Percibiendo como mi cuerpo necesita con suma urgencia trabajar en la cabeza, aprieto con extremada fuerza la musculatura de sus piernas, recibiendo un sonoro jadeo cada que mis uñas se entierran fuerte y pellizco por encima de la tela de sus prendas.

Mis manos queman por tocar a su antojo, pero la que más carece es mi boca. Pareciera que estuviera perdida en el condenado desierto y con una sed infinita de polla.

-Tómame con tu sucia boquita bebé.

Suelta la definición de perfección ante mi porte, mirándome con sus ojos oscurecidos y vidriados en el deseo de que lo trague completo.

Y a medida que lamo mis labios, sin perderme en el reflejo de sus ojos, sus manos trabajan asidua asomando a la bestia que quiero tener a mí antojo.

Su cabeza... La maldita y brillosa cabeza parece salida de una tapa de revista y siempre dispuesta a dejarse comer entera... Y no hay nada más sexi para mi trastocado cerebro, que su dura vena bien dispuesta.

-Es hermosa...

Anuncio acercándome dispuesto a lamer desde la base hasta la condenada cabeza.

-Mira como te saluda agradecido -dice mi adonis personal, a medida que se ríe ronco y sensual -. Nunca nadie me lo había halagado tanto, y nunca lo vi tan complaciente al desgraciado -finaliza JungKook.

-Eso es porque me ama. Ya lo tengo a mis pies y bien duro -confiero a medida que estiro mi húmeda lengua, sintiendo el sabor contrario sobre mis papilas gustativas.

-Es verdad, te ama -dice entre jadeos y de inmediato se tensa, enmudeciendo por completo -. Ehhh... digo... él...

-Mejor calla y disfruta...

Anuncio metiendo toda su grandiosa longitud hasta sentirla hacer tope al final de mi garganta, dedicándome a salir tortuoso y demasiado lento, para luego hundirme profundamente de nuevo.

¡Y Dios mía! Que me vuela la cabeza verlo atorado en palabras que mueren por salir de sus labios mientras se muerde con suma fuerza la boca.

-Eso... Así bebé... Chupa -suelta luego de un rato de mirarme obnubilado, dando rienda suelta a mi loca cabeza y a mi -de más ansiosa- boca.

Y como buen alumno aplicado del sexo rápido, lo beso y lamo mientras tomo sus manos y las coloco sobre mi cabeza. Indicándole que puede hacer lo que quiera y que yo me dejaré sin ninguna queja.

Y pareciera que el desgraciado muta ante cada ocurrencia mía. Porque, de repente, se le ralentiza la respiración y doblándose un poco, empuja mi cabeza sin piedad alguna.

Y me folla la boca... Literal... Me hace tragar sin dudas ni penas. Y solo puedo jadear y usar mi lengua como pueda, rogando porque la tenga de Superman y esto no se termine nunca.

-¡Dios! Sí, sigue así... -suelta a medida que empuja sin un ápice de duda y acomoda mis cabellos para poder mirarme al acuoso reflejo de mis ojos -. Fóllame con tu boquita -sentencia.

Y no puedo ser más feliz en mi puta vida... Mamando al hombre que amo con locura y provocando al animal que lleva encima, porque puede ser una tierna masita que me cuida y una condenada bestia cuando se lo provoca.

Y les puedo jurar, que verlo así, desde esta perspectiva, tan caliente y sensual, jadeando ante cada acometida mía y marcando sus venas en el cuello por el esfuerzo que realiza... Es la puta gloria.

No puede estar más bueno por falta de tiempo, cuerpo tallado por los mismos ángeles y una mirada de infarto... La receta que todo doctor te daría.

Así que me dedico a chupar como si de eso dependiera mi vida. Apoyando mis manos sobre mi regazo y dándole total acceso al manejo de mi cabeza y nuca... Pero me dura un suspiro, cuando mi dureza duele por asomar su cabeza.

-Tócate mientras me tragas -anuncia como por arte de magia, en una orden seca y precisa que repercute directo en mi distorsionado cerebro. Poniéndome aún más duro y provocando el uso inminente de mis inquietas manos.

Así que luchando contra la bolsa que llevo puesta, deslizo el cierre dejando asomar a mi necesitado falo que clama por ser tocado ante sus ojos.

Y a medida que amoldo mis labios, mis laboriosas manos hacen de lo suyo. Con una, deslizo saliva que escurre desde mi boca y con la otra, provoco una fricción que me trastoca sin dejar en ningún momento, que la máquina sexual frente a mis ojos afloje el agarre de mi cabeza.

Una, dos, tres arremetidas profundas, y abundantemente, me llena... Dejando un cálido y amargo sabor en mi boca luego de no dejar ni una condenada gota.

Y cuando lo miro, todavía de cuclillas, me toma desde la nuca arrastrando mi cuerpo hacia sus apetecibles labios. Dejándome sentado encima de sus piernas y probando su sabor desde mi manchada boca.

Y mientras el fogoso beso continúa, toma mi falo con su cálida mano, apretando al punto de sacarme un maldito jadeo, pero totalmente satisfecho con el hecho.

¿Será posible? ¿Es qué acaso me gusta tan rudo? ¿O es mi cerebro fritado que solo puede verse a través del reflejo codicioso de sus ojos?

La verdad es que no lo sé, y mucho menos me importa, solo quiero tomar lo que me dé y darle todo de mí, en el intento.

-Ven aquí bebé -de un solo y fuerte jalón me eleva, pasando mis piernas sobre su cabeza y sentándome sobre sus hombros -agárrate fuerte de la pared hermoso... -sentencia apoyado sobre la tapa del inodoro.

Y me traga...

Me come de una manera tan exquisita, que solo puedo dar vuelta mis ojos y rogar por qué no se termine nunca. Porque ¡Maldita sea! La destreza de esa lengua es habilidad absoluta... Innata naturaleza.

-¡Por favor! Demasiado bueno para un ex hetero -suelto entre jadeos a medida que él, sonríe maligno mientras me guarda directo a los ojos.

-Es que tengo buen maestro, mira lo que aprendí -anuncia ansioso por devorar mi trozo y ¡puta vida! La sentida lamida que me profesa, tragando la punta y rodeándola con su lengua, me trastoca la cabeza.

Me aferro con todas mis fuerzas a la maldita pared, luchando por no agarrarme de su negra cabellera mientras arremete como un depredador a su presa.

Y cuando con una mano sostiene mi culo, con la otra, tantea mi oscuridad en el proceso de sacarme sonoros jadeos que trato de reprimir de mi boca en cuanto me doy cuenta del sonoro espamento.

Varias succiones con abundante saliva, y siento hundirse un largo dedo que de inmediato se arquea hacia arriba, haciéndome ver las putas estrellas de todo el condenado firmamento, y logrando que le entierre mis talones a su fornido dorso.

-Ahh... -emito monosílabos a medida que trato de resguardarlos un poco.

Porque si hermana, a parte de rudo, ruidoso...

Y malditamente me encanta...

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Los amito mucho♥️