Nuestro Infierno.

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Capítulo 5
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Himawari.

Llegamos al apartamento que rentamos en una de las tantas calles de Londres. Aunque está es una de las más húmedas Cambridge, desempacamos nuestro equipaje, tomamos un descanso largo de tres horas y de hay nos organizamos.

Tomoyo estaba pegada a la laptop desde hace un buen rato, me acerco a ella y le sobe la espalda, ella me sonríe.

—Encuentro el lugar adecuado para nosotras — ella me muestra, en esas sale Sakura con una toalla en la cabeza, nos mira para después mirar el lugar a donde iríamos nosotras a festejar.

—¡Por mi esta bien!, donde vayan ustedes ahí estaré yo —asentimos y Tomoyo tomó la dirección del lugar, como es una disco en la playa era de seguro que las pintas serían diferentes.

Sakura optó por un short de rotos suelto de su piel, con un croptop blanco de manga larga, su cabello corto lo dejó igual de rebelde. Tomó unos zapatos blancos cerrados, ya no se hace nada más.

En cambio Tomoyo y yo comenzamos a escoger atuendos, entre las dos nos ayudamos porque seguíamos inconformes, hasta que por fin pudimos encontrar algo que nos haga lucir  más bellas.

Tomoyo se puso un pantalón suelto negro con su vestido de baño azul turqui, tanta sacadera de ropa hasta escoger eso.

En cambio yo, tomé una falda blanca larga con una blusa corta negra, me coloque algunas pulseras, me hice una sola coleta alta, ondulando las puntas de mi cabello, me gustaba la imagen que veía.

Tomé un poco de rimel y  labial, salimos del baño y Sakura nos mira, nos levanta el pulgar dando su aprobación.

—Sakura puede ponerse lo que sea y todo le luce, la hace ver endemoniadamente linda — era cierto lo que decía Tomoyo, Sakura es muy sencilla y eso mismo sencillo la hace ver tan hermosa.

—Vamos — Sakura deja su libro en el sillón, tomó las llaves del auto que rentamos, nos sonríe, saca su cartera y me la pasa a mi —No me encargare yo, conducire, pero no llevo nada más. —bufé, me la hizo, siempre lo hace, si ella maneja no lleva nada más, así que por obligación llevaré su dinero, le cobraré alquiler por cuidar sus cosas.

Perezosa.

Al subirnos al auto, Sakura mira a Tomoyo, esta coloca en el gps la dirección, ya que casi no conocíamos Inglaterra, es muy poco lo que venimos aquí.

El camino no se hizo tan largo desde donde estábamos a la playa donde estaba la disco, al llegar Sakura parqueo el auto y como siempre llamó la atención, tomé su brazo y me la traje hacia a mi, que chica más agresiva, ya ni mirarla se puede.

Ingresamos a la disco, muy colorida y linda, habían muchos animales exóticos pegados en las paredes; la música de Dua Lipa se escuchaba a todo volumen, la gente bailaba y cantaba su música a todo volumen, salimos a la parte de atrás donde está la plata, nos quitamos los zapatos y nos fuimos a una de las mesas más cómodas del lugar, tampoco es que nos fuéramos hacer en cualquier lado.

Nos sentamos y pedimos baileys para iniciar la noche, brindamos por más años juntas, miré de reojo todas las mesas y justo al lado de la nuestra  estaba aquel hombre que estaba delante mío.

Estaba rodeado de muchas mujeres, role mis ojos, y preferí mirar hacia otro lado, no me di cuenta que Tomoyo se había llevado a Sakura a bailar y ahora ambas estaban saltando al ritmo de la electrónica.

Sonreí de medio lado al ver a mis hermanas divertirsen.

Continúe tomando mi copa de baileys, pedí un ceviche de camarones mientras la música acaba y disgustaba de la imagen que estaba grabando de mis hermanas divirtiéndose.

—Disculpa señorita, esto se lo envía la mesa de al lado —aquel hombre ya estaba solo, mire hacia donde estaba él, me saluda, le hice una mueca de mal gusto y mire al mesero

—¡No, muchas gracias! Dile que yo tengo para comprar una más cara, no necesito de sus... Regalitos, qué ganas de desperdiciar el dinero — aquel mesero se me queda mirando —¿Qué no entiendes? ¡Que te vayas! —lo mire mal. Y él entendió mi rechazo, me hizo una reverencia y se retiró. En esas venía llegando Sakura con Tomoyo.

—¿Qué pasó, hermana? —se sienta a mi lado Sakura, en esas veo que el mesero trae una narguila con tres boquillas, Sakura ha de pedir esta cosa.

—¡Nada interesante, no te preocupes! —Sakura asienta no muy convencida.

