borrachos

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La situación era acalorada. SooBin conoció a BeomGyu en unas circunstancias muy diferentes a las que estaba viendo en estos momentos, y pensar en cómo han cambiado las cosas lo hace sonrojarse de forma casi épica en cuestión de micro-segundos. 

BeomGyu, ese chico que conoció en el jardín de niños con su suéter lleno de mocos por el llanto después de que se le cayó su paleta al suelo lleno de tierra, ahora estaba tomando directamente de una botella de vodka que llevaba dando vueltas en la fiesta donde estaban hasta dejarla vacía, todos gritaron y echaron bulla mientrar el menor apretaba el rostro para luego sonreír en grande. Sí, BeomGyu se hizo muy valiente y rebelde en la secundaria intentando retar a sus padres y dejándose llevar por sus impulsos adolescentes.

En realidad, SooBin tampoco era la persona más sobria del lugar. Tal vez no vació una botella de golpe pero los ocho tragos que llevaba en el sistema decían otra cosa. Intentaba echarse aire con el cuello de su playera mientras lo agitaba rápidamente, miraba a todos lados y soltaba soplidos fuertes. Sabía que no era muy bueno en su resistencia al alcohol y aún así no dudó en tomarse todos los tragos que pedía al barman. 

Durante algún momento de la velada, el mayor comenzó a aburrirse de ver a los demás bailar además de estar solo ya que llegó con BeomGyu pero llevaban horas separados, así que decidió salir del club y buscar un taxi. Hacía calor, hacía rato que dejaron de pasar autos y SooBin se comenzaba a sentir enojado. No debí aceptar venir.

A lo lejos divisó un auto amarillo y cuando estuvo a punto de levantar el brazo, una mano se lo impidió. El mayor tembló asustado hasta que volvió su mirada y miró a BeomGyu. Su cabello estaba revuelto y su cuerpo brillaba, fácil de notar debido a su camiseta negra de tirantes. 

— ¿A dónde vas?

— A casa.

— Pero prometiste acompañarme — dijo el menor y le miró directamente a los ojos por largos segundos, haciendo a SooBin  suspirar.

— Puedes quedarte a bailar, lo siento.

SooBin levantó el brazo y el taxi se detuvo frente a él. BeomGyu suspiró cuando se dio cuenta que había abandonado a su amigo, así que inmediatamente se sintió culpable.

— ¡Te acompañaré! — dijo el menor.

— No es necesa... — y cuando SooBin lo notó, ya ambos estaban dentro del taxi.

Estar borracho a veces no era bonito. Cuando miraba a algún lugar en especial sentía que todo se movía en cámara lenta y lo hacía marearse, además le daba mucha hambre. BeomGyu era particularmente resistente en el sentido de que no tenía resaca a la mañana siguiente, pero sí lo volvía más ruidoso.

Entonces cuando el menor no dijo nada en todo el camino y se quedó viendo afuera durante los quince minutos dentro del taxi, SooBin no pudo evitar sonreír un poco. BeomGyu era bonito, sobrio o borracho. Auque particularmente cuando su sistema tenía alcohol sus ojos brillaban más de lo común, y sus mejillas parecían más rosadas, su mirada dura se ablandaba y parecía que le gustaba todo lo que veía. 

— ¿En qué piensas? — preguntó SooBin. BeomGyu lo miró unos segundos y luego volvió a a mirar por la ventana, SooBin elevó una ceja con curiosidad —. ¿Estás enojado?

— No... Es solo que... — BeomGyu giró todo su cuerpo hacia SooBin en una incómoda posición ya que estaban dentro de un auto en movimiento, cualquier frenón lo haría caer encima del mayor —. Perdón, te invité a venir y me desaparecí. No sé por qué lo hice.

— Sé que te gusta divertirte — dijo SooBin en un tono comprensivo mientras jugaba con las uñas pintadas de negro de BeomGyu. No tenía realmente una razón para estar molesto, no era la primera vez que salía a algún bar con su amigo de la infancia.

— Pero me gusta más divertirme contigo.

La cabeza del BeomGyu cayó en las piernas de SooBin quien tragó saliva y esta vez fue él quien miró por la ventana. Sabía que BeomGyu lo estaba viendo pero no quería provocarse mucho así que se limitó a jugar con los mechones de cabello del menor. SooBin era un idiota sentimental que conocía sus sentimientos y no podría ver a BeomGyu con otros ojos además de esos que lo vieron crecer hasta ser quienes son ahora. O eso pensaba.

— SooBin — el mayor solamente hizo un ruido con la garganta para hacerle saber que lo oía pero no lo miró, a BeomGyu le gustaba jugar con SooBin —. Mírame, por favor.

El chico que estaba sentado apretó sus párpados y suspiró intranquilo, no le agradaba cuando BeomGyu se ponía bromista, ambos estaban borrachos y no terminaría bien. Probablemente SooBin no conocía sus límites tanto como pensaba.

El taxi frenó anunciando su llegada a las afueras del departamento donde vivían ambos por cuestiones de cercanía a la universidad. SooBin se quitó a BeomGyu de encima y pagó rápido antes de salir de ahí, se sentía asfixiado. BeomGyu lo siguió después de agradecer al conductor y cerrar la puerta tras de él, alcanzó al mayor antes de que abriera la puerta y cuando estuvo a punto de preguntarle qué le pasaba, un brazo lo acorraló entre la madera y el gran cuerpo de SooBin.

Vaya que es alto.

— No te muevas — advirtió SooBin y BeomGyu se asustó, jamás vio esa mirada dura en los ojos de SooBin, siempre era él mismo quien tenía una personalidad fuerte y SooBin era el tímido y retraído, era como si se hubieran invertido los papeles. BeomGyu asintió vacilante. SooBin usó su mano libre para acariciar el pecho semi-desnudo del menor y BeomByu suspiró mientras cerraba los ojos con satisfacción. Tal vez hacía más calor del que pensaba. Esparció caricias por los brazos del chico y luego sostuvo su mejilla.

SooBin rozó sus labios con los de BeomGyu, pero no lo besó. BeomGyu se empujó a sí mismo hacia adelante para concretar el beso, pero el mayor se alejó y sacó las llaves del departamente para proceder a entrar y dejar a BeomGyu con el corazón latiendo rápido en sus manos.

Abrió los ojos cuando se dio cuenta de la situación y corrió hacia SooBin quien se estaba quitando los zapatos.

Esta vez fue él quien acorralaba al mayor y se puso de puntitas. Besó a SooBin duro e intenso. SooBin se sonrojó inmediatamente pero le siguió el juego. Algún día iba a pasar, lo suponía. Años de miradas y suspiros tenían que tener un poco de alcohol de por medio.

Cuando ambos se separaron, BeomGyu finjió desinterés quitándole mechones del cabello rojizo de SooBin de la cara y le susurró al oído:

— No me vuelvas a provocar de esa forma y luego dejarme tirado. Te espero en la habitación.



dedicado a httpnkyu :3





estaré dedicando los siguientes caps a quienes voten y eso, para quienes no sepan ya van cuatro one shots por si no han leído los anteriores jeje gracias por leer !!



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