capítulo 42: El ADN ✔️ sábado

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Durante todo el día me quedé a esperar a Santiago. Necesito que me explique el asunto del niño, no puedo creer que se haya acostado con mí propia hermana.
Cuándo le pregunte directamente la expresión de sorpresa de el fue única.

—Puedes responderme

— Te juro que está mintiendo, no puedo creer que mienta de esa manera.

— Se como es Sharon pero el niño se parece mucho a ti

—Las personas  se parecen amor

— Me lo juras—No logró contener las lágrimas

El lleva sus manos a mis mejillas deteniendo mis lágrimas —Hermosa no te pongas así por una mentira de la loca de tu hermana.

El une sus labios a los míos y me sienta en sus piernas sin dejar de besarme.

—Amor te juro que nunca tuve nada con esa mujer.

—¿Y cuando salieron?.

—Si me dio un beso y me propuso ir a su departamento pero obviamente me negué. ¿Me crees verdad?

—Claro que si mi vida te conozco a ti y a ella.

—Nunca engañaría a mí bella Sol, al amor de mí vida.

—Te amo morenito lindo—Me acomode arriba de el y uní mis labios a los suyos llevando mis manos a su cabello .

—Quiero que estés tranquila princesa hermosa. Ahora vamos a la cama—El ríe —A abrazarte porque se que no puedo tocarte muñeca.

—Falta poquito mí amor muy pronto tendré un hijo tuyo

—Una hija

Reí —Lo que sea mí amor lo voy a amar porque será tuyo de mi fotógrafo loco.

—Una nena de mí sol—El no deja de besar mis labios efusivamente 

***
Anoche no logre dormir demasiado a pesar de que es muy relajante dormir en los brazos de Santiago. Estoy muy preocupada porque hoy enfrentaremos a Sharon y ella siempre encuentra la forma de salirse con la suya.

Cuando llegamos a casa de mi madre nos dimos cuenta que la situación es muy grave porque Carlos también está acá.

Sharon  es la persona que más me ha odiado y Santiago quien más me a amado no tengo dudas respecto a quien creerle.

—Al fin llegas —Comenta mi madre con una mirada extraña

—Supongo que Santiago ya te dijo la verdad —Comenta ella quién tiene los ojos rojos.

No me conmueve que este llorando porque conozco sus dotes de actuación pero mis padres le siguen creyendo como cuando era pequeña .

—Si ya le dije la verdad que nunca tuve nada contigo.

— Como puedes ser tan mentiroso —Ella finge sollozos cubriendo su rostro con las manos—Como puedes negar a nuestro hijo

— ¡Tú y yo nunca tuvimos nada!

—¡Mi hija no es ninguna mentirosa! —Le grita Carlos, lo veo dispuesto a golpearlo y por ello me colocó en medio.

—La única mentirosa es tu hija

—¡Tú cállate mocosa!

—¡A mí hija no la callas!  Alguno de los dos miente les exijo que digan la verdad.

—¿Cómo puedes desconfiar de mí mamá? Yo estuve con Santiago, cuándo el discutió con Sofía me hizo promesas y yo me entregue a el.

El simplemente ríe —Nunca estaría con una mujer como tu, fui un idiota al creer que habías cambiado. Me da vergüenza decirle esto señora Alba pero fue Sharon quién me propuso estar juntos, yo me negué porque amo a Sofía.

—¡Eres un mentiroso! —Ella intenta acercarse para golpearlo pero yo se lo impido.

—Deja de gritar arpía o soy capaz de golpearte

—¡Eres una estúpida!

—¡Y tú una ciega!

— Esto lo haces para fastidiarme como lo has hecho toda la vida pero ya no soy la misma de antes no dejaré que arruines mi felicidad.

—¡Si no le respondes a mí hija te romperé el alma maldito cobarde!

— El único cobarde eres tú Carlos

— ¡No te metas bastarda!

— ¡A mí mujer la respetas!

— Calmémonos todos—Nos pide mamá

— Con una prueba de ADN se resuelve todo—Comento y luego me centro en Santiago — Te la harás verdad amor

— si no tengo nada que ocultar

—Bien cuando se demuestre que yo estoy diciendo la verdad Santiago se divorcia de Sofía y se casa conmigo.

—Es tan hermoso que sueñes Sharon

El niega con la cabeza —Yo nunca dejaré a Sofía

Finalmente acordamos mañana mismo realizar la prueba de ADN. Ella aceptó que nosotros escojamos el laboratorio en el cual la realizaremos.

***

— Todo esto es muy incómodo lo siento amor—Le comento a Santiago mientras llegamos a casa

— No es tú culpa nena pronto acabará vamos

El se  acercó a mí y unió sus labios a los míos dándome un beso efusivo el cuál le seguí. El bajo sus manos hacía mí trasero apretando.

—Mí amor

—Mi amor nada —el me carga entre sus brazos por lo cual debo sostenerme de  su cabello y enredar mis piernas en su cadera—Ya no aguanto más .

