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Capítulo 36

Como una familia

Al otro día, cuando Shen se levantó, lo primero que notó fue que Fu-er ya no estaba con él. Agudizó el oído y lo encontró afuera, hablando con Luo Binghe. Sabiendo que estaba distraído, Shen se levantó tranquilamente y comenzó con su rutina de la mañana. Se tomó su tiempo para cepillar su cabello y arreglarlo con una corona plateada. Con la ropa se tomó el mismo tiempo, buscando sus túnicas y acomodándolas apropiadamente en su cuerpo. Mientras lo hacía comenzó a pensar si Fu-er se habría peinado y recordando que Luo Binghe no tenía el cabello atado, seguramente el niño tampoco estaría arreglado. Luo Binghe se arreglaba el cabello en QingJing más por obligación que por otra cosa, ahora que había conquistado territorios demoniacos y era más un emperador que un discípulo, no debía hacer lo que Shen dijera.

Mejor salía ahora antes de que arruinara al niño.

Al salir y caminar por su casita de bambú, descubrió que ambos estaban en la cocina. Fu-er le contaba sobre los caracteres que ya podía hacer por su cuenta, mientras Binghe lo escuchaba y cocinaba el desayuno.

—Papá me dijo que su nombre me salió bonito. Lo practiqué mucho porque me gusta el nombre de papá, ¿a Bing gege le gusta también?

—Sí, shizun tiene un nombre bonito—dijo Binghe con una sonrisa—. Aunque su nombre no es lo único bonito—girándose a verlo, le guiñó un ojo—. ¿Verdad, shizun?

—¡Papá! ¡Buenos días!—saludó Fu-er corriendo para abrazarlo—Me desperté temprano y Bing gege me pidió ayuda para el desayuno. Mira, traje todo eso yo solito—orgulloso señaló una cesta llena de comida para ellos.

Teniendo en cuenta que Binghe no podía salir, tenía sentido que les llevaran la comida.

—Bien hecho. Ahora ven aquí, tu cabello es un desastre.

Shen lo alejó de la cocina para comenzar a cepillarle el cabello. El niño se quejó por los nudos que se le hicieron al dormir, pero Shen continuó peinándolo hasta sacar todos los nudos y hacerle un moño pequeño en la cabeza. Luego dio un vistazo rápido y bufando molesto, le acomodó la ropa que tenía torcida. También tomó un pañuelo, un poco de agua, y limpió la boca del niño que, por la miel de los tanghulu, se le había pegado algo de tierra. Fu-er se quejó, pero se dejó hacer hasta que Shen le dio el visto bueno y fue libre de regresar con su Bing gege a seguir el desayuno.

Binghe le dio una taza de té cuando fue a sentarse, dejando que el congee se cociera mientras Fu-er amasaba algo.

—Estará en un rato, así que toma algo en la espera—dijo Binghe sonriéndole amablemente.

Shen aceptó el té y mientras Binghe y Shen Fu estaban en la cocina, él se dedicaba a realizar el reporte que Ming Fan le había dado el día anterior antes de irse. No sería complicado, al leerlo recordó prácticamente todo lo que había pasado en su primera vida así que realizar el reporte para Yue Qingyuan no sería difícil. También tenía que hacer, en la tarde, un reporte del avance de cada alumno. No era algo que se hacía siempre, normalmente era una tarea que Shen debía hacer una vez por año, anotando los avances tanto en materias como en cultivo.

En años anteriores, antes de "revivir", sus registros no mostraban grandes avances. Pero ahora, sus discípulos eran sin dudas de los mejores de la secta. Sus avances habían llegado a oídos de los demás, pero, aunque muchos parecían querer entrar a QingJing, muy pocos se animaban. Parecía ser que ser de los mejores estaba ligado al esfuerzo y la dedicación y nadie estaba dispuesto a eso. Era bueno para Shen, descartaba a los perezosos que solamente querrían prestigio.

