➡️Cap.41🔙

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Luego de rogarle a JungKook que me dejara a unas cuadras de casa o a lo suma en la esquina, me encuentro bajando sumamente despacio, como si mí madre no se diera cuenta del rugido de un motor en la entrada de su hogar y como si tuviera alguna posibilidad de escapar de la famosa "¡Atrapada!".

Y encima, en el intento de sacarme el casco, me atraco el prendedor del mismo con mis condenados cabellos. ¡Y maldita sea! Qué casi me arranco las mechas de un solo jalón en la desesperación por entregarle el bendito casco y que parta ligero hacia su casa.

—Pero... ¿Mira lo que has hecho con tus cabellos? Espera que me bajo y te ayudo —anuncia, contra todo pronóstico, mi adonis personal. Y me entrego a lo que deba ser, será . —Esto se atoró, bebé, como se atora en tu garganta mi verg...

Y de inmediato, se escucha un sonoro carraspeo a nuestro costado y enseguida dictamino, que hasta aquí llegó el amor que tanto nos profesamos.

—Demasiada información para mis vírgenes oídos jovencito. Y creo que a la vecina, no le agradaría escuchar eso en lo absoluto —suelta demasiado seria mi madre y no la culpo.

Demasiado padecieron por culpa de mis años de estúpido enamoramiento para andar reclamando que se calme de inmediato, sin darle los verdaderos motivos.

—Señora... Yo, lo siento —suelta de inmediato mi proyecto a futuro y enseguida tomo su mano.

—Mamá, JungKook y yo, estamos juntos —anuncio como se anuncia el clima en el noticiero, liviano y seguro de mis actos.

Y entre la aturdida mirada de mi Hanna Teresa y los ojos que me traspasan de lado a lado de JungKook, prefiero levantar la cabeza y salir airoso de esta sea como sea. Y de inmediato me corrijo: —Digo, estamos conociéndonos.

—¡Pero querido! —exclama mi madre y me da miedo... Y no figurativo, sino literal. Miedo de esos que te provocan cosquillas o todo lo contrario, te querés matar y que entierren cada una de tus partes por todo el condenado lugar —. Tú ya lo conoces lo suficiente, ¿es que acaso este muchacho, no sabe desde cuándo has estado enamorado?

Naaaaa... Y me quiero matar...

Quiero abrir un maldito pozo en el medio del patio y enterrar mi cabeza a lo avestruz sin respirar, y sin tener la necesidad de volver a mirar hacia Jungkook.

—Algo me imagino —suelta mi belleza mientras se aferra, sin un ápice de duda, a la firme toma de mi mano —.  Pero no se preocupe, que el sentimiento no es unilateral. Quizás el mío es más reciente y tal vez menos intenso, pero estoy dispuesto a luchar... Y por la gringa, no se debe preocupar, nosotros teníamos un arreglo que quedó en el pasado en cuanto le dije que con Jimin, voy en serio.

¿Les he dicho que uno puede volver a enamorarse, una y otra vez hasta sentir explotar el pecho de inconmensurable felicidad? Bueno, así me encuentro. Babeando mientras lo miro boquiabierto y sin poder creer los semejantes huevos del condenado que está más caliente que sol de verano.

Y mientras lo amparo directo a sus ojos, perdido por varios segundos en ellos, se escucha un reiterado carraspeo de mi madre —. De ser así, un placer conocerte muchacho. Y ya que estás aquí, ¿quieres unirte a nosotros? No todos los días tengo la posibilidad de compartir una comida -a horario- con mi bebito. Pero solo si no morfa tanto, así alcanza bien para todos.

¡Dios! Pensándolo bien, no sé si será buena idea que se quede porque ¡la vergüenza hermana! Es poco —. Mejor otro día, ¿no JungKook?

—Por mi, no hay problemas bebé.

Listo, hasta aquí llego el pseudo valiente Jimin... ¡Pásenme una pala que me abro el hoyo yo mismo!

Anuncia que se queda sin problemas, con una hermosa sonrisa enmarcada en su rostro que hasta mi madre se queda prendada. Y entonces, el que hace el carraspeo ahora soy yo, perforando su rostro con mis ojos para que sea un poco más disimulada.

—Mamá, ¿nos dejas pasar? —cuestiono cuando creo que su boca se va a desencajar.

