos.

Todo se volvió mucho más relajado y divertido. Jungkook tomó mucho vino, tanto que ya había perdido la cuenta de cuantas copas llevaba, solo sabía que estaba disfrutando bailar con Taehyung, hasta que este decidió llevarlo a la mesa y casi obligarlo a beber agua cuando empezó a comportarse como un ebrio.

Taehyung se acercó a la novia y con el permiso de su ahora esposo la llevó a bailar al centro de la pista cuando la canción fue cambiada por una más lenta.

—Te hubiese preparado un buen trago si no estuvieras embarazada —expresó Taehyung moviéndose con ella al compás de la música lenta.

—Lo bueno es que podré hacerlo después —respondió sonriente.

—¿Qué se siente estar embarazada?

Aquella pregunta apenas cruzó por su mente antes de ser expresada en voz alta.

—Tengo mucho miedo, pero tengo un buen compañero de vida conmigo así que por ese lado me siento más preparada —admitió.

—Es lindo, saber que cuentas con alguien en un momento como ese, debe ser lindo —consideró Taehyung antes de darle la vuelta a su compañera de baile.

—Es maravilloso, aunque los malestares son una completa mierda —expresó entre risas—. Pero se siente tan bien saber que un ser humano se está formando dentro de mí.

—Tu bebé tiene suerte de tener padres que lo aman.

—Si.

—Deber ser lindo ser padre —susurró con una sonrisa melancólica que Eun-joo notó casi al instante.

Taehyung no se arrepentía de las cosas que decía en el momento, pero sabía que en cuanto el alcohol se fuera de su cuerpo pensaría mejor las cosas que ya estaban hechas.

—Es lindo —susurró Eun-joo—. ¿Puedo preguntar algo?

—Sí, claro.

—¿Acaso tú quieres ser padre algún día? —preguntó la chica con la mirada en los ojos del hombre que bailaba con ella.

—Sí, algún día.

—Lo pregunto porque Jungkook nunca ha hablado de formar una familia, pero puede que haya cambiado de opinión ahora que te tiene —consideró.

—Oh —susurró Taehyung—. Aunque, la esperanza de algún día poder ser padre han desaparecido con el tiempo, así que no pasa nada si él no quiere.

—Por tu repuesta, puedo deducir que estás planeado con él toda una vida.

—No la estoy planeado, pero no estoy muy joven para andar conociendo a otras personas —expresó sonriente—. Solo me visualizo con él a largo plazo, de verdad espero poder tenerlo a mi lado por mucho tiempo, tanto como para considerar el formar una familia.

—Me sorprende que hables así de él, cuando se conocen de hace poco tiempo —comentó—. Qué bueno que mi hermano encontró a alguien como tú, él lo necesitaba tanto.

—Creo que yo también lo necesitaba a él en cierta forma.

En cuanto terminaron de bailar, Taehyung fue hasta su mesa donde encontró a su acompañante de brazos cruzados y haciendo pucheros. Por sus mejillas sonrojadas sabía que aún seguía un poco ebrio.

—Bailas con ella y no conmigo.

—He bailado toda la noche contigo —señaló apartando el cabello de su frente—. Pero si tanto quieres, podemos bailar juntos una última canción antes de irnos, ya está por terminar la fiesta.

Jungkook tomó la mano de Taehyung y siguió sus pasos hasta la pista que ya no estaba tan llena como antes. La mano de su acompañante fue a parar en su cintura y el dejó caer sus brazos sobre los hombros del castaño que le sonreía mientras lo guiaba al ritmo de la canción que conocía perfectamente.

Le gustaba que Don't Leave Me, My Love, era una canción con matices de jazz. Era tan suave para bailarla, que Jungkook no pudo evitar acercarse más a Taehyung, apoyado su cabeza en los hombros de este.

—Me parece que toda tu familia tiene su atención en nosotros ahora —susurró acariciando casi de manera inconsciente la espalda de Jungkook.

—No me importa —expresó levantado su mentón para poder mirarlo a los ojos—. Solo quiero estar contigo.

—También me gusta tenerte así de cerca, honey —masculló apretando más su cintura para acercar más sus cuerpos, de manera que sus frentes ahora estaban unidas.

Cerraron sus ojos y bailaron al compás de la suave melodía. Estando en su propia burbuja, Taehyung le dijo en voz baja que lo quería a lo que el contrario respondió con las mismas palabras.

—Quiero besarte —masculló Jungkook casi sobre los labios de Taehyung.

—No creo que sea el lugar para esas demostraciones de afecto, algunos podrían sentirse incomodos si nos besamos.

—Un beso pequeñito, solo uno, mielcito —le pidió el pelinegro acercándose cada vez más a su boca.

Jungkook acercó sus labios a los de Taehyung en un beso corto, pero suficiente para saciar su necesidad del momento de tener contacto son los labios del hombre que bailaba con él. Era más que evidente que hacia todo aquello sin que le importara mucho por el alcohol, porque de lo contrario no se atrevería.

No todos en aquel salón conocían su orientación sexual, pero estaba seguro que después de la manera en la que bailaron y como se besaron en medio de la pista, estaba más que claro y por supuesto que eso causaría ciertos comentarios entre su familia y algunos amigos de Seok-jin y Eun-joo.

Antes de irse a casa, llegó el momento en el que Eun-joo lanzaba el ramo de flores. Todas las mujeres se colocaron detrás de la novia, esperando poder alcanzar el ramo, pero para sorpresa de todos los que estaban allí este cayó en manos de un pelirrojo que se puso igual de colorado que su cabello cuando tuvo tantas miradas sobre él.

Taehyung se encontraba junto a Hyun-jin cuando este atrapó el ramo sin intenciones de hacerlo, lo que no esperó fue que el chico pegara el ramo de flores contra el pecho del hombre a su lado y que saliera corriendo.

Sorprendido, Taehyung miró el ramo de flores que ahora tenía en sus manos. Levantó su mirada y buscó a Jungkook que se encontraba del otro lado junto a Seok-jin terminándose de despedir.

—¡Más te vale pedirme matrimonio, Jeon Jungkook! —gritó alzando el ramo de flores.

Solo vio la sonrisa tímida de Jungkook y luego escuchó el grito de las mujeres que se supone debían estar peleándose por el ramo. Taehyung llegó a ver un atisbo de sonrisa en los labios de los padres del pelinegro que aún le sonreía con ojos brillantes desde donde estaba.

Sin esperárselo, Jungkook se acercó a él a pasos apresurados, tanto así que Jungkook tuvo que sujetarlo de la cintura para evitar que ambos se cayeran. Sus labios se tocaron cuando ambos sonreían, lo que hizo que fuera aún más torpe, pero bastante juguetón.

Le gustaba esa versión atrevida de Jungkook, esa que, aunque no dejaba de demostrar su timidez, hacia las cosas sin pensarlas demasiado como normalmente haría.

Lo besó en frente de todos, como si aquello fuera la respuesta a su anterior propuesta, lo que hizo que se riera. Lo miró a los ojos y se desconectó de la realidad que los rodeaba. Fue solo cuestión de mirarlo para darse cuenta de que el hombre frente a él se convertiría en alguien que amaría, algo que indudablemente era nuevo para él.

Amar de esa manera es algo que no había experimentado antes, pero que definitivamente lo haría con él.

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