Estaba terminando el reporte de misión cuando Binghe llegó con los platos con congee y Shen Fu lo seguía con un plato con tres bollos al vapor. El pequeño se sentó y esperó a que Binghe llevara el té mientras el niño tocaba el cebollín con su cuchara, frunciendo el ceño confundido.

—No me gusta esto verde—dijo Fu-er cuando Binghe llegó con el té.

—¿Lo has probado?

—Sí y es feo—Fu-er arrugó la nariz—. No me gusta.

—No te gusta el que hace el cocinero de QingJing pero Binghe no es él, cocina mejor—dijo Shen Jiu tomando una cucharada de congee—. Solo prueba.

Shen Fu arrugó la nariz sin querer probar el congee porque tenía eso verde que no le gustaba. Binghe sonrió y comenzó a comer.

—Huele a verdura—dijo Fu-er, insistiendo en no comer el congee por eso verde feo.

—¿Quieres que hagamos un trato, Fu-er?—el niño miró a Binghe—Si pruebas el congee y no te gusta, Bing gege te hará tanghulu para la merienda. Pero si te gusta, entonces te haré tanghulu también.

¿Ese era un trato? Fu-er salía recompensado de igual manera. Aunque...tenía sentido. Solo así sería capaz de hacer que Fu-er probara el congee sin sentirse obligado. Sin contar el halo del protagonista de Luo Binghe que seguro ayudaba mucho en estos casos.

El niño abrió los ojos sorprendido.

—¿De verdad?

—De verdad—afirmó Binghe.

Fu-er miró el congee, tomó una cucharada pequeña con cebollín encima y se la acercó a la boca para probar un bocado.

Shen lo sabía. La única razón por la cual no comía verduras Shen Fu era porque el cocinero de QingJing era un desastre. Sino no explicaba cómo fue que Shen Fu terminó por comerse todo el congee que Binghe preparó.

Shen Jiu tomó un bollo al terminar el congee. La masa estaba algo seca al tacto y miró a Binghe con curiosidad. ¿Desde cuándo cocinaba mal?

—Esos los hizo Fu-er—dijo sonriendo mientras tomaba uno de los bollos.

Shen Fu, que recientemente dejaba su plato de congee, asintió feliz.

—Sí, papá, yo los hice con carne de bestia demoniaca. Bing gege me explicó cómo hacerlos—Fu-er se veía tan feliz, mostrándole el bollo restante con mucha alegría—. Lo hice para papá, porque a papá le gusta. ¡Bing gege también me enseñará a hacer tanghulu para papá!

Shen Jiu miró la alegría genuina del pequeño y su interés en cocinarle. ¿Por qué quería cocinarle?

[¿Tiene que haber un motivo, usuario? Los niños son así, siempre intentan hacer cosas para sus padres porque los quieren y quieren verlos felices. Shen Fu aprecia mucho al usuario, es normal que lo haga.]

Shen Jiu recordó el "dibujo" guardado, donde su nombre y el de Shen Fu estaban escritos con corazones y flores deformes. Recordó la sonrisa del niño cuando se lo entregó. Y también recordó el niño tímido y desconfiado que llegó a su pico, medio muerto de hambre y a punto de morir a manos de un demonio.

Shen Fu ya no se parecía en nada a ese niño que llegó un día a su pico y que se quedó desde entonces en su casita de bambú. No parecía ni la sombra de ese niño. Ahora era todo alegría y mejillas redondas, saltando de acá para allá, jugando y aprendiendo de todo lo que veía. Era un tierno tallo de bambú creciendo sano luego de haber sido descuidado. Tan verde y brillante.

Mordió el bollo y descubrió que así de seco como estaba afuera, lo estaba por dentro también. Se había cocinado tanto que estaba seco e insulso. No era mejor que la comida del cocinero de QingJing. Si tenía que ser sincero, no era para nada apetitoso.

Al final se lo comió todo.

