El campamento

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Una Curia es el edificio donde el Senado de Paradise se reúne de forma frecuente. El Senado, es la reunión de las nobles, ellas eran quienes imponen las leyes para el pueblo y también eran dueñas de todo Paradise, cada una de una rama diferente, ya sean minas, tierras para cultivar, ganado etc. Era de ahí de donde obtenían sus riquezas, ya que si alguien quería trabajar en sus tierras debían de pagar por ello a la noble.

-Sean bienvenidas todas- Kuchel fue la primera en hablar.

La sala principal de la Curia era una enorme sala circular de mármol que tenía varios tronos de oro puro decoradas con piedras preciosas, cada trono tenía tallado en la cabecera el nombre de la familia a quien pertenecía.

Sin embargo, al pasar las décadas, cada vez había más sillas vacías.

Esto era debido a que la mayoría perdió su lugar ahí cuando perdieron a sus hijos o simplemente no querían ir.

Quedando solo Kuchel, la representante de la familia fundadora y las nobles en las que más confiaba, o como le gustaba llamarlas sus lame suelas.

-Gracias- agradeció Analissse, sentada en el trono que estaba al lado izquierdo de Kuchel- Aunque sigo sin entender que haces aquí, Jaeger- dijo mientras miraba a Carla, quien estaba sentada a unos cuentos tronos de ella, quedando casi frente a frente- No solo perdiste a tu odioso hijo el día que Annie te gano, sino toda tus riquezas y propiedades pasaron a ser mías, al igual que Amelia- comento con superioridad.

-No me importa- respondió Carla mientras agitaba su abanico decorado con oro- Soy la más hermosa de todas las nobles presentes, solo vengo a presumirles eso- decía mientras acariciaba su rostro con delicadeza- También para ver cómo, muy pronto, se mataran entre ustedes, cada vez quedan menos nobles en el Senado y el día en que todas vayan por la cabeza de una no está muy lejos- dejo de agitar su abanico y miro de reojo a Kuchel, quien no se mostraba intimidada por lo que dijo, ni siquiera mostro expresión alguna ni cambiaba su postura elegante.

-Guarda silencio, una inútil que perdió, seguirá siendo una inútil- fue todo lo que dijo Kuchel mientras miraba de reojo a Carla.

-La verdad perdí a propósito, quería librarme de ese estorbo- Carla volvió a agitar su abanico- Y es mejor que te cuides las espaldas, ya que es una tradición apuñalarse por la espalda, sobre todo de quien menos lo esperas.

-Nadie en esta sala tiene las agallas para eso. -Kuchel seguía con su postura fría.

-Eso ya lo demostraran nuestras hijas en las próximas dos semanas- le recordó Analisse a Kuchel.

-Annie es muy enana, por eso pudo ganarles a ancianas como Carla y Amelia- comento con burla Kuchel.

-Hablo la que mato a la jirafa albina del senado nada más para quitarle a su lacayo- Carla dejo de agitar su abanico antes de seguir hablando- Lo cual considero estúpido, pelear por un hombre, deberíamos de ser capaces de concebir sin la necesidad de un hombre, al final somos nosotras las que hacemos todo el trabajo de traer descendencia al mundo.

-Vaya, al fin dices algo inteligente, Carla- opino Kuchel para después lanzar un cuchillo, que se clavó en su abanico y este se clavó en la pared- No vuelvas a cuestionar mis acciones o el próximo cuchillo terminara en tu cara. - advirtió de forma sombría.

-Al final la pelea de Annie y Mikasa no es por el trono de Paradise, sino para ver quién se queda con Levi- habló estaba vez una chica de cabello platinado, quien era la integrante más joven del Senado actual- Lo cual es tonto, un hombre no vale el pelear a muerte, ni siquiera si es hijo de la actual líder- decía con burla.

Kuchel volvió a lanzar otro cuchillo, esta vez muy cerca del cuello de la chica.

-Se me resbalo- fue todo lo que dirijo al ver a la rubia platinada temblar de miedo.

-Al parecer te tomas muy en serio que hablen mal de tu segundo hijo- opino Analisse al ver el comportamiento de Kuchel- ¿Acaso amas tanto a Levi como para reaccionar así? -pregunto con burla. - Después de todo, Hasna también cuestionó eso en la última reunión antes de que la mataras.

Flash back

-Sabes Kuchel, para haber impuesto la regla de tener mínimo tres lacayos para enfrentarte, quiere decir que confías mucho en la fuerza de tu hija o tal vez estás tratando de proteger a tu hijo, algo sorprendente en ti, porque nadie pensaría que te importa alguien más que t{u misma- decía Hasna con burla para luego beber de su copa con vino- o tal vez estás insegura de tu fuerza, ya que tu madre fue humillada dos veces por Trauten y Hanami, y tú, para no perder el poder, las enfrentaste y recuperaste también a tus hermanos.

-Mejor cállate, si no quieres terminar bajo tierra como Trauten- advirtió Kuchel con el ceño levemente fruncido.

-No frunzas el ceño, te saldrán más arrugas, y no te preocupes, no estoy interesada en enfrentarte, ya tengo lo que quiero, a mi esposo e hija, lo único por lo que vale la pena vivir en esta sociedad de porquería que nosotras mismas creamos- se burló Hasna para luego recostarse de lado en su trono, dejando ver sus largas y delgadas piernas cruzadas.

-Tan vulgar como siempre- comento Analisse- Dinos Hasna, ¿de verdad estas satisfecha con solo un lacayo?, tu familia ha tenido un mínimo de tres y al parecer insultas esa tradición- se burló.

-Me importa un carajo las tradiciones de mi familia- respondió Hasna algo ebria- Amo a mi esposo y mi hija crecerá sabiendo quien es su padre, no como yo, mi odiosa madre nunca me dijo cuál de sus cinco lacayos es mi padre.

-Estoy de acuerdo, hablo esta vez Frieda- No me importa el poder ni tener más lacayos, estoy feliz con la familia que tengo.

- Guarden silencio las dos, escucharlas es pero que ser apuñalada- ordenó Kuchel.

Final del flash back

- ¿Acaso tu amas tanto a Annie como para no decirle que Dante no es su verdadero padre? - contrataco Kuchel alzando una ceja

Eso hizo que Analisse borrara la gran sonrisa que tenía en su rostro.

-No interesa quien sea el padre al final de cuentas, lo importante es que es su hija de sangre, aunque claro, hay algunas aquí que no pueden decir eso- su vista se dirigió ahora a Yelena.

- ¿Por qué me metes a mí? -pregunto la rubia con molestia.

-Ja, ja, ja, ja, ja es obvió porque- hablo ahora Samantha, mientras se llevaba otra rebanada de pastel a la boca- De todas es esta sala eres la única que no ha parido una hija de su sangre, eso no te hace diferente de un hombre- miro a Yelena con burla para después sacar una uva de un racimo y mostrársela a Yelena- El útero de una mujer es como esta uva, tiene cierto tiempo de fertilidad y jugosidad, si pasa el tiempo se secara como una pasa- antes de continuar v bebió de su copa de vino- Pero al parecer tu útero se secó hace mucho tiempo- dicho esto último apretó la uva entre sus dedos hasta destrozarla y después comerla.

-¿Para qué?¡¿Para tener hijas inútiles como lo son tu hija perdedora y la que no sabe pelear?

-Al menos a mí me dicen madre, no como tú, dudo que Historia te llame así, de seguro ye sigue odiando por asesinar a su verdadera madre.

-El que te digan madre no te va a salvar de la muerte- le recordó Yelena.

-Ya cállense- ordeno Kuchel- La única que puede matar en esta sala soy yo, y si no cierran sus malditas bocas, las matare a ambas ahora mismo.

Eso fue suficiente para que la sala este en completo silencio.

- ¿Como va el entrenamiento de Mikasa? - se atrevió a preguntar Analisse- Espero que no haga un drama como la última vez

-Y yo espero que Annie de un buen espectáculo.

-Annie ha tenido mala suerte con las adversarias, solo puras debiluchas, no le permiten mostrar su fuerza verdadera, aunque dudo que tu hija le llegue a los talones, será un desperdicio como sus anteriores combates- tomo su copa llena de vino- Pero debo de suponer que tu hija si hará que muestre solo un poco de su verdadera fuerza, y digo un poco porque dudo que le pueda ganar.

-Tu solo peleaste por Dante para tener a algo con que amenazar a Annie porque te tiene miedo-susurró Hanami desde una esquina, como perdió su lugar de noble cuando fue derrotada por Kuchel, ahora se dedicaba a atender a las demás nobles y aceptar sus insultos y humillaciones.

Sim embargo, Analisse y todas las nobles la escucharon perfectamente, porque voltearon a mirarla.

-No tengo porqué escuchar las palabras de una perdedora- Analisse se molestó ante lo dicho- Así que cierra la boca- le ordenó.

Mas eso no detuvo a Hanami

-Entonces no me escuches, pero sé que él amor por su progenitor es algo que sacó de ti, puedes hacerte la dura cuánto quieras, pero no olvidare como lloriqueaste cuando mataron a tu padre de niña.

-¡Cállate!-grito Analisse para después lanzar su copa hacia un lado Hanami, quien ni siquiera se movió ni nada por eso.

-Vas a tener que matarme para eso- la miro de forma retadora.

-No vales mi tiempo- volteo a ver a Kuchel - controla a tu esclava.

-Yo no soy tu esclava, Kuchel- miro de igual forma a Kuchel

La menciona jalo la cadena que tenía a un lado suyo y que el otro extremo estaba en el cuello de Hanami, porque le puso una cadena como si fuera aun lacayo más, haciéndola caminar a la fuerza y entre uno de esos tropezones cayo a sus pies – tu eres lo que yo diga, recuerda que perdiste todo cuando te gane y agradece que te perdone tu patética vida

Hanami aprieta sus puños molesta mientras las demás nobles se burlaban de ella.

Mientras eso sucedía, en otro lugar dentro de Paradise se llevaba a cabo otra reunión, pero estar era una reunión secreta, ubicada en la antigua casa de la familia Reiss que paso a ser de manos de Yelena, cuando mato a Frieda, pero nunca llegó a ser usada desde ese día, paso a ser una gran casa vacía

Sin embargo, la última descendiente de la familia Reiss extrañaba mucho aquel lugar donde paso sus primeros años de vida y vivió momentos llenos de felicidad con sus difuntos padres, su padre nunca usaba la cadena dentro de casa, porque para su madre no era un simple lacayo sino el hombre que amaba, y mientras estuvieran dentro de esas cuatro paredes, podían vivir en su pequeño mundo, hasta que la realidad los golpeo de la manera más cruel y le quito todo.

Porque no solo perdió su madre, sino que a los catorce años perdió también a su padre, quien nunca pudo recuperarse de la gran depresión que dejo la muerte de Frieda, y la tristeza lo fue consumiendo hasta que un día ya no despertó más.

Ahora estaba sola, completamente sola, antes su padre la abrazaba y consolaba mientras lloraba por a ver perdido a su madre y con su partida, ya no tenía nadie que la consolará.

Como no quería que Yelena la vea llorar, una noche escapo de su horrible casa y regreso a donde si consideraba su hogar, aquel que Yelena destruyo, solo ahí pudo expresarse y rompió en llanto, no le intereso gritar, porque su casa estaba en una colina alejada, sería difícil que alguien que no estuviera en esa misma casa la escuchará

Aunque si la escucharon, resulto que su antigua casa se había convertido en el escondite de otras nobles, para ser más específicos, de las ultimas descendientes de la familia Fritz, Leonhardt y Blouse.

Al principio trato de ponerse a la defensiva, porque seguía siendo su casa, incluso trato de defenderse, porque vio que Ymir se comenzó a acercar a ella, pero igual hubiera sido inútil, nunca había entrenado, Yelena nunca la obligó a entrenar para ser guerrera, así que solo se podía cubrir con sus brazos para evitar ser muy lastimada

Aunque nunca hubo golpes ni nada de eso, solo Ymir la tomo del brazo y la atrajo a su pecho, le acaricio la cabeza y le dijo que llorar no es malo, a veces era bueno liberar el dolor de perder a sus seres queridos, esas palabras fueron suficientes para que Historia correspondiera al abrazo y volvería a llorar, había encontrado consuelo en las personas menos esperadas y que se supone que debían de ser sus enemigas, ya que la enemiga de una noble siempre era otra noble.

Con el paso del tiempo comenzó a sentirse más cómoda con ellas, tanto que comenzó a considerarlas sus amigas, al parecer no era la única que odiaba el mundo tan cruel en el que vivían, cada una tenía sus propias frustraciones y tormentos con los que lidiar en su familia, porque al ser guerreras tenían mucha presión sobre sus hombros.

Eso lo tuvo muy consciente cuando se reunieron una noche antes de la pelea de Ymir y Sasha contra Mikasa, ambas ambicionaban lo mismo, el torno de Paradise, por diferentes razones, Ymir porque queria devuelta a su padre y Sasha porque si lo conseguía, su hermana menor no debería de entrenar.

No quería perder a ninguna, pero entendía sus razones, lo hacían por amor a sus familias, así que no dijo nada, pero le dolería mucho ver a ambas pelear a muerte por ese maldito trono.

Pero nada de eso llegó a pasar y ahora se encontraban de nuevo las cuatro en ese lugar, que se volvió su refugio.

Aunque claro, con sus dos amigas con el cuerpo lleno de vendas debido a las heridas de la pelea y con las cabezas agachadas, en señal de frustración y tristeza por haber perdido.

-La verdad estaba preocupada por ustedes, temía no volver a verlas después de ese día- Historia decidio ser la primera en hablar porque ninguna dio ninguna palabra desde que se sentaron alrededor de la fogata que Annie encendió, solo se podía sentir el ambiente muy pesado y tenso, además de escuchar al a las ramas crisparse mientras eran consumidas por las llamas.

-Preferiría la muerte- comento Ymir sin despegar su vista del fuego- Perdí mi única maldita oportunidad de recuperar a mi padre- hablaba con rabia y dolor en su voz

-No digas eso- Historia se puso de pie para abrazar a Ymir, quien se resistió un poco peor después cedió y correspondió al abrazo.

-Aun puedes volver a retarla, nada más necesitas otros tres lacayos- le recordó Annie, luego miro a Sasha, quien también se mostraba alicaída- ¿No vas a comer? - le preguntó

-No tengo hambre.

Eso sorprendió a más de una porque Sasha siempre comía, era como su pasatiempo favorito.

- ¿Tu madre cumplirá su palabra? -pregunto Historia.

-Si- respondió Sasha entre lágrimas- Por mi culpa mi hermana está condenada.

-No es tu culpa Sasha, hiciste de todo para proteger a tu hermana, alguien que ama a alguien haría eso- opino Annie y acarició un poco su espalda- La culpa es de esta maldita sociedad en la que vivimos- hablo de forma fría e hizo puño su otra mano.

-Ahora es tu turno Annie- hablo Ymir sin dejar de abrazar a Historia- Esa perra de Kuchel quiere que enfrentes a Mikasa, así que hazme un favor.

-Depende de cuál sea el favor- Annie volteó un poco para ver a Ymir a los ojos.

-Mátala.

-Con mucho gusto, pero no solo la matare a ella, sino también a Kuchel, cuando llegue a tomar el poder, voy a cambiar todo este absurdo sistema de gobierno y voy a bautizarlo con la sangre de ambas- hablo de forma sombría.

-Espero que ganes- habló Sasha cuando al fin dejo de llorar para después tomar un trozo de pan y comerlo

Ymir se despegó de Historia y tomo un vaso lleno de vino que trajo de su casa - un brindis, por el nuevo gobierno.

-Por el nuevo gobierno- todas hicieron lo mismo para después chocar sus vasos y beberlos de un gran sorbo.

Segundos después se pusieron a reír al no saber qué más decir, nada más se siguieron sirviendo más vino mientras hablaban de cualquier cosa sin sentido, era su forma de escapar de la realidad por un momento, con alcohol.

Pero no todo era felicidad, felicidad temporal o felicidad falsa para algunas, muy lejos de ahí, incluso muy lejos de la Curia, en el gran bosque oscuro, ese que era conocido por ser extremadamente peligroso debido a las leyendas populares contadas en toda Paradise, que quien entraba no volvía a ver la luz del sol, dado que era un lugar muy peligroso, se encontraba cierta pelinegra que comenzaba a despertar, debido fuertes ruidos que estaban muy cerca de ella.

-No tengo porque darte ninguna maldita explicación de lo que hago o dejo de hacer, porque mejor no te largas al mirador a ver aves, después de todo tienen el mismo tamaño de cerebro que tú.

-Tú no eres quien, para mandarme, y tampoco te pienso obedecer, pero hasta yo me doy cuenta que estas aprovechando para manosear a la prisionera.

-No es cierto, solo reviso si tiene un arma.