—Mañana será un día muy decisivo, debemos ser muy prudentes. Debemos acabar con esa... — callo a Sakura, cuando se pasa de copas es otra. Por eso, casi no bebe licor, ella sonríe. — No iba a decir nada que nos perjudique, se donde estamos — me susurra, le doy un beso en la mejilla.

—¿Dé que hablan? — Tomoyo se acerca haciendo un mohín con sus mejillas, no le gusta ser excluida de una conversación.

—En nuestro apartamento hablaremos bien, por ahora sigamos divirtiendonos —las tres brindamos, nos levantamos de los puestos y continuamos  bailando.

......

Sakura.

Continúe bailando con mis hermanas, la verdad, mis piernas ya responden solas, no me gusta tomar de esta manera, ya era demasiado tarde, además... Me vuelvo más fácil para todo.

Por eso no se me permite beber, ya le dije a Hima que no deje que cometa locuras, pero ella está peor que yo. Ahora...

¿Quién nos llevará casa?.

—Hola señorita, ¿está usted sola? ¿Quiere bailar conmigo? —me gire para ver al susodicho que se atreve a coquetear conmigo, mire para todos lados a ver si mis hermanas no estaban por ningún lado, ellas no dejan que yo sea libre para...

Le doy un golpe con mi pie en sus testículos — No, no estoy sola. Y tú, no tendrás noche de calor. —lo había dejado sin respiración, Himawari se acerca a mi rápido, le sonríe — Llegas tarde —ella abre sus ojos, se acerca a aquel muchacho.

—¡Ah! Pero si eres tú nuevamente, ¡bien merecido lo tienes! —Hima me tomó de la mano y me dice que ya es tarde, a pesar de ser la mayor, Hima es más atenta con Tomoyo y conmigo, ella siempre nos cuida, nos protege. Nos alienta, nos sermonea. Es como ver a mamá, tiene cierto parecido a ella.

Le sonreí y asentí, creo que Tomoyo nos debe estar esperando ya afuera

—Engreídas —Hima y yo al mismo tiempo le mostramos el dedo de en medio ha aquel sujeto, que fastidio son los hombres.

No me gusta perder el tiempo con gente como aquel hombre.

Ni parece uno.

.....

Llegamos rendidas a casa, mire la hora y ya eran más de las tres de la mañana, creo que nos pasamos un poco, Hima y Tomoyo estaban bastante reidas.

—Silencio, nos van a escuchar. —Las dos tapan sus bocas —Debemos descansar, mañana será otro día y debemos prepararnos, aquella mafia no va hacer lo que se les dé la gana.

—Eso será pan comido para nosotras. —hablamos en medio de susurro, sonreímos y caímos juntas en la cama, de un momento a otro, sólo se escuchó nuestros ronquidos.

....

El día de la misión, como siempre en la madrugada, nos pusimos nuestros uniformes, esta vez con mi Katana en la espalda, y mis pequeñas kunai; el día de hoy no solo habrá robo,   también debemos acabar con esa pequeña mafia que se quiere pasar por nosotros.

Lo lamento por todo ellos,  solo estoy haciendo caso a las órdenes de mi padre.

Mis hermanas me miran, y ya saben a que nos iremos a enfrentar.

—Tomoyo esta vez tú serás la que tomes la maleta, Himawari irá contigo, yo las escoltare, no se preocupen.

—También llevaré de estas, no te dejaré sola. —bufe, lo que menos quiero es que ellas derrame sangre entre sus manos, aunque Hima ya lo ha hecho, pero... Quiero evitar más muertes en su vida.

Como buenas cuidadas, subimos por los tejados, hasta llegar a nuestro punto de encuentro, aquel muelle tenía una caseta desgastada y vieja.  Ahí estaban escondidos, de eso es muy seguro.

—Ay, están Sakura, procedemos —nos colocamos nuestros audífonos para saber la ubicación de cada una.

—¡Nos vemos! — les digo y me lanzó al vacío, al caer me escondo, por poco y me ven.

En la oscuridad continuó mirando el movimiento, sonrió de medio lado, esta es mi noche. Estoy emocionada. Mis demonios quieren sangre.

—Comenzaré —ambas responden con un sí, mire hacia arriba. Ellas también saltan a otro punto y caen cerca del muelle, listo, a llamar la atención.

Espero que todo salga bien.

Sacó mi Katana y un kunai, lanzó este y después una estrella, corrí a toda velocidad cortando más de una cabeza, todos comienzan a reunirse donde estoy yo, les sonrió con locura, creo que mi cara ha cambiado totalmente, estoy feliz.

Todos comienzan a correr a mi y yo les entierro  mi Katana en sus abdomen, comienzo a lanzar patadas, mis finas botas de aguja me ayudan mucho, me lanzó hacia atrás y caí con una pierna al lado.

