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Luego del baño ambos se encontraban en la cama acostados Yoongi le acariciaba el cabello mientras ambos se daban cortos besos en los labios. Jimin cerró los ojos y se ocultó en el cuello del dios, Yoongi solo lo abrazó tiernamente y en señal de protección.

Al amanecer y como era día sábado ambos decidieron dar un paseo por toda Corea, al despertarse lo primero que hicieron fue bañarse juntos y luego cambiarse de ropa Yoongi invito a desayunar a Jimin en la ciudad, luego de comer ambos dieron un paseo por el río Han en el cual iban tomados de la mano.

—Mañana veremos a Woozi. —hablo Yoongi y Jimin sonrió.

—¿En serio alfa? —sonrió emocionado. —gracias, gracias, gracias.

—No agradezcas cariño. —lo acercó a él para darle un corto beso.

—Debo, debo de comprarle algo. —hablo Jimin. —¿Crees que le guste un oso de peluche?

—Cielo él ya es un adulto. —le respondió.

—Lo sé, pero nunca le pude dar un juguete. —bajo el rostro.

—No debes de darle nada. —lo vio.

—Siento que sí debo. —hablo. —no estuve para él nunca.

—Con tu presencia bastará. —lo tomó de las mejillas. —sé que él también querrá conocerte.

—Estoy nervioso e incluso siento que voy a vomitar. —dijo.

Yoongi negó mientras reía y siguieron su camino por todo el lugar, al llegar a una puesta de sol ambos se abrazaron y no dijeron nada. El alfa beso la mejilla del omega mientras seguían viendo la puesta de sol, la cual poco a poco iba desapareciendo hasta llegar la oscuridad de la noche.

—Ya debemos de ir a casa. —hablo Yoongi.

—Me gustaría conocer tu casa. —dijo Jimin.

—¿Quieres conocerla? —lo cargo.

—¡Yoongi! —exclamó el omega.

—No voy a permitir que el omega del dios Hades camine. —le dio un corto beso.

Jimin no dijo nada solo se ocultó en el cuello del alfa para ir rumbo a casa del pálido, Jimin cerró los ojos y los abrió al sentir una fuerte brisa y se dio cuenta de que estaba ya en la que parecía ser la casa del dios. Yoongi bajo con cuidado al omega y lo tomó de la mano para mostrarle su hogar, Jimin miraba todo de manera curiosa hasta que su vista llegó a un cuadro el cual lo acarició y luego vio al dios el cual también miraba el cuadro.

—De todos los que tenía fue el único que se salvó. —mencionó el dios. —es el único cuadro que me permitía verte y ya no sentir dolor.

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