—Ni yo

El me sentó en  el sofá rompiendo mí blusa mientras yo me dedico a desabotonar su camisa. El se dedicó a besar y morder mí cuello mientras sus manos suben mí falda y se adentran en mis bragas.

En menos de tres minutos el me terminó de desnudar y volvió a unir sus labios a los míos besándome como si  se los fuera a acabar.

Lance un gemido cuando entro en mí de una sola embestida, sus movimientos son veloces y desenfrenado, se sostiene del Sofá para tomar velocidad.

El no deja de morder mí cuello provocando mis gemidos.

—Eres sólo mía

—Sí mi amor

Luego de unos minutos terminamos y el se separó de mi cuerpo con una sonrisa que no le veía hace mucho tiempo.
El sin preguntar me cargo en brazos para subir hacía la habitación o más bien hacía la tina. La lleno de burbujas y se adentro allí.

Me senté arriba de el devorando sus labios, el me siguió cada beso y caricia con la misma intensidad.

En pocos segundos volvió a entrar en mí llevando sus manos a mí cadera y ayudándome a moverme.

—Estas tan apretada —Me comenta mientras me mueve aún más rápido

Luego de unas dos horas decidimos salir de la tina enrollados en una toalla y dirigirnos a nuestra cama para descansar.

Estaba a punto de colocarme el pijama cuando el me abrazó de la cintura dejando un beso en mí cuello.

—No tienes nada de sueño

— Eres tan tierna sol crees que ha acabado

Eso es todo lo que dice antes de cargarme para recostarme en la cama.
Hace mucho tiempo no estábamos juntos durante toda la noche. En verdad extrañaba y necesitaba hacer el amor con Santiago.

Nos dormimos cuando llego el amanecer como en los viejos tiempos, estábamos tan cansados que no nos vestimos.

Me desperto mí ruidosa alarma a las siete de la mañana, me coloqué mí pijama para preparar un pijama porque en una hora debemos ir a los laboratorios.

Comencé a preparar la mezcla para unos panqueques pero en pocos segundos el me tomo de la cintura.

—Dormiste algo

—Nada, tengo hambre

— Si amor estoy preparando el desayuno
¿Quieres café?

— Amo el café pero deseo desayunar otra cosa —El comienza a subir mí pijama

— ¿Acá San?

— acá y en toda la casa—Me dice mientras  se frota contra mí

Debo entender a Santiago porque hace más de dos meses no estamos juntos, el estaba en abstinencia y ahora ha vuelto a probar su droga por lo tanto ha vuelto su adicción.

En menos de una hora terminamos de desayunar, nos volvimos a vestir y nos dirigimos a los laboratorios.

Cuando llegamos nos dimos cuenta que Sharon ya está allí con el niño quien no deja de llorar. Me da pena el pequeño porque siempre que lo veo con ella el está así.

— ¿Que pasa mí amor? —Me acerqué a el y lo tome en brazos, ella sin dudarlo me lo entrego — ¿Que le hiciste Sharon?

— Solo hace berrinche —Ella rodea los ojos

San también se acerca al niño y comienza a acariciar su cabello, el rápidamente estiró los brazos indicando que el lo cargue, el simplemente lo hizo.

— No llores campeón —El no deja de besar su carita

—Supongo que no le diste de desayunar.

—Se despertó insoportable, allí está tu padre quién no te quiere.

—No le digas esas cosas al niño —Santiago la asesina con la mirada

—Es la verdad

—No llores, ahora desayunamos y jugamos como el otro día

Cuando nos llamaron Santiago cargo al niño y se lo llevo en brazos a que le tomen las muestras.  La enfermera le ofreció a Sharon entrar con el niño, pero ella no quiso.

El bebe me da ternura sea o no hijo de Santi tiene mi sangre y seguramente Sharon no es una buena madre con esa criatura.

—¿Qué le gusta desayunar al niño?

—¿Y como voy a saberlo? Tengo asuntos que atender cuida al niño y luego lo llevas a la casa.

—No lo esperaras

—¡Estás sorda Sofía! Tengo asuntos que atender.

Luego de diez minutos llego Santiago con el niño cargado en sus hombros y una paleta en sus manos.

— Los resultados estarán en unas semanas amor  

—Se pue—Pregunta con su vocecita

Es tan pequeño que no logra formular las palabras pero se hace entender.

—si ella se fue pero pasarás la mañana con nosotros.

Lo llevamos a una cafetería cercana a los laboratorios. A pesar de tener casi cuatro años es muy despierto e inteligente.

El nos habla en su propio idioma y repite o imita nuestras palabras, tomó leche con chocolate y comió unas galletitas de vainilla.

Luego le compramos algunos juguetes, en la tienda nos dimos cuenta que le encantan los dinosaurios de peluche, llamo Dino a uno y también escogió unos carritos y una pelota de fútbol.

Después de jugar con el durante unas lo llevamos a casa con mamá .

— Me enamoré es un amor — le comento a Santiago

— si fuera mío te juro que me habría hecho responsable

— yo se amor y obviamente yo te habría apoyado.

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