Les hago con mis dedos una seña para que vengan a mi, corro en círculos dándole fin a su sufrida vida, les gusta que los acaricie con mi Katana, uno de los idiotas trata de huir de mi poder, corrí rápido y me lanzó hasta caer detrás de su espalda

—Jamás, ninguna víctima se ha salvado de mis manos —tomé su cara con mis manos y torcí el cuello, el crack de su espina dorsal hace que mi corazón se acelere más de emoción.

Paso mis manos por mi cuerpo, que excitada me encuentro

Al rato veo que salen aún más personas, creo que ya se alarmaron y mis hermanas deben estar combatiendo.

Un disparo suena, espero que nadie toque a mis hermanas o se las verá conmigo.

......

Tomoyo.

Habíamos ingresado a la caseta vieja y esto estaba  lleno de hombres y una sola mujer, todos le decían jefa, ella estaba sentada en una mesa bastante abierta.

Estos estaban serios pero a la vez con un degeneró en sus ojos.

Ella lo estaba ocasionando eso en ellos con su mismo vestir.

—Vamos Tomoyo, ve tras ella.

Asiento en afirmación, Himawari comienza a llamar la atención peleando con estas personas, ella estaba sola, contra más de 20 hombres y ninguno la ha podido alcanzar.

Trague grueso, era mi turno de llegar hasta aquella maleta.

Aunque alcanzó a ver  que son dos, así que las tomaré.

Corrí rápido hasta tirarme encima de la chica, ¿o señora? En fin, como sea, ambas comenzamos a pelear, ella me sonríe de medio lado.

—Tiene más berraquera  una mujer que un hombre, ¿no quieres trabajar para mí? —exclamó divertida la chica.

—Dejá de decir incoherencia señora, usted no es nadie.

— ¡Soy la dueña de la mafia de Japón!  —mis venas comienzan a marcarse en mi cara, estoy muy molesta.

—DEJA DE DECIR MENTIRAS, NO USURPES EL NOMBRE DE LA MAFIA DE JAPÓN, nosotros los Yakuza no nos parecemos ni cinco a ustedes, que mediocres, unas chicas contra un poco de trogloditas sin entrenó.

Aquella mujer me mira furiosa y se me lanza, es una estúpida, ni kung fu sabe, la esquivó  más de una vez, ella seguía acercándose, al verla más cerca aproveche y le doy un golpe en su abdomen con fuerza, ella comienza a toser.

Le sonríe de medio lado — No eres de mi altura, ¿cómo es posible que hayas llegado tan lejos?

Coloque mis manos en mi cintura, al acercarme ella saca una pistola, abrí mis ojos y después la mire con malicia, relami mis labios, corro rápido a ella y me lanzó al piso ella dispara al darle una patada en su mano mandando lejos la pistola.

—Ni con armas eres capaz de atinarme, que estúpida eres — la en cuello con mis piernas — ¿Quién te ha mandado, ¿quien es tu jefe? —ella ríe a carcajadas.

—¡Matame por qué no te diré nada!. —mire de reojo que Hima estaba comprometida con muchos, aquella chica trató de zafarse, pero no la dejó.

Al rato veo que entra Sakura llena de sangre y con una sonrisa que solo nosotras sabemos que se la provoca.

Está excitada por las muertes, el baño de sangre me  dice que está disfrutando y sacando toda esa rabia contenida que ha estado guardado.

Sakura comienza a matar a todo el que se le atraviesa, mire a Hima que seguía peleando, alguien le iba a enterrar un cuchillo en su espalda, la chica que tengo en mi poder me da una cachetada, baje la guardia para mirarlas.

Le doy una parada para hacerla caer nuevamente — ¡Te haré pagar la cachetada que me has dado!.

—Qué mocosa más insoportable me saliste. —escupe con rabia.

—Kaho, todo está... — ingresa un hombre pero sale corriendo, ese hombre lo conozco muy bien, que rápido eres Clow.

Mire a Sakura —¡Ve tras él! —ella seguía asesinando hasta que llegó a nosotras y le enterró la catana en la espalda a Kaho es que se llama.

Ríe a carcajadas — Nuestra misión es recuperar esa maleta, aunque veo dos, tomemos esas dos  y larguémonos, luego veremos al pez gordo con ésto, ya saben,  se han metido en mi infierno. —la malicia de Sakura es extrema.

Solté a esa mujer quien se estaba desangrando, Sakura toma las maletas y saca su Katana de la espalda de la chica, la limpia y sale rápido del lugar, seguí a mis dos hermanas.

Que locura la que acabo de vivir hoy, es la primera vez que hago una misión de este tipo con ellas.

Siempre han sido misiones distintas. ¿Pero asesinar?.

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Continuará
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