—Ni siquiera entiendo por qué estoy aquí cuando podría estar con mi pequeño Ónyx —me quejo al escuchar la ensordecedora música resonar desde la casa.

—Porque te van a pagar tres semanas de almuerzo y Dión casi te ha suplicado por ello —responde Hywel.

—Ah, cierto —río por lo bajo.

—Vais a acabar juntos —declara.

—Que te calles —suspiro.

—Te estoy sugestionando y va a funcionar —silba.

—Odioso.

—Como si no lo supieras —carcajea.

—Cuando me estés pagando una cena en el restaurante más caro de la ciudad, no te reirás tanto.

—Lo dirás por ti. —Se encoge de hombros y rueda los ojos y abre la puerta de la casa como si nada.

—Antes de que digas nada, esto es común en las fiestas. Aunque tocase el timbre, no me escucharía nadie —explica.

—Cómo me conoces.

—Quién no, don Legalidad.

Lo sigo cuando entra y, para mi mala fortuna, la primera imagen que tengo de la fiesta es el hermoso panorama de Jake besándose o lo que fuese que estuviese haciendo con la boca de, al parecer, un chico del equipo de vóley contrario; los Moonlit Defenders.

Era real eso que decían de que la enemistad solo era dentro de la cancha.

Silbo un poco, haciendo reír a mi mejor amigo.

—No es la primera vez que se lían. —Se vuelve a encoger de hombros—. Se conocieron a través de LoveLink.

—¿Acaso funciona de verdad? —cuestiono, sorprendido.

Sinceramente, yo no le tenía tanta fe a la aplicación. Era divertido hablar con Solecito, pero no creo que él sea el amor de mi vida.

—Pues claro que sí, duh.

—Tampoco me esperaba que a Jake también le gustasen los chicos —admito.

—Le costó un poco aceptarlo y aún no se lo ha dicho a sus padres.

—No me lo esperaba, pero estoy feliz por él —sonrío—. ¿Y tú por qué sabes tantas cosas? —gruño.

—La verdadera pregunta es: ¿por qué no?

Hywel vuelve a reír y se dirige a la barra improvisada. Pide algo al "camarero" y este le da dos shots, de los cuales me pasa uno.

—No debería beber —musito, pero cuando el recuerdo de la última conversación que había tenido con Solecito me amarga la noche, me tomo el shot de una vez.

Me arde la garganta, pero no es una sensación desagradable y, de hecho, la disfruto.

—Pues menos mal que no deberías beber —se burla.

—Que te den —farfullo y pido otro shot igualito al de Hywel—. Me he estado esforzando mucho estas semanas. Me lo merezco.

—Sí, esforzándote en ser un completo imbécil —interrumpe una voz conocida.

Frunzo el ceño y ni siquiera me tengo que girar para mirarlo para saber quién es.

—Dión.

—No sabía que eras un borracho, Lesya —bromea, apoyándose en la barra y centrando su cuerpo en mi dirección.

—Cállate, agujero —replico, molesto.

Hywel escupe su bebida mientras se carcajea.

—¿Puedo saber por qué ese mote esta vez? —pregunta.

Sin embargo, no parece nada enfadado, sino divertido por la situación.

—Por todas esas perforaciones —señalo, fijándome en sus pendientes y piercings.

Esta noche lleva joyería más extravagante de lo normal. En cada lado tiene distintos tipos de pendientes. En la izquierda tiene uno que se adapta a la forma de su oreja y que tiene estrellas y en la otra, tiene uno largo que va de la parte superior hasta su lóbulo, conectado por una fina cadena de la cual también sobresalen estrellas.

Mi mano derecha viaja automáticamente a su oreja derecha y toquetea la cadena.

—¿Te gustan? —ríe socarronamente.

—No combinan —declaro.

—Estaba experimentando.

—Te gustan mucho las estrellas, ¿no?

—A todo el mundo le gustan.

—A mí no —lo contrario.

Él sonríe ladinamente.

—Este es un earcuff, tu también podrías ponerte uno, no necesitas perforarte —indica, señalando la izquierda.

—No, gracias. —Ruedo los ojos.

—Igualmente, tu apodo es curioso. En mi opinión, sonaba mejor "perforado".

—La idea es que no te guste.

—El otro tampoco me desagrada. —Se encoge de hombros.

—Vas demasiado arreglado, ¿no? —bufo bebiéndome otro shot, esta vez de vodka.

Mi objetivo de hoy era emborracharme. ¿Lo necesitaba? No, pero me apetecía.

—No voy a ir a una fiesta en chándal —replica tranquilo.

—Te veo demasiado calmado, ¿no?

