Amena viene siendo la cena hasta que a mi querida madre se le ocurre preguntar, si el susodicho está usando globito con su pobre bebito. ¡Y por poco no me muero atragantado con un pedazo de estofado! Cuando el que está más bueno que el pan con manteca le dice que debería, pero que yo no lo dejo usar.

"¡Es qué se me fue de las manos! Y como tenía los resultados de completo limpio..." Pienso en mi desorganizada cabeza pero cuando observo la mirada que me otorga mi Hana Teresa, me quiero matar. Hasta que ella misma suelta: —Para el bebé, deberían esperar.

¿Pero ésta mujer se cree que estamos en una de sus novelas Mpreg? Demasiado BL consume, últimamente, y encima me tengo que aguantar que JungKook le continúe la jugarreta cuando dice que hasta tiene visto varios nombres ya.

Y de alguna manera los quiero callar, cuando siguen hablando como si yo no estuviera presente en el condenado lugar, inmersos en una demás entusiasmada charla toda correcta con mi adonis personal.

Y mientras mi rostro pasa por los mil colores de la vergüenza, el idiota se ataja diciendo que sabe que ambos estamos limpios (según los análisis de ingreso) pero que fue un total irresponsable en ceder ante la insistencia de un joven completamente hormonal. Y para colmo, mi querida madre le contesta: —Eso, viene de herencia querido.

Pero a todo esto, lo que más me molesta, es la suposición de que yo sea el único receptor en esta bendita ecuación. Entonces cuestiono con todo el valor y para ser participe activo de la jocosa reunión: —¿Es que acaso no puedo ser yo, el que le da como cajón que no cierra?

Pero recibo del otro lado, risas... Se me cagan de risa en la cara y literal. Mientras mi madre me dice que necesito vitaminas para poder entrarle a JungKook y mientras él, me acuna entre sus brazos diciéndome que si quiero, me dejará probar.

Pero en un momento dado, parece que a mi madre se le saldrán las orbes de las cuencas cuando yo no reacciono como debería ante el abrazo de JungKook. Porque les juro, que el ambiento pasó de festivo a caliente en tan solo unos pocos segundos.

¡Pero es que a mi amigo le da exactamente lo mismo si es un abrazo de consuelo o algo más! Él, solo reacciona como un obediente Boy scout: siempre listo para empernar... O que me empernen en todo caso.

—Bueno, debería retirarme a dormir porque mañana entro temprano a laborar —anuncia mi Hana Teresa a medida que levanta los cubiertos y los deja en la bacha de la mesada para su posterior lavado —. ¡Ah! ¿Ya te dije que el fin de semana viene tu padre?

¡Y me quiero matar! De seguro fue su boca suelta que nada se puede guardar. Así que pregunto pseudo ofendido: —¿Y de seguro que sabes el por qué, no?

—Quizás se me escapó, que dormiste en la casa de tu único y primer amor —suelta como si nada y elevando sus hombros —. Pero quédate tranquilo, que le dije a tu padre que todo está en orden y que ésta vez; no hay ataque de llantos ni rabiet...

Y la corto en seco, levantándome -velozmente- y aprisionando sus labios mientras le digo que la amo y que espero que tenga un feliz y reparador descanso.

Finalmente, la suelto. Me abraza dándome un sonoro beso mientras arrugo mi cara para luego ir hasta donde se encuentra JungKook y decir: —Trátame bien el nene y no hagan cochinadas... Que se escuchen demasiado.

¡Diosss! ¡Qué se vaya a dormir ya! La amo con toda mi alma, pero ya estaría traspasando el escudo de la poca vergüenza que me queda y no creo poder aguantar mucho más.

Y a medida que mi madre se aleja a las risas, mi mundo de ensueño me rodea por la cintura dejando un casto beso sobre los pelitos erizados de mi nuca.

—Tu madre tiene mucha onda bebé, tenía miedo de lo que diría cuando me conociera... Ya sabes, por todo el tema del sufrimiento tuyo y demás.

Suelta mi adonis a medida que acaricia mi cintura, besando ahora la sensible piel de mi esbelto cuello que se estira como contorsionista de circo. Y les juro que si pudiera decirle que me muerda y me marque a lo vampiro, lo haría.

Pero entro en razón de inmediato y le digo refunfuñando: —Tú, porque le sigues el juego. Ya me alcanzaba con ella y ahora, debo soportarlos a ambos; eso es injusto.

—Injusto es no estar metiéndote mano. Y a eso de "con poquito ruido" no te lo aseguro... Porque tengo unas ganas de escucharte gemir mi nombre a los gritos, todo sudado, mientras te vienes desesperado encima de mi pecho... ¡Diablos! Tu piel suplica por que te marque... Bebé, me tienes a punto.

¡Omaigad! ¿A dónde se ha metido el ropero todo bueno y correcto? Porque el desgraciado que está más caliente que el sol del verano, sumado al tono de su baja y ronca voz que me pide marcación a lo deporte de contacto, me trastoca la cabeza (tanto la de arriba como la de abajo).

Respirando difuso ante las sensaciones que me agolpan repentino, elevo mis brazos, enredando sus tintados cabellos entre mis dedos y tirando de los mismos hacia abajo, mientras muevo mis nalgas de lado a lado.

¡Y maldita sea! Que me olvido hasta de lavar los condenados platos, porque necesito de sus manos con suma urgencia. Necesito sentirlo aunque sea sin remera y que me respire en la nuca de por vida, si por mi fuera.

—Diablos... No te das una idea de lo que me calientas —susurra despacio sobre el lóbulo de mi oreja y siento el poderoso temblor de mis piernas cediendo -poco a poco- a hervir como el agua del té o a calcinar -lentamente- desde mis adentros.

—Sigue... Sigue hablándome sucio —suelto perdido en mi limbo pasional que quiere mandar al carajo el lavado de platos y a la escasa cordura que me apremia.

Omaigad😏

Éstos pusieron primera😈🤣

Recuerden que esto es ficción, la verdad es que siempre deben cuidarse 🧐

Gracias por pasarte 🥰

Los amito mucho♥️