—Está feo—dijo Shen Fu al probar su propia creación, arrugando la nariz en disgusto, sus ojos llenándose de lágrimas—. Le hice un bollo feo a papá.

—¿Feo? ¿No me viste comerlo todo?—preguntó Shen haciendo que Fu-er alzara la cabeza—Y mira a tu gege, se lo comió todo también.

—Pero está feo—indignado con su propia comida, dejó el bollo descuidadamente y se cruzó de brazos comenzando a llorar intentando evitar los hipidos audibles.

Shen Jiu suspiró y se acercó para limpiar sus lágrimas.

—Estaba seco—dijo suavemente mientras Shen Fu dejaba que limpiara sus lágrimas con un pañuelo—, pero eso no quiere decir que no te salga mejor la próxima vez. Papá siempre estará dispuesto a probar tus creaciones.

Los ojitos brillantes de Shen Fu lo miraron, grandes gotas saladas bajando por sus mejillas.

—Pero a papá le va a doler la barriga si come cosas feas—dijo con su voz temblorosa, Shen hizo que sonara su nariz en el pañuelo.

—¿Quién dijo? Papá es muy fuerte, puede resistirlo.

—Y Bing gege estará siempre aquí para ayudarte—Binghe se levantó de su asiento y se acercó a Fu-er—. Puedo probar la comida antes que papá, para que no le dé dolor de barriga.

—¿Bing gege me ayudará?—preguntó el pequeño mirándolo.

Binghe sonrió con dulzura y acarició la cabeza del pequeño.

—Lo haré, ayudaré a Fu-er a preparar los mejores bollos que el mundo entero probará.

Shen Fu sonrió, todavía con lágrimas en sus ojos. Shen acarició su mejilla suave y redonda, viendo como el humor del niño mejoraba poco a poco.

—Cambia esa cara o tus hermanos se preocuparán, tienes que acompañarme hoy. Todavía tienes que aprender a escribir bien tu nombre.

—¡Sí!—Shen Fu bajó de la silla—Iré a buscar mis cosas.

Y se marchó corriendo hacia el cuarto. Shen Jiu miró a Binghe, quien sonreía comenzando a juntar todos los cuencos.

—Yo lavo. ¿Shizun necesita que este discípulo lo ayude en algo mientras no está?

—No es necesario—cuando Binghe agarró el último cuenco, agregó—. Gracias.

Luo lo miró confundido.

—¿Gracias?

—Por ayudarme con Fu-er.

Luo sonrió viendo hacia donde el niño se había ido.

—¿Por qué no lo haría? Es un niño adorable.

Mientras Shen salía con Fu-er a dar las primeras clases del día, se preguntó si el Binghe de su primera vida había sido así con sus hijos. Había tenido muchos más de lo que uno podía imaginar, pero tenía sentido si se tenía en cuenta la cantidad de mujeres en su harén. Tener más de cien hijos no era extraño.

Miró al pequeño Fu-er que corría a abrazar a Ming Fan como un buenos días y pensó en los días que pasaban juntos. Si a él a veces le costaba pasar tiempo con Fu-er siendo solo un niño, ¿cómo había hecho Luo Binghe con tantos hijos? No le extrañaría que hubiera descuidado a su familia. Su numerosísima familia.

Un emperador incapaz de lidiar con su propia familia. No quería imaginarse cómo hizo para lidiar con todos sus territorios. Definitivamente fue un desastre.

Las clases transcurrieron normales, Shen Fu mejoró en escribir su nombre y ahora al menos se entendía que estaba escribiendo el caracter de Fu y no cualquier otro. Ming Fan lo ayudó bastante, indicándole los trazos que debía hacer con nombres chistosos para que el pequeño los memorizara.

Durante el almuerzo, Shen fue al bosque de bambú para tocar una melodía con el guqin mientras Shen Fu almorzaba con sus hermanos en el comedor. Lo hubiera llevado a la casita de bambú, pero prácticamente sus discípulos lo secuestraron para que almorzara con ellos. Shen Fu les contó orgullosamente sobre los bollos que hizo esta mañana y el delicioso congee que Bing gege preparaba.

Al terminar, Shen dio las últimas clases y luego supervisó el entrenamiento donde a Shen Fu le dieron una espada de madera para que "practicara" con ellos. Sus movimientos eran torpes y exagerados, pero nadie decía nada, corrigiéndolo de vez en cuando para que el niño se fuera acostumbrando a eso. Incluso sabía que Ning Yingying y Yang Chen le dejaban tocar a veces su guqin para que el pequeño fuera probando la parte musical. Zhang Hua incluso le enseñaba weiqi pacientemente, jugando torpemente para que Fu-er se acostumbrara. Lu Song no le enseñaba nada porque sus compañeros no se lo permitían. Shen agradecía eso.

Al regresar, casi a la hora de la cena ese día, Binghe ya los esperaba con el baño preparado para los dos. Shen Fu frunció el ceño, el baño era un tema complicado, realmente no le gustaba. Pero cuando Shen lo cargó como costal de harina, no tuvo más opción y aceptó su destino. Binghe hacía la cena mientras ambos se bañaban y al salir, ya cambiados con algo liviano, la comida estaba lista.

La charla de la noche se basó en Shen Fu contando sobre lo que había aprendido y el nido de pájaros que descubrieron con sus shijie mientras paseaban por el bosque. Al final de la comida, y teniendo en cuenta el baño anterior, Shen Fu no duró mucho tiempo despierto. Mientras jugaba con el tigre de madera que Yue le regaló, se quedó profundamente dormido en el suelo. Shen lo levantó con cuidado para llevarlo a la cama ya que él todavía debía terminar los reportes de los alumnos.

—¿Por qué shizun no lo lleva a su habitación? Este discípulo cree que Fu-er extraña su habitación—dijo Binghe luego de haber lavado los trastes.

Shen Jiu lo miró, entrecerrando los ojos.

—Y tú humildemente dormirás en el suelo, ¿verdad?

Binghe rio gravemente, apoyándose contra el umbral de la puerta de la cocina.

—¿Qué hay de malo en que comparta cama con shizun? Somos dos hombres adultos, no pasara nada que no deseemos que pase—Binghe se encogió de hombros, sus ojos brillaron rojos por un momento.

Shen recordó esos ojos de su primera vida, esos mismos ojos rojos que lo miraban con desprecio. ¿Por qué Luo Binghe no los tenía siempre así? Cuando llegó y hasta ese momento, sus ojos eran tan negros como los recordaba. Solo en ese instante en que se volvieron rojos Shen recordó que ese había sido el color de ojos de Luo Binghe en su primera vida, cuando regresó para vengarse.

[Querido usuario...reafirmo mi desconfianza en este Luo Binghe. Hay algo de él que no me gusta, aunque sigo sin saber qué...]

"Es un niño muy apegado a mí, eso solo. No le des mucha importancia, se le pasará cuando encuentre a una chica o un chico que sea tan idiota e intenso como él."

O al menos eso esperaba Shen. Tenía la esperanza de que en el Abismo hubiera encontrado a alguien así, alguien que le quitara su obsesión con él de la cabeza. Pero al parecer no había sido el caso.

Ignorando a su discípulo idiota, Shen fue a su cuarto y acostó en su cama a Shen Fu antes de salir para continuar con los reportes.

—¿Shizun desea un té?

—Sí, ya que estás aquí es bueno que sirvas de algo—dijo sacando algunos pergaminos, los que tenía sin terminar.

No eran muchos, eran los pergaminos de sus discípulos más nuevos. Sus avances habían sido óptimos en la mayoría de los ámbitos. Solo en un par no habían destacado, pero era algo normal. Ocurría con todos sus discípulos. Por ejemplo, Ming Fan no destacaba en weiqi como Zhang Hua, pero era increíblemente hábil en caligrafía, poesía y pintura. Ning Yingying era muy buena con la música, pero su poesía dejaba mucho que desear. Lu Song era increíblemente hábil en pintura y weiqi, por raro que sonara, pero era muy poco destacado en música. Yang Chen era como Ning Yingying, solo que destacaba poco en técnica con espada.