—Claro, por supuesto, adelante —dice mi querida Hana Teresa, con sus mejillas tintadas y con sus ojos iluminados como una púbera ilusionada.

Y creo que el don de mandarse mocos a cada rato, viene de la genética. Porque cuando paso por su lado y por detrás de mi adonis personal, me agarra del brazo diciendo: —Bebé, tenías razón ¡Está más bueno que comer pollo con la mano!

¡Dios santo! Solo espero que no haya escuchado el desgraciado que utilizará esa información a su favor —. Bueno ma... Ya, ya, tranquila ¿ya está la comida?

—Tienes razón bebé, lo siento. Todavía le falta un poco.

—Estaremos en mi habitación, me avisas ¿quieres? Debo cambiarme la ropa —anuncio pensando en colocarme algo cómodo y mío. Y ni de coña lo dejo a JungKook en sus garras de madre hormonal y curiosa.

—Bueno bebé, ¡pero nada de mandarse mano! O por lo menos hasta después de la cena —articula mi Hana Teresa y ¡Dios mío!

Tironeo del brazo de JungKook, de tal manera, que no me había dado cuenta de que el susodicho venía completamente colorado como tomate listo para la cosecha.

—¡Haw! Mi cosita tiene la vergüencita —digo acercándome a su rostro y tomándolo entre mis manos.

—Tu cosita está a punto... —suelta repentinamente y creo que me arrepiento de mis dichos, porque lo que sigue son sus manos por todo mi sensible cuerpo mientras me besa rudo y profundo, dejándome hecho un manojo de estremecimiento bajo el intenso roce de sus manos.

Y las líneas de lo que fueron los comienzos, la actualidad o el futuro, se confunden con un solo sentimiento, la intensa afección desbordada desde adentro que no encuentra manera de encausar esto que siento.

Solo lo siento... Lo percibo desde los confines de mis entrañas, barriendo y derribando cada barrera impuesta por años y dando lugar solo al intenso latir desaforado de mi pecho.

—Me amas, yo sé que me amas, siempre lo supe —dice ronco y profundo a escasos centímetros de mis labios mientras con su mano, recorre impúdico los relieves de mi soma —. Y a mí, a mí me vuelves loco bebé. Solo... Solo dame tiempo para elaborar con palabras todo esto que siento —apoya su cabeza en mi pecho mientras acaricia con suma ternura mis trémulos brazos —. Porque es tan intenso todo lo que me pasa, que a veces me da miedo... Solo sé que no veo las horas de verte si no te tengo. Que no puedo despegar mis manos de tu cuerpo, una vez que te tengo. Y que cada ocurrencia tuya, me deja añorando por volver a ver nuevamente una. Y tu rostro, tu pecaminoso rostro es mi condena, no quiero solo imaginarte atorado con mi polla, pero mucho no ayudas.

Quedó pasmado y ¿cachondo? ¿Cómo se puede ser tan malditamente hermoso y condenadamente caliente?

—Dios mío JungKook... Eres increíble. Y sí, te amo. Te amo como nunca amé a nadie en mi puta vida. Te amo desde antes de confesarte aquel día pero ahora, hay una gran diferencia —acaricio su pelo a medida que eleva su rostro para verme directo a mis vidriados ocelos —. Creo con firmeza, que la ilusión en aquella época era tan inmensa como puede ser el estar enamorado de tu crush siendo un puberto hormonal. Pero ahora, ese adolescente es un hombre que se ha vuelto a enamorar una y otra vez de su mismo ideal, porque ese ideal ha sido capaz de llegar a él como un maravilloso hombre tangible y real.

Entonces lo beso, un roce repleto de todo lo que soy y lo que siento...

Entregando mi corazón en bandeja para que haga lo que quiera de él, confiando que solo lo cuidará ante posibles daños.

Porque JungKook, es el hombre más maravilloso del que me pude haber enamorado.

Y sí ¡Soy un maldito afortunado!

Porque aquel al que amo con locura, me ama por igual. Aunque él, aún no se haya dado cuenta.












































Haw, amo este par maldita sea!!! Son todo lo que está bien en este condenado mundo😍

Gracias por pasarte, comentar y votar🥰

Los amito mucho♥️

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro