Capítulo siete: ¿Cuándo te marcarán?

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Hoy era el lunes, y el más tranquilo lunes del mundo según Heejin.

—Dicen que Hyejoo ya marcó a Gowon.

El jugo que estaba consumiendo por un sorbete terminó estampado en el rostro de su novia, que al sentir la humedad no demoró en lloriquear a la par que hacía muecas, totalmente asqueada.

—¡Heekki! —chilló dando un pequeño salto desde su asiento—. ¡Eres muy sucia! ¡Chú, chú!

—P-Perdón —tartamudea la alfa, tomando con torpeza una servilleta. La envuelve y limpia el rostro delicado de la más pequeña con desdén, atisbando sus facciones y semblante enfurruñado—. Lo siento, bebé.

—Eres muy tonta... —murmura adornando un puchero en los labios y arrugando el ceño con los brazos cruzados buscando intimidarla—, ahora quiero dos cajas de leche.

Asiente como respuesta, prometiéndole que luego irían a comprarlos y cuando termina de limpiar a su novia, inmediatamente la pequeña gira su cuerpo vislumbrando a la pareja de su frente, ahora con las cejas alzadas, viéndose desorientada.

—¿Cómo que Gowon-ah está marcada? —cuestiona hacia Yeojin, una omega que era amiga de ambas. Chuu tira una leve golpe a la mesa, exaltando a las demás—. ¡Fue Son Hyejoo! ¡Heejin, hay que castrarla!

Desgalilla colgándose hacia su alfa una vez más con un poco de incertidumbre obligándole a mirarla.

—¿Qué? ¿Por qué? —habla confundida.

—¡Porque le habrá dolido a Gowon! —le dramatiza Jiwoo, realizando muecas con sus manitos—. ¡Ojo por ojo! ¡Dolor por dolor!

Heejin solo suspira, esta vez viendo a Yerim, y sintiendo a Chuu acomodarse en su regazo genuinamente mientras le da un temblor. Según lo que ella recuerda, es que no las había visto merodear cerca suyo el día de hoy.

—¿Están seguras chicas? —les pregunta enredando sus manos en la delgada cintura de su omega mirando esta vez fijamente a Yerim, una alfa y novia de Yeojin—. No he olido indicios de una marca reciente.

Y era cierto, aunque bueno, si solo se centra todo el día estar con su pequeña novia es más que obvio no poder hallarse atenta a lo que se atreve a traerle el alrededor, su atención es tan inmensa en Chuu que es incapaz de tomar consciencia al resto. Dios santo, al parecer esa alfa aterrizó hasta el punto más profundo del amor.

Culpable: Kim Jiwoo.

La omega menor, Yeojin, se intenciona a rodar los ojos un poco celosa por la comodidad de aquellas novias, puesto que en este momento se encuentra peleada con su alfa, Yerim, y ver a Chuu restregándose en Heejin y ésta mimándole dejando besos en su cabello asimilando a dos gatitos no le ayuda a que su humor avance a uno bueno. Bufa bajo, eran realmente dulces y estresantes.

—Sí —informa Yerim luego de un silencio, carraspeando incómoda. Su postura era frígida asi como su forma de hablar, a Heejin le recordó a un parecido con ella misma—. O solo eso podemos rescatar ya que Hyejoo y Gowon faltaron a clase.

—Uh, pero también hubiera sido otra cosa por lo que no decidieron venir —argumenta la peliengra plantando un beso en el cabello de Chuu, le gustaba regar sus labios allí mismo porque el olor de la omega desprendía con dulzura.

Yerim alza una ceja.

—¡Cómo qué? —le pregunta con un tono jocoso—. ¿Hyejoo se enfermó y Gowom también?

—Conociendo a esas dos tontas puede que Gowon-ah haya comido ensalada y en vez de prepararlo con vinagre terminó haciéndolo con alcohol —termina por decir Jiwoo, sorbiendo su leche de fresas por la pajilla.

Ahora tiene la atención de sus amigas, que le clavaron la mirada fijamente.

—¿Y Hyejoo? —cuestiona Yeojin.

—Pues... Puede que Hyejoo la haya visitado luego de que Gowon enfermó, y como es su novia, intentó cuidar de ella, pero como se cansó de cuidarla ella decidió también enfermarse y asi no atenderla —Chuu volvió a darle otro sorbo a su bebida.

Yerim abrió los labios, incrédula. Mientras que Heejin y Yeojin estaban por darle un punto a favor por sus palabras razonables, ya que si esperaban eso de sus amigas, conociéndolas, y teniendo ya un tiempo de amistad.

La peliengra sonríe un poco orgullosa por su omega, su pequeña era toda una genia con un coeficiente intelectual elevado.

—Eres muy inteligente, Chuu —alaba Yeojin con una sonrisa en grande, algo inusual de su parte pero la chiquilla da tanta ternura.

—Por no decir inocente —escupe Yerim recibiendo un codazo por parte de Im Yeojin, sin embargo no le afecta y continua con su semblante inexpresivo. Sonríe con maldad en su interior al divisar la mueca confundida de la menor de todas—. Oh, Chuu, hablando de marcas, ¿cuándo crees que Heejin te marcará?

Jiwoo casi se atoró con su leche de fresas.

Touché.

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