Y así, el listado era largo. Todos tenían sus fortalezas y debilidades, lo importante era que supieran usarlas a su favor y no dejarse caer por eso.

Una taza de té humeante fue dejada frente a él. Binghe se sentó cerca, una taza de té humeante en su mano. Miraba los reportes con interés, leyendo a esa distancia las cosas que Shen escribía. No le dijo nada y continuó.

—¿Por qué nadie canta? Fu-er me dijo que shizun le suele cantar, ¿nunca pensó en enseñarles a cantar a algunos discípulos de QingJing?

—Este maestro no es bueno en eso—respondió Shen continuando con los reportes—. Solo le canto a Fu-er porque eso lo relaja.

—Fu-er dijo que shizun tiene una muy linda voz.

—Fu-er es pequeño y no sabe sobre eso, por eso te va a decir esas cosas.

—Bueno, este discípulo sabe sobre música y ha escuchado más voces que Fu-er. Si shizun le canta, tal vez pueda dar mi opinión.

Sí, como si Shen no hubiera notado que Binghe estaba buscando una excusa para escucharlo cantar. No era idiota, se daba cuenta de eso. Y no le daría el gusto.

—Tus ojos—dijo en cambio, alzó la mirada para ver la cara de Binghe desconcertada—. Se pusieron rojos antes.

Preguntar el por qué no eran habitualmente de ese color sería raro. Bien podía poner la excusa de que era algo que había leído, pero era mejor fingir ignorancia en algunos casos. Este era uno de ellos.

—Oh, lo siento, olvidé controlar eso.

Shen lo miró, frunciendo el ceño confundido.

—Explica.

—Desde que entrené mi herencia demoniaca, mis ojos se volvieron rojos. Pero los escondo estando aquí para que shizun no se sienta incómodo.

¿Por qué se sentiría incómodo Shen Jiu por eso? ¿Acaso era porque Binghe era un demonio? No era algo que fuera a incomodarlo. No mientras no lo mirara de manera extraña.

—Eso es estúpido, tus ojos no me hacen sentir incómodo. Está bien si los muestras como son—dijo regresando a los reportes.

—Ya veo...shizun, yo... ¿le molestaría a shizun que me sincere con él?

Shen dejó el pincel para mirarlo. Binghe no lo miraba, su mirada perdida en el té que todavía no había probado. Era raro verlo así, mayormente era un mocoso descarado que decía muchas cosas innecesarias a su maestro. Pero ahora...ahora se veía como un niño tímido.

—¿Binghe?

Binghe lo miró, su boca se abrió para decir algo. Luego se cerró y se volvió a abrir sin que ninguna palabra escapara. Shen esperó pacientemente.

Al final, Binghe negó con la cabeza.

—Yo solo...lo siento. A veces mis recuerdos regresan y me pongo tonto, shizun haría bien en ignorarme.

Recuerdos. Shen podía entenderlo. ¿Cómo olvidarse de lo que pasó ahí abajo? Lleno de bestias que buscaban devorarlo, solo y sin la guía de nadie que pudiera encaminarlo por su nuevo camino de cultivo. Todo aprendiéndolo sobre la marcha.

Shen creía firmemente que el relato que les compartió el día anterior no era ni la mitad de lo que había pasado realmente ahí abajo.

—Binghe—él lo miró—, ¿cómo pasaste realmente esos años ahí?

Binghe frunció el ceño, pensativo. Como si buscara las palabras correctas para expresarse para que Shen Jiu pudiera entenderlo.