Me cruzo de brazos y me giro por completo en su dirección, enfrentando su mirada con la mía.

—¿Yo? Siempre lo estoy.

—Normalmente, te sueles dejar molestar muy rápido. —Apoyo mi dedo índice sobre su pecho.

—Me he propuesto no dejar que tu ira me desasosiegue. —Se encoge de hombros.

—¿Desasosiego? Dios, ¿qué eres? ¿Un puto diccionario andante, Ainsworth?

—Mucha queja escucho, pero bien que te encantaría tenerme en tu estantería. —Bebe un sorbo de su bebida para después sonreír pícaramente.

¿Qué está haciendo? ¿Por qué me estoy poniendo nervioso? ¿Por qué estoy dejando que me ponga así?

—Añade estulto a tus páginas, porque te describe muy bien —resoplo.

Él ríe genuinamente, lo que me espanta.

—¿Estás alcoholizado? ¿Emborrachado? ¿Perjudicado? ¿Bebido?

—¿Vas a seguir mencionando sinónimos o me vas a dejar responder? —sonríe socarronamente.

—Hoy estás insoportable —espeto.

—Y tú muy irritado.

—Cabrón.

—¿Sí, cariño?

—¿Cariño? —cuestiono, totalmente asqueado.

—Dime, Lesya.

Aprieto los labios mientras él ríe incontrolablemente.

—Desearías que te llamara así.

—No estaría mal. —Se encoge de hombros—. Aunque no sé si me gusta más cariño o imbécil, o cabrón, o Ainsworth, o mejor aún, Dión.

—Estoy a nada de lanzarte el vaso a la cabeza.

—Adelante —me invita.

Gruño y busco a Hywel con la mirada, pero ya no está a mi lado. Ni siquiera me había dado cuenta.

Miro a mi alrededor y veo que se encuentra sentado en el sofá, junto a Jake, su ligue, Silvie y sus amigas, todos viéndonos entre risas, apostando.

Sé que lo están haciendo porque puedo visualizar perfectamente cómo nos señalan y dejan dinero sobre la mesa.

Aprieto mi puño y le saco el dedo del medio al grupo, estos solo me responden lanzándonos un beso.

—¿Para esto me has invitado a la fiesta? —Frunzo el ceño.

—No, yo solo quería convivir pacíficamente, pero tú no ayudas.

Y entonces, mi paciencia se acaba.

—¡Mira, Dión, no sé qué mierda estás planeando, pero no me metas en tus estupideces! ¡No me interesa tenerte alrededor y mucho menos ser cercano a ti! —Acabo elevando mi voz involuntariamente para evitar que la música la opaque, sonando más molesto de lo que en realidad estaba.

—¿Por qué? —cuestiona, pero no parece enfadado, solo decepcionado, y no entiendo el motivo.

—¿Que por qué? ¡No sé si te acuerdas cuando me tiraste a la piscina con nueve años! ¡No sé si también te acuerdas de cuando me volviste a tirar a los doce años y el año pasado! ¡No sé si te acuerdas de todas esas veces que te has burlado de mí y me has molestado! —gruño, completamente disgustado.

—¡Fueron accidentes! ¡Todos y cada uno de ellos! —se excusa.

—Una vez es un accidente, tres no.

Se queda en silencio un par de segundos antes de responder:

—Lo siento, ¿sí? Jamás fue mi intención tirarte a la piscina.

Agacha la cabeza, avergonzado.

—¿Y cuando te burlabas de mí? —cuestiono con un hilo de voz.

—Yo... No sabía que te molestaba. Intentaba ser tu amigo, ¿vale? —confiesa.

Me quedo en shock, sin saber qué contestar. Tampoco tengo la oportunidad porque la música se apaga repentinamente y todos los teléfonos suenan al mismo tiempo, de forma inesperada.

Es una notificación de LoveLink.

¡Felicidades, se ha desbloqueado el evento sorpresa! Gracias a todos los usuarios por el millón de registros.

Se procederá a la repartición de las recompensas, por favor, ten paciencia, este proceso podría durar unos minutos.

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27/07/2024: El segundo capítulo que tampoco ha sufrido muchos cambios :).

Ngl, este capítulo me deja qkbdoandlakwosdkwl. En fin, qué pasará, qué pasará jej.

Y actualicé, sí, porque llegamos a 1k y como prometí que actualizaría, lo hice.

Yyy, empezó junio, lo que significa que es el mes del orgullo. Mi intención es terminar dos novelas este mes, si es que puedo, y si no, al menos STDQN.

En fin, besitos vespertinos porque, sorprendentemente, estoy escribiendo a una hora decente.