-Si, claro, y yo soy una noble.

-Vete de aquí.

-Oblígame.

Esos gritos fueron suficientes para que Mikasa volviera en sí, cuando sus ojos se acostumbraron a la luz de su entorno, lo primero que vio fue a una joven de estatura media, cabellera corta y color claro, ojos grandes y castaños y cara redondeada; a su lado se encontraba otra joven de estatura aparentemente baja, grandes ojos verdes, cabello rojizo y corto atado en dos coletas.

- ¿Q-Quienes son ustedes? - fue lo primero que pregunto- ¿Dónde estoy? - trato de moverse, pero en ese momento se dio cuenta que tenía todas las extremidades inmovilizadas, movió su cuello para ver mejor, notando que tenía cadenas en todo su cuerpo, quería respuestas, pero ese par nada más la ignoraron y siguieron discutiendo.

-Maldición, se despertó- hablo la chica de cabello claro.

-Es tu culpa- le reclamo la pelirroja.

- ¿Mi culpa? Fuiste tú la que se metió donde no le llaman. Así que haz algo bueno callándote y buscando a los demás.

-No eres nadie para que te obedezca- la pelirroja le saco la lengua y se cruzó de brazos.

-No te voy a dejar sola con la prisionera, si no vas a buscar a nadie, entonces esperaremos a que ellos vengan.

-Yo no soy tú, no voy a manosearla.

-Ya vete.

-Oblígame, si me vuelves a poner una mano encima, como la última vez, te mandaran a limpiar los baños- le recordó con burla.

-Hablas mucho por ser la consentida de Farlan- la peli claro se molestó tanto que hizo puños sus manos.

-Solo estas celosa porque yo si tengo un hermano mayor y tú no tienes a nadie.

-Cállate. Está bien, yo iré a avisar a Farlan, pero que no te sorprendas si rompo accidentalmente la fuente donde pones agua para los pájaros.

Antes de que la pelirroja pudiera decir algo, una chica de estatura media, cabellera larga y castaña, atada en una cola de caballo, ojos grandes y de color café oscuro, utilizando un par de anteojos; se hizo presente en el lugar

-Isabel, Louise, ¿Qué sucede? ¿De qué pelean ahora? - cuestiono al mismo tiempo que las separaba un poco para evitar que se agredieran físicamente- Sus gritos se escuchan hasta la sala de reuniones.

-Hanji- Louise se puso seria- Le decía a Isabel que dejará de ser una maldita consentida por un momento, y que te llamará porque la prisionera despertó- señalo a Mikasa, quien, en ningún momento, había dejado de luchar para intentar librarse de los amarres.

-Ya entiendo.

-¿Me..

-No Louise, no te la puedes quedar- Hanji respondió mucho antes de que Louise terminará de decir su pregunta, lo que dejo a esta última con un mal sabor de boca al escuchar esa respuesta.

-De seguro si Isabel lo pedía se la darían- comento molesta.

-Oye, ya te dije que no me gustan las mujeres, no de esa forma pervertida que te gustan a ti.

-Eso no cambia el hecho de que seas una consentida.

Isabel le volvió a sacar la lengua.

Eso hartó a Louise, porque le dio una patada en el tobillo y se fue molesta.

-Auch, por eso nadie te quiere- le grito Isabel.

-¡Cállate!¡Cerebro de pájaro!-

-¡Muy bien!¡Suficiente!- Hanji detuvo una nueva discusión- No más peleas, tenemos una situación mucho más importante ahora- volteo a ver a Mikasa y se acercó a ella pero quedando a una distancia segura- ¿Quién eres? ¿Qué quieres aquí? o más importante ¿cómo sabias de este lugar?

-...-Mikasa no dijo nada, solo volteo la vista para otro lado, lo más que le permitían las cadenas, porque incluso tenía atado el cuello.

-Wow, se nota que eres una noble ja, ja, ja- Hanji rio ante la reacción de Mikasa, pero sin dejar de mostrarse intimidante- Bien, como te niegas a hablar, no me dejas más opción que recurrir a medidas extremas -advirtió con su gran sonrisa.

Mikasa frunció el ceño ante eso, volteo a verla y la escupió en la cara.