—Shizun... ¿en serio quieres saber cómo pasé esos tres años bajo tierra?—sonrió suavemente— Durante esos tres años en ese Abismo sin Fin todo lo que hice fue pasar cada momento, cada segundo, pensando en shizun*. ¿Cómo estará sin mí? ¿Estará comiendo bien? ¿Estará a salvo? ¿Sonreirá cada vez que ve algo que le guste? ¿Me estará esperando? ¿Se pondrá feliz de volver a verme?... No pude dejar de pensar en shizun durante todo ese tiempo. En mis hermanos marciales también pensé, los extrañaba, pero shizun...realmente lo extrañaba mucho—Binghe alzó la mirada, sus ojos suplicantes y sinceros—. Sé que shizun cree que lo que siento por él no es real. Sé que cree que es la admiración de un niño tonto que desaparecerá con el tiempo, cuando conozca a alguien más. Pero shizun, no es así—Luo Binghe se levantó y se arrodilló a su lado—. Este Binghe lo ama, shizun. Lo ama desde hace muchos años y no importa a quién conozca, eso no cambiará jamás. Mi corazón es de shizun, siempre ha sido así, y eso es algo que no puedo, ni quiero, cambiar.

Shen miró a Binghe, sintiendo la necesidad de alejarlo de un empujón. La repentina confesión no era algo que hubiera esperado, pero fingió no sentirse afectado. Las palabras de Binghe eran sinceras y no se parecía en nada al niño impulsivo que siempre estaba pegado a su lado. Era un hombre abriendo su corazón y diciéndole claramente lo que sentía. Shen nunca había estado en esa situación. Nunca lidió con ninguna confesión porque, para empezar, nadie se había sentido ni siquiera mínimamente atraído por él. No tenía una actitud agradable. Podía creer que era apuesto pero no a un nivel exagerado. Tenía la apariencia de un erudito y una belleza elegante gracias a su propio cuidado y al hecho de que solía controlar sus expresiones. Si no lo hiciera, dudaba mucho verse medianamente bien.

No era exageradamente atractivo y su personalidad era un asco, ¿por qué Binghe lo amaba entonces? No tenía sentido. ¿Por qué él?

—Binghe—dijo al fin—, ¿por qué? Existen tantas personas y demonios mucho más agradables que este anciano, ¿por qué yo?

—¿Por qué no?

Shen Jiu frunció el ceño, perdiendo interés de repente en los reportes.

—¿Hace falta que lo diga? No soy una doncella agradable y sumisa que ama servir a su esposo cada vez que este llega de trabajar. Tampoco soy una belleza incalculable que cualquiera desearía tener. Me amargo fácilmente, soy desagradable y violento, controlándome solamente porque soy un maestro de pico. Pero si tengo que ser sincero, si pudiera no hacerlo, no lo haría y respondería a cada cosa que me desagrada diez veces peor a como lo hago realmente. Yo no...yo no...no entiendo, ¿qué mierda ves en mí?

Binghe sonrió, tomando suavemente su mano para colocarla en su propia mejilla, cerrando los ojos por el toque.

—Que shizun no se vea como una belleza incalculable, no quiere decir que este discípulo no lo haga—murmuró—. Es triste que shizun no lo vea, lo hermoso que realmente es, las cualidades que ya tiene.

—¿Cualidades?—Shen le quitó la mano y rodó los ojos—No tengo muchas cualidades buenas.

—La lealtad es una cualidad realmente admirable y shizun lo es.

—Solo soy leal a quien quiero.

—Igual que este discípulo—Binghe se levantó y se apoyó contra la mesa para estar cerca de él—. Y eso no está mal. Shizun también es muy amable y confiable con aquellos a los que aprecia. Y todos en QingJing pueden afirmar eso—una mano grande del mocoso fue a su mejilla—. Sí, shizun suele ser amargado y desagradable a veces, pero eso es quizás porque lidia con todos sus problemas solo. Shizun debe aprender que no está solo—el rostro de Binghe se acercó al suyo, la cercanía lo hizo sentir incómodo—. Shizun...este discípulo nunca te dejará solo. No importa quiénes se vayan o quiénes lleguen, este Binghe siempre estará para shizun.