Hanji se quedó petrificada ante eso, pero no quito su sonrisa de su rostro, solo llevo su mano a su mejilla, tomo lo que pude de la saliva entre sus dedos y jugo un poco con ella

-Que interesante, escupes igual que la vaca que tenemos ja, ja, ja- después lanzo la saliva al suelo y se limpió como pudo el rostro, y volteó a ver a Isabel- Hora de tu hora favorita, Isa, manda una carta, asiqué espero que las palomas mensajeras tengan energía

-Yeiii- Isabel salto de la emoción- Están llenas de energía.

-¡Buena chica! ¡Por ser tan responsable te daré una de mis galletas de miel, pero solo una, el azúcar te hace mal!

Ambas comenzaron a caminar para alejarse de Mikasa aunque la soledad no le duro mucho, porque llegó una chica rubia alta, de cabello corto y ojos azules para quedarse a su lado sin hablarle.

Volviendo a la Curia

Las nobles ya se habían cansado de molestar a Hanami, por lo que la hicieron a un lado y volvieron a su mundo de superioridad.

-Hagamos un brindis- Analisse tomo su copa, la levanto por encima de su cabeza y la dirigió con dirección a Kuchel- Porque nuestras hijas tengan un combate fascinante a la vista de todos y justo- después de eso dio un gran trago a su copa.

-¿Justo?- cuestionó Kuchel mirándola de reojo- No me hagas reír Analisse, todas en esta sala saben, que la gran mayoría de ustedes, harán de todo para ocupar mi trono- miro a todas con despreció.

-¿Cómo puedes decir eso?- cuestionó Analisse- Todas las presentes en esta sala son las representantes de las familias que ayudaron a tu familia a fundar Paradise, ¿cómo puedes dudar de nuestra fidelidad a ti?

-¿Fidelidad dices?- Kuchel se puso de pie, se acercó a Analisse y de un movimiento rápido tomo su mano derecha, que tenía un anillo en su dedo índice- ¿Y exactamente que es este anillo?

-Solo un adorno, una reliquia familiar que viene desde mis ancestras, nada del otro mundo.

-¿De verdad?- Kuchel sacudió un poco su mano, provocando que una pequeña púa filosa saliera a la vista de todas- Interesante reliquia familiar, una pequeña púa en donde se puede esconder un veneno capaz de dejar inconsciente a alguien en segundos; resultado de poseer las tierras más fértiles de Paradise, no solo sacas de ahí frutas y vegetales sino que existen plantas que son venenosas y si las tratas bien pueden provocar un veneno a beneficio de la dueña- soltó su mano con brusquedad- No trates de tomarme por idiota, me sé los trucos de todas las demás en esta sala.

Analisse solo bufo molesta y le frunció el ceño.

Camino a paso lento pasando por el lugar de las demás- Tampoco hay que olvidar que puede haber somnífero en la carne de res, y eso solo lo haría la dueña del ganado que sabe a la perfección a quien va esa carne- miro a Samantha- ¿Acaso crees que llegue a pensar que la cerda de tu hija gano esos combates limpiamente? - preguntó con sarcasmo.

Samantha soplo miro para otro lado y trató de mantener sus manos quietas porque temblaban un poco.

Kuchel camino hacia otra noble; una mujer delgada y notablemente alta, ojos pequeños y color oscuro, cabello negro, ondulado y atado en una coleta- Deberían de ser como Sara, una noble fiel a mí y que nunca la apuñalaría por la espalda- decía mientras le acaricia la cabeza como si de un animal adiestrado se tratara- Como recompensa por ser fiel, puedes llevarte a mi estúpido hermano mayor todo el tiempo que quieras, las mujeres necesitan satisfacer ciertas necesidades.

-Me sorprende que Hanami, habiendo sido la encargada de textiles, no halla planeado algo con su ropa- se burló Analisse.

-Claro que tenía algo planeado en mi contra, después de todo el color verde solo se logra si usas veneno, por eso mande a hacer su propia ropa para ese combate- contrataco Kuchel.

-Maldita perra inteligente- susurro Analisse con rabia.

-Soy más inteligente de lo que crees, estúpida narizona- Kuchel regresó a su sitio- No por nada soy descendiente de la familia fundadora- Como esa idiota de Hasna, su familia es dueña de viñedos, fácilmente pudo ponerle afrodisiaco a sus botellas, pero ahora que esta muerta, su estúpida hija se lo bebe- dijo eso último con burla- No voy a aceptar nada de ninguna de ustedes hasta el día del combate, me voy a encargar de vigilar todo lo que mi hija coma o use- advirtió.