—¿Y si soy yo quien se va?

—Entonces este Binghe irá por ti.

—¿No es patético que persigas a alguien que no puede amarte?—preguntó cruelmente frunciendo el ceño.

Binghe sonrió mirándolo a los ojos, los ojos negros tornándose rojos.

—No si puedo hacerlo feliz—Binghe se acercó hasta su oreja, su mano todavía suavemente en la mejilla de Shen Jiu—. Solo déjame estar a tu lado, déjame hacerte feliz, no necesito que me des tu corazón. Con que sostengas el mío, es suficiente para mí.

Tan patético. Luo Binghe era tan patético, amando a alguien que podría no llegar a amarlo.

—Dejar tu corazón a alguien que puede destruirlo, ¿no te importa?

Escuchó la sonrisa de Binghe más que verla, y un susurro.

—Confío en shizun.

Detente. ¿No hiciste eso en tu primera vida y terminaste lastimado? No seas imprudente de nuevo, Luo Binghe.

Pero ¿Shen Jiu volvería a romper esa confianza? Al principio supo que todo lo que hizo, que los cambios que realizó fueron para evitar que Luo Binghe exterminara a la secta CangQiong. Pero luego...luego ya no pensó tanto en eso. Luego de ver la vida de Binghe en QingJing se dio cuenta que difícilmente volvería a vengarse. Podía seguir preocupado porque podían pasar tantas cosas en el medio, imprevistos que podrían dar vuelta la historia, pero al final...al final el corazón de Binghe no cambió. No arruinó al pequeño loto blanco como en su primera vida, no sembró el odio en su corazón y pudo conocer al niño pegajoso que era. El niño que era feliz sirviéndolo y brindándole todo lo que le gustaba. El niño que quería protegerlo y hacerlo sentir orgulloso.

¿Realmente era capaz de romper la confianza de Luo Binghe otra vez?

Binghe se separó para mirarlo a los ojos. Shen seguía sintiéndose incómodo, pero solo era porque no acostumbraba a ese tipo de tratos. Era la primera vez que alguien lo veía con tanta calidez y cariño. Y se dio cuenta que...le gustaba. Si lograba acostumbrarse, posiblemente la incomodidad no lo molestaría.

Binghe se acercó a él, sintió su aliento contra sus labios. Shen abrió los ojos sorprendido y entonces recibió un beso en su mejilla.

—Buenas noches, shizun—dijo Binghe antes de separarse a ir al cuarto de Shen Fu.

Shen Jiu se quedó ahí sentado, intentando recuperarse de esa situación.

[Somos dos, querido usuario, somos dos (///-///)]  


*Esto es algo que el Binghe de SAVE le dice a Shen Yuan cuando se vuelven a encontrar, no recuerdo el capítulo, pero sé que Luo se lo dice a Shen. Me pareció un buen gesto ponerlo. 

Shen dice que no puede ser la doncella sumisa que sirve al marido, sin darse cuenta que esa doncella es Luo ya jajajaja

Este Binghe se nos vino descarado del Abismo, ¿tal vez Sha Hualing le dio consejos? sasdasdasd hago estas preguntas como si yo no supiera la verdad JAJAJAJA

Estoy trabajando en el resumen de cada capítulo del nuevo ff de SVSSS, el que estará dentro del multiverso del Sistema del Villano Escoria. Todavía llevo el resumen de tres capítulos y ni siquiera me acerco a la trama jajaja, pero empece por algo uwu Lo único que puedo decir, es que mantengo la base de la personalidad de Shen por el MBTI y el eneagrama, eso es algo que quiero mantener en cada fic. Ya los sucesos y desenlaces, así como los sistemas, variaran en cada ff.

Mañana capítulo 37: La rutina de un pequeño hogar

nos vemos mañana! Besos :D

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