-¿Sabes? Muy pocas cosas me sorprenden- hablando de nuevo Analisse, de todas las nobles, ella era la que más retaba a Kuchel- Pero estoy segura que nadie en esta sala negara que tu hija- hizo énfasis en esa última palabra- tienen un extraño parecido a Hanami- miro de reojo a la mencionada, quien solo agacho la cabeza- Si mal no recuerdo, ella estaba embarazada.

-No sé por qué crees que me interesa tu opinión- Kuchel rio un poco- Pero si quieres saber que paso con su engendro, la mate, no pienso darle de comer a nadie que no sea de mi sangre.

-Esa niña, porque sospecho que tuvo una niña, seria tu sangre considerando que es hija de tu segundo hermano.

-Una palabra más y te corto la lengua- se puso de pie- Se acabo la reunión, las veo el día de la pelea y se pueden ir al infierno todas ustedes- dio media vuelta y camino hacia la salida- Sara. Hanami. Nos vamos.

Las mencionadas siguieron a Kuchel por detrás.

Al llegar a su casa, se pudo ver como todo estaba desordenado y destruido, como si hubiera pasado un huaracan o alguien lo hubiera destruido en un ataque de ira.

En este caso fue el segundo.

-¡¿Dónde carajos esta esa estúpida?!- exclamo Kuchel para luego agarrar un adorno de porcelana y lanzarlo contra la pared- Además de humillarme en el coliseo ahora se le ocurrió escapar- agarró un florero y lo estrello contra el suelo- Juro que cuando la encuentre le daré una paliza que la hara olvidar el enfrentarme y solo agachar la cabeza como lo que es, una simple esclava como sus padres- miro a Hanami con despreció.

-Si por mi fuera, preferiría que no volviera aquí- Hanami le regresó la misma expresión.

-La pregunta ahora es, ¿Qué vas a hacer ahora; Kuicehl? - pregunto Sara, porque noto que Kuchel iba a írsele encima a Hanami.

-No me pienso arriesgar a perder mi puesto por esa idiota, y menos por una rubia sin cerebro como las Leonhardt- tomo una espada que se encontraba en el suelo- Voy a entrenar para hacer pedazos yo misma a esa narizona y usarla como advertencia para que esa idiota de Analisse sepa su lugar.

-Si tú lo dices- Sara hablo sin emoción en su voz- Yo ya terminé por hoy, así que me voy. Adiós- dio media vuelta y camino a la salida, pero se detuvo unos segundos al ver un ave volar a lo lejos a pesar de que fuera de noche- No me interesa llevarme a Kenny esta noche, estoy muy cansada, así que te vendré por el otro día.

-Como quieras- Kuchel comenzó a practicar con su espada sin impórtale lo que decía Sara y después escucho la puerta cerrase- Espero que este donde este, esa idiota de Mikasa, la esté pasando mal- volvió a decir con rabia.

Regresando al campamento.

-Oye, odio esto más que tú, pero debes de comer- hablaba la rubia mientras le acercaba un pedazo de pan a Mikasa, pero esta voleaba la vista.

-Nana, ya déjala, al fin llego nuestra informante- hablo Hanji mientras señalaba una gran pila de hojas que comenzaban a moverse, hasta que fueron echadas a un lado, porque debajo de estas se encontraba una puerta que ocultaba un túnel subterráneo, y de esta salió una persona con una capa negra que ocultaba su rostro.

-Bienvenida Sara.

Final del cuarto capitulo.

Hola.

Aquí vengo después de mucho con otra actualización.

Entre el trabajo, la depresión, la ansiedad y las pocas oportunidades para usar la computadora, porque siempre esta ocupada, no he tenido tiempo para escribir.

Pero me dio tiempo para pensar mejor en la trama.

Tenía muchas ganas de escribir la reunión de nobles y como se tiraban veneno entre ellas.

Aunque no se si me quedo bien.

Como siempre perdonen las faltas ortográficas.

Esperó que el capítulo les haya gustado, si es así, voten y comenten.

Me voy a pensar en cómo actualizar otro fic.

Nos vemos en este o en algún otro fic.

Nos vemos.

Hasta luego.

Bye.

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